Fotos: Tocho, Museo de Historia, Estocolmo (Suecia), Julio de 2016
Los anchurosos ríos Rin y el Danubio constituían el límite norteño del Imperio Romano en el momento de su máxima extensión a finales del siglo II dC. El límite se extendía también por Gran Bretaña. Murallas y fuertes constituían bastiones de vigilancia y defensa. en ocasiones huestes romanas se asentaban cruzados los ríos.
Más allá se hallaban territorios de poblaciones celtas y anglo-sajonas, entre otras, que no constituían aun una severa amenaza.
Los países nórdicos -Suecia, especialmente- se hallaban a centenares de quilómetros de la frontera.
Sin embargo, en el bajo Imperio, soldados escandinavos se alistaron en el ejército romano. El modo de vida "clásico" debía ser apreciado. Vestidos, ajuares, objetos de culto traídos de Roma o creados en el Gran Norte a imitación de los modelos clásicos, que testimoniaban del gusto y la cultura romanos no eran extraños en parajes en los que faltaban cuatrocientos años para que aparecieran primeros asentamientos -¿ciudades?- de madera, planificados, con una población que podía llegar a dos mil habitantes.
Entre las piezas más sorprendentes -y poco conocidas- halladas -o modeladas- en el norte de Europa, más allá del Báltico, que retoman modelos clásicos, se hallan estas figuritas de bronce (datadas entre... los siglos I y V dC), una articulada incluso, que muestran como el naturalismo sureño se unió a la abstracción o estilización norteña, si retomanos la teoría del arte (superada, quizá errónea -como demuestran estas estatuillas- pero eficaz) de Worringer a principios del siglo XX.