sábado, 27 de abril de 2013
KRAFWERK: METROPOLIS (1978)
Las imágenes pertenecen a la película de Fritz Lang: Metropolis (1927).
El tema pertenece a uno de los últimos discos del grupo alemán Krafwerk: Die Mensch-Marchine (El hombre-máquina): http://www.allmusic.com/album/the-man-machine-mw0000650384
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Modern Art,
música y arquitectura
JULIA SCHULZ-DORNBURG (1962): RUINAS MODERNAS. EXPOSICIÓN EN EL MUSEO DE LA FUNDACIÓN ICO, MADRID (MARZO-JUNIO DE 2013)
Trampolin Golf Resort: los términos Golf, Resort, Marina, Beach, todos en inglés son los más habituales. Como se ve el trampolín es más bien plano, duro. No sé si se puede llegar muy lejos.
Playa Macarena & Beach Golf Resort: el nombre combina todas las palabras rerqueridas. Como se ve, una cosa es la playa, y otra la beach; que, por cierto, ¿dónde está?
Golden Sun Bearch & Golf Resort: la beach debe ser eso que rodea el charco.
Complejo Turístico y de Ocio Calatrava. Muchos complejos no parece que tuvieran promotores y arquitectos. Vaya ocio que desprende el complejo. ¡Ah! el mágico nombre de Calatrava! (no sé si evoca el del arquitecto o de los hermanos)
Campo de vuelo Residential: dejando aparte la peculiar ortografía -pero es que es inglés-, tranquiliza que mientras estemos volando en nuestro jet, Airpark evite a amigos y familiares que esperen y se aburran (no viene de burro) en tierra gracias a "instalaciones deportivas, restaurantes, barres y tiendas", amén, claro está, "de permitirles descubrir los maravillosos alrededores".
Urbanización Costa Miño Sol
Urbanización Dominion Heights. Las Heights (alturas) deben de estar por los suelos.A menos que se refieran a los torreones.
Los Altos de Estepona. Altos tan altos que no se ven. No sé si las aguas forman parte de una beach o una marina.
Residencial Alba Marina. La marina no habrá aún amanecido.
Una exposición aleccionadora.
La mejor muestra de arquitectura del año. Y sobre nosotros mismos.
Obras, selección, dirección y montaje: Julia Schulz
Reproducciones en el blog: Tocho, abril 2013.
http://www.fundacionico.es/index.php?id=28
Lotte Reiniger (1899-1981): Hansel y Gretel (1955)
El arquitecto Andrés Jaque (1971) y el artista Federico Herrero (1978) recrearon recientemente la casa de la bruja del cuento en la terraza del centro cultural la Casa Encendida de Madrid: La terraza de Hansel y Gretel.
jueves, 25 de abril de 2013
Gary Leib: Coffee Nerves New York (El café pone nervioso a Nueva York, 2012) & History of the Meatpacking District (Historia del barrio de Nueva York Meatpacking District, 2008)
Coffee Nerves New York from Gary Leib on Vimeo.
History of the Meatpacking District from Gary Leib on Vimeo.
Véase la página web de este artista: http://www.garyleib.com/
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Animación y aquitectura,
Ciudades,
Modern Art
HEGEL Y LA TORRE DE BABEL
Hegel impartió cursos de estética y teoría de las artes (y del arte) en Berlín, entre 1818 y 1829, tras la caída definitiva de Napoleón I.
Nunca publicó sus clases. Fueron discípulos suyos quienes, tras la muerte de Hegel en 1831, reunieron apuntes de diversos alumnos que, junto con notas manuscritas del propio Hegel, dieron cuerpo, en 1835, al monumental texto de Estética.
La concepción del arte, de su necesidad -superada o no- y su función, de Hegel se ilustraba con numerosos ejemplos procedentes de géneros, épocas y culturas diversas. Si bien desde el siglo XVIII, escritores ilustrados estaban fascinados por las artes y las costumbres de culturas como la persa, Hegel tuvo que ser uno de los primeros que estudió el sentido del arte (y de las obras de arte) pertenecientes a la casi totalidad de las culturas, pasadas y presentes, conocidas a principios del siglo XIX. Desde luego, no se conocía el arte paleolítico, y poco se sabía de las artes precolombinas. Tampoco se tenía un conocimiento directo del arte mesopotámico -las primeras misiones arqueológicas no empezarían hasta más de medio siglo más tarde-, y los únicos datos sobre una parte del mundo del Próximo Oriente antiguo procedían del historiador griego Herodoto -y de menciones en autores latinos tardíos-, así como del Antiguo Testamento.
