Una exposición es la presentación visual (o sensible, sonora y táctil, en ocasiones) de un tema, ilustrado mediante recursos sensibles dispuestos en el espacio. Una exposición -de obras, documentos, etc.- se descubre con los sentidos mientras se desplaza. Al contrario que en el teatro, es el visitante quien se traslada para descubrir, en el tiempo y el espacio, lo que la exposición tiene a bien contar y mostrar.
Existen exposiciones de todo tipo: artísticas (con obras de arte, organizadas monotemática o colectivamente -monografías, antológicas o no, colectivas, presentadas cronológica o temáticamente, dedicadas a un autor o un artista, un personaje -Alejandro-, un movimiento o un género artísticos -el impresionismo, el bodegón, el arte performático-, un tema -la figura), históricas -sobre un periodo dado de la historia-, científicas, filosóficas o teóricas -el genio,, la melancolía, el horizonte-, un "problema" o concepto -el arte sacro hoy, el colonialismo-, etc.
Se pueden presentar obras de un mismo autor, de diversos autores, de una misma época o épocas distintas, obras de géneros distintos -pintura, fotografía, moda, etc.- a fin de reflejar una época, un movimiento, etc. Se dan temas que se podrían clasificar de distintas maneras: el colonialismo, por ejemplo, lleva a exponer obras de culturas, épocas y artistas diversos, junto con documentos históricos, fotografías, filmaciones y obras "etnográficas".
Se exponen obras enteras, restauradas, o dañadas, según cómo ilustren mejor un tema dado -la iconoclastia exige obras que han sido parcialmente destruidas.
En una exposición cohabitan obras, documentos, textos, imágenes, sonidos, olores incluso. Se trata de integrar en un recorrido -marcado o no- elementos gráficos, sonoros y escritos que apelen a los sentidos e inviten al desplazamiento, de manera que el visitante pueda tener la sensación que ha aprendido y disfrutado, se ha hecho preguntas o ha encontrado respuestas en un espacio y tiempo dados. Se dan exposiciones de gabinete -que ocupan muy poco espacio y/o exigen un corto tiempo de visita- y exposiciones casi inabarcables, tanto espacial cuanto temporalmente -como así ocurre en las bienales, por ejemplo.
Podemos también encontrar muestras en las que continente y contenido apenas se diferencian -como ocurrió en la reciente antológica de la artista Dora García, en el Museo de Arte Moderno - Centro Reina Sofía de Madrid, organizada por la propia artista, cuya obra comprende numerosas instalaciones, cuya instalación consiste tanto en la obra cuanto en su presentación.
Exposiciones para niños o adultos, para personas ciegas y/o sordas, letradas o no, de seres, vivos o muertos (momias, por ejemplo) o entes, con y sin explicaciones (como ocurre en museos de arte contemporáneo), de obras o temas, de circulación organizada o libre, en los que el artista expone o se expone, en las que el público participa activamente, o percibe desde cierta distancia: las modalidades expositivas son innumerables, pero una exposición no puede ser sino una presentación sensorial de elementos en un espacio que debe ser recorrido en un tiempo dado.
¿Qué significa exponer, exhibir, presentar, mostrar?
Todos estos verbos derivan del latín -con raíces indoeuropeas. Exponer significa poner o disponer delante: una exposición es la colocación de un ente o un ser -una persona, un animal, un fetiche- para que entre en relación con el visitantes. Ambos, entes o seres expuestos y visitantes comparten un mismo espacio, o se hallan en espacios diferenciados pero conectados: se observan mutuamente desde distintas posiciones. Un elemento expuesto se halla a la vista: está fuera (ex-), fuera de sí, "expuesto" a ser percibido sensiblemente. Una exposición conlleva cierto peligro para lo que o quien se expone o es expuesto. Lo que lo compone o caracteriza, lo que "es", está "a la vista" de todos. No puede poseen secretos, recovecos. Su cara más personal debe desvelarse. Un ente o un ser expuesto no puede esconderse ni retrotraerse. Debe aguantar la mirada. Debe también suscitarla. Es decir, debe situarse de tal manera que "llame" la atención, Un ente expuesto es un reclamo. Centra la atención. Se convierte en un foco (de atención) hacia el que confluyen todas las miradas (o sentidos). Pero, al mismo tiempo, un ente expuesto no puede "cerrar" los ojos. Debe ser capaz de entrar en contacto con los visitantes y de detenerles. Se produce así una paradoja. Una exposición invita al paseo, cuyo sentido se obtiene cuando uno se detiene: ha encontrado la razón del deambular: un ser o un ente que le reta, y cuya razón de ser requiere cierto detenimiento: un alto en el camino.
