jueves, 3 de noviembre de 2016

El libro y la casa








Fotos: Tocho, octubre de 2016

Una activa y letrada comunidad judía instalada en Barcelona hasta los sangrientos pogromos de finales del siglo XIV que causaron la primera expulsión de los judíos -anterior pues a la que ordenó la corona española un siglo más tarde- publicó varias biblias miniadas que responden a una concepción muy particular del libro sagrado (llamado Mikdash-yah: El Santuario de Dios).
La Biblia no era un libro sino un templo: el templo. Su volumen (un término que también designa a un grueso libro) era el de una construcción. Era necesario, entonces, que el templo dispusiera de todo lo necesario para el culto. De ahí las ilustraciones que detallan los objetos empleados en los rituales. No se trataban de imágenes -del mismo modo que el libro no era una imagen o una metáfora del templo, sino que era el templo verdadero, sobre todo cuando el templo de Jerusalén ya no existía en esta ciudad, reemplazado por el libro-templo- sino de objetos reales, que existían en y por la imagen; imagen que daba fe de su existencia, que no era independiente de la imagen. En este caso, la imagen era el modelo, del mismo modo que el icono es la faz del hijo de Dios, una concepción sorprendente en una religión, como la hebrea, que proscribía las imágenes, pero sin las cuales los testimonios de la presencia de Dios entre los hombres se desvanecían.

Estos libros espléndidos se hallan en una exposición -ya comentada- sobre la Jerusalén medieval en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.










Dicha muestra también incluye unos libros de oraciones para fiestas religiosas principales hebreas, llamados Mahzor (o Majzor), muy particulares, también de origen catalán. Son textos del teólogo judío cordobés Maimonides, escritos en árabe con grafía hebrea. Las ediciones manuscritas catalanas están ilustradas. El sistema gráfico recuerda a un caligrama, aunque se trata de una de las mas estrechas relaciones entre grafismo y grafía -aparte de los jeroglifos egipcios, que son dibujos a la vez que signos escritos. Las formas dibujadas están perfiladas con líneas muy sutiles compuestas, en verdad por frases escritas con diminutas letras. Estas frases, sacadas de textos sagrados -los Salmos, principalmente- describen los objetos representados. La representación es, así, doble, a través del dibujo y de la escritura, sin que ambos puedan separarse. Las descripciones escritas hacen aparecen a los objetos, los inscriben en el plano de la hoja.
Este sistema responde a la manera como dios creó a los seres: los llamó. Fueron las palabras -o mejor dicho, las frases enunciadas las que provocaron la materialización de los entes y los seres que se conformaban atendiendo a los órdenes impartidas.
Las imágenes no son gratuitas, ni son independientes del texto, sino que nacen de la manera como las frases se despliegan y se repliegan, abriendo -y cercando- espacios en los que se insertan las cosas, cosas que forman una unidad indisoluble con el espacio definido. Las cosas se definen por el contorno. Son llamadas desde fuera. Las ordenes verbales, las llamadas al orden rodean, resiguen las cosas, y las invitan a concretarse. Es la palabra divina la que logra que las cosas sean, cosas o enseres utilizados para cantar a la divinidad, un canto literal que emana de las órdenes divinas. Las cosas son la metamorfosis de las palabras divinas que se convierten en imágenes -en seres imaginados. palabras imaginativas ante cuyo enunciado las cosas se presentan.
Pocas veces, el poder de la palabra ha sido manifestado de manera más clara -y sutil.

Arquitectura y salud (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona)

lunes, 31 de octubre de 2016

FERNANDO DE ROJAS (¿1470?-1545): ¿PARA QUIÉN EDIFIQUÉ TORRES? (LA CELESTINA, 1499)

"¿Para quién edifiqué torres? ¿Para quién adquirí honras? ¿Para quién planté árboles? ¿Para quién fabriqué navíos? ¡Oh tierra dura! (...)  ¡Oh vida de congojas llena, de miserias acompañada! ¡Oh mundo, mundo! Muchos mucho de ti dijeron, muchos en tus cualidades metieron la mano, a diversas cosas por oídas te compararon (...) Yo pensaba en mi más tierna edad que eras y eran tus [de la Tierra] hechos regidos por alguna orden. Ahora, visto el pro y la contra de tus bienandanzas, me pareces un laberinto de errores, un desierto espantable, una morada de fieras, juego de hombres que andan en corro, laguna llena de cieno, región llena de espinas, monte alto, campo pedregoso, prado lleno de serpientes, huerto florido y sin fruto, fuente de cuidados, río de lágrimas, mar de miserias, trabajo sin provecho, dulce ponzoña, vana esperanza, falsa alegría, verdadero dolor. Nos cebas, mundo falso, con el manjar de tus deleites; al mejor sabor nos descubres el anzuelo; no lo podemos huir, que nos tiene ya cazadas las voluntades. Prometes mucho, nada no cumples; nos echas de ti por que no te podamos pedir que mantengas tus vanos prometimientos. Corremos por los prados de tus viciosos vicios, muy descuidados, a rienda suelta; nos descubres la celada cuando ya no hay lugar de volver."

CHARLES (1907-1978) AND RAY (1912-1988) EAMES : HOUSE... AFTER FIVE YEARS OF LIVING (EL HOGAR TRAS CINCO AÑOS VIVIENDO EN ÉL, 1955)




Sobre este hermoso documental, véase, por ejemplo, este enlace

CHARLES (1907-1978) AND RAY EAMES (1912- 1988): TOCCATA FOR TOY TRAINS (1957)



Sobre este célebre cortometraje, véase la siguiente página web

ETEL ADNAN (1925): PUENTES









Etel Adnan es una poetisa libanesa de noventa y dos años de edad, cuyas pinturas y dibujos han sido descubiertos recientemente, exponiendo, por ejemplo, en la Documenta 13.
Se suceden las exposiciones tardías. Hoy en el Instituto del Mundo Árabe en Paris tras haber sido mostrada en la conocida galería Serpentine de Londres.

Adnan dibuja vistas urbanas. Son imágenes de ciudades vistas a través de una ventana: vistas de una persona siempre en tránsito, que no puede arraigar, que contempla la ciudad desde su encierro. Retrata puentes sobre todo, reales -y metafóricos al mismo tiempo.
Los dibujos se entienden en libros plegados. Los dibujos yacen siempre escondidos, nunca se perciben en su totalidad, y siempre están preparados para ser plegados de nuevo, escondidos y transportados. Forman parte de apuntes de viaje, un viaje que Adnan lleva realizando desde casi un siglo.
Se doblan como los mapas de carretera que se acarrean. Caben en la mano. Señalan por donde se ha pasado y hacia dónde uno se dirige o podría orientarse. Guardan la memoria de los lugares por donde el viajero a transitado. Un mapa solo es útil para el viajero -que no tiene casa o para quien todo lugar es una casa (temporal).