Foto: Tocho, septiembre de 2019
El Museu de les Cultures del Mòn, en Barcelona posee colecciones irregulares, escogidas y ordenadas según criterios artísticos que miran a las artes "no occidentales", con criterios distintos con los que se juzga el arte europeo, considerando que independientemente de la época, el arte no occidental es "primitivo", con formas que no han variado a lo largo de los siglos o milenios, y que reflejan maneras de hacer de la prehistoria, como si la evolución fuera un fenómeno exclusivamente occidental, liberado del anclaje en la tradición.
Esto no es óbice para que albergue obras inesperadas como este hermoso pectoral de la Isla de Pascua -seguramente el más hermoso que se conserva, y uno de los pocos aun existente-, de madera e incrustaciones de hueso y de obsidiana, con una inscripción aun no descifrada, que perteneció al poeta franco rumano Tristan Tzara (1896-1963), gran coleccionista de arte "primitivo", en particular de Polinesia. Su colección, constituida entre 1924 y 1930, se vendió en subasta a finales de los años ochenta.
Los artistas surrealistas se interesaron menos por las artes africanas -que fascinaron a artistas de la generación precedente, artistas cubistas-, artes que consideraban ya como canónicas, mientras que coleccionaron obras de Oceanía y de Polinesia, que entraron en el mercado del arte hacia finales de los años veinte y en los años treinta.
Así, las primeras exposiciones de arte polinesio tuvieron lugar, a partir de 1926, en galerías como la Galería Surrealista, de París, y la galería Flechtheim, en Berlín (dueño de una de las más importantes colecciones de arte moderno del siglo XX, confiscada por los nazis, y aún recuperándose), pero no en museos o galerías de arte "étnico", "primitivo" o antiguo.
La presencia de las colecciones de Tristan Tzara y de Man Ray era ineludible.
Catálogos de la galería de arte moderno Flechtheim