miércoles, 1 de mayo de 2024

La tumba del héroe fundador











Fotos: Tocho, Paestum, abril de 2024

 
Lejos del acceso, apartado de los tres célebres grandes templos griegos, casi intactos, cercano a la muralla de la ciudad, tras cruzar un campo cubierto por un manto de hierbas crecidas por las recientes lluvias, y salpicado de sillares de construcciones griegas y romanas sepultadas, invisible desde los distintos caminos que cruzan el yacimiento, mal ubicado incluso en los mapas, y escapado de las visitas masivas de grupos de turistas y escolares, agazapado sobre la tierra como la concha de un animal prehistórico, apenas levanta la cabeza un modesto tejado a dos aguas, rehundido en una hondonada artificial. Medio enterrado, enteramente invisible hace dos mil setecientos años bajo un túmulo circula que señala la tumba del fundador de la colonia griega de Posidonia (Paestum, tras la conquista romana), se halla lo que se conoce como un herôon: un santuario dedicado al fundador de la ciudad.

Se trata de uno de los dos únicos herôa llegados hasta nosotros. La otra tumba descubierta se halla en Cirene, en la costa libia, si bien el herôon de Cirene estaba dedicado a la fundadora mítica de la colonia, mientras que el de Posidonia albergaba, entre ofrendas, los restos del fundador real, hoy desconocido, empero, de la colonia griega.

Los herôa eran unos santuarios muy especiales. Cubrían la tumba de un humano, enterrado, al contrario que el resto de los ciudadanos, cuyas tumbas se ubicaban fuera del recinto de la ciudad, en el centro de la urbe, en ocasiones en el corazón mismo del ágora. Por otra parte, se trataba del único recinto sagrado, y del único culto asociado a éste, consagrado a un mortal, y no a una divinidad o a un héroe mítico.

Los fundadores eran quienes habían encabezado los desplazamientos coloniales desde la Grecia continental hasta nuevas tierras donde los colonos se instalaban. Dichas colonias ocupaban espacios muy acotados, cabe la costa, desdeñados por poblaciones nativas siempre instaladas en altozanos. Estos inciertos desplazamientos por mar no pretendían explotar tierras ni poblaciones, sino que se trataba de movimientos migratorios provocados por el hambre, dado que las limitadas riquezas agrícolas y ganaderas griegas no permitían el cuidado de una creciente población urbana a partir del siglo VIII aC, un movimiento que cesó con la ocupación romana de Grecia.

Templos griegos en buen estado se encuentran en el Mediterráneo y en el Próximo Oriente, en Atenas misma. Ten solo quedan dos herôa, en cambio.

Protegido por tejas planas bien conservadas, la tumba del héroe fundador es un modesto santuario, testimonio del agradecimiento de los colonos hacia su guía. Desde la tumba, éste seguía velando sobre la ciudad que había fundado. Su presencia era necesaria. Por este motivo, la ubicación del herôon era secreta. Estaba oculto y solo los rituales llevados a cabo carca del túmulo indicaban que la tierra albergaba los restos de un ser que merecía ser tratado como un dios.

El herôon de Paestum es uno de los pequeños monumentos más significativos de la cultura de la Grecia antigua, continental y colonial. 

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