lunes, 15 de noviembre de 2021

Testigos de la historia (Rascacielos del Chicago Tribune, Chicago, 1925)





 













































































































Fotos: Tocho, Chicago, noviembre de 2021

El rascacielos neo-gótico, sede del periódico Chicago Tribune, construido en 1925, fue un involuntario hito en la historia de la arquitectura moderna, debido a la oposición de historiadores y críticos de la arquitectura moderna, severamente opuestos a la decisión del jurado del concurso -que ganó-, cuando la plana mayor de los arquitectos habían concursado y los críticos estaban de acuerdo en que el proyecto de Adolf Loos, un rascacielos en forma de columna dórica, era el mejor, pese a la imposibilidad, dificultad o coste de construirlo.

La planta baja de la torre del Chicago Tribune presenta pequeñas incrustaciones acompañadas de inscripciones talladas en los sillares. Aquéllas son fragmentos de materiales constructivos o decorativos de edificios históricos de varias culturas antiguas: desde las pirámides egipcias, templos aztecas o de Angkor Vat, y edificios romanos, hasta San Pedro del Vaticano y numerosos edificios civiles y religiosos sobre todo medievales, así como ladrillos de fuertes y de campos de batalla durante la guerra de independencia norteamericana.

Dos testimonios de la historia posteriores a la construcción del rascacielos, uno, el único ya del siglo XXI, han sido añadidos: la destrucción de las torres gemelas de Nueva York ha quedado así inscrita en la piedra a través de un hierro retorcido, la única muestra metálica de esos avisos.

Estos restos -ladrillos a menudo, piedras, mármoles- recuerdan las piedras y ladrillos fundacionales antiguos y ofrendas de fundación. Mas si éstos invocan la protección divinamente, las inclusiones del rascacielos de Chicago apelen a los hombres, a que no olviden la historia.Algunas piedras pueden ser signos metafóricos de lo que se espera de un periódico: solidez, seguridad, veracidad. Pero estos restos, testimonios de la historia, parte de la misma, han resistido a todo los envites. Son incorporaciones insólitas en la sede de un periódico que cuenta la historia a la velocidad de las horas, noticias que apenas escritas son sustituidas por otras tan fugaces y caducas. Un periódico documenta la destrucción del olvido y nos mentir e en un eterno presente. Los hechos se suceden tan rápidamente que se confunden y se borran.

Estas piedras, en cambio, tratan de simbolizar la función que un periódico debería cumplir: contar, analizar y preservar la memoria de nuestros aciertos y errores, convertido en una memoria colectiva al alcance de todo el ye no quiera repetir los errores. Un hermoso símbolo.

Hoy, el edificio se ha convertido en un lujoso condominio privado, y nadie se fija en esos minúsculos avisos. La verdadera historia siempre se cuenta en voz baja, como una confesión que no se puede proclamar.



LUDWIG VON BEETHOVEN (1770-1827): DIE RUINEN VON ATHEN (LAS RUINAS DE ATENAS, 1812)


 

jueves, 11 de noviembre de 2021

LANG SHINING (GIUSEPPE CASTIGLIONE, 1688-1766) EN LA CORTE DEL EMPERADOR CHINO (1715-1766)























 





Un célebre historiador y teórico  del arte alemán, de principios del siglo XX, Heinrich Wolfflin, sostenía que la historia del arte en occidente, entre los siglos XV y XVIII, se caracterizó por la búsqueda de esquemas representativos y compositivos que dieran cuenta verosímilmente del mundo, conjurando una imagen plástica -pintada o dibujada- que se asemejara lo más fielmente posible a la imagen que el ojo reconoce u oorganiza-, de modo que la imagen artística pudiera ser percibida como una ventana, una apertura al mundo, que lo encuadrara, destacando elementos y articulaciones que no se descubren a simple vista.
La interpretación de la pintura imitativa occidental de Wolfflin mostraba que la relación entre la imagen y el modelo era más compleja de lo que podría pensarse. Los artistas buscaron sistemas compositivos que dieran lugar a  escenas que fueren equivalentes de las escenas contempladas en la realidad. Dichos sistemas dieron lugar, ciertamente, a composiciones fácilmente reconocibles. Mas dichos sistemas gráficos y compositivos no se dejaban aplicar a cualquier escena. Es por esta razón que los artistas miraban al mundo buscando vistas que se pudieren reproducir con los medios gráficos conocidos. Si por un lado la imagen artística se acercaba a la realidad, la realidad (que atraía al artista) se asemejaba a la imagen plástica. El artista proyectaba consciente o inconscientemente esquemas gráficos en el paisaje que luego extraía y plasmaba en la obra. Las obras ofrecían una vista parcial del mundo, desgajada del mundo, y ya compuesta mentalmente a partir de esquemas gráficos.

