lunes, 16 de enero de 2012

Bagdad en Nueva York (anuncio)

La exposición Ciudad del espejismo: Bagdad, de Wright a Venturi, 1950-1980, organizada por el Colegio de Arquitectos de Cataluña, Casa Árabe (Madrid), el Ayuntamiento de Barcelona, el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Universidad Politécnica de Cataluña, y la Universidad de Bagdad, y presentada en Barcelona, Madrid y Murcia en 2008-2009, se expondrá a partir del próximo 22 de Febrero en el Centre of Architecture de Nueva York.
El título ha tenido que cambiar ya que en los Estados unidos se considera incorrecto destacar el nombre de Robert Venturi obviando el de su socia Denise Scott-Brown.

Agradecimientos a Octavio Learco Borgatello por haber logrado esta posibilidad.



Center for ArchitectureCFA Foundation
CalendarMembershipVisitingEducationOculuseOculusDocumentsHome

CalendarofEvents

Wed 02.22.2012

Change:ArchitectureandEngineeringintheMiddleEast,2000-PresentExhibitionOpening

When: 6:00 PM - 8:00 PM WEDNESDAY, FEBRUARY 22
Where: At The Center

Join us for the opening of Change: Architecture and Engineering in the Middle East, 2000-Present, New York City's first exhibition on contemporary architecture and engineering in the middle east. Simultaneously, the related exhibition City of Mirage: Baghdad, 1952-1982 will make its U.S. debut.
Cost: free
Change: Architecture and Engineering in the Middle East, 2000-Present will be on view at the Center for Architecture from February 22 – June 23, 2012.
Change: Architecture and Engineering in the Middle East, 2000-Present is made possible through the generous support of the following sponsors:
Benefactor:

Lead Sponsor:

Sponsors:
Eytan Kaufman Design and Development
FXFOWLE
Supporters:
Columbia University, Graduate School of Architecture, Planning and Preservation
HDR
Kohn Pedersen Fox Associates
Ramla Benaissa Architects
RBSD Architects
Skidmore, Owings & Merrill
SOMA

Beverages generously provided by

sábado, 14 de enero de 2012

El descubrimiento "oriental" del Próximo Oriente antiguo


Mapa de Al-Idrisi

Aunque la cultura mesopotámica ya estaba fuertemente erosionada por el cristianismo a partir del s. II ó III dC (algunos estudiosos piensan que la llegada de Alejandro, en el s. IV aC, ya le dio un golpe mortal, que incluso remontan a la invasión persa en el s. VI aC), la invasión árabe, en el s. VII dC, puso fin a cinco mil años de cultura -una o unas culturas que variaron a lo largo de esos milenios-, pero también, al dejar de ser este mundo relevante o vital, lo fijó en el tiempo y lo convirtió en tema de estudio y conocimiento. Empezaba  la exploración de ciudades y monumentos en ruinas, aunque algunas, como Uruk siguieron teniendo templos politeístas abiertos hasta la llegada de los árabes.

Se suele pensar que la cultura mesopotámica cayó en el olvido, y fue despertada, redescubierta por las primeras misiones arqueológicas occidentales (francesas, británicas, alemanas) a partir de la primera mitad del siglo XIX, cuando un debilitado Imperio otomano no tuvo más remedio que autorizar la llegada de ejércitos extranjeros acompañados de exploradores y arqueólogos.
Sin embargo, se sabe que desde el siglo XII, algunos pocos aventureros y estudiosos occidentales se adentraron por Mesopotamia, una tierra descrita (y maldecida en general) por la Biblia (salvo la ciudad de Ur, de la que se decía Abraham era originario), y describieron algunas ruinas, como Babilonia.
Sin embargo, las primeras descripciones acontecieron tres siglos antes. Fueron obra de viajeros y exploradores musulmanes, para los que la Mesopotamia arabizada e islamizada no presentaba problemas de lengua ni de religión. Provenían de Bagdad, así como del califato de Córdoba. El imperio árabe tuvo la fortuna de conservar la Geografía del griego Ptolomeo (s. II dC), y de traducirla al árabe: inspiró a los primeros geógrafos árabes quienes no solo recorrieron Mesopotamia, sino que dibujaron mapas y describieron ruinas como las de Babilonia. El texto de Ptolomeo, por el contrario, se perdió en Occidente.
Mesopotamia presentaba otra ventaja en el imperio árabe (sobre todo para el califato de Bagdad): la ruta de la seda, que mercaderes árabes seguían hacia la India y China, pasaba por los valles del Tigris y el Éufrates.

