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sábado, 20 de septiembre de 2025

Besugo

 -Apreciado Profesor. Siento decirle que no podemos publicar su artículo tal como está. Un programa ha detectado tres plagios de un texto publicado, uno de ellos extenso. 

- ¿Plagio? Es imposible

- Le devolveremos el texto con las indicaciones de las partes afectadas. El texto original se encuentra en un blog.

- ¡Ah! ya; es mi blog. El texto de referencia lo escribí yo

-En este caso es autoplagio. Debe entrecomillar las frases copiadas.

- Será una auto-cita, en todo caso. Las comillas se utilizan cuando se cita un texto ajeno. Pero en este caso, el texto citado es mío. Lo escribí yo.

- Está publicado.

- Desde luego. Mi blog es público;  es un carnet de notas que se puede citar o reproducir sin problemas.

-Debe indicar la procedencia de la cita.

-¿Qué le aporta al lector saber que el texto que lee lo ha escrito el autor? Leerá lo mismo en un mismo contexto. Pues ésta es la información que aportaría la nota.

- El lector sabría la procedencia

-¡Pero la procedencia soy yo!

-Ésta es una revista con una revisión por partes. El código ético impide publicar lo que ya ha sido publicado, sin indicar la referencia.

Tenga en cuenta, además, que uno de los párrafos detectados supera el número de palabras que se pueden citar. Debe obtener la autorización de reproducción de la editorial

-El blog no pertenece a ninguna editorial

-En este caso, la autorización debe proceder del autor

- ¡Pero el autor soy yo!

- El blog no está a su nombre. El responsable es otra persona

- El nombre de responsable es un seudónimo. Pero sigo siendo yo.

-Nos debe remitir una autorización de reproducción firmada por este otro nombre.

-¿Pero qué validez tiene un certificado de una persona que no existe? ¡Un certificado de Paco Tilla!

-Puede volver a escribir el texto de manera que no se confunda con la procedencia.

-Intenté en su día  redactar el texto del blog de la mejor manera. ¿Me pide que lo escriba peor para que no se parezca?

-El texto volverá a ser analizado por el programa. Si no efectúa los cambios indicados, no podrá ser publicado… 


(Confiemos en que, un día, la ficción logre superar a la realidad) 

Publico, luego existo ….








martes, 9 de septiembre de 2025

A poco del inicio de las clases

 El curso académico esta a punto de empezar. La semana que viene, las aulas estarán llenas. O no. Frente a los tres mil quinientos estudiantes de arquitectura, solo en una de las dos escuelas públicas del área de Barcelona, alguna carrera impartirá clase a uno o dos estudiantes.

¿Es deseable que los estudiantes puedan escoger unos estudios que probablemente no les permitirán ejercer lo que habrán aprendido, o qué universidades públicas imparten clases particulares? El dinero público ¿se puede dedicar a formar técnicos que no hallaran trabajo?

La pregunta o la duda responde a una determinada concepción de la universidad . Un centro donde se forman unos profesionales que quizá no sean necesarios. 

Pero la función de la universidad no es tanto enseñar a hacer, sino enseñar a pensar o, mejor dicho, enseñar que cabe pensar para obrar, pensar si cabe obrar.

 En este caso, el número de estudiantes siempre será insuficiente.

 Pensar, es decir, hacerse preguntas y tratar de hallar respuestas sobre lo que cabría hacer, como hacer, y qué consecuencias acarrea nuestro hacer, sea una obra o un experimento, no es irrelevante ni un lujo, sino una necesidad. 

Cabría plantearse si la universidad cumple esta función o si prefiere, quizá porque es lo que se le impone, adoctrinar técnicos, enseñándoles a hacer pero no a a preguntarse sobre lo que hacen, la función, la necesidad, los fines y la repercusión de lo que van a hacer. Pensar puede ser  -seguramente, deba ser- perturbador .  

La universidad es una escuela de pensamiento. Y es cierto que deberían tener las puertas abiertas quienes prefieren dudar a operar  (a ciegas o confiadamente). La ética y la estética, y no solo la técnica, deberían ser los los fundamentos de los estudios que acoge y promueve la universidad. 

Muy lejos de lo que enseñamos.

domingo, 5 de mayo de 2024

Examen

 El mes de mayo, el mes de los exámenes académicos.

Encontramos exámenes que tienen contenido, con peso, y otros ligeros, livianos, insustanciales. Argumentos de peso contrapuestos a los que apenas dejan huella, como si no pesaran suficientemente y son barridos ante cualquier objeción. Pero un texto pesado tampoco es relevante; no se le puede acarear; no aporta nada, no enriquece. Se tiene que abandonar. 