El análisis de la Torre de Babel (que Hegel no asocia con la "Torre de Baal", en Babilonia, descrita por Herodoto) es fascinante.
El arte, según Hegel, quien retoma una consideración de Goethe, sobre todo el arte arquitectónico, tiene como finalidad manifestar lo sagrado. Lo sagrado es lo que une las almas: une, y manifiesta la unión de los humanos; es decir, forma comunidades (creados por y para cultos o ritos colectivos).
Así, la Torre de Babel expresa la fuerza de una comunidad. Su razón de ser estriba en que pone a prueba la solidez de los ligámenes colectivos, así como expresa aquélla. Seres humanos tuvieron que trabajar conjuntamente. Abrieron zanjas, extrajeron y acarrearon tierra, cortaron, pulieron y transportaron un sinfín de bloques de piedra descomunales (Hegel no podía saber que el zigurat de Babilonia -del cual solo quedan las zanjas en las que se insertaron los cimientos- , que dio pie al mito bíblico de la Torre de Babel, era de ladrillos de adobe):
"en la vasta llanura del Éufrates, los hombres elevan una obra gigantesca de arquitectura; lo construyen en común, y el trabajo comunitario es al mismo tiempo la finalidad y el contenido mismo de la obra."
Esta obra levantada en común no expresa los ligámenes familiares o patriarcales. Al contrario, éstos han quedado disueltos ante la necesidad de relaciones extra-familiares, verdaderamente comunitarias: los lazos que mantienen unidos a una colectividad que rebasa los clanes familiares. La ciudad, o la comunidad, exhibe su fuerza, o su entereza, y su confianza, a través del trabajo colectivo: una obra colosal, la Torre de Babel que se alza hasta el cielo:
"el edificio que se eleva hasta las cumbres es el símbolo de la disolución de la sociedad primitiva y de la formación de una nueva y más amplia sociedad".
Este ingente trabajo, "el suelo abierto y removido, las masas pétreas encastadas y cubriendo todo un paraje con formas arquitectónicas, cumplían lo que hoy cumplen las costumbres, la organización legal del Estado".
Lo que las normas y las leyes impuestas logran, el mantenimiento del orden y la unidad de una comunidad, lo logra, hace milenos, el trabajo colectivo en pos de una construcción que manifestaba dicha unión, al tiempo que era fruto de ésta. Expresaba "el principio sagrado que reúne a los hombres": una creencia en común, un mismo ideal, una misma visión.
Pocas lecturas de la Torre de Babel son tan instructivas y generosas.
Nunca publicó sus clases. Fueron discípulos suyos quienes, tras la muerte de Hegel en 1831, reunieron apuntes de diversos alumnos que, junto con notas manuscritas del propio Hegel, dieron cuerpo, en 1835, al monumental texto de Estética.
La concepción del arte, de su necesidad -superada o no- y su función, de Hegel se ilustraba con numerosos ejemplos procedentes de géneros, épocas y culturas diversas. Si bien desde el siglo XVIII, escritores ilustrados estaban fascinados por las artes y las costumbres de culturas como la persa, Hegel tuvo que ser uno de los primeros que estudió el sentido del arte (y de las obras de arte) pertenecientes a la casi totalidad de las culturas, pasadas y presentes, conocidas a principios del siglo XIX. Desde luego, no se conocía el arte paleolítico, y poco se sabía de las artes precolombinas. Tampoco se tenía un conocimiento directo del arte mesopotámico -las primeras misiones arqueológicas no empezarían hasta más de medio siglo más tarde-, y los únicos datos sobre una parte del mundo del Próximo Oriente antiguo procedían del historiador griego Herodoto -y de menciones en autores latinos tardíos-, así como del Antiguo Testamento.
El análisis de la Torre de Babel (que Hegel no asocia con la "Torre de Baal", en Babilonia, descrita por Herodoto) es fascinante.
El arte, según Hegel, quien retoma una consideración de Goethe, sobre todo el arte arquitectónico, tiene como finalidad manifestar lo sagrado. Lo sagrado es lo que une las almas: une, y manifiesta la unión de los humanos; es decir, forma comunidades (creados por y para cultos o ritos colectivos).
