jueves, 30 de julio de 2009

Victor Pimstein: El mundo estaba en otro lugar




Victor Pimstein es un arquitecto y pintor mejicano que vive en Barcelona. Expone actualmente en la galería Joan Prats.
Sus cuadros, óleos sobre tabla, casi siempre, a menudo de pequeño formado, consisten en un sin fin de imágenes que evocan paraisos imposibles, espacios idealizados o soñados (es decir, procedentes de la publicidad y el cine), cuyo carácter intangible o imposible de alcanzar, puesto que no existen, se manifiesta a través de formas borrosas, aunque reconocibles, como empañadas por el olvido.
En la exposición actual (El mundo está en otro lugar), expone fragmentos del horizonte marino, tomados de postales agrandadas, hasta configurar pinturas que parecen abstractas, y que lo son, en cierta medida, puesto que representan parcelas de un sueño de vacaciones, un cielo al mismo tiempo tangible, en la mano, e imposible. Las imágenes "de postal" solo han existido en los sueños. El mundo no está en la sala, ciertamente, pero el mundo que expone es el que debería existir -aunque su incapacidad de cobrar cuerpo es lo que lo convierte en un universo tan deseable (y obsesivo).
Una exposición callada. Muy recomendable.
PS: Las obras ilustradas aquí, pintadas a finales de los años noventa, aquí no forman parte de la muestra.

miércoles, 29 de julio de 2009

Casa

Laberinto

Como la vida misma

Juan Batlle Planas (1911-1965): un pintor catalán desconocido en España

Collage, 1937. Colección Silvia Batlle, Buenos Aires



Imagen recortada y pegada en un album, que servía al artista de fuente para sus "collages". Colección Silvia Batlle, Buenos Aires



Collage, 1937. Colección Giselda Batlle, Buenos Aires


Collage, 1939. Colección Giselda Batlle, Buenos Aires




Collage, 1940. Colección Giselda Batlle, Buenos Aires


Collage, 1939. Colección Giselda Batlle, Buenos Aires



Collage, 1939. Colección Giselda Batlle, Buenos Aires



Imagen recortada y pegada en uno de los álbumes de Batlle Planas coleccionaba, y que le servían de fuente para sus "collages". Colección Silvia Batlle, Buenos Aires



Figura, s/f. Colección Silvia Batlle, Buenos Aires



Pintura y collage, c. 1940. Galería Jorge Mara, Buenos Aires



Collage, 1944. Colección particular, Buenos Aires


Collage, 1938. Colección MALBA, Buenos Aires



Collage, 1937. Colección MALBA, Buenos Aires



Radiografía paranóica, 1936. Colección MALBA, Buenos Aires


Radiografía paranóica, 1936. Colección MALBA, Buenos Aires



Radiografía paranóica, 1936. Colección Silvia Batlle, Buenos Aires


Pintura, 1936. Colección MALBA, Buenos Aires




Pintura, 1935. Colección MALBA, Buenos Aires


Collage, 1937. Colección Giselda Batlle, Buenos Aires




Collage, 1939. Colección Giselda Batlle, Buenos Aires



Collage, 1937. Colección Giselda Batlle, Buenos Aires


Enero de 2007. Visita al Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA): el primer museo de arte moderno argentino; un museo privado, que contiene la colección Constantini, en un edificio de nueva planta, con una organización y una estructura similar al de un museo norteamericano: el restaurante, en el jardín, es una parte esencial de la institución.
Sala de pintura. Entre "los" Frida Khalo, Diego Rivera, Roberto Matta y Torres García, reconocibles de lejos, dos insólitas y fascinantes pinturas, entre Torres García y Klee. Me acerco a la cartela. Son un artista desconocido para mí: Juan Batlle Planas, nacido en ¡Torroella de Montgrí!
Paso a la pequeña sala de dibujos. Una excelente colección: Torres García, Barradas, Lam, Orozco. Muy bien expuesta. En una esquina, unos pequeños collages, parecidos a los Max Ernst. Destacan por encima del resto de las obras. La cartela dice de nuevo: Juan Batlle Planas.

