jueves, 2 de abril de 2015

Piedra fundacional de Persépolis (la primera piedra, s. VI aC)



Persépolis -la ciudad de los Persas, en griego- fue fundada, en medio de una árida estepa, por el emperador Dario I, en 512 aC, como una capital representativa.
La piedra fundacional, descubierta en la segunda mitad del siglo XIX, consistía en una caja de piedra perfectamente tallada y ajustada  que contenía diversas láminas de oro (hoy en el Museo de Teherán) con textos en escritura cuneiforme que cubren toda la superficie.
Esta imagen, muy poco conocida, perteneciente a los archivos de fotografías de la dinastía Qsar de Irán, en la Freer Gallery de Washington, muestra el momento del descubrimiento de la piedra fundacional, en los años 30, por la misión arqueológica del Oriental Institute de Chicago, dirigida por Ernst Herzfeld.

miércoles, 1 de abril de 2015

LINA BO BARDI (1914-1992): SILLAS (1948-1951, 1987) & ROBERTO BURLE MARX (1909-1994): TEJIDOS







Con motivo de la exposición sobre arquitectura moderna sudamericana en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, una galería en el barrio de Chelsea ha puesto a la venta -a precios astronómicos- una selección de sillas y sillones (y una mesa de comedor circular) diseñados por la arquitecta italo-brasileña Lina Bo Bardi. Las piezas datan de los años cincuenta, cuando fundó un estudio de diseño de mobiliario en Brasil, salvo la silla Girafa -la primera de las fotos- que data de 1987, y corresponde a uno de sus últimos proyectos.
La exposición se completa con un muestrario de telas del arquitecto Roberto Burle Marx (1909-1994), que evocan sus composiciones abstractas de jardines.








Fotos: Tocho, Nueva York, abril de 2015


Véase también la página web siguiente.

lunes, 30 de marzo de 2015

KILUANJI KIA HENDA (1979): CIUDAD DEL ESPEJISMO (RUSTY IMAGE, THE CITY SKYLINE, 2013)










La trienal de arte de 2015 del Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (New Museum) se abre con una serie de fotografías en blanco y negro del artista angoleño Kiluanji Kia Henda.
Son vistas frontales de una misma acción.
Un grupo de personas indistinguibles, a contraluz, levantan estructuras que delimitan paralelepípedos -definidos por las aristas- de formas y tamaños distintos. Juntos conforman la silueta de una ciudad de rascacielos.
Las estructuras han sido dispuestas, durante un juego, en desiertos del Próximo Oriente. Recuerdan rascacielos en los Emiratos Árabes. Pero, en este caso -¿solo en éste?- los volúmenes no son nada: están vacíos. los paramentos no existen. El conjunto es como un sueño o un decorado plantado en medio de la nada.
Y, sin embargo, los perfiles, cuenta el artista, recuerdan dibujos africanos trazados en la arena que componen espacios mediante ejes no ortogonales. Los rascacielos de vidrio se han convertido en una caligrafía, o parte de un juego o un rito. Son trazas que se manejan según el antojo de los jugadores, Ya no son moles imponentes sino trazos que definen espacios en los que los miembros de determinadas tríbus se reconocen. Se diría que han hecho suyos volúmenes que, originariamente, les son ajenos e inútiles. Han sabido darles sentido, convertirlos en marcas significativas, ir más allá del espejo de los muros cortina.  
Esta serie es la mejor obra de la Trienal de Nueva York.


BJÖRK & THE CITY (1993-1995), O BJÖRK EN NUEVA YORK (2015)



El Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York dedica una exposición antológica a la cantante islandesa Björk, repartida en tres plantas.
La muestra es un tanto incomprensible dados los pobres resultados: dos salas dedicadas a la música, en las que se proyectan un último videoclip en una sala, y el resto de los videoclips, con una duración que supera una hora, en otra, y una tercera sala con los objetos, máscaras y trajes utilizados en las filmaciones.
Dado que la cantante tiende a componer siempre la misma canción, acompañadas de arreglos orquestales excesivos, interpretadas manierísticamente, concluyendo cada estrofa con un grito, en los últimos discos, la exposición acaba siendo agotadora.
Permite descubrir, sin embargo, que si los últimos videoclips son "ecológico-geológicos", filmados en volcanes y paisajes desolados de Islandia, los primeros, menos operísticos -dirigidos por cineastas o fotógrafos como Michel Gondry -Army of Me-, Spike Jonze -Oh, It´s so Quiet- y Stéphane Sednaoui -Big Time Sensuality-, y con más humor y menos pompa,tienen escenarios urbanos, y han forjado un imaginario de la ciudad contemporánea.

domingo, 29 de marzo de 2015

JOHN BAIR (1969): THE ORIGIN OF LOVE (2014) (JOHN CAMERON MITCHELL, HEDWIG AND THE ANGRY INCH, 1998)



