lunes, 26 de septiembre de 2016

El artista y su obra





Hergé (1907-1983) bajo el látigo de su criatura Tintín (en 1947, tras veinte años dibujando y dando vida a su personaje).

"Tintín, c'est moi" -como podría haber exclamado Hergé, parodiando al novelista Flaubert-, "malgré moi"
(Tintín, soy yo, a pesar mío).

domingo, 25 de septiembre de 2016

NICOLAS JAAR (1990): CONSTRUCTIONS (CONSTRUCCIONES, 2015)



Agradecimientos a Albert García-Alzorriz por la información sobre esta obra y este músico electrónico.
Véase la página web de este músico.

PIERRE SOULAGES (1919): VIDRIERAS DE LA BASÍLICA ROMÁNICA DE CONQUES (FRANCIA) (1986-1994)


Acceso al Museo Soulages en Rodez (Francia)








Maquetas y bocetos de las vidrieras (Museo Soulages, Rodez)




















Fotos: Tocho, septiembre de 2016

El pintor francés Pierre Soulages recibió el encargo de crear vidrieras para la basílica de Conques a principios de los años noventa: una iglesia de peregrinaje románica, en el camino de Santiago, del siglo X, una de las más altas y esbeltas del mundo cristiano -muy lejos de la atmósfera cavernosa del románico pirenaico. Insertada en un estrecho valle, domina el diminuto pueblo de Conques cuyas casas de adobe y madera parecen asediar y alzar, a la vez, la abadía. La planta organiza un recorrido -una imagen ideal del peregrinaje por la tierra, hacia el altar aureolado por la luz matutina que inunda el ábside.
Las vidrieras y rosetones de Soulages, cuyas maquetas se conservan en el reciente (e inadecuado a las obras expuestas) Museo Soulages de Rodez (obra de los arquitectos RCR) se componen de un vidrio translúcido, hallado tras un año de pruebas, que incorpora diminutas perlas de vidrio repartidas de manera irregular -aunque calculada- en la masa. Las numerosas vidrieras -casi un centenar- que recorren la totalidad del perímetro del templo -y que sustituyen a mediocres intervenciones de la posguerra- están recorridas por líneas negras paralelas equidistantes, verticales, horizontales y, casi siempre curvas. Las líneas son son un eco de las lineas principales de la iglesia. verticales de la columnas y curvas de los arcos y las bóvedas. Para Soulages, las formas geométricas son propias de las formas materiales, sometidas a la tirantez de la materia; las formas celestiales, en cambio, ondulan, se hinchan o decaen según el viento, el soplo del espíritu. Tan solo las tierras cultivadas, en la que se marca la impronta de las líneas del cielo que ordenan la materia informe, presentan pautas semejantes a las ondulaciones regulares del empíreo: tierras marcadas por el trabajo del hombre -ora et labora-, a imagen del monje cisterciense, por las que pasan los peregrinos.
Las vidrieras son como velas, marcas del soplo celestial.
El tono casi opaco, la ausencia de color, la discreta regularidad de las líneas, unen los paramentos vidriados a los muros, de manera que las ventanas no sean percibidas como desgarros en el muro sino que brindan continuidad a los paramentos que envuelven -como una vela- a los fieles de paso -real y metafórico-. La continuidad de los muros brinda una sensación de seguridad, a la que la luz difusa evita una impresión de opresión. Las vidrieras no ilustran o adoctrinan. Solo revelan el esplendor luminoso de la divinidad que vela o difumina su rostro, del que se perciben rasgos sueltos.
 A la altura -o casi- de las vidrieras de la capilla Matisse en Vence.

viernes, 23 de septiembre de 2016

BRUCE SPRINGSTEEN (1949): MY FATHER´S HOUSE (1982) / EMMYLOU HARRIS (1947): MY FATHER´S HOUSE (1986)

CARSON ELLIS (1975): HOME (HOGAR, 2015)





















Imágenes ordenadas según la compaginación del libro. Solo faltan dos páginas.

Sobre la autora -extraordinaria dibujante norteamericana de libros infantiles como éste, publicado también en francés-, véase su página web. 

jueves, 22 de septiembre de 2016

El arquitecto que no construía casas.



El grupo de heavy metal sueco Fucking Werewolf Asso no debe de ser muy conocido fuera de su país. Recurre, como es habitual en esos grupos, a una conocida iconografía satánica. Su reciente primer disco se titula Why do you love me Satan? Hasta ahora, sin novedad en el frente.
El título de una de las canciones llama las atención. Alphonse Laurencic, sin conexión aparente con el satanismo. La letra, mediocre, contiene unos versos que señalan una pista qué seguir:

"you  were right all along alfonso,
modern art is a torture"

Alfonso debe referirse a Alphonse. Se escribe, sorprendente y quizá significativamente en español: alfonso.

