martes, 31 de agosto de 2021

NICOLAS DE STAEL (1914-1955): PARIS












Una exposición actual francesa recuerda al pintor ruso Nicolas de Stael, formado en Paris, que hace sesenta y seis años, cuando tenía cuarenta, se suicidó tirándose desde unos tejados en la ciudad de Antibes, en la Costa Azul, célebre por su luminosidad, sin embargo. 

Junto con Marquet, con cuyas vistas urbanas Nicolas de Stael coincide -ciudades que parecen abandonadas, desoladas-, de Stael fue un gran retratista de casas apretujadas, sin ventanas, urbanas, que tejen densas cuadrículas desasosegadas, cuarteadas bajo un cielo plomizo,  por las que la vida no circula, como en una vista de los tejados de Paris….

Las ruinas, en cambio, de Agrigento, por ejemplo (que presentamos en una entrada anterior), se le aparecían a lo lejos como edenes luminosos.

 


https://www.auvergne-destination.com/fiches/exposition-nicolas-de-stael-tradition-et-ruptures/

lunes, 30 de agosto de 2021

Asiriomanía

 Pese a que la asiriomanía es menos popular que la Egiptomanía, azuzada por el descubrimiento de la tumba de Tutankhamen en los años veinte del siglo pasado y las leyendas que  la envuelven, lo cierto es que los grandes relieves y las descomunales estatuas procedentes de palacios neo-asirios de la mítica ciudad de Nínive, maldita en el Antiguo Testamento, llegados a los grandes museos europeos, por vías legales o no, a mitad del siglo XIX, fascinaron y tuvieron una cierta influencia en el interiorismo y el gusto por un oriente imaginario, considerado como la antítesis de la mesura y la contención friegas.

Una sorprendente y aguda reflexión de la doctora Mariagrazia Masetti-Rouault, profesora de la École Practique des Hautes Études de París, ofrece una novedosa explicación de este interés decimonónico europeo por el Imperio neo-asirio.

Éste, en sintonía con el punto de vista bíblico, presentaba a los emperadores neo-asirios como unos ávidos conquistadores de nuevos territorios, integrados al Imperio, a los que se les dotaba de todos los elementos clave de la cultura Asiria: ciudades, infraestructuras, un panteón común, de tal modo que reinos y ciudades provincianos de pronto se elevaban hasta los elevados niveles culturales imperiales asirios. Esta política se llevaba a cabo sin contemplaciones. El emperador era un militar implacable que contaba con un ejército eficaz. A cambio de la cultura asiría, los territorios colonizados entregaban sus bienes al imperio.

Esta visión de la política asiria  -una visión interesada, sesgada y errónea, ya que el Imperio se apoyaba en gobernadores que eran quienes gestionaban los territorios incorporados al Imperio de tal modo que éste era, en verdad, un conjunto más o menos articulado, de tierras y reinos casi autónomos, que contaban con cierta independencia y mantenían sus costumbres, con relaciones lejanas con las capitales imperiales asirias- estaba en consonancia con la política colonial europea. Medios y fines aparecían idénticos. Lo que los emperadores neo-asirios perseguían era juzgado con una política que legitimaba y daba crédito a las conquistas coloniales. Lo que los europeos emprendían ya lo habían llevado a cabo los asirios con gran éxito. Su Imperio, el más potente y eficaz del Próximo Oriente antiguo, con logros artísticos notables, era un modelo en el que los imperios europeos del siglo XIX se miraban, si bien éstos se consideraban superiores puesto que eran cristianos, lejos del salvajismo asirio descrito por la Biblia. La política militar, cultural y económica Asiria parecía fundamentar la política colonial europea. La expresión “colonias asirias “, que aún hoy se utiliza, es un testimonio de esta peculiar manera de mirarse en el espejo asirio. El pasado siempre es juzgado como un reflejo, mejorado o deformado, de nuestros deseos más o menos confesables.

domingo, 29 de agosto de 2021

THOMAS DWOZAK (1972): TALIBANS (2014)














Los talibanes se maquillan, se ponen rímel y kol y portan túnicas ajustadas, elegantes pañuelos plegados  y fulares de colores estudiados .

Quizá por eso son contrarios a que las mujeres hagan lo mismo, pues esa manera de presentarse en un signo de masculinidad y no de feminidad.

