martes, 22 de diciembre de 2015

RICHARD McGUIRE (1957): HERE (AQUÍ, 2014-2015)



























Una ventana aislada, abierta, en una fachada, mostrada desde el exterior, tan bien iluminada que por contraste impide ver en el interior a contraluz o en sombra, abre la "novela gráfica" Here (Aquí), del dibujante, cineasta y músico Richard McGuire, considerada la mejor publicada este año (las primeras "tiras" datan, sin embargo, de 1989).
En el interior, un solo escenario: una vista de tres cuartos de una sala de estar, dotada tan solo de una chimenea neo-clásica y una ventana, la ventana, que mira al exterior, y a la que, de tanto en tanto, se asoma uno de los moradores.
La sala se transforma en cada viñeta. En ella, como en un escenario de teatro, desfilan todos los moradores, desde que  la casa se construyó. Se proyectan sus sueños, sus miedos; acontece la historia de la tierra en la que la casa se ubica; desfilan quienes vivieron allí, antes de que la casa se construyera, antes incluso de los primeros humanos. Las historias, los personajes o los fantasmas pueden ser también imágenes de los que cuentan quienes están o estuvieran, lo que leen, comunicando espacios reales y ficticios, y distintos tiempos, en un mismo espacio: una sala de "estar", donde el ser de las cosas y los seres se manifiesta y perdura tanto, que el espacio guarda el recuerdo de lo que aconteció y de quienes estuvieron, y es capaz de rememorar, de volver a mostrar historias, vivencias y sueños.

JEAN-LUC VILMOUTH (1952-2015): MY DREAM HOUSES (MIS CASAS DE ENSUEÑO, 2000-2015)




























El fallecimiento ayer, del artista (fotógrafo, cineasta) francés Vilmouth -muy conocido y expuesto en los años ochenta y noventa, desde la Documenta de Kassel y la Bienal de Venecia en 1982, hasta todo tipo de bienales y centros de arte contemporáneo: Centre Georges Pompidou, MoMA PS1, etc. -, ha puesto fin a una serie fotográfica, iniciada hace quince años, titulada My Dream Houses.
El artículo posesivo es engañoso. No eran las casas de ensueño del artista, sino de quienes vivían en ellas -y a menudo las habían construido- cuya personalidad el artista adoptaba por unas horas. Vestido como solían ir, posando con sus gestos más habituales, Vilmnouth se transformaba, desaparecía, y se retrataba ante la casa en la que convivía durante un corto periodo de tiempo. Vivía a través de otras personas, las cuales adquirían una fugar relevancia gracias a la figura del artista que figuraba ser otro. Una frase, en la que el dueño de la casa exponía porque amaba su casa, qué representaba para él, acompaña cada imagen.
Son casas anónimas, sin rasgos arquitectónicos relevantes que destacan porque son apreciadas. Hasta ayer, Vilmouth las escogía durante sus incesantes viajes. solían ser casas apartadas, en lugares remotos o inhóspitos, refugios imprescindibles para la vida de sus moradores, casi siempre personas solitarias o que habían perdido a sus familiares, y mantenían lazos con la vida gracias a sus casas.



jv from Jean-Luc Vilmouth on Vimeo.


lunes, 21 de diciembre de 2015

DMITRY TIMOFEEV (¿1987?): TARNBY (2013)



Composición del joven músico ruso Timofeev inspirada por uno de los barrios de Copenhague, Tarnby. Estrenada en el Teatro del Hermitage, situado en el museo del mismo nombre, de San Petersburgo (Rusia) en el marco del festival Escuchando la Arquitectura.



domingo, 20 de diciembre de 2015

Construcción



Lluis Cantallops: Hospital Arnau de Vilanova, Lérida, 2015, una obra de construcción impecable, en este caso

Una reciente visita a varias obras, y explicaciones de los arquitectos responsables de la obra, permiten hacerse una idea de la construcción de la obra pública en España.
Las empresas constructoras se escogen por concurso. La oferta económica es decisiva. Tienen que proponer un presupuesto inferior al publicado. La ley de contratación pública lo exige. Los presupuestos inferiores a los licitados obtienen el 70% de los puntos otorgados. Las llamadas bajas temerarias no están permitidas, pero dado que el límite lo fija la media de las ofertas, si todas las empresas afirman poder llevar a cabo la obra por una cantidad muy inferior al presupuestado, como ocurre siempre, la cantidad mínima de la que no se puede bajar puede ser un 35% inferior a lo presupuestado por la administración. Dado que los presupuestos públicos ya son muy bajos, intentar construir con menos de dos tercios del presupuesto es imposible. Pero se hace. La administración pública prima el ahorro ante la calidad de ejecución, lo cual es insólito, pues la administración no puede lanzar ningún concurso si no dispone de los fondos necesarios. El dinero existe y tiene que gastarse. ¿En qué se gasta si se premian bajas presupuestarias?
¿Qué ocurre?
La empresa trata de recuperar lo perdido. Rebaja calidades y cantidades de materiales, simplifica el proyecto, elimina partes. Las grandes constructoras poseen personas cuyo trabajo consiste en hallar defectos de forma, por mínimos que sean, o insuficiencias, incluso ridículas, en los proyectos ejecutivos, de manera que puedan argumentar que aquéllos no se pueden llevar a cabo tal como están planteados. Cualquier cambio, por otra parte, conlleva un sobrecoste desproporcionado.
El arquitecto es el responsable de la obra. Ésta, durante diez años después de concluir la obra, es de su incumbencia. Por tanto, el arquitecto se niega a aceptar estas rebajas y enmiendas.
¿Qué ocurre?
La constructora denuncia al arquitecto. Argumente que el proyecto es incompleto, que tiene defectos de forma, que un detalle ínfimo no ha sido dibujado, y que, por tanto, no puede seguir al pie de la letra las indicaciones gráficas y escritas.
La batalla está establecida.
La constructora paraliza la obra, por lo que el coste aumenta de inmediato, lo que alerta la administración. La empresa alega defecto de forma, errores, falta de tiempo, o la fatalidad; el terreno no es tan sólido como se pensaba, etc.
Si el contencioso no se resuelva, la empresa abandona la obra, tras haber cobrado por el trabajo ya hecho. Por otra parte, dado que sub-contrata todos los trabajos (carpintería, albañilería, pintura, metalistería, etc.), en cuanto la obra se para no pagan a las empresas o a los trabajadores sub-contratados que, a menudo, se ven abocados a cerrar. Luego pleitea contra el arquitecto y la administración. Esta amenaza y este hecho solo pueden ser llevado a cabo por una gran constructora, las más grandes de España. Lo que ganan ya compensa. Las compensaciones pueden ser millonarias.
Ante el peligro de encontrarse con un gran equipamiento público a medio construir y que se degrada, la administración cede, y el arquitecto debe simplificar el proyecto hasta dejarlo irreconocible.
A los pocos años de haberse concluido, saltan las alarmas. La calidad de la construcción es ínfima. El edificio es una ruina.
Por lo que se tiene que organizar un nuevo concurso para escoger la empresa constructora que restaurará la obra.
Por un precio muy inferior al publicado.

sábado, 19 de diciembre de 2015

ERNST JÜNGER (1895-1998): EL MIEDO

"El miedo es uno de los síntomas de nuestro tiempo. La consternación causada por el miedo es tanto mayor cuanto que ese miedo viene a continuación de una época en la cual hubo una gran libertad individual y en la que también se había vuelto casi desconocida esa clase de penurias que nos describe, por ejemplo, Dickens"

(JÜNGER, E.: La emboscadura, 1951)