lunes, 8 de agosto de 2011

Hilary Harris (1929-1999): Highway (1958) / Nine Variations on a Dance Theme (1966-1967)




U B U W E B - Film & Video: Hilary Harris - Highway (1958)

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Inicialmente influenciado por la obra del fotógrafo húngaro Laszlo Moholy-Nagy, Highway óbtuvo la medalla de bronce en la Exposición Universal de Bruselas de 1958






El inigualable Nine Variations on a Dance Theme es quizá la mejor obra fílmica de la historia que auna cine, arquitectura (espacio interior), música y danza.
Filmada durante un año.

Bailarina: Bettie Jong (Paul Young Company).
Música compuesta e interpretada por Nail Robinson




domingo, 7 de agosto de 2011

Emmanuel Bellegarde: Une vie (2010) / Une ville: une utopie réalisée (2009) / Mutations (2011)


Une vie de Emmanuel Bellegarde por trescourt

Considerado uno de los mejores y más innovadores cortometrajes de animación del siglo XXI


UNE VILLE - film d'animation avec la voix de Michael Lonsdale from emmanuhell on Vimeo.


Animatron #01 - MUTATIONS from emmanuhell on Vimeo.

Emmanuel Bellegarde (tambien conocido como Emmanuhell) "dibuja" con tiras adhesivas. El cortometraje se realiza en directo, ante el público, en un museo o galería, como si de una actuación (o "performance") se tratara, durante veinticuatro horas o unos pocos días, con la ayuda de colaboradores, diluyendo las barreras entre dos géneros: las actuaciones cinematográfica y teatral, las artes plásticas (dibujo) y teatrales (el arte de los titiriteros).
El proceso de realización forma parte de la obra. La mano no se esconde. Arte como trabajo y arte como obra se mezclan.

Los dibujos se inspiran en la obra del arquitecto utopista húngaro Yona Friedmann (1923, fundador, en 1965, del GIAP -Groupe International d'Architecture Prospective), muy prestigiado en exposiciones de arte contemporáneo (como las del MACBA de Barcelona) que incorporan algunos dibujos de obras de arquitectura nunca construidas (inconstruibles)

sábado, 6 de agosto de 2011

Rick Liss (música: Laurie Anderson): NYC (No York City) (1983)



Célebre cortometraje sobre Nueva York en los años ochenta, en plena expansión de la transvanguardia. Una de las últimas importantes "sinfonías urbanas" cinematográficas.

Véase la web del artista formado en Nueva York

Kate Bush: On the Top of the City (1993) / Get out of my House (1982)



Emmylou Harris: New Orleans (2011)

viernes, 5 de agosto de 2011

Bruce Nauman (1941): Walking in an Exaggerated Manner around the Perimetre of a Square (1967-68)




Ninguna exposición de arte clásico incluye pinturas de los pintores italianos Vasari o de Lomazzo, mas ningún estudio del arte renacentista o manierista puede prescindir de los escritos históricos y teóricos de esos malos artistas y admirables, lúcidos teóricos.

Es posible que, de aquí a algunos años, se descubra que el arte de Buce Nauman ha estado muy sobrevalorado. Mas, posiblemente, nadie pueda prescindir de sus aportaciones o reflexiones sobre el papel del artista.

En este vídeo, una de las primeras muestras de vídeo-arte, el espacio del arte (el estudio) se convierte en el "motivo": no acoge la obra sino que es la obra; y el artista creando, en este caso "danzando" un su estudio, es también -o es parte de- la obra.

De algún modo, Nauman se anticipa a una reflexión de Jéssica Jaques, quien sostiene que el verdadero arte contemporáneo es la danza.

Quizá Nauman sea un mediocre escultor, dibujante, vídeo-artista, incluso. Pero es el mejor coreógrafo, y el más inteligente teórico sobre las condiciones y límites de la creación. Entre el creador, la obra y el entorno, entre el artista y el intérprete, el creador y el documentalista, ya no media distancia alguna. La obra es Nauman danzando en su estudio, en directo, y es también el video que recrea esta acción, vídeo que no documenta la creación o interpretación de una obra de arte, sino que es la misma obra que muestra. El lienzo es el cuadro.

Neue Museum (Berlín): un museo de "sí mismo"








(Fotos: Tocho: Julio de 2011. Utilización libre)





Imágenes de la entrada antes y después de 1943, y del espacio central dedicado al arte egipcio, antes de 1943 y tras la restauración.


El Neue Museum, en Berlín, cerrado desde que fue incendiado en 1943, ha reabierto, restaurado admirablemente por el arquitecto inglés David Chipperfield (obra que ha merecido el Premio Europeo Mies van der Rohe 2010)

Alberga arte egipcio faraónico (que hasta entonces se hallaba en el antiguo Berlín oeste) y colecciones de arqueología europea, sobre todo nórdica (celta, germánica), que formaban parte del Museo de la Prehistoria, ubicado anteriormente en el Palacio de Charlottenburg (antiguo Berlín occidental, igualmente).

La unión de las dos colecciones, egipcia y celta, da lugar a una exposición permanente un tanto extraña o confusa.

Pero, más allá de las hermosas máscaras mortuorias de la época del faraón Akhenaton, el Neues Museum merece ser visitado por si mismo.
Antes de la Segunda Guerra Mundial ya se trataba de un museo enteramente dedicado al arte egipcio. Toda la decoración (columnas papiriformes, frescos, etc.) evocaba la arquitectura egipcia y documentaba, de manera fantasiosa o cinematográfica, las riberas del Nilo.

Recuperar la ornamentación hubiera sido un error, digno de un parque temático, y una tarea imposible o inútilmente dispendiosa.

La restauración ha consistido en no restaurar. Los paramentos, los fragmentos decorativos han sido consolidados, pero no completados. El museo exhibe todas sus heridas; marcas de metralla, de hollín; muros lacerados, frescos mutilados o quemados, difícilmente legibles, en los que ya casi no se reconoce escena nítida alguna; muros desnudados en parte; techos en los que ya solo quedan fragmentos decorativos inconexos.  Las sucesivas capas de las antiguas decoraciones se exponen a la vista. El ladrillo, cubierto por los frescos, ha quedado al descubierto; las molduras, rotas, ennegrecidas, salpican lo alto de los muros. Toda la lógica ornamental se ha derrumbado. Solo queda un envoltorio dañado, que no esconde sus miserias.

Lo que se da a ver es la historia de un museo egipcio. Guarda una memoria fragmentada de las imágenes que el Egipto faraónico suscitaba en la primera mitad de siglo. La desmesura, la ampulosidad, la gratuidad y falsedad de la ornamentación han quedado puestas en evidencia. Se trata de un museo roto: todas sus marcas, todos sus errores se leen en las paredes, las bóvedas, las columnas. Abierto en canal, no se ha querido cerrar las heridas, como si nada hubiera ocurrido.
Y, por eso, se trata de un museo de historia admirable: los avatares, los daños que la historia infringe han quedado registrados. La mejor lección de historia se descubre recorriendo en silencio las salas.

Y es cuando las obras egipcias, celtas, germánicas, chipriotas, romanas, auténticas, bien conservadas, excelentemente presentadas, de pronto, parecen falsas, porque esconden su historia en la mayoría de los casos. Tan solo la pérdida de un ojo del busto de Nefertiti, algo desvalida o empequeñecida en una sala de planta circular demasiado grande y vacía, recuerda que el tiempo ciega, o descubre las miserias, la antigua falsedad de un museo que, tras el bombardeo y el incendio, cuyos estragos no se han borrado, adquiere una insólita autenticidad.

Quizá, hoy, el museo europeo más inteligente.