domingo, 27 de diciembre de 2020

La Sagrada Familia


 


























El Maestro de Franckfurt, Mantegna, Bellini, Giorgione, Rafael, Miguel Ángel, Juan de Juanes, El Greco, Rubens, van Dyck, Rembrandt, Poussin, Velázquez.... Nolde.

Algunos de los grandes pintores que han tratado el tema de la Sagrada Familia, que se celebra hoy domingo 27 de diciembre -tras la Natividad, el primer sacrificio (Esteban), y antes de la realeza y el reconocimiento (como veremos en los próximos días). 

Un tema muy tratado por la pintura entre los siglos XV y XVIII, antes de desaparecer entre motivos de estampita (apenas se encuentran imágenes no relamidas, incluso de Chagall). Antes del Renacimiento, -La baja Edad Media estaba más preocupada por la pérdida (la Crucifixión, el Descendimiento, el Enterramiento) que por la frágil unidad-, el tema de la Sagrada Familia no se representó. 

La noción y el culto de la Sagrada Familia se establecieron precisamente con esas primeras imágenes clásicas que el concilio de Trento divulgó. Curiosamente, la tardía imposición del culto a la Sagrada Familia, ya en el siglo XIX, coincide con su desaparición como tema artístico representativo, seguramente porque la noción de familia estaba cambiando.

Sin embargo, las primeras imágenes de la Sagrada Familia no se limitaban a José, María y el niño Jesús, sino que la noción de familia se extendía y podían incluir a Ana, la madre de María, la prima de María, Elisabeth (la concepción de cuyo hijo, Juan Bautista, fue milagrosa, ya que Elisabeth tenía sesenta años), y el primo segundo de Jesús, Juan Bautista, una visión amplia que se redujo en el siglo XIX.


sábado, 26 de diciembre de 2020

Esteban

 26 de diciembre: san Esteban.


Stephanos, en griego, significa corona. Una corona vegetal, trenzada (stephoo, significa trenzar), como la que se otorgaba a los ganadores de los juegos (olímpicos, por ejemplo), o la corona de espinas que recibió Jesús. 

El trenzado era un acto gracias al cual se domesticaba la naturaleza (las plantas selváticas), insertándola en una forma perfecta, ideal: una circunferencia. El trenzado era un gesto que está en el origen de la arquitectura: los elementos vegetales se unen y se relacionan, abandonan sus características distintivas y excluyentes para integrarse y formar un todo protector, que encapsulaba un espacio protector, defendiendo de las adversidades externas. Trenzar -con un gesto continuo circular- y tejer -yendo y viniendo, de abajo arriba- son gestos con los que se ordena la naturaleza, y se la somete a un plan superior, una forma determinada. Los elementos vegetales tienen la flexibilidad para aceptar este nueva, primigenia forma que los realza.

La corona (stephanos) era real o metafórica: una corona de luz que realza la corte celestial, como se describe en numerosos párrafos del  Apocalipsis, un signo de gloria y la señal de la presencia del espíritu.

Tal era la corona de Esteban. 

Esteban hace su entrada en las Actas de los Apóstoles (6).Es un judio helenizado. Se opone a los judios del Templo. Será condenado y lapidado. Es ejecutado el mismo año que Jesús . Y muere pronunciando las mismas palabras que aquél. Sus figuras se confunden. Son los dos primeros mártires. Al igual que Jesús , Esteban está imbuido de la gracia De Dios Padre.

Morir lapidado: las piedras con las que Jesús (o Cristo) levanta su ecclesia (la comunidad) son las que acaban con la vida de su doble. 

Más estas piedras no son las que edifican la nueva comunidad, sino que proceden del orden antiguo -y certifican su ruina-. Echándolas se derriba una construcción que ha dejado de tener sentido. Y este sacrificio, el don que Esteban hace de su vida, es lo que permite levantar la nueva construcción, la nueva comunidad, imbuida de la Gracia que corona a Esteban y se transfiere a la ecclesia. La muerte de Esteban es necesaria y “corona “ o culmina la edificación real y espiritual iniciada por el Uncido -cuyo sacrificio abre la nueva construcción que un segundo sacrificio, de Esteban, cierra.


Por eso, se honra a Esteban un día después de la Natividad. El sentido de la misma, la buena nueva, adquiere ahora pleno sentido, se hace efectiva.  

La ecclesia cubre techo. Desde entonces, es habitable, acogedora y protectora.

viernes, 25 de diciembre de 2020

IVRY GITLIS (1922-2020) & YOKO ONO (1933): WHOLE LOTA YOKO (1968)

 

 Ivry Gitlis, virtuosista violinista clásico israelí, conocido por sus interpretaciones de composiciones de Paganini, fallecido ayer, formó parte, hace más de cincuenta años, de un grupo llamado The Dirty Mac -una irónica referencia al grupo Fleetwood Mac-, formado por John Lennon, Keith Richards, Eric Clapton, Yoko Ono y él mismo, e interpretó una obra de la misma en un concierto en 1968. 

 Dedicado a Gregorio Luri

jueves, 24 de diciembre de 2020

Dando vueltas

 Aún lo recuerdo. Explicaba, ligeramente encorvado, mirándonos a la cara. Callaba; giraba a un lado y empezaba a andar lentamente, de un lado a otro de la tarima, la cabeza gacha, mirando al suelo, fumando. Se detenía un momento, envuelto en humo, reemprendía el paseo, en silencio. Caminaba no como una fiera en una jaula, sino que parecía que meditaba (sobre) cada paso que daba. Y, de pronto, se paraba, se volvía hacia nosotros, y reemprendía la clase.

Así las daba el filósofo Eugenio Trías en las clases de Estética de la Escuela de Arquitectura, a finales de los años setenta hasta principios de los noventa del siglo pasado.

