lunes, 21 de agosto de 2023

NEO RAUCH (1960): EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS (O LA TRASTIENDA ARQUITECTÓNICA, 2023)








































 

Los cuadros suelen ser de gran tamaño. La pintura, al óleo, impecablemente ejecutada. De lejos, si no fuera por la estridencia de algún color (verde chillón), el tono pardo de los cuadros los acerca a la pintura barroca o quizá mejor manierista. Referencias evidentes a la iconografía cristiana refuerzan este acercamiento a ls pintura de altar. La inclusión de monstruos demoniacos no desentona con una posible referencia a las tentaciones de Cristo o de algún santo. El titulo de la exposición, en el centro de arte contemporáneo de Montpellier (Francia) , MO. CO, muy bien montada,  que remite al célebre grabado de Goya, es adecuado: los monstruos proliferan en los cuadros, entre figuras que parecen dormitar o estar ensimismadas.
La interpretación de la escena es desconcertante. Los distintos elementos, reconocibles por separado, parecen no encajar. Los títulos de las obras no ayudan a su "lectura", salvo en contadas ocasiones en qur se revelan cono claves prometedoras. 
 Pero la comprensión de la pintura manierista, para quien no esté familiarizado con los misterios de la teología, tampoco es evidente. Sin embargo, la rareza de los temas de la pintura y los dibujos del artista alemán, originario de la antigua República Democrática, Neo Rauch, parecen tan forzados como los de  pintores como Arroyo, Polke o Monory, artistas de la Nueva Figuración. Causan más extrañeza o, mejor dicho, cierto cansancio, como un trabalenguas inescrutable, que las obras surrealistas - aunque el desconcierto de muchos cuadros de Magritte también parece excesivamente buscado. Se diría que la complejidad de la imagen no resulta del tema tratado, como si fuera un misterio trinitario, sino de la manera de tratarlo, recordando el conceptismo gorgorino, buscando siempre el desconcierto, juntando de manera abrupta motivos discordantes, queriendo dar la impresión de hondura, cuando solo se produce una imagen caprichosa o gratuita, en la que la único que parece tener sentido son los tan visibles elementos arquitectónicos que reflejan la oposición o contraste entre el mundo rural añejo, y el industrial -una industria pesada. Las referencias a un pasado pre-industrial, sumadas al tono pardo de las composiciones y a figuras sacadas de cuadros decimonónicos acaba por asemejarse a un recurso reiterado y artificioso -que no aparece en las primeras grandes composiciones de Rauch, libres de afectación, intrigantes, pero sin rebuscada oscuridad temática, como revelan tos textos de las cartelas, incapaces de ofrecer cierto esclarecimiento, y revelando impotencia ante las “oscuridades”.
Quizá sea ésta, la oposición entre ruralidad e industrialización, más que entre vigilia y sueño, una clave para apreciar estos sombríos cuadros..




domingo, 20 de agosto de 2023

VALENTINE SCHLEGEL (1925-2021) & AGNÈS VARDA (1928-2019): EL ESPACIO DOMÉSTICO (MUSEO FABRE, MONTPELLIER, 2023)




























Fotos de la obra de Valentine Schlegel por Agnès Varda 
















 Fotos en color de la exposición: Tocho, agosto de 2023


La ceramista, escultora e interiorista francesa Valentine Schlegel, ya presentada en este blog a raíz de la actual exposición en el Museo Fabre de Montpellier (Francia), quiso crear “esculturas útiles” o útiles, plenamente útiles, tal como los hubiera podido realizar un escultor.
Tal propósito dio lugar a jarrones semejantes a esculturas abstractas, cubiertos de madera, platos, cuencos y teteras muy sencillos y prácticos que se disponen como pequeñas obras individuales, acompañados de las fotografías que la cineasta francesa Agnès Varda, amiga de Schlegel, fue tomando de su trabajo así como de los objetos, los enseres que fabricada con la intención de dotar  de cualidades el espacio interior y convertirlo en un lugar donde poder sentirse a gusto. Célebres son las cuatrocientas chimeneas que Schlegel proyectó y construyó para poder brindar un soporte o estante a las cerámicas, acorde con éstas.

Tras su fallecimiento hace un año y medio, la obra y la aproximación al espacio doméstico de Schlegel , que nunca se dio importancia, han sido finalmente conocidos y reconocidos.

