Se trata de un tema que Hito ha tratado con menor empeño que en sus vistas de casas aisladas periféricas norteamericanas: un interior. Éste, de noche, vacío, incluye un único mueble: una silla de plástico apoyada contra una puerta trabada. La puerta acoge un pequeña ventana cuadrada. Por el cristal se percibe una intensa y cálida luz eléctrica amarillenta. No se sabe si la puerta da a otra estancia o al exterior, quizá a un porche iluminado. Lo cierto es que la extraña posición de la silla parece sugerir un latente, real o imaginado, peligro, que ronda por el exterior de la casa y obliga a bloquear el acceso con una puerta cerrada y trabada. La escena podría hallarse en una película de los años cincuenta, a todo color, del cineasta Alfred Hitchcock, o en un desolado cuadro de Hooper: dos artistas, un cineasta y un pintor, que Todd Hito como sus referentes más evidentes.
La obra más célebre de Hito retrata casas de madera aisladas en periferias urbanas norteamericanas. Las vistas son casi siempre nocturnas. A menudo en invierno. Vaho o neblina empañan las imágenes. La casa, vista casi siempre de tres cuartos, centra pero no cuña toda la composición. El punto de vista es bajo, como si fuera necesario agazaparse para escudriñar la casa, no fuera que encerrara lo que no querríamos que descubriera que estamos al acecho en silencio.
Nadie parecería habitar esas moradas ¿acogedoras?, si no fuera por una única luz encendida en el interior que se descubre a través de los cristales de una de las ventanas carente de persianas y cortinas. Esta luz, que denota que la casa no está abandonada -pese a que ningún otro testimonio de vida trasluce-, convierten a estas casas fantasmagóricas en remedo de la casa del bosque de la anciana en el cuento que los hermanos Grimm escribieron o transcribieron sobre Hansel y Gretel. Lejos de infundir calidez y seguridad, esa luz podría convertir la casa en una trampa, la falsa confianza en la seguridad de un hogar en medio de un páramo, a veces nevado, sin vida aparente, envuelto en la niebla.
¿Refugio o señuelo? Todd Hito nos invita a proyectarnos en estas casas e intuir lo que podrían ser si nos acercáramos a ellas.
Una exposición actual que las Rencontres photographiques, que la ciudad francesa de Arles dedica hoy a esta artista, permite que no demos por hecho que una casa no posea una la doble cara….
























































