Mostrando entradas con la etiqueta arte moderno. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta arte moderno. Mostrar todas las entradas

jueves, 2 de octubre de 2025

Art Déco, hace un siglo








ART DECÓ (EN PARÍS Y BARCELONA)

 

2025: Se cumple el primer centenario de la Exposición Internacional de las Artes Decorativas e Industriales, en París. Un hito que lanzó un nuevo estilo, aún imperante: el Art Decó.

Se han celebrado y se celebran exposiciones en varias ciudades, en París principalmente, sobre este estilo que humanizó la frialdad clínica y desnuda del racionalismo. Con el Art Decó, la decoración volvió a preocuparse que la funcionalidad no estuviera reñida con el placer. Los incomodísimos sillones de Le Corbusier volvieron la vista a las proporciones y las formas del cuerpo humano, no siempre adscrito al porte militar de las figuras del arquitecto suizo.

Barcelona iba a organizar una gran exposición en alguna ciudad europea amén de la “ciudad condal”:

Finalmente, una pequeña muestra sobre la variedad de objetos sobre los que se desplegó el renovado gusto por la suntuosidad contenida por la geometría, un cruce entre el catolicismo y el protestantismo, la hiriente luz blanca y la calidez de las velas, se inaugurará en el museo del diseño de Barcelona en noviembre de este año.

 

PRESENTACIÓN 

Le ruego que se fije usted en el color que tiene todo en Barcelona. Vea usted las casas, los rótulos, las persianas, los árboles y los vestidos de las señoras. Vea usted la inminencia, la violencia, la inmediatez de la realidad. Nosotros estamos en primera fila. No extrañe que hagamos un caso relativo de Descartes. Nuestra filosofía es brusca y no tiene matices. Pero es que ante las verdes persianas de Barcelona no cabe adoptar una actitud mental dubitativa.” 

(Josep Pla: La Publicidad, 1921)

 

Som asseguts
al redós de la taula
prop del bec del gas que xiula
Unes flors artificials
que em fan angoixa perquè no tenen
hivern
Els ulls de ma estimada brillen com els d'un gat
com l'escata
Els vidres de la sala tremolen rondinen sobre els sotracsdels trams
El maniquí de fusta m'apar un espectre
Suara amb el braç he tombat el tinter
S'ha estès la taca negra
I en fer entrada la superstició
HEM ESDEVINGUT PALLIDS

(Joan Salvat Papasseit: “Interior”, Poemes en OndesHertzianes, 1919)

 

“Mucha gente se consideraría afortunada si hubiera perdido la última década.” 

(F. Scott Fitzgerald: La década pérdida, 1939)

 

Fue el Art Decó un estilo internacional, bautizado tras la Exposición de Artes Decorativas e Industriales Modernas en Paris en 1925, característico de la mayoría de los pabellones y de objetos expuestos. Éstos debían ser considerados “ultra modernos”, sin referencias al pasado. Mas, en verdad, el Art Decó se singularizó por el uso de formas esquemáticas, geometrizadas, casi caricaturescas, inspiradas en el cubismo más decorativo y las artes “primitivas”, ejecutadas con materiales valiosos y a veces innovadores, sin caer en la renuncia a la ostentación del saber manual y el ornamento, proscrito por el diseño de las escuelas de diseño racionalistas que defendían la depuración o el puritanismo formales, la estilización, y la producción mecánica. 

 

OPTIMISMO

Al igual que el Noucentismo, en Cataluña, y la vuelta al orden del arte metafísico y de la Nueva objetividad alemana, el Art Decó, imperante en las artes decorativas, pero característico también de nuevas formas de vida,parece surgir como reacción a la delicuescencia modernista y a la desfiguración macabra y la completa destrucción física y moral causadas por la Primera Guerra Mundial (1914-1918) que laceró, sobre todo, Europa, marcó el fin de los Imperios y acentuó la extensión del dominio colonial en el Próximo Oriente, sobre todo. La voluntad de poder, la aceleración del capitalismo antes del choque de 1929 y la creencia en un futuro prometedor, dibujaron una visión ciegamente optimista del futuro -a sabiendas a veces del engaño- que el diseño imprimió en los objetos cotidianos que facilitaban y acomodaban la vida diaria de las clases adineradas.