Una de las mejores pequeñas exposiciones que se puedan visitar este verano.

jueves, 17 de agosto de 2023

El alma y el ánimo (anima y animus)

 ¡Ánimo! una interjección habitual cuando queremos dar coraje a una persona para que se esfuerce y logre su objetivo, sin renunciar a nada, sin dejarse ir ni abandonar(se) a medio camino. El desánimo, en cambio, implica la consideración que el objetivo es imposible de alcanzar, por excesivos impedimentos, o la impresión que éstos superarán las capacidades de la persona. El desánimo linda con el decaimiento. El ánimo, en cambio, conlleva un crecimiento, el do de pecho.

La palabra ánimo está obviamente emparentada con alma o ánima (dos palabras sinónimas, si bien ánima evoca más bien a un espectro, al alma, diríamos, de una persona fallecida, que puede ocasionalmente aparecerse ante un familiar).

Dichas palabras, ánimo y ánima, remontan a la antigua Roma. En efecto, en la concepción romana de la persona, ésta estaba constituida por una anima y un animus. Anima era la vitalidad, lo que concedía vitalidad al ser. Todos los seres vivos, humanos y animales, poseían anima, es decir, un soplo de vida que se manifestaba en la capacidad de moverse. Estar animado, aun hoy en día, implica tener ganas de hacer cosas, de estar activo, de "moverse" y no "derrumbarse" o encerrarse, quieto. Una persona animada o animosa, decimos, no puede estar quieta. Y no puede, cierto, porque la anima le impele a "activarse". Al morir, la anima desaparece, se esfuma, y el cuerpo se aquieta, y se desmorona, para siempre.  

El animus romano, por el contrario, solo pertenece a los humanos o, mejor dicho, a los varones, pues las mujeres, los niños, los esclavos, los bárbaros, poseen un animus, pero muy amortiguado o aletargado. Animus es la voluntad. Se trata de una cualidad no física, como la anima, sino moral. Podríamos traducir animus por grandeza de ánimo. El animus ofrece grandeza y apertura de miras. Es propio de seres libres y de alta estatura moral. El animus impele a actuar "bien", a calibrar las bondades, los fines y las consecuencias de la acción que la anima empuja a llevar a cabo "sin pensar". El animus concede perspectiva, lucidez -desde la "altura" moral-, y empeño en las actividades, incluso, o sobre todo, en las que implican esfuerzo y capacidad de resistencia.  Animus se podría casi comparar con la sublimidad, este sentimiento definido en el siglo XVIII y que se manifiesta por la conciencia de ser moralmente superior a elementos dotados de fuerza bruta pero incapaces de tomar conciencia de lo que hacen.

Tanto la anima como el animus implican la unión de lo corporal y lo "espiritual". Solo fue cuando el cristianismo y la diferenciación y la separación entre el cuerpo y el alma -a la manera platónica- que el cuerpo se convirtió en una fuerza ciega del que, o de la que, el alma quería alejarse.  


Nota: animus y anima no son la versión masculina y femenina de un mismo concepto,  no están asignados a uno y otro sexo, ni designan el “lado femenino o masculino “ de hombres y mujeres. 

SAHIM OMAR KALIFA (1980): IRAQ´S INVISIBLE BEAUTY (2022)









https://www.dw.com/en/iraqs-lost-beauty/video-65905724 


Visión legal. Enlace seguro y legal.


Versión abreviada, igualmente fascinante y perturbadora, del hermoso documental (de una hora y media de duración), aun no estrenado comercialmente en España, aunque sí en Casa Árabe en Madrid en diciembre del año pasado, sobre el ya fallecido fotógrafo iraquí Latif al Ani (1932-2021), a quien el Centro de la Imagen la Virreina en Barcelona, y Casa Árabe en Madrid y en Córdoba, y en noviembre el Institute for the Study of Ancient World en Nueva York han dedicado y dedicarán una exposición, un fotógrafo, a quien el gobierno de Saddam Husein, tras amenazarlo de muerte, impidió seguir ejerciendo de testigo de los cambios, positivos y negativos, la cara y la cruz, en Iraq, y que trató de retratar la evolución, entregada, no sin la nostalgia por la pérdida de formas de vida pretéritas, de Bagdad y del país, recién liberado del poder colonial inglés, entre los años 50 y 70 del siglo pasado, considerado así como "el padre de la fotografía en Iraq", y uno de los grandes fotógrafos (aunque olvidado durante mucho tiempo por razones políticas, entre las que se encuentra el saqueo de sus archivos durante la invasión de Iraq en 2003) del siglo pasado.

El autor del documental es el cineasta iraquí-belga Sahim Omar Kalifa, finalista en los premios Oscar en dos ocasiones recientes.