viernes, 23 de junio de 2017

Coto privado

El adjetivo privado, aplicado al espacio, lo califica de tal modo que el espacio se convierte en un lugar en el que solo tienen cabida quienes lo poseen. De este modo, el espacio privado aparece como una propiedad, en la que se puede acceder, incluso pernoctar, pero en calidad de invitado, y siempre de manera temporal. Se requiere una autorización para recorrerlo y estar, un tiempo, en él. El espacio privado "representa" a quien o quienes lo poseen. Se trata de una extensión de los dueños; una muestra del dominio sobre el espacio, de la capacidad de imponerse a él y de controlarlo. El espacio privado resulta de la imposición de una fuerza, manifiesta o exterioriza a ésta. En el interior pueden regir reglas -de comportamiento, de uso del espacio- distintas de las que imperan en los espacios públicos sobre las que nadie, salvo una colectividad, puede ejercer ningún poder.

El arquitecto y filósofo Pau Pedragosa (Profesor de Teoría en la Escuela de Arquitectura de Barcelona), citando a Hannah Arendt, comentaba ayer que la noción de lo privado, que modernamente expresa la posesión de un bien preciado y, por tanto, se define de manera positiva, como una ganancia, antiguamente tenía un significado muy distinto, y que éste quizá aún resuene en esta noción, dotándola de matices no siempre evidentes.
Privado es un término que viene del latín. Todas las palabras de la familia del verbo privare destacan por un rasgo: señalan la ausencia, la privación -y no la privacidad. Privus, en latín, significa aislado, casi encerrado. El espacio privado aparece más como una cárcel que como una expansión -y protección- del yo. Privus también se traduce por denudado: señala, no lo que se posee, sino lo que falta, de lo que se carece. Lo privado sería lo que no poseemos. Señalaría un mal -algo necesario para la vida y que sin embargo no tenemos- más que un bien (una posesión).
Un bien privado es un privilegio. Los privilegios, hoy, son gracias que nos benefician -es decir, que nos permiten obtener y atesorar bienes (de los que privamos a los demás). Sin embargo, etimológicamente, privilegium, significa ley (lex) de privación. Se trata de una ley gracias a la cual se puede despojar de bienes adquiridos ilegalmente. Es una ley contra la propiedad privada.
Lo privado, en Roma, evoca lo que nos falta: el contacto con el otro. El espacio privado es un espacio de encierro -y no de encuentro, donde se puede invitar y recibir a los demás- que daña, precisamente, por la falta de apertura. Aprisiona, no protege. Un espacio privado, comenta Pedragosa, es un espacio privado de los demás. Lo privado no era una muestra de riqueza y poder, sino de pobreza y de miedo. Sería la incapacidad de abrirse, de mirar a los demás, de mirarse en ellos.

Dedicado a Pau Pedragosa

2 comentarios:

  1. Seguramente el destierro era una de las formas más crueles de castigo en la antigüedad, a Ovidio le privaron de su "espacio querido" ROMA, y conocido, aunque no fuese su espacio privado, era el que compartía con sus amistades, "donde se puede invitar y recibir a los demás". Seguro que Sócrates eligió lo mejor para él, abandonar su espacio, su entorno, su pátria, era arrancarlo de algo muy nativo... ¿acusamos a Sócrates de tener miedo a abandonar "lo suyo"? ¿prefirió quitarse la vida, ante el miedo a ser desterrado? Viendo el ejemplo de Ovidio, que rogaba a "Dios" su perdón y su vuelta a ROMA, y como padeció hasta su muerte, la opción que tomó Socrates parece acertada. Bueno, también dedico este comentario a Pau Pedragosa, y como no, a Pedro Azara. Espero que la comparación de "la vida privada" de Ovidio con Sócrates, sea del interés tanto del uno como del otro. Salud.

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    1. Buenos días

      Muchas gracias por la comparación.
      Supongo que Sócrates eligió la muerte porque no quería faltar a las leyes de la ciudad y porque, al menos esa era la explicación que dio a sus desolados seguidores. iba a encontrarse con Homero en el mas allá.
      Sí, seguramente el destierro era la peor de las condenas: no se disponía de un espacio que poder compartir

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