¿Quién es este artista catalán del que nunca he oído hablar? Me prometo, de regreso a Barcelona, investigar en la biblioteca del MNAC .
En la librería del museo encuentro una sola publicación: un pequeño catálogo de la primera antológica jamás realizada, en Buenos Aires, clausurada... el día anterior.
Juan Batlle Planas emigró a Argentina a los tres años. Su padre, al llegar, abandonó a la familia volvió a España. Batlle Planas no regresó a Europa. Su carrera es corta. Empezó, con unos veinte años, hacia 1934, y dura unos veinticinco años. Sus mejores obras fueron realizadas en la segunda mitad de los años treinta. Luego, el interés decae -pese (¿a causa de?) grandes encargos públicos y el reconocimiento popular-. Tras su muerte, problemas legales lo relegan al olvido. Solo resurge con las compras de algunas de las mejores obras que Constantini, muy bien asesorado, realiza para su colección, convertida años más tarde en museo.
Está considerado uno de los diez mejores artistas sudamericanos del siglo XX. Y el "padre" del surrealismo argentino (lector de Jung más que de Freud).
Pero ninguna colección pública española posee obra suya.
Óleos de pequeñas dimensiones, en los que mezcla recortes y pintura, logrando que objetos fuera de contexto floten en ninguna parte; guaches que mezclan estructuras geométricas y formas inspiradas en artes precolombinas; "collages" entre macabros y de un humor corrosivo; y libros de poemas ilustrados. Un bestiario medieval y una sátira de las máquinas que son las pequeñas miserias de cada día (y nuestras vanas ilusiones).
Todas las obras, casi todas sobre papel, caben en la palma de la mano.
No bien llegué a Barcelona, llamé a la Fundación Caja de Cataluña. ¿A quién, sino? Tras la sorpresa, meses más tarde, la exposición de pequeño formato (unas setenta obras) se programaba.
En septiembre de 2008, Álex Susana, director de la obra cultural de La Pedrera, y yo partimos a Buenos Aires. Giselda y Silvia Batlle Planas nos mostraron todas las piezas que guardaban en armarios, altillos, cajas y carpetas: una sorpresa contínua; nos introdujeron en las colecciones porteñas, algunas dispuestas en almacenes en varias plantas (en las que solo hace falta pronunciar el nombre de casi cualquier artista del siglo XX -¿Monet? ¿Dalí? ¿Miró?- para que de inmediato se despliegue una sorprendente selección de piezas), que guardan algunas de las mejores obras de Batlle Planas; llegamos hasta La Plata, cuya Universidad almacena cuadros sin la cuales una exposición no podría organizarse; pudimos visitar las reservas del MALBA, y ver algunas obras nunca expuestas.
De vuelta a Barcelona, se fijaron las fechas de la exposición. Se inauguraría en junio de 2010. Se pensó en un catálogo (algo excepcional con las exposiciones pequeñas de La Pedrera). En un documental. Se proyectó incluso una primera propuesta de montaje (de Albert Imperial).
Enero de 2009. La Caja de Cataluña se hunde. ¿Desaparece? En la Escuela de Arquitectura se dice que La Pedrera podría estar en venta. Se anulan una de cada tres grandes exposiciones. Y todas las pequeñas.
Se intenta mantener la muestra (antes que anularla de golpe). Aplazándola un año, hasta 2011: el centenario del nacimiento de Batlle Planas.
No se sabe qué ocurrirá.
Batlle Planas podría volver a caer en el olvido (en España).
Gracias a Álex Susana (por el entusiasmo), a Giselda y Silvia Batlle (y a su familia), y a los coleccionistas argentinos que abrieron las puertas de sus casas por creer -por seguir creyendo o por haber creído- en un desconocido (para nosotros) pintor que "fue -o que vió- más lejos" que la mayoría de los pintores de la vanguardia de los años 30 y 40 españoles. ¿Quien realizó unos "collages" semejantes en España?





















La creación arquitectónica en Platón

La relación que los sumerios y los acadios establecieron entre crear y procrear seguía viva en tiempos de Platón. Hacia el final del diálogo El simposio, Platón juega con el doble significado de los verbos poieoo (hacer u obrar poesías e hijos hermosos, poetizar) y tiktoo (engendrar; de este verbo deriva el sustantivo tekné, técnica u operación, que en latín se traduce por ars, arte), bajo el acicate de la belleza corporal y formal (Pl., Sym. 206 d). Entre las criaturas u creaciones más amables Platón destaca: “el ordenamiento de ciudades y de todo establecimiento –toon poleoon te kaí oíkéseoon diakosméseis” (Pl., Sym. 209a). La ciudad es un organismo vivo.

Anteriormente, Platón ya había escrito:
“El Amor es un excelente creador en general en cualquier orden de creación artística (…) ¿Encontraríamos a alguien que contestara el que no sea uno de los menores talentos del Amor el de engendrar, de hacer crecer a todos los seres vivos? Pero estudiemos por otro lado los diversos tipos de habilidad técnica: ¿no sabemos que aquél a quien este dios le hubiera servido de maestro alcanza una celebridad resplandeciente?” (Pl., Sym., 196e, 197a).
En estas últimas frases, Platón emplea el verbo poieoo para designar el acto creativo, y gígnomai (nacer, producirse, evolucionar, refiriéndose tanto a personas como a resultados) para nombrar el acto de procreación. Ambos verbos son sinónimos y pueden intercambiarse.

Sobre estos textos, referidos a la creación artística y al alumbramiento de seres, véase: TRÍAS, Eugenio: “Platón: la producción y el deseo”, El artista y la ciudad, Anagrama, Barcelona, 1976, pp. 25-52.

Música celestial


Los catalanes somos unos señores, discretos y educados, no como esos horteras madrileños o valencianos que se venden por unos pantalones de tienda del montón y unos bolsos chillones. Nuestros próceres son de guante blanco.

Nos honra un señor que preside una "institució de pais" -la Fundación Orfeó Catalá/Palau de la Música- (y ue ha tenido la altura de miras de desprenderse generosamente de su cargo), a quien acusan de unos supuestos desvíos de fondos menores. Seguro que nada tienen que ver con la boda de su hija en el Palau -arreglado para la ocasión-, la compra de una villa para ella, o pagos a partidos juiciosamente seleccionados -fondos para CiU, sin olvidar calderilla para PSC-. Un señor que hasta aceptó sacrificarse entrando en la FAES (y llovió el maná). Todo por la patria. Ya tenía experiencia en esos temas.

Ante tanta desgracia, la prensa, pudorosamente, relega la noticia a las páginas económicas, y nada dice de la relación con los partidos políticos.

Si hasta las instituciones iban a entregarle una medalla por sus desvelos presentes y pasados.

Nada que ver con esos sucios immigrantes que hurtan fruta y duermen en la calle que tanto dañan nuestra imagen.