Autores como Al-Mas´udi (871-957), Al Yaqubi (s. IX dC),Abu Hamid al Garnati (de Granada, como su nombre indica, 1080-1161), Ibn Yubair (1145-1217), de Játiva (como su nombre también señala), el extraordinario Mohammad Al-Idrisi (1099-1165), cuyo Viaje placentero a tierras lejanas (parcialmente editado en árabe en Roma a finales del s. XVI, y posteriormente traducido al latín) describe incluso el mar de los Sargazos, cerca de las Bermudas (el célebre Triángulo de las Bermudas), no muy lejos de la costa americana, y cuyos mapas fueron conocidos por Colón, y el gran Ibn Battutah (1304-1368), viajero que recorrió más tierras que Marco Polo, entre otros, fueron los primeros en recorrer los valles del Tigris y el Éufrates, en interesarse por la cultura mesopotámica y en  documentarla:

"Cerca del altozano (de Mosul) se halla un burgo importante, cercano a una ruina, que se dice es el emplazamiento de una ciudad conocida como Ninaua (Nínive), la ciudad de Jonás. Se descubren los vestigios de la muralla que la rodeaba, así como el emplazamiento de sus puertas": así describe Ibn Battutah las ruinas de la ciudad neo-asiria de Nínive, sin duda una de las primeras descripciones de los restos cercanos a Mosul.

El viaje (hacia Oriente, sobre todo) era una costumbre (casi una imposición moral) en el mundo islámico: todo musulmán tenía que emprender una vez en la vida el camino de La Meca. Por otra parte, el poder cultural y político de Damasco y, sobre todo, Bagdad, constituía un acicate para los musulmanes de Occidente y del norte de África.

La separación entre Oriente y Occidente, el debilitamiento del imperio árabe, conquistado en el s. XVI por los otomanos, los cuáles, a su vez, se encerraron sobre sí mismos a partir del s. XVIII, hicieron que esos textos, que se conocían en la Edad Media en Occidente, cayeran en el olvido en Occidente y quizá en Oriente incluso, si el imperio otomano veló siempre por las ruinas que atesoraba Mesopotamia sobre la que ejercía su poder.

Los planos que trazaron esos geógrafos árabes, marcados por Ptolomeo, fueron muy superiores a los que dibujaron los cristianos. Las exploraciones llegaron más lejos. Algunos textos fueron equiparados con la Historia de Herodoto.
Sin embargo, ya poco sabemos de estos descubrimientos. Traducidos tardíamente al latín, no pudieron ser estudiados en Occidente, y aún hoy, no existen siempre traducciones en lenguas modernas (incluido el árabe no clásico).

Esto no es óbice para que la historia del descubrimiento del próximo oriente antiguo no tenga que ser matizada.

martes, 10 de enero de 2012

Primavera 2

Revuelo e indignación en parte de la prensa tunecina, e inquietud en medios universitarios como la Escuela de Arquitectura, hoy.
Reched Ghannouchi, lider del partido islamista Ennahdha, ganador de las pasadas elecciones, ha anunciado, tras prometer liberar Jerusalén, la arabización de la enseñanza, la separación de hombres y mujeres en espacios públicos, la anulación de ayudas a las madres solteras, la promoción del turismo "halal" (sin alcohol, y con carne sacrificada según un determinado ritual), y la expulsión de los judíos (empiezan las amenazas en algunas zonas del país), la instauración del sexto califato.
Se empiezan a ver los primeros chadors incluso en zonas costeras turísticas.

Mientras, la izquierda laica acusa cada vez a los Estados Unidos de apoyar nuevas dictaduras que aseguren el control del pais (como en Arabia Saudí), todo y reconociendo que las elecciones fueron legales, y que los islamistas habrían ganado con o sin apoyos exteriores. Es difícil saber si esta acusación está fundada, o es una manera de disculpar las torpezas de los partidos de izquierda, sostienen algunos profesores universitarios. Comentan que la situación en Túnez se asemeja a la que impera en algunos paises europeos con la subida de la extrema derecha (Front National en Francia, Partit per Catalunya en Cataluña, etc.), ahora, o en los años treinta.
También reconocen que la influencia mayor proviene de Qatar, que, por otra parte, está comprado extensas zonas costeras para promociones inmobiliarias similares a las de los Emiratos Árabes (pese a la quiebra de empresas de Dubai).
Se denuncia el doble lenguaje de Ennahdha, que demoniza a Israel, y recibe al líder de Hamas, pero pacta con los Estados Unidos.
También se quejan del término "primavera árabe" que impera en paises occidentales. Argumentan que nada tiene que ver Túnez (aún democrático y laico, aunque no se sabe por cuánto tiempo) con  cualquier país del Próximo Oriente; ni siquiera el árabe, mezclado con términos bereberes (y turcos) en Túnez, es parecido al árabe que se habla en Itak, por ejemplo.
¿Revolución, o involución?

