lunes, 31 de mayo de 2010
El tiempo, una categoría a priori
Decía Kant que no se podía no tener en cuenta el tiempo, que condiciona nuestra experiencia. No sé si sabía lo tan en cierto en que estaba.
......... o arte moderno y arte contemporáneo (ah, los "inmortales" Bay CITY Rollers)
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Ciudad sin defensas, ciudad bien defendida: la ciudad según Platón
Las leyes son el diálogo tardío en el que Platón expone, no la concepción de una ciudad ideal, sino la construcción de una ciudad real o posible, de la que el carácter mágico no está, sin embargo, ausente.
En efecto, "los templos (...) se situarán en círculo alrededor de la ciudad sobre lugares elevados, para la seguridad y la higiene" (Lg, 778 c) (los sacrificios animales, sobre todo las hecatombes, cuando se desangraban un centenar, al menos, de víctimas, debían generar nubes de moscas y un olor nauseabundo -al menos para nosotros, hoy).
Este dato, que la arqueología de las ciudades coloniales de la Magna Grecia (Sur de italia) ha confirmado, y que el anillo de templos bien conservados que circundan la ciudad siciliana de Agrigento aún prueba, implica que la ciudad carecía de murallas.
En efecto, Platón repite un lugar casi común en Grecia (en Esparta, sobre todo): son los ciudadanos (los jóvenes) las verdaderas defensas de la urbe. La ciudad son los ciudadanos, quienes se encargan de defenden su espacio, es decir de defenderse en tanto que partes integrantes, miembros activos, componentes, piedras talladas de la ciudad. La metáfora cristiana de los fieles como partes del templo, o templos a parte entera, era de origen sin duda platónico (o neo-platónico).
La razón de la ausencia de las murallas era poderosa: la muralla defensiva, además de ser poco higiénica (quizá porque no permite una buena ventilación y retiene los miasmas), favorece el abandono:
"dispone los habitantes a la molicie ya que les incita a refugiarse tras de ella sin luchar contra el enemigo, a no buscar la salvación en contínuas guardas diurnas y nocturnas, sino a creer que una vez atrincherados detrás de los muros y las puertas ya no les quedará sino a dormirse para sentirse en seguridad, como si no hubieran nacido para sufrir penas e ignorasen que la facilidad, por el contrario, nace en realidad del trabajo; añadiré que la facilidad vergonzante y la indolencia están hechas para engendrar nuevas penalidades" (Lg, 778 d-779a)
Si se aplicara hoy esta máxima en las escuelas.... Pero volvamos a Platón.
Platón es consciente que, en ocasiones, algún tipo de cinturón amurallado es necesario. En este caso, sin embargo, Platón no defiende la construcción de un muro perimetral, sino que pide que las casas se adosen al límite externo, muy juntas, dando la espalda al exterior. De este modo, son las viviendas las que constituyen una sólida barrera ante los peligros venidos de fuera. Por otra parte, la importancia de la imagen, las cualidades sensibles o estéticas no están descuidadas. Este sistema no es solo eficaz; también es hermoso, ya que "el aspecto de una ciudad no es desagradable cuando ésta se asemeja a un único caserón" (Lg, 779b).
La ciudad, vista desde fuera, se confunde entonces con un único bloque macizo y cerrado, como si la ciudad entera fuera una solo casa: un único espacio doméstico. Como si estuviera enteramente "vuelta" hacia la protección de los ciudadanos, quienes ya hacen o son parte de la ciudad; son la ciudad. La casa única que es la ciudad se confunde con los habitantes, como si Platón jugara con los dos sentidos del término casa (oikos, que es el término que utiliza): edificio (envolvente) y familia (habitantes). La casa es una metáfora de la "casa": del clan familiar. En este caso, toda vez que los ciudadanos son iguales, como si fueran de una misma familia, poseen un único hogar: la ciudad entera. Ésta ya no se divide en unidades enfrentadas (un conjunto de casas cerradas), sino que constituye un mismo techo protector, un mismo abrigo para todos los ciudadanos "hermanados".
Una hemosa concepción de la ciudad, y del papel del ciudadano. Posiblemente irreal (por eso es hermosa).