HEDONISMO

El desnudo tenía sólo dos significados en la mente de la gente: a veces el símbolo de la belleza y a veces el de lo obsceno.” (Paul Valéry)

 

¡Abajo corsés, miriñaques y polisones que hinchaban y henchían los acortinados vestidos femeninos! Éstos se alisaron, se aligeraron, se escotaron y, sobre todo, se acortaron. Las rodillas quedaron al descubierto, por vez primera en la historia, sin causar escándalo, o causándolo, cómo se buscabaLa moda masculina, más sobria, se contuvo, pero también se desentendió del chaleco, hasta la irrupción de la ropa deportiva, de calzones cortos y colores claros. El cuerpo quedó expuesto al sol. Los ejercicios al sol ya no fueron tareas de labriego, y el franco nudismo devino una práctica regimentada y saludable, una vuelta a la naturaleza, una celebrada manifestación del culto al cuerpo -al que la clase pudiente se podía entregar-, que la publicidad, el music-hall, marcado por la desnudez “primitiva” o “salvaje”, y el naciente arte cinematográfico se aprestaron a promover. 


EXOTISMO 

La acentuación de las posesiones coloniales en los continentes asiático y africano, la exhibición de los bienes conquistados en las exposiciones coloniales en Europa a lo largo de la primera mitad del siglo XX, y la creación de museos de antropología que mostraban lo que los “pueblos primitivos” llevaban a cabo, atrajeron el interés por los motivos “orientales” y primitivos, considerados una curiosidad y una novedad que rompían la uniformidad del arte europeo académicoLa ensoñación orientalista, aparecida en el siglo XIX -la explotación de formas y modismos forzadamente distintos y vagamente risibles-, se conjugó con el gusto por formas tribalesuna manera de sacudirse el conformismo y de despertar la curiosidad y el deseo de posesión de lo nuevoMaderas de Oriente, Hindustán, Polvos Morisca, Rosa de Bagdad o Sultana,fueron marcas de artículos de lujo que alternaron con Tabúy con OrgíaA la vez, ejaponismo, ya destacable a finales del siglo XIX, caracterizado por la utilización de nuevos materiales como la laca urushi y la cáscara de huevo, se sumó a este gusto por el refinamiento. 


POPULARISMO Y POPULARIZACIÓN

“Está en el poder de la radio de resucitar la poesía como un arte hablado” 

(Herbert ReadNew verse, 1939)

 

Diseñadores de estilo Art Decó cultivaron sofisticados trabajos manuales, desde la marquetería hasta el esmalte cloisonné, y utilizaron materiales raros como el galuchat(o piel de raya) o la laca. Pero también recurrieron a materiales más económicos como la baquelita -una resina sintética, descubierta a principios del siglo XX, que podía sustituir el cristal o la laca- aplicados a objetos de producción industrial como electrodomésticos, en cuya fabricación también intervenían papeles y tejidos. El Art Decó no fue solo un estilo de diseños exclusivos -como sí lo fue el racionalismo de los muebles de tubo de acero cromado-, sino que también caracterizó a útiles económicos , de producción maquinal, que definieron y animaron y asustaron los tiempos modernos, puestos al alcance de una mayoría. 


A A.S., promotor de la propuesta


https://www.fad.cat/es/agenda/13556/art-deco-1925-2025-el-disseny-mirall-de-les-arts-decoratives


 





sábado, 20 de septiembre de 2025

ALEX DA CORTE (1980): LA CASA FANTASMA


 




















No, no es un error.

La casa fantasma no es una obra del artista venezolano-norteamericano Álex da Corte, sino de los arquitectos Denise Scott-Brown y Robert Venturi: una escultura y un espacio público que recrea, en su lugar de origen, la destruida morada de Benjamin Franklin, gracias a quien la colonia británica se independizó de la metrópoli, en Filadelfia.

Esta casa, sin embargo, inspiró la instalación de Álex da Corte: una casa construida -o delimitada- con neones de colores: una casa sin paredes ni puerta, donde todo está a la vista, presidida por un televisor gigante. Una casa sin secretos, donde nada se esconde, con todo a la vista de todos. Un aparente refugio en el que el único refugio para olvidar lo que acontece alrededor es la pantalla del televisor. 

La casa abierta a los cuatro vientos es un horror y una pesadilla. Un refugio requiere soledad, y un corte con el entorno; paredes que componen un mundo distinto en el que abismarse. La casa en la que todo acontece como si de un espectáculo ante todo el mundo encoge y cohibe. Lo que ocurre está sometido al escrutinio general. Los colores infantiles que se asocien con la inocencia se vuelven horribles, y la casa abierta se transforma en una cárcel, siempre iluminada, donde la felicidad es de obligado cumplimiento. Cualquier otro sentimiento aparece como una muestra de ingratitud y egoísmo: ¿cómo no se puede ser feliz en semejante entorno, en el que cualquiera, a cualquier hora, puede acceder, sin preguntar?

Las casas son lugares donde apartarse para que cada persona se “reencuentre” consigo misma, sin cuyo objetivo cumplido no puede acoger a los demás. Es necesario que cada uno haga las paces consigo mismo para poder abrirse. La casa siempre abierta, teñida con luces y colores que obligan a la felicidad, es una trampa que evita la reflexión, la vuelta sobre uno mismo, la toma de distancia que permite tener una mirada razonada y objetiva sobre lo que acontece. La ausencia de límites conlleva la falta de ordenación. Las pautas, las leyes dejan de tener sentido. Todo es posible; es decir, nada lo es. La vida se paraliza. 