Mèrit Artìstic (o ¿los nuevos tiempos?)



Oh yeah?












Mèrit artistic, lo llaman.
Mérito, desde luego, del estómago de quien concede el premio.

CARTHAGO DELENDA EST?























Cartago: termas romano-imperiales / villas romanas (criptopórtico, mosaicos, peristilo) / puerto púnico circular.
Fotos: Tocho, enero de 2012

Las ruinas suscitan la nostalgia. Evocan un pasado esplendoroso que se fue.
Los restos de Cartago, sin embargo, son un motivo de esperanza, pues son verdadera arquitectura. Comprenden ruinas fenicias y romanas. Destacan las hermosas termas antoninas, cerca del mar, y unas villas romanas en la ladera de una colina orientada hacia el golfo ceñido por montes que parecen volcanes, y por palmeras.
Las ruinas no son arquitectura en ruinas, sino que son la única arquitectura verdadera: aquella que solo se habita con la imaginación; capaz de despertar, de alentar la imaginación.
Las formas están reducidas a elementos esenciales: una columna, un muñón, un fragmento de mosaico, cuyos motivos ornamentales circulares, casi invisibles, son una imagen de la planta del edificio casi imperceptible, como si la planta se reflejara en el mosaico que cubre la planta.
El edificio solo existe en la imaginación. Proporciona elementos para que aquella reconstruya el edificio. Nadie se fijaría en él si estuviera entera. Lleno de gente ocupada, yendo de un sitio a otro, solo sería el marco en el que se desarrolla una actividad. El bullicio, el movimiento impedirían captar el silencio que lo invade. 
La arquitectura es un contenedor de silencios. El ruido exterior, asociado al desorden, se detiene ante los muros. Silencio que evoca la quietud, el reposo que todo edificio tiene que brindar. Uno se asienta, descansa en una obra de arquitectura. Ésta ofrece un abrigo, una sede donde quedarse quieto, a fin que cese el movimiento errático de quienes llevan una vida errante porque no tienen un hogar; porque no tienen dónde dejarse ir, cesando de ir de un lado para otro.
Las ruinas permiten valorar cada elemento: unas piedras, unos ladrillos, fragmentos de mármol, pilares rotos, bases de columna, pilastras descompuestas. En las ruinas se aprecian los detalles. Uno camina lentamente, mirando dónde pisa. Se avanza con respeto.
Los edificios son un acto de violencia contra la naturaleza: se abren zanjan, se desmontan laderas, se horada la tierra, se desplazan piedras y montes. Las ruinas, empero, reintegran el edificio en la naturaleza. Las piedras apenas se distinguen de los cantos; las columnas son inmensos guijarros caídos, los muros carcomidos se asemejan a acantilados. Lo humano y lo natural diluyen fronteras, sus diferencias. 
Las ruinas son una razón para soñar. Las formas que uno se imagina son esenciales, puras. Están libres de detalles prosaicos.
Son restos; y promesas a la vez; deshechos, y gérmenes. Invitan a reconstruir mentalmente el edificio que nunca lucirá mejor que en sueños. La imaginación sobrevuela los restos, se alza a partir de éstos.
Imaginar es el poder que ser humano posee; lo que le distingue de las bestias y los dioses (que no necesitan soñar pues lo tienen todo a mano: no desean nada, pues nada les falta; por eso tanto envidian a los humanos; los dioses quisieran ser mortales, para poder aspirar a la inmortalidad).
Las ruinas son el mejor, quizá el único acicate de la imaginación. Y las imágenes generadas son las más puras, verdaderas, pues son imágenes que nunca sufrirán el transvase en la materia; nunca se materializarán; siempre quedaran como imágenes o sueños, incontaminados.
No, las ruinas no suscitan melancolía o desesperación, no evocan la caída o la pérdida, sino una nueva plenitud, más plena si cabe porque solo existe en espíritu. Son formas espirituales, fruto del espírutu, y capaces de albergarlo. Las ruinas nos devuelven nuestra humanidad: nuestra capacidad de imaginar lo que fue, o mejor dicho, lo que nunca fue, salvo en los sueños. Es decir, ponen a prueba la capacidad creadora del ser humano, capaz de suscitar formas que solo él percibe. Formas, seres a los que da vida, y que no morirán porque no están afectados por la materia.as ruinas
Las ruinas nos convierten en inmortales: en sueños, percibimos, y vencemos el tiempo, rescatamos del tiempo las frágiles construcciones. En sueños, nunca más se derrumbarán. Salvo cuando dejemos de soñar: cuando ya no tengamos ruinas ante los ojos. Cuando ya nada quede.  

lunes, 9 de enero de 2012

Genios




El gigantesco aeropuerto de Castellón fue ideado y promovido por Carlos Fabra, presidente del Partido Popular de la región.
Es lógico que una estatua a la altura del prócer se levante en la entrada del recinto: veinticuatro metros de alto, treinta toneladas, y trescientos mil euros.