La imagen en perspectiva occidental no fue la única aproximación al mundo para doblarlo. La pintura china también se compone de escenas reconocibles, convincentes. Pero, frente al horror vacui occidental, el vacío “llena” la representación china. Nubes, planos o atmósferas vacías envuelven los motivos representados. Éstos parecen descubrirse a través de aperturas en el vacío. Éste era esencial. Delimitaba -como las nubes y la luz lo hacen en la pintura occidental que muestra visiones celestiales extáticas, escenas que solo se descubren en la imagen- el mundo visible del mundo invisible. El vacío convertía la imagen en una aparición. La pintura china no pretendía mostrar escenas cotidianas, ni siquiera ideales, sino escenas del otro mundo, un mundo poblado de hitos naturales que recuerdan hitos terrenales, pero que la imagen no acerca sino que aleja. La pintura china no se aproxima al mundo sino que marca las distancias entre lo terrenal y lo celestial, abismo que solo el artista , como el místico, sortea, y ayuda al profano a intuir lo que se esconde tras la niebla o el vacío: éste simboliza las limitaciones humanas.

El pintor Lang Shining (.  郎世寧 ) fue un maestro y la concepción y ejecución de la pintura china. Sin embargo, sus obras causan una leve extrañeza. Se diría en ocasiones que se han superpuesto vistas del paisaje holandés con oníricos paisajes chinos. Este engarce o esta articulación no es un error óptico ni una casualidad: es intencionado -e inevitable.
Lang Shining es un nombre chino. Pero esta artista tuvo una vida anterior en la que se llamó Giuseppe Castiglione. Fue un notable pintor barroco milanés quien, en tanto que religioso, jesuita, partió hacia las misiones jesuíticas en China, por indicación del emperador chino en cuya corte triunfo junto con algunos otros artistas italianos, hoy olvidados. No regresó nunca a Italia.
Castiglione se acercó a la pintura china. Quizá mostrar que el vacío podía interpretarse como un medio -y no una barrera- para acaecer la trascendencia al mundo terrenal. Los animales que representaba eran de este mundo, caminando en un espacio sobrenatural.
La lograda tentativa de acercar China y Occidente no era nueva. Leonardo aprendió de la pintura china, que descubrió en la Venecia de Marco Polo, el arte de representar el neblinoso acontecer de los paisajes lejanos. Pero si Leonardo acercó el arte chino o occidente, Castiglione trató de aproximar Italia a China a fin de mostrar que el vacío del arte chino podía abrir perspectivas inéditas tanto sobre el mundo sobrenatural como el mundano, logrando que ambos se acercaran y dialogaran, cristianizando el sintoísmo, mundo terrenal de pronto dotado de la densidad y ls permanencia  de los seres del mundo ultraterreno. 
Castiglione o Shining dio un nuevo sentido al arte de la representación, capaz desde entonces de ahondar en el mundo más allá de los limitados sentidos humanos.









miércoles, 10 de noviembre de 2021

Museums in Barcelona (Museos de Barcelona, 2020-2021)



Nueve "trailers" de la serie de cuatro mediometrajes en video sobre museos de Barcelona, titulada Debajo de las piedras (con un enlace en este blog), realizada por encargo de Joan Subirats, comisionado de cultura, y del Instituto de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona (ICUB) para incitar a la visita de los museos municipales, en unos años de fuerte descenso de visitantes, en gran parte causada por la pandemia.