La casa abierta de Álex da Corte es un sarcasmo sobre las periferias suburbiales coloristicas donde la felicidad es de obligado cumplimiento, un estado permanente y no un instante de regalo, un momento de bienestar, sin depender del escrutinio ajeno.


Véase, por ejemplo, la página web del artista: 

http://alexdacorte.com/


https://art21.org/gallery/alex-da-corte-artist-at-work/





viernes, 5 de septiembre de 2025

NIKI DE SAINT PHALLE (1930-2004): UN RÊVE PLUS LONG QUE LA NUIT (UN SUEÑO MÁS LARGO QUE LA NOCHE, 1976)



Entre Alicia en el Pais de las Maravillas y un inquietante cuento de los hermanos Grimm, el oscuro viaje que una princesa -las princesas viven siempre en los cuentos- emprende para ser adulta, un viaje que se transforma en una pesadilla poblada de monstruos ante los que la princesa no se encoge.

La obra maestra de la artista franco-norteamericana Niki de Saint Phalle

miércoles, 13 de agosto de 2025

ITHELL COLQUHOUM (1906-1988: GENUS LOCI
































 

                                    Genus Loci




Pintora, escritora, fascinada por Dalí, el ocultismo y la androginia, la artista surrealista británica Ithell Colquhoum, nacida en la India, entonces una colonia británica, cayó en el olvido antes de ser rescatada a merced del actual movimiento de revaluación de la historia del arte y del papel de las artistas, a menudo minusvalorado. Son las artistas surrealistas las que más atención han recibido en los últimos años.

El Egipto faraónico, la arquitectura megalítica británica y la arqueología fueron otras de sus obsesiones.

Su visión del genus loci o espíritu del lugar refleja bien su lectura de la arquitectura y el esoterismo. Bajo un cielo luminoso, sobre el que destaca el nítido perfil de una ciudad compuesta a partir del eje central vertical que el campanario de una catedral gótica traza, bulle , en lo fondo de la tierra, una masa informe y oscura, arácnida, que ocupa la casi totalidad del subsuelo, en la que se adivinan formas selváticas, lianas, raíces, masas arbóreas, inquietantes y necesarias. 
Un insólito y pavoroso humus tentacular, como los filamentos del micelio, sin el cual la ciudad bajo el sol, perse a quedar empequeñecida por la fuerza oscura del lugar, no tendría sentido ni se anclaría bajo el sol. Acaso estas profundidades acojan a los muertos. 

El genus loci, subterráneo, matérico e informe, se contrapone a los recortados, luminosos y nítidos perfiles de la ciudad,  pero es este contraste necesario para que la ciudad se eleve -y se ancle- sobre la personificación del lugar escogido. 

Una exposición antológica en Londres :



 





martes, 22 de julio de 2025

MAVIS PUSEY (1928-2019): ARQUITECTURA EN CONSTRUCCION Y DESTRUCCIÓN

























El arquitecto y artista  Gordon Matta-Clark adquiría por unos pocos dólares casas familiares de madera condenadas, a punto de ser derribadas, para, sierras eléctricas en mano , abrir huecos, brechas, que convertían modestas y anónimas construcciones en singulares y fugaces obras de arte en el Nueva York de los años setenta.
La olvidada, hasta hace poco, artista norteamericana Mavis Pucey, formada en París, y fallecida en la ruina, que vivió de la docencia más que de su trabajo como artista, reflejaba la fascinación y el horror que le causaban las constantes alteraciones de las casas de Nueva York. Siempre con andamios, en permanente cambio, a punto de sucumbir, cerradas, abandonadas y devueltas a la vida, en un proceso interminable, las casas sufrían, se deformaban, se metamorfoseaban, causando admiración y tristeza a la artista que quiso manifestar, en obras que parecen abstractas, la incierta condición -incierta y vital-, de las construcciones de una metrópoli, en unos cuadros que parecen reflejar la influencia del pintor francés Léger.

La recuperación de artistas afroamericanos negros en los Estados Unidos, al menos hasta hace unos meses, ha permitido recordar la obra de esta artista que no cesó de recorrer la ciudad de Nueva York, admirada y apenada, para quien la arquitectura, símbolo de permanencia y estabilidad, expresaba, por el contrario, su “permanente” vitalidad, a través de sus constantes mutaciones, de su carácter multiforme. La fachada dejaba de ser una máscara inmutable para convertirse en un rostro capaz de comunicar una sucesión de estados de ánimo y de emociones.