Se trata de una obra simbólica: una figura con cuatro rostros (que mira hacia los puntos cardinales, que controla las cuatro regiones del mundo, como un Atlas, una divinidad omnisciente, con un ojo abierto al mundo, y otro cerrado, vuelto al mundo interior), con la boca abierta y narices tuberculares, que se asemeja al gran Mario Bros, se alza, sobre unas piernas enfundadasen lo que parecen botas de siete leguas o guardabarros (no se detiene ante nada) y tiende una mano con los dedos, como garras, ávidamente extendidos. De cabeza emergerá un avión: la idea materializada.

Esta obra delicada es del gran escultor Juan Ripollés, en cuya web personal se anuncia él mismo modestamente: "Ripollés también ha sabido redefinirse porque nunca ha permanecido estático a los cambios. Y ha hecho ese rejuvenecimiento en forma de transiciones reposadas que, hoy en día, permiten comprobar la evolución de una obra pictórica y escultórica distinta en cada periodo pero única en un atributo esencial: toda ella está hecha por un genio."
Nadie mejor que él para traducir plásticamente los cambios que la velocidad supersónica evoca: "es un artista de una imaginación inagotable, sensible a lo que le rodea y con un talento exclusivo para reinterpretar su entorno a través de la pintura, la escultura o el grabado".

En efecto, el artista ha declarado: "una figura a la que le saldrá de la cabeza un avión, ese es el germen y el esperma del nacimiento de la obra". Ésta es, pues, una creación viva; y la creación se equipara con la procreación. Ripollés es, así, un verdadero genio, capaz, literalmente de crear vida. Su obra es su hijo. Y él es su Padre, un dios.

Sin embargo, Carlos Fabra matiza: "Ripollés se ha inspirado en mí, y no creo que inmerecidamente". Esta frase, por si misma, no afecta la condición de genio de Ripollés, aunque si la hace tambalear: un genio no se inspira en nada y nadie. Crea, y su creación en una obra única, que no se parece a nada ni a nadie.
Sin embargo, Fabra añade: "si además inspirara a las musas ya sería perfecto". Fabra no solo inspira a Ripollés, sino que hasta alienta a las mismas musas. o Musas.

Veamos: las Musas son las diosas de la inspiración. Son las diosas (hijas de la Memoria) que soplan al poeta lo que tiene que escriben. Le dictan los versos, y le hacen ver al artista plástico lo que tiene que pintar y esculpir, guiándole la mano si hiciera falta. Las Musas son la causa trimera de la creación. Sin ellas, no habría arte.
Pero aquí, las Musas no son las verdaderas responsables de la creación. Fabra está por encima de ellas. Las domina, las alienta. Las Musas tan solo median entre Fabra y Ripollés, el prócer y el artista.
El artista, Ripollés, se había presentado como un dios. Los dioses son omnipotentes. Éste, sin embargo, se inclina ante Fabra, una divinidad, sin duda, mayor. Fabra es Dios.

Ante semejante figura, cualquier estatua es pequeña. Ninguna podrá dar cuenta de la grandeza de Fabra.
Por eso, sin duda, la obra cuesta tan poco, "un coste muy inferior a la media de otras esculturas de aeropuertos provinciales -desconocía que existían tarifas para estatuas de aeropuertos de esta clase-", y el artista, pese a ser un genio -"oriundo de Castellón"-, "ha renunciado a percibir ningún canon artistico".
Se ha inclinado ante la poderosa mente de Fabra, capaz de alumbrar aviones y aeropuertos que ni siquiera necesitan ser usados. La utilidad, la función siempre es servil. El arte, el gran arte, como es la gran obra de Fabra, el aeropuerto, siempre es inútil. El resto es obra de artesanos.

Pero es que Ripollés "es un revolucionario, un rebelde vitalicio en tiempos de alianzas internacionales económicas, culturales y políticas (...) Artista mediterráneo, de perfil heleno y barba florida y franciscana, dentro de su estética perenne de algodón conviven el creador y el hombre".
Fabra y Ripollés están hechos el uno para el otro, y tenían que encontrarse; Fabra, inspirar al genio, y el genio, plasmar la la idea alzándose de la augusta testa del anterior.
Los genios siempre se reconocen, y dialogan en las alturas.
Y los súbditos se inclinan y pagan.

Por cierto, ¿qué nos ha costado el encuentro entre el gran Millet y todos los próceres políticos, financieros y culturales?
¡Ah!, los misterios de la creación.