El silencio no se hacía cansino o interminable, nadie se evadía mentalmente de la clase,  sino que, por el contrario, se creaba una atmósfera tensa que las nuevas palabras evacuaban y rompían. Éstas no habrían sido tan efectivas ni se las recordaría tanto, si no hubiésemos quedado hipnotizados por los callados movimientos circulares.

Eugenio Trías se comportaba peripatéticamente, es decir caminaba dando vueltas, que es lo que la palabra de origen griego peripatético significa literalmente. 

Esta palabra se aplicaba a la manera de comportarse de Aristóteles aleccionando a sus discípulos en el Liceo, un centro educativo compuesto por un patio porticado, cerca del templo de Apolo Licio en Atenas (Apolo el Lobo: Apolo venía de los fríos y tenía la aguda, inquietante e inmisericorde inteligencia de un animal de presa, mandando sobre una manada de fieles). Los claustros medievales, creados para la callada meditación ambulante, derivan del Liceo aristotélico.

El pensamiento surge del movimiento circular que permite hallar una solución a un problema. Aún hoy, damos vueltas alrededor de una cuestión, y el dar vueltas es un signo de que aún no hemos dado con una respuesta satisfactoria, con una explicación convincente, pero que ya estamos en camino, rodeando el problema, asediándolo.

¿Cómo podemos pensar, pues, en una clase virtual, sentados ante un ordenador, una "webcam"? Podemos leer, recitar de memoria, mas ¿podemos resolver problemas a medida que agarramos una cuestión y le damos la vuelta?

Es cierto que las clases pandémicas pueden desarrollarse en el aula, ante una cámara lejana suspendida del techo, que enfoca a la tarima y la pizarra, el escenario en el que se desenvuelve el profesor: una solución, que parece definitiva, tan alababa modernamente. Mas, éste no puede quedarse callado. Cualquier silencio es pronto interpretado como un fallo del sistema de transmisión. Movemos el cursor del volumen, salimos y volvemos de la retransmisión y volvemos a entrar; nos preguntamos no lo que el profesor piensa sino qué ocurre para que no hable. ¿Qué deficiencia está ocurriendo. ¿Acaso el programa ha dejado de funcionar, quizá por culpa nuestra?

En una clase son tan importantes las palabras como los silencios, los movimientos como la quietud. Una clase se da, se construye, mientras uno se va acercando a una solución, cuando aborda un problema y se desplaza hacia él, tratando de verlo desde todos los ángulos, observando su cara oculta, en un movimiento de aproximación que tiene en cuenta todas las facetas de un tema.

Mas, una clase virtual castiga el silencio (y a menudo el movimiento). 

No es una clase; es un programa televisivo donde todas las cartas están ya sobre la mesa, durante el que el profesor hace ver qué piensa pero no puede pensar en nada. 

miércoles, 23 de diciembre de 2020

HAIM: LOS ÁNGELES (2020)

TEENAGE FANCLUB: HOME (2020)

Epidemia

Podemos intuir el significa literal de la palabra epidemia. Como todas las que incluyen el sustantivo griego demos, que significa comunidad o país, la epidemia se refiere a un territorio habitado. Casi podríamos decir que la epidemia tiene que ver con la arquitectura.

¿Cómo?

Epidemia, en griego, no se refiere directamente a una enfermedad (aunque Hipócrates, en el siglo IV aC) escribió un tratado perdido como casi todos sus escritos titulado Epidemia). Epidemia significa llegada a un país. Nombra lo que lleva a cabo un foráneo, o un intruso, alguien que no es del lugar. Esta llegada puede devenir una estancia; pero la permanencia no es para siempre, porque el viajero no tiene raíces en el lugar donde ha llegado. Viene de fuera y se espera que parta. El prefijo griego epi pertenece al vocabulario del tiempo: significa durante un cierto tiempo; acota el tiempo conveniente. Implica, por tanto, que lo que ha llegado no puede permanecer.

Esta llegada puede no ser bienvenida. Puede traer ideas y costumbres que vayan en contra de las que imperan, o son "propias" del lugar. La venida inesperada y no deseada altera el orden. La comunidad no puede acoger al recién llegado. Éste no puede ni debe integrarse. La concepción de la comunidad, en algunas ciudades griegas como Atenas, defendía la autoctonía -palabra que significa nacido de las entrañas de la tierra , de ahí que los míticos primeros reyes de Atenas, como Erecteo y Erictonio, enterrados en el Erecteion, cuya tumba velan las cariátides, en el Acrópolis ateniense, nacidos de las entrañas de la tierra, tuvieran, como todos los seres infernales, un cuerpo de serpiente-. La auctoctonía se contraponía a la extranjería. Algunas ciudades griegas podían aceptar a ciudadanos de otras ciudades griegas, incluso extranjeros, pero no les permitían disponer de derechos civiles. Así Aristóteles nunca pudo ser un ciudadano ateniense.  

Entre los desórdenes o los "males" que el foráneo trae consigo se encuentran las enfermedades reales y metafóricas: todo lo que disuelve el orden establecido y pone en peligro la unidad concedida desde tiempo inmemorial. Este daño se extiende fácil y rápidamente por todo el territorio, porque el agente no ha encontrado oposición. Ha podido entrar sin oposición. Ha sorteado barreras, muros, murallas. No ha sido identificado como un portador de males, pese a que, por ser un extranjero, inevitablemente su llegada iba a causar desórdenes. La epidemia deviene un problema de orden público. Todas las fuerzas ciudadanas tienen que unirse para expulsar al extranjero, La epidemia es un problema político que pone en evidencia la fragilidad de las estructuras y convenciones humanas, la falsa seguridad en la que vivimos.