Un célebre libro del fotógrafo  Thomas Dworzak, de la agencia Magnum, publicado en 2014, recoge esta personal manera talibán de mostrase.


Agradecimientos a las doctoras Mariagrazia Masetti-Rouault, profesora en Ciencias Religiosas de la École Practique des Hautes Études, de París, María Rubert de Ventós, arquitecta y urbanista, de la UPC-ETSAB, y Helena Tatay (UB y UdG) por sus observaciones y recomendaciones que se recogen


Éstos retratos se conjugan con los también cuidados retratos en los harenes imperiales persas en el siglo XIX en los que signos que en occidente se leen como masculinos denotaban en cambio fecundidad femenina 



 



SAÚL STEINBERG (1914-1999): ARQUITECTURA Y CIUDAD (1940-1973)















 










La próxima exposición antológica que a partir del mes de septiembre el Centro Pompidou de París va a dedicar al caricaturista rumano Saúl Steinberg, célebre por sus irónicas imágenes de ciudades norteamericanas, país en el que se instaló tras emigrar de Europa por ser judío, permitirá recordar que Steinberg era arquitecto, graduado en Milán en plena Segunda Guerra Mundial. 
En los años setenta, Steinberg plasmó sus recuerdos en la ciudad italiana, sus estudios, la vida militarizada y religiosa, amenazante y ridícula, sus primeros dibujos urbanos que aunaban, con ternura e ironía, como si de ciudades del rey Ubú se tratara, una ciudad de tentetiesos, vistas de la severa capital italiana, medio vacía, con ondulantes, serpenteantes sueños arquitectónicos que evocaban ciudades de vacaciones que ponían en jaque los estrictos postulados del racionalismo ortodoxo y permitían soñar un mundo inmune a la guerra y a los dictados calvinistas del funcionalismo.





sábado, 28 de agosto de 2021

CHARLOTTE PERRIAND (1903-1999): COLLAGES (AÑOS TREINTA)















 

Fotos: Tocho, agosto de 2021


En el almacén, un espacio de paredes, suelo y techo de hormigón, y luces fluorescentes, en un primer piso, semejante a un destartalado aparcamiento, de un centro comercial económico, con productos sintéticos y chillones venidos de China, Monoprix, en la ciudad francesa de Arles, dentro de las celébreles Rencontres Photographiques que tienen lugar cada año, se presenta una de las mejores, más documentadas, trabajadas exposiciones del año en Francia, con un sencillo montaje de paneles de madera y vitrinas de tablones, y reproducciones fotográficas en muchos casos: una exhaustiva muestra sobre los montajes fotográficos que la mejor arquitecta del mundo, Charlotte Perriand, realizó, tras un viaje a la Unión Soviética, que la influyó artísticamente, y con la ayuda del pintor Ferdinand  Léger, y del arquitecto José Luis Sert, en los años 30, para edificios y exposiciones del Frente Popular que gobernaba en Francia en la llamada decena gloriosa de los años treinta. 

Sus trabajos, de grandes dimensiones, al aire libre o en interiores -grandes frescos fotográficos sobre la dureza de vida campesina y los beneficios de la mecanización, y sobre la insalubridad de las ciudades modernas, para estancias ministeriales-, se han perdido, pero se han conservado los archivos fotográficos con las referencias e imágenes que utilizó, que recortaba, que se han identificado, y se han podido reconstruir. 

Al mismo tiempo, la exposición muestra lo que queda de un libro de montajes fotográficos, que se desconocía, sobre el futuro de las ciudades que Perriand y Sert preparaban, interrumpido por la Segunda Guerra Mundial, y que Sert finalmente publicó tras la Guerra en los Estados Unidos, sin mencionar a Perriand, pese a que también colaboraron en los grandes montajes fotográficos sobre la miseria de la Guerra civil española para el Pabellón de la República Española en la Exposición Internacional de Paris en 1937 (que acogió el cuadro de Picasso, Guernica, entre otras obras).

Una maravillosa exposición documental sobre un momento, un estilo y una visión del mundo, y una parte de la obra olvidada de una gran arquitecta, reivindicada en los últimos años, tras decenios eclipsada por su mentor, Le Corbusier, para el que trabajó, realizando los muebles que el arquitecto firmaba en solitario.

https://www.rencontres-arles.com/fr/expositions/view/987/charlotte-perriand