Fotos: Tocho, Argel, abril de 2025
El arquitecto francés Fernand Pouillon, autor del barrio viejo de Marsella, hoy demolido, y del nuevo Argel, construido para albergar cinco mil emigrantes del campo a la ciudad en los años 50, cuando la tensión entre franceses y argelinos aumentaba -Argelia era una colonia (calificada de “departamento” o territorio francés, es decir, “no ocupado”-, tensión que acabó con una cruenta guerra de independencia y una guerra civil entre la segunda mitad de los años 50 y 1962 (con efectos que continuaron con la expulsión de argelinos al servicio del poder colonial, y de franceses de segunda o tercera generación nacidos en Argelia), acabó en la cárcel, al contrario que Le Corbusier, por haber asumido funciones de arquitecto, promotor y constructor, y por haber arruinado constructoras, cuyas obras eran deficientes. El nuevo Argel, construido como un cementerio, con bloques nicho, se coronó con una última obra, el bloque de pisos más grande del mundo, llamado Clima de Francia -un “clima” enrarecido-, una inmensa nave de cuatrocientos metros de alto, construida con sillares, con aires de santuario helenístico, cruzado por arquitectura entre nacional socialista y soviética (que el color de la piedra, y los juegos de los huecos y los niños, en el patio central atemperan), el que campan cucarachas rubias en los angostos núcleos de escalera, sin ascensor, que sobrecoge por sus dimensiones y su degradación, vigilado por hombres de pie, en jarras, controlando los accesos y preguntando secamente a los escasos foráneos si han venido a hacer turismo.
















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