viernes, 16 de septiembre de 2011

Joëlle Bouvier (1959) & Régis Obadia (1958): La chambre (la habitación) (1988)



Una pieza ya clásica sobre el espacio interior, doméstico, vivido, que la danza construye y descubre.

Sobre la compañía dedanza de Régis Obadia: http://www.regisobadia.com/

Sobre la companía dedanza de Joëllle Bouvier: http://joellebouvier.com/public/

Espacio público

Los ayuntamientos de Badalona y Salt, respectivamente, han suprimido bancos (o los han reemplazado por asientos sin dosel, o individuales) y cerrado fuentes de espacios públicos para evitar que personas se estiren a lo largo y duerman en los bancos, o vayan a la fuente a coger el agua corriente de la que no disponen en casa. Hasta llenan garrafas, se comenta. Del mismo modo, Barcelona modifica plazas públicas, suprimiendo escaleras y desniveles y reemplazándolos por rampas: de este modo, se dificulta que la gente se siente más o menos cómodamente en la plaza
Las medidas son más que razonables; incluso, muy comedidas, escasas. En verdad, se podrían llevar a cabo unas cuantas más: por ejemplo, la supresión de pavimentos y duros y su sustitución por suelos embarrados, por no hablar de la supresión del espacio público: plazas e incluso calles, utilizándolos como espacios edificables. Se evitaría cualquier apropiación, porque no habría nada de que apropiarse. Se podría también pensar en la construcción de pasos subterráneos, túneles, etc., de modo que se evite la desagradable presencia de viandantes al exterior.
Acertademente, ningún partido político, ninguna institución pública o cultural se han soliviantado. No se ha protestado porque esas medidas pudieran implicar el cruce de "una línea roja", ni que se degradara la imagen de las ciudades o de Cataluña.
Se trata, en fin, de pobres: negros, marroquíes, incluso rumanos y gente de mal vivir. No son como nosotros, no han brotado de la tierra, no tienen raíces. ¿Por qué habría que dejarles que se asienten?
Somos cristianos y sabemos qué papel juegan las fuentes en las ciudades: se montan corrillos, acuden las mujeres y llega siempre un salvador.  Las fuentes, son un peligro público, por no hablar de los bancos (para descansar, una actividad impropia de la gente de bien).
Todo es perfecto. Se toman medidas adecuadas y no decimos nada. Es que no va con nosotros. Para los demás, ni agua.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Casa anheladas: Ceremonia en honor de Nuestra Señora de Nazaret, Belem (Brasil)




Fotos: Artur Simoes, Brasil


Inspirado en una exposición, titulada Casas del alma, que el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) organizó, en 1997, sobre el simbolismo de unos modestos objetos votivos de la Antigüedad, que representaban el hogar del difunto o del fiel, utilizados en ceremonias de carácter funerario o religioso, el doctor Artur Simoes, profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Sao Paolo (Brasil), estudia desde hace años un curioso ritual en honor de Nuestra Señora de Nazaret, que se llera a cabo en Belém (Brasil), durante el mes de Octubre.
Esta procesión, de origen europeo, sin duda medieval, consiste en llevar ante la imagen de la Virgen la maqueta de la casa soñada, el hogar que el devoto quiere construir. El fiel porta la maqueta sobre la cabeza: aquélla le cubre: ya cumple la función de un hogar: cuida, e identifica a quien se pone bajo su techo -dando sentido a su vida. Ya no es un sin-hogar, un desarraigado.
La maqueta constituye un amuleto contra la mala suerte; conjura el que la casa no llegue a ser construida; pero también actúa como un verdadero modelo: de algún modo, ya realiza el sueño del fiel: la casa a la que aspira ya se materializa, ya que la "divinidad" acepta que la maqueta le sea mostrada. Por el hecho que los ojos de la "divinidad" se posan sobre el objeto, éste cobra existencia, se anima. El fiel se asegura la pronta construcción de aquélla.

D.A. Pennebaker (1925): Daybreak Express (1953)

lunes, 12 de septiembre de 2011

Notas sobre la influencia del arte mesopotámico en el arte occidental





David Byrne (1952): Ur; Kish, del álbum The Forest (1988)
Bob Wilson utilizó algunos temas del álbum en la obra de teatro del mismo título.








Morton Subotnick (1933): The Wild Bull (1968)
El tema se refiera a una de las manifestaciones de grandes dioses mesopotámicos como An, Enlil o Enki, en forma de toro bravo, fecundando animales, humanos  y la tierra, y llenando el curso de los ríos con su semen (ab, en sumerio, significa agua y semen).





Darius Milhaud (1892-1974): La création du monde (1923)

Una gran parte de los temas o de los contenidos de la pintura occidental, y la casi totalidad de la forma proceden del arte greco-latino.
No obstante, no se tiene que desechar la influencia del arte del próximo Oriente antiguo (en el que algunos estudiosos sitúan la aportación del Egipto faraónico).

Es cierto que Mesopotamia ha aportado una iconografía demoníaca: los monstruos y los demonios románicos y góticos derivan del arte asirio y neo-asirio que llegó a Occidente a través del Imperio Romano Oriental (o Imperio Bizantino). Las formas asirias marcaron el arte siro-palestino, el cual fascinaría a Roma (pagana, y luego cristiana) cuando conquistaría Oriente.
Oriente también influyó el arte occidental a través de la Biblia que recoge numerosos motivos míticos mesopotámicos, como el diluvio, o que se inspiró en temas o formas mesopotámicos, como el zigurat del templo de Marduk, el dios protector de Babilonia, para construir el motivo de la denostada torre de Babel. De nuevo, Oriente aparece como una fuente de males. La reina Semiramis, mítica fundadora de Babilonia, según una tradición griega, también fascinó y suscitó rechazos a partes iguales en el imaginario europeo.

La influencia mesopotámica no se plasmó solo en monstruos. Las formas ojivales góticas proceden de la arquitectura persa.
Teniendo en cuenta que el Cristianismo (y el Islam) son religiones soteriológicas tardo-orientales, la iconografía cristiana del Buen Pastor deriva de las estatuas de Apolo, Hermes o Dionisos portando un cordero, un tipo de imagen que se inspira en la iconografía de, literalmente, el buen pastor, que se remonta a Elam (hoy irán) y Sumer (Irak), hace más de cinco mil años.

Desde luego, el arte árabe y el arte musulmán (no son exactamente lo mismo), también marcaron el arte medieval y renacentista europeos, desde el gusto por la matemática (que los árabes tomaron de Platón, un filósofo poco conocido en Occidente antes del siglo XV), los arabescos (con cuya ejecución Leonardo de Vinci demostraría su destreza) hasta la cámara oscura, como demuestra Hans Belting en su fascinante reciente monografía: Florence & Baghdad: Renaissance Art and Arab Science, Harvard University Press, Cambridge, Mass., 2011.
La misma responsabilidad del artista, creador de su obra, refleja, en parte, la responsabilidad del profeta ante su dios, quien ha confiado y ha delegado en él la gestión del mundo.

Sin embargo, la influencia del arte acadio y sumerio -desde el Poema de la Creación babilónico hasta el Poema de Gilgamesh- solo llegaría a principios del siglo XX, junto con la influencia de las artes llamadas primitivas, cuando el arte y la "literatura" sumero-acadio fueron descubiertos e interpretados. Hasta Ulises, de James Joyce, hace patente las influencias del Próximo Oriente antiguo en el arte arcáico griego.

Algunos frutos sorprendentes de este descubrimiento aparecen en los vídeos antes incluidos.