El proyecto ha querido poner el acento en excelentes pero un tanto desconocidos museos, incluso para los habitantes de Barcelona, como los Museos de Etnología, de la Música, El Gabinete de Curiosidades Salvador en el Instituto Botánico de Barcelona, el Gabinete de curiosidades del Museo Marés, el Museo de Zoología con su fabulosa e inquietante colección de animales disecados, y la extraordinaria colección, por desgracia almacenada y sobre visible gracias a exposiciones temporales, del Museo de las Artes Escénicas.   

Los vídeos y los "trailers" narran el origen de las colecciones de los museos de Barcelona, y la relación entre coleccionismo público y privado que ha determinado la existencia, suerte y función de aquéllos.

Los "trailers" (selección, montaje, edición y subtitulación) son obra de Guillermo A. Chaia, a partir de los mediometrajes filmados y montados por Lucas Dutra, Felipe de Ferrari, Irene Cervera y Marina Bernal

Producción: Instituto de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona (ICUB)
Coordinación desde el ICUB: Quim Vicente
Música: Gerard Ribera
Grafismo: Quim Pintó y Montse Fabregat (pfp disseny)
Coordinación y traducciones: Dolors Magallón
Agradecimientos a la desinteresada colaboración de Lina Lambert (lectura dramatizada) y de Sau Ching-Wong (coreografía y danza)

Los mediometrajes cuentan con largas y desinteresadas intervenciones de los profesores universitarios Enrique Granell (arquitecto) y Roger Sansi (antropólogo) cuyas ideas se recogen en los "trailers". 

Estos "trailers", subtitulados en dos idiomas, catalén e inglés -se incluye en este blog solo la subtitulación inglesa- se divulgan por las redes sociales del ayuntamiento de Barcelona.

martes, 9 de noviembre de 2021

Sic transit...




















El prestigio de arquitectos como Coderch, Grupo R o Sostres, en los años sesenta del siglo pasado, ha eclipsado a otros arquitectos, quizá más interesantes, como el primer Ricardo Bofill, Giráldez, Íñigo y Subías, o Tous y Fargas.

Cuando la nave industrial de los productos alimenticios y farmacéuticos Dallant ardió hace un año, la historia de la arquitectura no pestañeó. ¿Quién hubiera podido reconocer en esta nave azul poligonera el exquisito proyecto de vidrio y hierro para los laboratorios Dallant, fundados por el farmacéutico Hausmann (inventor o divulgador del bitter Kas), que Tous y Fargas construyeron en 1963?

Conocido es el sublime gusto artístico de cierta élite futbolista, amante de la mesura y la contención. Por este motivo, no sorprendió que el futbolista argentino Maradona -célebre por la iglesia dedicada a su divina figura-, instalado en Barcelona, adquiriera, a principios de los años 80 del siglo pasado, a la empresa Meyba (Mestres y Ballbé), fabricante de camisetas y pantalones cortos para el Futbol Club Barcelona, la deslumbrante villa Ballbé, un imponente zigurat de vidrio -un perfecto juego de nítidos paralelepípedos de vidrio-, levantado en una calle en pendiente en lo alto de Barcelona, en 1958, por los arquitectos Tous y Fargas, y la convirtiera, con todos los permisos municipales y futboleros, en una mansión de estilo Tudor (Tout d´Or).

Tras la ascensión del astro y su desaparición de la ciudad, la desfigurada villa fue adquirida por el empresario de moda Francisco Valiente, quien encargó a su interiorista, el arquitecto Eduard Samsó, lo que sería su primera obra de arquitectura: la reconstrucción de la Villa Ballbé. 

Pese a que el arquitecto Tous escribiera que la villa fue restaurada, con leves cambios, a partir de los planos originales, lo cierto es que este arquitecto no reconocería la villa cuando la visitó tras su reconstrucción, y hoy, tras la parcelación del jardín circundante, aparece como una mansión con delgado aplacado de piedra ocre en planta baja, típico de la arquitectura moderna barcelonesa de los años 80, perfiles metálicos grises y ventanas cuadradas.


Agradecimientos al actual propietario de la villa por las informaciones aportadas.