Exhibir también posee el mismo prefijo ex-. Le sucede el verbo
habere (haber, tener, poseer). Una exhibición es la presentación pública de una tenencia, de un bien. Algo o alguien propio se ofrece a la percepción colectiva. Lo personal y lo general, lo individual y lo colectivo hallan un punto de encuentro, comunican a través de lo que o de quien se exhibe. Un bien personal -o de una colectividad- puede ser disfrutado por todos -sin que la propiedad sea cuestionada. Una exposición es un ofrecimiento, una invitación a compartir, en ciertas condiciones temporales y espaciales -durante un tiempo limitado, en un espacio acotado- pertenencias. Un bien es, por definición, algo que se guarda, se retiene (para un disfrute personal). Una exposición, en cambio, invita a abrirse y ofrecer lo que uno tiene. Una exposición es pues un acto de generosidad. ¿Un acto exhibicionista, la mostración de riquezas que tan solo se ofrecen a la vista? Los bienes exhibidos no son solo bienes materiales. Ilustran, enriquecen al visitante: adquiere conocimientos sobre el mundo a través de la relación con lo que se le ofrece. Lo que se exhibe no está a la venta. No es motivo de mercadeo, sino de estudio. En verdad, la pertenencia no es objeto de debate, sino lo que se adquiere a través de dicha exhibición: un enriquecimiento personal -no material.
Todos los verbos que designan el acto que da lugar a una muestra se refieren a un gesto. Éste consiste en sacar o extraer algo, hasta entonces guardado u oculto, para entregarlo a los sentidos de los visitantes -quien, a su vez, contribuyen a dotar de sentido, mediante la contemplación y la reflexión, lo que se les ofrece.
Presentar es también un verbo compuesto por un prefijo. Pre- o prae- significa delante o frente. Es un prefijo espacial y moral. Denota una posición adelantada, ventajosa: se refiere a una manera de estar en el espacio, separada del resto de seres o entes agrupados, del pelotón, al que encabeza. Una posición firme, segura, que precede a lo que viene a continuación. Posición solitaria y convencida.
Lo que se anticipa, lo que se haya antes que todo o todos los demás es un ser. Presentar se compone del prefijo pre- y del verbo ser. Una presentación es la mostración aislada de un ente o un ser que se separa del resto, temerosamente oculto, para revelarse ante los demás. Una exposición o presentación es un descubrimiento. Exige un careo, una confrontación. Algo o alguien no duda en dar un paso al frente para mostrarse magníficamente, para "descubrirse". una presentación es un regalo para los sentidos: un presente. Éste acontece en cada momento. Está aquí, delante, ahora, hoy. Una presentación acontece en el tiempo y el espacio, nuevamente, insistiendo en el aquí y el ahora. Un presente es un regalo (de bienvenida), una invitación a compartir (un tiempo, un espacio, unos valores), a dialogar. Un regalo solido y efectivo, que no se desvanece. Un presente no es fugaz. Se trata de una presencia que aguanta la exposición, el paso del tiempo. Es un regalo siempre actualizado, cuya valor no se disuelva. Un presente perdura, logra que presente y futuro se fundan en un eterno presente. Una exposición temporal -que significa acotada en el tiempo- es un contrasentido, pues una exposición anula el paso del tiempo. Lo que va a ocurrir ocurre en este momento, y siempre ocurrirá. el presente no se desgasta ni será retirado. Es un ofrecimiento perdurable, que cambia el tiempo. El presente está y estará siempre allí, a disposición de quien quiera cambiar. Un presente digno de verse. No se pierde el tiempo acudiendo a él. Mostrar es ofrecer algo digno de ser contemplado: lo que se muestra es un monstruo: algo o alguien singular, que no se ha visto hasta entonces, una verdadera aparición. O una revelación. Un presente os también una ofrenda. los presentes se entregan a los mortales y a los inmortales. Se trata de un ofrecimiento de buena voluntad, una entrega en cuerpo y alma. El espacio expositivo, acotado, donde tiene lugar una transfiguración gracias a la cual objetos indiferentes adquieren una peculiar luz y se dotan de sentido, un sentido del que carecen -porque no lo necesitan- en la vida diario, en el mundo profano o prosaico, es un espacio poético -creativo- o sagrado: el lugar de una revelación, donde seres y enseres se transforman: van más allá de lo que son habitualmente.
Una exposición es una experiencia: un acto que cambia nuestra vida, que nos saca de nuestras casillas y costumbres un experimento -. Es también un riesgo -que es lo que, literalmente, significa experiencia: la adquisición de conocimiento a través de una actuación que no se apoya en saberes conocidos, sino que nos obliga a abrirnos a un encuentro. Una exposición es un diálogo, cuyo hilo desconocemos y que se construye a medida que avanzamos y percibimos, en contacto con lo que se expone, exhibe o muestra: algo "digno" de conocer: algo a alguien imbuido de dignidad: una presencia que no se altera ni se esconde.
Una exposición es un gesto necesario para la vida.
Para Tiziano Schürch, arquitecto y profesor de la UPC-ETSAB, a punto de iniciar un curso práctico sobre exposiciones en la Escuela de Arquitectura de Barcelona