Así, la Torre de Babel expresa la fuerza de una comunidad. Su razón de ser estriba en que pone a prueba la solidez de los ligámenes colectivos, así como expresa aquélla. Seres humanos tuvieron que trabajar conjuntamente. Abrieron zanjas, extrajeron y acarrearon tierra, cortaron, pulieron y transportaron un sinfín de bloques de piedra descomunales (Hegel no podía saber que el zigurat de Babilonia -del cual solo quedan las zanjas en las que se insertaron los cimientos- , que dio pie al mito bíblico de la Torre de Babel, era de ladrillos de adobe):
"en la vasta llanura del Éufrates, los hombres elevan una obra gigantesca de arquitectura; lo construyen en común, y el trabajo comunitario es al mismo tiempo la finalidad y el contenido mismo de la obra."
Esta obra levantada en común no expresa los ligámenes familiares o patriarcales. Al contrario, éstos han quedado disueltos ante la necesidad de relaciones extra-familiares, verdaderamente comunitarias: los lazos que mantienen unidos a una colectividad que rebasa los clanes familiares. La ciudad, o la comunidad, exhibe su fuerza, o su entereza, y su confianza, a través del trabajo colectivo: una obra colosal, la Torre de Babel que se alza hasta el cielo:
"el edificio que se eleva hasta las cumbres es el símbolo de la disolución de la sociedad primitiva y de la formación de una nueva y más amplia sociedad".
Este ingente trabajo, "el suelo abierto y removido, las masas pétreas encastadas y cubriendo todo un paraje con formas arquitectónicas, cumplían lo que hoy cumplen las costumbres, la organización legal del Estado".
Lo que las normas y las leyes impuestas logran, el mantenimiento del orden y la unidad de una comunidad, lo logra, hace milenos, el trabajo colectivo en pos de una construcción que manifestaba dicha unión, al tiempo que era fruto de ésta. Expresaba "el principio sagrado que reúne a los hombres": una creencia en común, un mismo ideal, una misma visión.
Pocas lecturas de la Torre de Babel son tan instructivas y generosas.
Noticias culturales de Barcelona
Tras su tan exitosa -de público y crítica- presentación en París, la muestra antológica dedicada a Dalí -la primera consistente, por la amplitud (de miras) y la calidad y diversidad de las obras, desde hace años- se traslada al museo de Arte Moderno. Centro Reina Sofía de Madrid.
Sorprende que no sea expuesta también en Barcelona.
Una gran parte de las obras y la documentación procede de la Fundación Gala-Dalí de Figueras.
Existe un motivo: la anterior dirección del Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona, rechazó el proyecto.
El responsable de la cultura del Ayuntamiento de Barcelona ha detectado un grave problema del museo anterior: ¿falta de medios, mala comunicación en transporte público, deficientes circulaciones interiores, pésimo montaje de la arquitecta italiana Gae Aulenti, sobre todo en las salas de arte románico, que invitan a ver no los frescos sino los bastidores que sustentan aquéllos -algo que debía de parecer "innovador" en los años ochenta o noventa, y hoy parece patético, posiblemente-, desinterés de una gran parte de la colección del arte del siglo XIX catalán, muy desigual calidad de las obras, deficiencias en la colección permanente del siglo XX, pobres y mal adaptadas salas de exposiciones temporales, bar interior surrealísticamente ubicado a un lado de la inútil, imposible de utilizar, gran Sala Oval, etc.?
No.
Ausencia de textos explicativos en aranés.
¡Ah!
Sorprende que no sea expuesta también en Barcelona.
Una gran parte de las obras y la documentación procede de la Fundación Gala-Dalí de Figueras.
Existe un motivo: la anterior dirección del Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona, rechazó el proyecto.
El responsable de la cultura del Ayuntamiento de Barcelona ha detectado un grave problema del museo anterior: ¿falta de medios, mala comunicación en transporte público, deficientes circulaciones interiores, pésimo montaje de la arquitecta italiana Gae Aulenti, sobre todo en las salas de arte románico, que invitan a ver no los frescos sino los bastidores que sustentan aquéllos -algo que debía de parecer "innovador" en los años ochenta o noventa, y hoy parece patético, posiblemente-, desinterés de una gran parte de la colección del arte del siglo XIX catalán, muy desigual calidad de las obras, deficiencias en la colección permanente del siglo XX, pobres y mal adaptadas salas de exposiciones temporales, bar interior surrealísticamente ubicado a un lado de la inútil, imposible de utilizar, gran Sala Oval, etc.?
No.
Ausencia de textos explicativos en aranés.
¡Ah!
miércoles, 24 de abril de 2013
Nina Paley (1968): This Land is Mine (Esta tierra es mía, 2012)
This Land Is Mine from Nina Paley on Vimeo.
Una buena historia del próximo oriente (antigua), es decir, una buena historia de la humanidad.
Véase, en el blog de la artista: http://blog.ninapaley.com/2012/10/01/this-land-is-mine/
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