Pesar, medir son consustanciales con las pruebas o los exámenes. Literalmente, un examen, en latín, es la aguja de una balanza. Un examen mide o pesa conocimientos y capacidades de utilizarlos. Las ideas o los argumentos fundamentados tienen poso. Pensar y pesar son verbos sinónimos. Un pensamiento que marca, merecedor de atención, sopesa argumentos como si los depositara en una balanza y acaba con un balance gracias al cual decide cuáles tienen mayor entidad, obviando los que son evanescentes.


¿Examinar o examinarse? Todo examen nos pone a prueba. La resolución del problema exige un careo. Tenemos que hacer preguntas, hacernos preguntas. Un examen nos permite y nos obliga a estudiarnos. Tenemos que poner el acento y mirar a lo que estudiemos, pero también debemos que volver la mirada hacia nosotros y ser plenamente conscientes, lúcidos, de lo que vamos a emprender. Pues un examen es una aventura que mide nuestras fuerzas. Se trata de un reto que debemos superar, sin abandonarnos, superados por el envite. Un examen exige conocimientos y fuerza moral. De algún pone, un examen mide nuestra capacidad, nuestro ánimo, nuestra entereza para afrontar la vida. El resultado de la resolución del examen es una sensación de alegría y paz. No nos hemos derrumbado. Acabamos fortalecidos.


La palabra examen está emparentada con el término actuación. Examinar es un hacer (agere, en latín, que ha dado el verbo francés agir). Este acto se comunicaba al exterior (ex-amen), para que sea sopesado. Agere es uno de los verbos latinos con más matices, con un campo semántico más amplio. Designa todo tipo de actuaciones, elaboraciones, construcciones; entre aquéllas, las que recurren a la palabra: las interpretaciones del actor. Sus palabras y sus gestos son vitales porque permiten que un personaje cobre vida. 

Un examen modélico no es letra muerta: aporta un punto de vista personal, echa luz sobre un problema, lo resuelve. El enigma se desvela. Su contenido inalcanzable se pone a nuestra disposición. El examen es una ventana al mundo. Valora la capacidad de apreciarlo, de abrirlo. Gracias al examen se manifiesta nuestra comprensión del mundo y nuestra habilidad para comunicarla a través de unos recursos al alcance de todos. 

Un examen no es un castigo. Es un juego de precisión que exige que sepamos calibrar bien lo que tenemos que analizar, distribuyendo el peso de cada argumento a fin de lograr un resultado, un punto de vista equilibrado, en el que propuestas contrapuestas se conjuguen y den cuenta de la complejidad del mundo. Pesar o pensar requiere atender a visiones distintas, poniendo en evidencia las múltiples caras de la realidad.

Un examen es un juego de construcción que requiere hallar el lugar correcto de cada punto de vista, a fin que la demostración no se derrumbe. Agilidad, destreza, vista, previsión son dones o capacidades (que se cultivan, se adiestran)  que entran en juego para edificar un texto sólido, bien trabado, en el que las partes se relacionan y se suceden sin desequilibrar el conjunto. 

De algún modo, un examen es una precisa obra de arquitectura, una construcción que se eleva paso a paso apuntando a la resolución de un problema. Un hermoso ejercicio que se vive siempre con el miedo al derrumbe. Como en toda construcción que trata de aclarar el mundo. Construir conlleva la asunción del fracaso, cuya superación pone de manifiesto la capacidad creativa de quien está sometido a examen.

Dicho eso, todos tememos suspender: quedar colgados, como si tuviéramos unas soga al cuello, sin poder avanzar….


jueves, 14 de septiembre de 2023

Directoras




 ¿Existe alguna escuela o facultad de arquitectura dirigida actualmente por una arquitecta? Sí, y en un país, en una ciudad donde uno, equivocadamente, no se lo espera.

Tras la dirección del departamento de arquitectura de la facultad de ingeniería de la universidad de Bagdad, en Iraq, a cargo de una arquitecta, hace unos años, hoy la dirección del departamento de arquitectura -se usa la palabra departamento, pero se trata de una escuela, con varios departamentos, según la terminología española- de la universidad de Duhok, en el Kurdistán iraquí, corre a cargo de una arquitecta, la dr. Rana Fathi Farhan.

Todas las direcciones departamentales de la escuela de arquitectura están a cargo de doctoras arquitectas. Una situación que no se da en España. La escuela de arquitectura de barcelona solo tiene tres catedráticas y una sola directora de departamento, la catedrática Pilar  García Almirall del departamento de Tecnología.

Del mismo modo, una de las figuras más relevantes de la universidad de Mosul, en Iraq - asolada, quemada por el Estado Islámico entre 2015 y 2017, con asesinatos y secuestros a la orden del día, la reclusión y el enlutado de estudiantes y profesoras, y la prohibición de estudiar e impartir docencia  -, es hoy la ingeniera agrícola, que trabaja en proyectos de parques urbanos en el “departamento” de arquitectura, la profesora Haneen Hashim Mohammed Ali.

