viernes, 16 de septiembre de 2011

Espacio público

Los ayuntamientos de Badalona y Salt, respectivamente, han suprimido bancos (o los han reemplazado por asientos sin dosel, o individuales) y cerrado fuentes de espacios públicos para evitar que personas se estiren a lo largo y duerman en los bancos, o vayan a la fuente a coger el agua corriente de la que no disponen en casa. Hasta llenan garrafas, se comenta. Del mismo modo, Barcelona modifica plazas públicas, suprimiendo escaleras y desniveles y reemplazándolos por rampas: de este modo, se dificulta que la gente se siente más o menos cómodamente en la plaza
Las medidas son más que razonables; incluso, muy comedidas, escasas. En verdad, se podrían llevar a cabo unas cuantas más: por ejemplo, la supresión de pavimentos y duros y su sustitución por suelos embarrados, por no hablar de la supresión del espacio público: plazas e incluso calles, utilizándolos como espacios edificables. Se evitaría cualquier apropiación, porque no habría nada de que apropiarse. Se podría también pensar en la construcción de pasos subterráneos, túneles, etc., de modo que se evite la desagradable presencia de viandantes al exterior.
Acertademente, ningún partido político, ninguna institución pública o cultural se han soliviantado. No se ha protestado porque esas medidas pudieran implicar el cruce de "una línea roja", ni que se degradara la imagen de las ciudades o de Cataluña.
Se trata, en fin, de pobres: negros, marroquíes, incluso rumanos y gente de mal vivir. No son como nosotros, no han brotado de la tierra, no tienen raíces. ¿Por qué habría que dejarles que se asienten?
Somos cristianos y sabemos qué papel juegan las fuentes en las ciudades: se montan corrillos, acuden las mujeres y llega siempre un salvador.  Las fuentes, son un peligro público, por no hablar de los bancos (para descansar, una actividad impropia de la gente de bien).
Todo es perfecto. Se toman medidas adecuadas y no decimos nada. Es que no va con nosotros. Para los demás, ni agua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario