Un célebre historiador y teórico del arte alemán, de principios del siglo XX, Heinrich Wolfflin, sostenía que la historia del arte en occidente, entre los siglos XV y XVIII, se caracterizó por la búsqueda de esquemas representativos y compositivos que dieran cuenta verosímilmente del mundo, conjurando una imagen plástica -pintada o dibujada- que se asemejara lo más fielmente posible a la imagen que el ojo reconoce u oorganiza-, de modo que la imagen artística pudiera ser percibida como una ventana, una apertura al mundo, que lo encuadrara, destacando elementos y articulaciones que no se descubren a simple vista.
La interpretación de la pintura imitativa occidental de Wolfflin mostraba que la relación entre la imagen y el modelo era más compleja de lo que podría pensarse. Los artistas buscaron sistemas compositivos que dieran lugar a escenas que fueren equivalentes de las escenas contempladas en la realidad. Dichos sistemas dieron lugar, ciertamente, a composiciones fácilmente reconocibles. Mas dichos sistemas gráficos y compositivos no se dejaban aplicar a cualquier escena. Es por esta razón que los artistas miraban al mundo buscando vistas que se pudieren reproducir con los medios gráficos conocidos. Si por un lado la imagen artística se acercaba a la realidad, la realidad (que atraía al artista) se asemejaba a la imagen plástica. El artista proyectaba consciente o inconscientemente esquemas gráficos en el paisaje que luego extraía y plasmaba en la obra. Las obras ofrecían una vista parcial del mundo, desgajada del mundo, y ya compuesta mentalmente a partir de esquemas gráficos.
La imagen en perspectiva occidental no fue la única aproximación al mundo para doblarlo. La pintura china también se compone de escenas reconocibles, convincentes. Pero, frente al horror vacui occidental, el vacío “llena” la representación china. Nubes, planos o atmósferas vacías envuelven los motivos representados. Éstos parecen descubrirse a través de aperturas en el vacío. Éste era esencial. Delimitaba -como las nubes y la luz lo hacen en la pintura occidental que muestra visiones celestiales extáticas, escenas que solo se descubren en la imagen- el mundo visible del mundo invisible. El vacío convertía la imagen en una aparición. La pintura china no pretendía mostrar escenas cotidianas, ni siquiera ideales, sino escenas del otro mundo, un mundo poblado de hitos naturales que recuerdan hitos terrenales, pero que la imagen no acerca sino que aleja. La pintura china no se aproxima al mundo sino que marca las distancias entre lo terrenal y lo celestial, abismo que solo el artista , como el místico, sortea, y ayuda al profano a intuir lo que se esconde tras la niebla o el vacío: éste simboliza las limitaciones humanas.
El pintor Lang Shining (. 郎世寧 ) fue un maestro y la concepción y ejecución de la pintura china. Sin embargo, sus obras causan una leve extrañeza. Se diría en ocasiones que se han superpuesto vistas del paisaje holandés con oníricos paisajes chinos. Este engarce o esta articulación no es un error óptico ni una casualidad: es intencionado -e inevitable.
Lang Shining es un nombre chino. Pero esta artista tuvo una vida anterior en la que se llamó Giuseppe Castiglione. Fue un notable pintor barroco milanés quien, en tanto que religioso, jesuita, partió hacia las misiones jesuíticas en China, por indicación del emperador chino en cuya corte triunfo junto con algunos otros artistas italianos, hoy olvidados. No regresó nunca a Italia.
Castiglione se acercó a la pintura china. Quizá mostrar que el vacío podía interpretarse como un medio -y no una barrera- para acaecer la trascendencia al mundo terrenal. Los animales que representaba eran de este mundo, caminando en un espacio sobrenatural.
La lograda tentativa de acercar China y Occidente no era nueva. Leonardo aprendió de la pintura china, que descubrió en la Venecia de Marco Polo, el arte de representar el neblinoso acontecer de los paisajes lejanos. Pero si Leonardo acercó el arte chino o occidente, Castiglione trató de aproximar Italia a China a fin de mostrar que el vacío del arte chino podía abrir perspectivas inéditas tanto sobre el mundo sobrenatural como el mundano, logrando que ambos se acercaran y dialogaran, cristianizando el sintoísmo, mundo terrenal de pronto dotado de la densidad y ls permanencia de los seres del mundo ultraterreno.
Castiglione o Shining dio un nuevo sentido al arte de la representación, capaz desde entonces de ahondar en el mundo más allá de los limitados sentidos humanos.
Qué interesante. No conocía esta historia ni autor. Pero hace reflexionar sobre las vías laterales de las que está repleta la vida de los humanos.
ResponderEliminarDesde luego.
EliminarSabía de pintores jesuitas en China pero tenía la historia entre la historia y la leyenda.
Y no, con un pintor fascinante por el cambio consciente que opera
Como pintor barroco era ya notable
Un saludo desde Chicago