En efecto, "los templos (...) se situarán en círculo alrededor de la ciudad sobre lugares elevados, para la seguridad y la higiene" (Lg, 778 c) (los sacrificios animales, sobre todo las hecatombes, cuando se desangraban un centenar, al menos, de víctimas, debían generar nubes de moscas y un olor nauseabundo -al menos para nosotros, hoy).
Este dato, que la arqueología de las ciudades coloniales de la Magna Grecia (Sur de italia) ha confirmado, y que el anillo de templos bien conservados que circundan la ciudad siciliana de Agrigento aún prueba, implica que la ciudad carecía de murallas.
En efecto, Platón repite un lugar casi común en Grecia (en Esparta, sobre todo): son los ciudadanos (los jóvenes) las verdaderas defensas de la urbe. La ciudad son los ciudadanos, quienes se encargan de defenden su espacio, es decir de defenderse en tanto que partes integrantes, miembros activos, componentes, piedras talladas de la ciudad. La metáfora cristiana de los fieles como partes del templo, o templos a parte entera, era de origen sin duda platónico (o neo-platónico).
La razón de la ausencia de las murallas era poderosa: la muralla defensiva, además de ser poco higiénica (quizá porque no permite una buena ventilación y retiene los miasmas), favorece el abandono:
"dispone los habitantes a la molicie ya que les incita a refugiarse tras de ella sin luchar contra el enemigo, a no buscar la salvación en contínuas guardas diurnas y nocturnas, sino a creer que una vez atrincherados detrás de los muros y las puertas ya no les quedará sino a dormirse para sentirse en seguridad, como si no hubieran nacido para sufrir penas e ignorasen que la facilidad, por el contrario, nace en realidad del trabajo; añadiré que la facilidad vergonzante y la indolencia están hechas para engendrar nuevas penalidades" (Lg, 778 d-779a)
Si se aplicara hoy esta máxima en las escuelas.... Pero volvamos a Platón.
Platón es consciente que, en ocasiones, algún tipo de cinturón amurallado es necesario. En este caso, sin embargo, Platón no defiende la construcción de un muro perimetral, sino que pide que las casas se adosen al límite externo, muy juntas, dando la espalda al exterior. De este modo, son las viviendas las que constituyen una sólida barrera ante los peligros venidos de fuera. Por otra parte, la importancia de la imagen, las cualidades sensibles o estéticas no están descuidadas. Este sistema no es solo eficaz; también es hermoso, ya que "el aspecto de una ciudad no es desagradable cuando ésta se asemeja a un único caserón" (Lg, 779b).
La ciudad, vista desde fuera, se confunde entonces con un único bloque macizo y cerrado, como si la ciudad entera fuera una solo casa: un único espacio doméstico. Como si estuviera enteramente "vuelta" hacia la protección de los ciudadanos, quienes ya hacen o son parte de la ciudad; son la ciudad. La casa única que es la ciudad se confunde con los habitantes, como si Platón jugara con los dos sentidos del término casa (oikos, que es el término que utiliza): edificio (envolvente) y familia (habitantes). La casa es una metáfora de la "casa": del clan familiar. En este caso, toda vez que los ciudadanos son iguales, como si fueran de una misma familia, poseen un único hogar: la ciudad entera. Ésta ya no se divide en unidades enfrentadas (un conjunto de casas cerradas), sino que constituye un mismo techo protector, un mismo abrigo para todos los ciudadanos "hermanados".
Una hemosa concepción de la ciudad, y del papel del ciudadano. Posiblemente irreal (por eso es hermosa).
Antoni Arissa (1900-1980): Preludi d´un grata-cels (1930-34)
Aguda metáfora de la arquitectura en los años treinta del siglo pasado: instrumentos de medición y de dibujo: diversos tipos de compases, todos de tinta, apuntando al papel, abiertos sobre él, para verter la imagen mental que el arquitecto elabora -o ha ganado-, afiladas estructuras verticales, aisladas las unas de las otras.
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domingo, 30 de mayo de 2010
Alain Resnais & Chris Marker: Les statues meurent aussi (1953)
Les statues meurent aussi (1953) from vbrv on Vimeo.
