miércoles, 26 de octubre de 2022
Ecos de sociedad: inauguración de exposiciones en Doha (Qatar)
lunes, 24 de octubre de 2022
OLAFUR ELIASSON (1967): INSTALACIÓN EN EL DESIERTO DE QATAR (2022)
Fotos: Tocho, 23 de octubre de 2022
A lo lejos, sobre la línea del horizonte, en el pedregoso desierto de Qatar, lejos de cualquier asentamiento, un incongruente parque infantil en el que ningún niño podrá jugar; o quizá sea un conjunto de sencillas mesas de pic nic, a través de cuyos soportes se divisan, aún mucho más lejos, las diminutas siluetas de camellos y caminantes vestidos con túnicas blancas o negras.
A medida que uno se acerca, la perspectiva parece cambiar. Las mesas se agrandan mientras las figuras empequeñecen, como en el cuento de Alicia en el País de las Maravillas.
Solo entonces, se descubre, con sorpresa, que las mesas son como setas gigantescas bajo las cuelas se cobijan las figuras, extáticas, maravilladas por los desmesurados espejos que recubren la parte inferior de las “mesas” que reflejan la imagen de los visitantes proyectados sobre el desierto, enredados en los círculos irreales que los espejos producen con los múltiples reflejos de los soportes de las esculturas, unas semi/circunferencias de tubo de acero negro, como si las obras fueran gigantescos anillos, sellando los esponsales del cielo y la tierra, dispuestos de tal modo que los distintos espejos completen ilusoriamente el perfil semi-circular de las bases.
Espejismos, alusiones a campamentos dispuestos en círculo, abrigos que reflejan la tierra como si quisieran poner el acento en ella en detrimento del cielo inmisericorde….las imágenes y las metáforas se pueden desgranar una tras otra, pero no darían cuenta de la contundencia y la ligereza, la desmesura y la liviandad, la perfección técnica y la sencillez de las soluciones formales de una instalación o escultura que artista danés Olafur Eliasson ha colocado en el desierto de Qatar sin que la tierra y el cielo la devoren ni que parezca irrelevante o gratuita, sino insólitamente necesaria, como si tuviera que estar allí dando sentido a una tierra que no lo tiene.
La obra de desvelaba al caer la tarde, hoy.
viernes, 21 de octubre de 2022
Acceso a otro mundo (ayer y hoy)
Descubrimiento arqueológico en Nínive (Iraq): grandes relieves neo-asirios sepultados que escaparon al Estado Islámico (octubre de 2022)
Fotos enviadas por Marc Marin, reproducidas con su consentimiento. Se ruega se cite su procedencia si se utilizan.
Algunas personas habrán observado que una reciente entrada del blog estuvo visible solo durante unas pocas horas, sustituida por la entrada que precede a ésta.
La entrada se borró a petición de la fuente informativa, borrado lógico y comprensible. No era aún el momento de publicarla. La noticia era demasiado reciente. Faltaba contrastar datos y sobre todo permitir a los estudiosos poder anunciar cuidadosamente el descubrimiento con toda la información meditada.
La autorización ha llegado esta mañana.
El yacimiento arqueológico, una de las capitales del Imperio neo-asirio, Nínive (reiteradamente citada denostadamente en el Antiguo Testamento), hoy en la periferia de Mosul, en el norte de Iraq, fue saqueado por el Estado Islámico en 2014. Los restos del zigurat fueron barridos, estatuas y relieves de grandes dimensiones martillados. Y el yacimiento dañado por bulldozers que abrieron profundas zanjas, túneles y pozos en busca de restos arqueológicos comerciables.
Una parte del yacimiento parecía irrecuperable (por suerte, el yacimiento, en gran parte aún inexplorado, es mucho más extenso que lo que se ha estudiado desde el siglo XIX). El material constructivo original de los muros, las puertas, la muralla, el adobe, tampoco, permitía albergar muchas esperanzas de recuperar lo perdido.
La parte más conocida del yacimiento era la muralla con sus puertas de acceso enteras. Éstas fueron reconstruidas -o inventadas, inevitablemente, dada la falta de datos sobre la apariencia original-, en los años 80, por orden de Saddam Hussein. Falsos o no, éstos hitos que sobresalían sobre un yacimiento de adobe, ayudaban a tener una imagen comprensible de la antigua capital neo-Asiria.
Una parte de los destrozos del Estado Islámico se centraron precisamente en las reconstrucciones de hace unos cuarenta años, y no en estructuras originales.
El actual gobierno iraquí pidió a la misión arqueológica de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia (EEUU) que reconstruyera una de las puertas de acceso de la ciudad, tal como se levantaron en los años 80. Así, al menos, el yacimiento devastado literalmente empezaría a levantar cabeza.
Los arqueólogos aceptaron el encargo. Mas, recomendaron consolidar los cimientos de la puerta por reconstruir y solicitaron la autorización para emprender catas arqueológicas.
Fue durante éstas que se produjo un descubrimiento inaudito hace una semana. Siete (y no ocho) grandes relieves imperiales de alabastro aparecieron. Habían sido depositados, se supone que en el siglo VII aC, para reforzar los cimientos de la puerta.
Los relieves muestran escenas de guerra, dos campamentos militares, soldados, montañas y árboles. Podrían, se especula, representar o referirse a una batalla en el Levante citada en el Antiguo Testamento.
Dichos relieves no fueron esculpidos para los cimientos de la puerta, sino que fueron extraídos y transportados desde otro lugar, en concreto de la sala 36 del palacio del emperador Senaquerib (s. VIII aC) en Nínive. ¿Por qué? No se sabe. ¿Por quién ? El bisnieto del emperador y último monarca del Imperio neo-asirio podría ser quien ordenara el traslado, pero tampoco se sabe a fe cierta todavía. Uno de los relieves, inconcluso, podría proceder de otro lugar, distinto del palacio.
El descubrimiento es uno de los más importantes de los últimos veinte años en el Próximo Oriente, y quizá del mundo.
Los relieves, que, por ser de alabastro, sufren de las inclemencias del tiempo -ya fueron dañados en su época- van a ser trasladados a los museos de Mosul o de Bagdad.
Independientemente del destino final, su hallazgo constituye una de las buenas noticias referidas a Iraq, aún asediado por el Estado Islámico en algunas zonas del país.
Debo la noticia al arquitecto y arqueólogo Marc Marin (formado en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, y hoy doctorando becado en la Universidad de Pensilvania de Filadelfia), miembro de la misión arqueológica en Nínive, quien ha tenido la paciencia de contar detalladamente el descubrimiento, y a quien agradezco la noticia y las recomendaciones y correcciones.
Los errores en el texto son solo imputables al blog.