En una reciente sesión de la línea de arquitectura en un congreso en la universidad de Duhok, la mayoría de las ponencias y de la asistencia estaba constituida por arquitectas.

Para quien no está familiarizado con la universidad en países árabes, en particular en Iraq, y menos en áreas devastadas por el Estado Islámico hasta hace poco, una sorpresa.

Estas consideraciones, empero, no implican que, pese al respeto por la paridad en los comités científicos y académicos, organizadores de congresos, las figuras en primera línea sean académicas, pero la transformación de la universidad en ciertas ciudades en Iraq aventaja la organización universitaria española en cuanto a la relevancia de las figuras docentes, directivas y académicas femeninas.


Notas:

La documentación gráfica en esta breve nota está constituida por imágenes de páginas personales académicas públicas de las personas citadas, en Google Scholar, por ejemplo, y en la página web universitaria,  mal alcance de cualquier lector, y de una fotografía más general de una sesión académica tomada recientemente 


La dirección de la Escuela Politécnica Superior de Edificación de Barcelona (EPSEB) - antiguamente Escuela de Aparejadores o de Arquitectura Técnica- está al cargo de la doctora Inma Rodríguez Cantalapiedra.

El congreso de arquitectura e ingeniería que tuvo lugar ayer en la universidad de Duhok empezó con un minuto de silencio en homenaje a quienes murieron hace seis años apenas defendiendo la ciudad de Duhok, ubicada en un largo y ancho valle delimitado por dos cadenas montañosas, del ataque del Estado Islámico que no logró tomar la ciudad, contrariamente a la suerte que corrieron las devastadas ciudades de Mosul y Kirkuk.

El ISIS tampoco  llegaró a la ciudad de Erbil, capital del Kurdistán iraquí, pese a ocasionales bombardeos y suicidas-bomba, gracias a un amplísimo y profundo foso abierto a lado y lado de la carretera -la única existente hace seis años- de acceso, entre Mosul y esta ciudad. 

viernes, 17 de marzo de 2023

Oposición universitaria

 




Fotos: Tocho, marzo de 2023


La nueva ley universitaria española, que entrará en vigor de aquí a poco, tras su aprobación por el Congreso y el Senado, así como de los gobiernos autonómicos, prevé la reducción de cargos temporales en favor de nombramientos indefinidos o de por vida, sustituyendo a profesores asociados por profesores titulares y por catedráticos, por funcionarios.

A fin de realizar esta metamorfosis, se convocarán, en los próximos años, y presupuestos mediante, un sin número de oposiciones que permitirán  el acceso a la docencia universitaria tanto de doctores ajenos a la universidad como de profesores temporales ya contratados anualmente que podrán convertirse así en docentes fijos.

La palabra oposición puede parecer extraña para designar la puerta de entrada de docentes a la universidad. Oposición, que viene del latín, se refiere a un enfrentamiento -un hacer frente a un obstáculo o un enemigo. La palabra, lógica en los ámbitos político y militar, parece menos adecuada para referirse al acceso a la docencia, a menos que recordemos que los candidatos compiten entre sí, y buscan obtener datos que confían  que los oponentes no dispongan ni tengan acceso a aquéllos. Una oposición se lleva a cabo a cara de perro. Las limitaciones, como la discriminación positiva, constituyen obstáculos que deben ser sorteados o superados.

Un descubrimiento casual de las reglas que regían las oposiciones en la postguerra española explica bien la situación de la educación española durante tantos años, hasta al menos la transición -o ¿hasta hoy?.

También se practicaba la discriminación. Se exigía, entre otras especificidades:

“Ser español

Certificado negativo de antecedentes penales

Certificado de adhesión al Estado avalado por autoridades militares o civiles, quedando exentos de este requisito “aquellos opositores que hubiesen prestado servicios en guerra””

Y tenían preferencia:

“Caballeros mutilados por la patria (Nota: no se concebían que señoras pudieran opositar)

Ex combatientes que hayan alcanzado, por lo menos, la medalla de campaña

Ex cautivos por la causa nacional que hayan luchado con las armas por la misma o que hayan sufrido prisión en las cárceles o campos rojos durante más de tres meses, siempre que acrediten su probada adhesión al movimiento desde su iniciación y su lealtad al mismo durante el cautiverio.

Huérfanos y otras personas económicamente dependientes de las víctimas nacionales de la guerra y de los asesinados por los rojos.”

(Véase la Legislación Vigente sobre Oposiciones a Cátedras” de 1947, algunas de cuyas páginas reproducimos.  

Huelga decir que funcionarios o trabajadores republicanos, e hijos de los mismos, tardaron años en poder iniciar una carrera universitaria, no antes de finales de los años cincuenta, unos veinte años después del final de la guerra civi, en algunos casos.


viernes, 29 de enero de 2021

Examen final

 


Examen final en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), jueves 28 de enero de 2021.

Foto: Tocho, UPC-ETSAB