Premio Jean Vigo en el Festival de Cannes de 1954. Censurada durante años.
¿Qué buscamos, qué apreciamos cuando decimos apreciar el arte "africano"?
Nota: dos copias de la película (dada la baja resolución de las proyecciones)
Cristo, arquitecto (metáfora arquitectónica)
La relación entre el maestro y el alumno o el discípulo se dibuja en términos arquitectónicos en el Evangelio de Lucas (letrado griego, médico, quizá compañero de viaje de Pablo o discípulo suyo, y traductor al griego de un texto anterior hebreo: el Evangelio atribuido a Lucas).
Edificar tiene dos significados: construir y formar o educar. Toda la franc-masonería juega con este doble significado. La arquitectura proporciona un modelo de comportamienrto o de educación. Del mismo modo que la forma "contiene" a la materia, dando forma a lo informe, el maestra transfiere formas de conocimiento; el discípulo, aún no formado, obtiene formas, esquemas o pautas con las que puede descubrir el mundo.
La imagen del arquitecto modelando el mundo actúa como metáfora de la acción educadora del maestro, conformando la mente del discípulo, encuadrando sus primeras y confusas impresiones.
Valores como la rectitud que el maestro comunica se visualizan a través de las formas erguidas que el arquitercto levanta. El control de las formas practicada por éste proporciona un modelo de actuación para el maestro que enseña a que el discipulo se controle, sometiendo sus pasiones, así como sus impresiones, filtradas a través de las formas que el maestro le muestra o le transfiere.
Esta relación entre arquitectura y educación, ya presente en Mesopotamia, está explícitamente enunciada por Lucas:
"Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, os voy a mostrar a quién es semejante: Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. Pero el que haya oído y no haya puesto en práctica, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin cimientos, contra la que rompió el torrente y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa " (Lc, 6, 47-49)
πᾶς ὁ ἐρχόμενος πρός με καὶ ἀκούων μου τῶν λόγων καὶ ποιῶν αὐτούς, ὑποδείξω ὑμῖν τίνι ἐστὶν ὅμοιος· ὅμοιός ἐστιν ἀνθρώπῳ οἰκοδομοῦντι οἰκίαν, ὃς ἔσκαψεν καὶ ἐβάθυνεν καὶ ἔθηκεν θεμέλιον ἐπὶ τὴν πέτραν· πλημμύρης δὲ γενομένης προσέρηξεν ὁ ποταμὸς τῇ οἰκίᾳ ἐκείνῃ, καὶ οὐκ ἴσχυσεν σαλεῦσαι αὐτὴν διὰ τὸ καλῶς οἰκοδομῆσθαι αὐτήν. ὁ δὲ ἀκούσας καὶ μὴ ποιήσας ὅμοιός ἐστιν ἀνθρώπῳ οἰκοδομήσαντι οἰκίαν ἐπὶ τὴν γῆν χωρὶς θεμελίου, ᾗ προσέρηξεν ὁ ποταμός, καὶ εὐθὺς συνέπεσεν, καὶ ἐγένετο τὸ ῥῆγμα τῆς οἰκίας ἐκείνης μέγα.
El texto original en griego recurre a dos términos significativos: edificar se dice oikodomeoo, verbo que se empleaba tanto literal (nombrando la acción de un arquitecto o un constructor, un oikodomos) cuanto metafóricamente: una persona edificada era una persona instruida, que había sido instruida; a la vez, cimientos se decía, en singular (Lucas emplea el singular), themelion: un término técnico, propio del vocabulario de la construcción, que derivaba del sustantivo themis (recordemos que la diosa Themis fue quien amamantó a Apolo, el dios griego de la arquitectura, y, por tanto, le transfirió sus valores, facultándole para edificar): ley (divina) o norma, es decir, el fundamento de la convivencia, el conjunto de sólidas normas que regulaban la vida, la puesta en común, de una polis: el conjunto de edificios, bien enraizados, y humanos edificados, bien educados, a partir de normas asumidas por todos.