En efecto, Alphonse (o Alfonso) Laurencic existió. Era un francés de la primera mitad del siglo XX de familia austro-húngara. Se educó en Viena. Era -o decía ser- pintor, director de espectáculo de variedades y, ante todo, arquitecto.
Se instaló en Barcelona durante la Guerra Civil. Formó parte del temido Servicio de Información Militar (SIM) republicano, un organismo casi autónomo que agrupaba servicios secretos. En tanto que arquitecto, Laurencic recibió el encargó de proyectar las checas más célebres de Barcelona. Éstas, numerosas, situadas mayoritariamente en la parte alta de la ciudad, eran celdas de castigo y tortura. Se ubicaban en sótanos, pero también en pisos. Entre las más conocidas, la que se ubicaba en la Pedrera, el edificio de Antoni Gaudí, donde moraba también Pedro un agente húngaro conocido por su crueldad. Desconozco si se han preservado trazas de este siniestro pasado del emblemático edificio.
Esta checa, sin embargo, no podía rivalizar con las que Laurencic proyectó en las calles de San Elías, Vallmajor 1, y Zaragoza 77 (ninguna placa municipal recuerda este oscuro episodio de la vida de lo edificios; en ocasiones, no se quiere responder).



Vallmajor 1



Zaragoza 77


Eran "célebres": quién entraba no salía más, se contaba. Se trataba de espacios subterráneos de difícil acceso a través de estrechas escaleras de caracol. con unas medidas calculadamente tan reducidas que no se cabía de pie ni acostado. Ladrillos macizos de canto depositados al tresbolillo en el suelo impedían sentarse, estirarse y desde luego apoyar los pies en el suelo que solo podían descansar sobre el filo de aquéllos. Un estrecho banco macizo de superficie inclinada no permitía que se pudiera dormir sobre él: el prisionero caía sobre el duro canto de los ladrillos. Las paredes se cubrían con pinturas geométricas o abstractas que el propio Laurencic reconoció, durante los interrogatorios al finalizar la Guerra, que estaban inspirados por pinturas de la Bauhaus, de Kandinsky especialmente. Los colores fueron escogidos en función al efecto que se quería producir. La teoría del color romántica desembocó en la concepción de celdas de tortura. Pero también afirmó haberse inspirado en las obras de Salvador Dalí. Esta afirmación no era gratuita. Se proyectaba la conocida e insostenible escena de la película de Buñuel y Dalí, El perro andaluz, en la que se "ve" cómo una hoja de afeitar rasga un ojo. Luces violentas, ruidos ensordecedores y el angustioso tic-tac de un reloj que no marcaba la hora acompasaban los días en las checas, entre tortura e interrogatorio, antes de la escenificación final.
La tortura, psíquica y física, mediante el arte (pintura, música) y arquitectura (proyecto de espacios inhabitables), que se inicio quizá en la Unión Soviética en los años 30, llegó a su plenitud en las checas españolas de finales de los años 30. Desde entonces, esos métodos no han cesado. Países como los Estados unidos utilizan la música -"heavy metal", con lo que volveríamos al inicio del texto, pero también dosis de música "country"- a todas horas, a todo volumen, poniendo una y otra vez las mismas canciones, para que los prisioneros se desmoronen.
Si hubiéramos sido Laurencic y nos hubieran encargado esos proyectos, ¿qué hubiéramos hecho? Desde el punto de vista de la estética, eran obras admirables: receptáculos de obras de arte -pintura, música-, obras de arte total; desde el punto de vista funcional lograron su propósito con creces; unas tres mil personas murieron de las torturas; mas, ¿y la ética?
Los arquitectos solemos responder ante encargos dudosos que siempre es mejor aceptarlos antes de que caigan en manos de peores arquitectos. De algún modo, siempre podremos mejorar el encargo. Mas, ¿cómo "mejorar" celdas de tortura? ¿con "mejores" obras, con formas más refinadas?; ¿renunciando al encargo, lo que durante la Guerra Civil probablemente hubiera equivalido a una sentencia de muerte?. El Partido Comunista estalinista no bromeaba.
Esta es la pregunta lacerante  que los arquitectos iraquíes, obligados a formar parte del equipo presidencial de ingenieros y arquitectos del difunto presidente iraquí Saddam Hussein -so pena de muerte en el caso de la no aceptación-, aun se hacen. Tuvieron que construir, en pleno embargo, suntuosos palacios y edificios de máxima seguridad. La vida de sus familias estaba en juego. Aceptar o morir. Defender unos ideales o sucumbir por la culpa.
Una diferencia sustancial, sin embargo, entre ambos casos: Laurencic ingresó voluntariamente en el SIM. El encargo era, pues, "natural", dados sus "conocimientos" o aptitudes técnicas.
La creación humana no se libra del peso de las consecuencias de las decisiones tomadas y de los gestos efectuados. Toda acción, toda obra revela el valor de un gesto.
Prefiero no pensar qué habría decidido.


La video-proyección Artifact del artista francés Cyprien Gaillard (1983), filmada en Iraq en 2011, se acompaña de la música, repetido una y otra vez, con la que los marines norteamericanos torturaban a los prisioneros iraquíes.

Agradezco a Gregorio Luri la comunicación de algunos datos