Edificar tiene dos significados: construir y formar o educar. Toda la franc-masonería juega con este doble significado. La arquitectura proporciona un modelo de comportamienrto o de educación. Del mismo modo que la forma "contiene" a la materia, dando forma a lo informe, el maestra transfiere formas de conocimiento; el discípulo, aún no formado, obtiene formas, esquemas o pautas con las que puede descubrir el mundo.
La imagen del arquitecto modelando el mundo actúa como metáfora de la acción educadora del maestro, conformando la mente del discípulo, encuadrando sus primeras y confusas impresiones.
Valores como la rectitud que el maestro comunica se visualizan a través de las formas erguidas que el arquitercto levanta. El control de las formas practicada por éste proporciona un modelo de actuación para el maestro que enseña a que el discipulo se controle, sometiendo sus pasiones, así como sus impresiones, filtradas a través de las formas que el maestro le muestra o le transfiere.
Esta relación entre arquitectura y educación, ya presente en Mesopotamia, está explícitamente enunciada por Lucas:
"Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, os voy a mostrar a quién es semejante: Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. Pero el que haya oído y no haya puesto en práctica, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin cimientos, contra la que rompió el torrente y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa " (Lc, 6, 47-49)
πᾶς ὁ ἐρχόμενος πρός με καὶ ἀκούων μου τῶν λόγων καὶ ποιῶν αὐτούς, ὑποδείξω ὑμῖν τίνι ἐστὶν ὅμοιος· ὅμοιός ἐστιν ἀνθρώπῳ οἰκοδομοῦντι οἰκίαν, ὃς ἔσκαψεν καὶ ἐβάθυνεν καὶ ἔθηκεν θεμέλιον ἐπὶ τὴν πέτραν· πλημμύρης δὲ γενομένης προσέρηξεν ὁ ποταμὸς τῇ οἰκίᾳ ἐκείνῃ, καὶ οὐκ ἴσχυσεν σαλεῦσαι αὐτὴν διὰ τὸ καλῶς οἰκοδομῆσθαι αὐτήν. ὁ δὲ ἀκούσας καὶ μὴ ποιήσας ὅμοιός ἐστιν ἀνθρώπῳ οἰκοδομήσαντι οἰκίαν ἐπὶ τὴν γῆν χωρὶς θεμελίου, ᾗ προσέρηξεν ὁ ποταμός, καὶ εὐθὺς συνέπεσεν, καὶ ἐγένετο τὸ ῥῆγμα τῆς οἰκίας ἐκείνης μέγα.
El texto original en griego recurre a dos términos significativos: edificar se dice oikodomeoo, verbo que se empleaba tanto literal (nombrando la acción de un arquitecto o un constructor, un oikodomos) cuanto metafóricamente: una persona edificada era una persona instruida, que había sido instruida; a la vez, cimientos se decía, en singular (Lucas emplea el singular), themelion: un término técnico, propio del vocabulario de la construcción, que derivaba del sustantivo themis (recordemos que la diosa Themis fue quien amamantó a Apolo, el dios griego de la arquitectura, y, por tanto, le transfirió sus valores, facultándole para edificar): ley (divina) o norma, es decir, el fundamento de la convivencia, el conjunto de sólidas normas que regulaban la vida, la puesta en común, de una polis: el conjunto de edificios, bien enraizados, y humanos edificados, bien educados, a partir de normas asumidas por todos.
sábado, 29 de mayo de 2010
Wes Anderson: Fantastic Mr. Fox (2010)
Nota: si la pantalla tarda demasiado en mostrarse o la película en cargarse, mirarla en:
http://v.youku.com/v_show/id_XMTQ3ODgwMTA4.html
Nature v. Culture; ciudad subterránea v. ciudad bajo el sol; bosque v. tierras cultivadas; cueva v. gallinero; casa a ras del suelo v. casa en un árbol
viernes, 28 de mayo de 2010
Marcell Jankovics (1941): Sisyphus (1977)
La pervivencia del mito, en una versión aún más cruel o absurda
http://en.wikipedia.org/wiki/Marcell_Jankovics
http://sites.google.com/site/jankovicsmarcell/
Seleccionado para los Oscar, 1977
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