El drama musical Hedwig and the Angry Inch, de John Cameron Mitchell, sobre un cantante transexual de la Alemania del Este en los años ochenta, huido a los Estados Unidos, en busca de un elusivo éxito -que otros conocerán-, se ha repuesto el año pasado en un teatro de Nueva York, obteniendo merecidamente todos los premios posibles (Premios Tony). Este mes de marzo -y solo por unas semanas-, Cameron Mitchell ha asumido el papel que creó hace dieciséis años.
El tema principal sigue siendo El origen del amor, basado en el discurso del comediógrafo griego Aristófanes sobre el origen de Eros, descrito en el Simposio de Platón.
La versión es distinta de la interpretación de Cameron Mitchell en la película del mismo título de 2001. La diferencia principal reside en la distinta utilización de unos dibujos animados también distintos de los de la película, creados el año pasado por John Bair y su empresa Phosphene (fundada en 2010, y responsable de los mejores efectos en películas tales como Blue Jasmine de Woody Allen), en una escena brillantemente resuelta desde el punto de vista técnico e interpretativo.  

sábado, 28 de marzo de 2015

HAYV KHARAMAN (1981): CASAS DE BAGDAD (2014)





Kharaman es una joven artista iraquí, nacida en Bagdad, y exiliada en los Estados unidos, que expone ahora en Nueva York.
Su obra juega con las composiciones de las miniaturas persas para ofrecer una mirada sarcástica sobre el mundo árabe actual; al mismo tiempo, juega con las convenciones de la pintura clásica occidental.
Su trabajo más destacado consiste en plantas arquitectónicas dibujadas a gran tamaño. No son proyectos sino levantamientos de planos. Corresponden a casas existentes en Bagdad y otras ciudades de Iraq, o ya destruidas: casas individuales, con varias plantas, organizadas alrededor de varios patios,  que se remarcan mediante la pintura en color del damero del enlosado.
Kharaman cuenta que su padre se vio forzado a vender la casa familiar. Se hallaba cerca del aeropuerto, donde se produjeron los ataques más mortíferos por francotiradores entre 2004 y 2008. Tampoco pudo legar la casa a sus hijas. Las mujeres, en Iraq, no pueden heredar bienes inmuebles que tienen que recaer un familiares masculinos. Dado que Kharaman solo tiene una hermana, perdía inevitablemente el hogar.
Un hogar al que asocia recuerdos, juegos y sueños. Un hogar añorado: Parte de su vida se halla aun entre estas paredes en las que no volverá a estar.
Kharaman ha escogido representar casas con patio. Las representa mediante la planta. Ésta es una traza, la última que aún perdura en la tierra, como en un yacimiento arqueológico, cuando todo lo que se levantada ha sido derribado. En ocasiones, el cuadro tiene la forma de la plabnta. Ésta se puede coger, agarrar o abrazar. mas no es más que un plano, un objeto "plano", carente ya de vida. La planta es, sin embargo, el testimonio del aferramiento de la casa a la tierra. Casa deseada o abominada, cuna o cárcel. La mirada de Kharaman es ambivalente.
Las casas que retrata comprenden varios patios. Éstos actúan como lugares de intercambio y de encuentro. Se trata de los espacios domésticos donde los varones reciben a los invitados o las visitas ocasionales. Las mujeres tienen vetado el acceso a los patios. Aquellas tienen que vivir en las plantas superiores. Solo pueden, a través de mirillas, contemplar lo que acontece, a los enviados del exterior, desde lo alto. Casas que protegen y que encierran. Encierran personas y recuerdos.

Véase la página web de la galería.

jueves, 26 de marzo de 2015

¿Iconoclastia? La destrucción de las imágenes (o la imagen del Profeta)

Las recientes, violentas, mortíferas manifestaciones de  iconoclastia -la iconoclastia es siempre violenta- en Oriente y Occidente, causadas tanto por la representación de Mahoma cuanto por efigies paganas consideradas demoníacas, se basan en edictos divinos en el Corán que también se encuentran en el Antiguo testamento -las Tablas de la ley enuncian la prohibición de cualquier imagen, y de su culto- o en Platón, por ejemplo. También se aduce la costumbre imperante en el mundo islámico, basada en los edictos coránicos.
Sin embargo, ¿qué son estas imágenes, que se venden libremente en Teherán?






Se trata de retratos -o de efigies- del Profeta.
La retratística pintada y fotográfica no es extraña ni está prohibida en Irán, al menos desde la dinastía de los Qajar -contra la que Jomeini se levantó- que permitieron y promovieron la práctica fotográfica desde finales del siglo XIX.

Estos retratos se basan en dos modelos: las efigies de Baco que El Caravaggio pintara en el siglo XVII, y retratos de muchachos tomados por ricos fotógrafos europeos decimonónicos, fascinados por aquellos, a quienes retrataban ligeros de ropa, y que se instalaron en el norte de África -Túnez y Marruecos.







La referencia sorprende, pero denota la voluntad de producir imágenes fascinantes que dieran lugar, de algún modo, a un cierto culto. El poder la la imagen -de un adolescente, en este caso- se basa en el naturalismo, la pose, la expresión y la técnica, puestos al servicio de la creación de una imagen que se imponga (no solo a ciertas personas, sino a todas). La imagen, en este caso, asume los poderes de un fetiche. Tiene como finalidad deslumbrar e imponerse a las voluntades. Imágenes que buscan suscitar pasiones, vencer resistencias.
Este tipo de imágenes son adecuadas, obviamente, a una imagen divina o sobrenatural. Esta voluntad es la que, por ejemplo, Praxíteles buscaba cuando esculpió a su mítica estatua de Afrodita desnuda, a partir de la pose de su amante. Las representaciones de Apolo, por el mismo Praxíteles, debían perseguir el mismo fin. Dichas efigies praxitelianas eran voluntariamente tan ambiguas -la calculada ambigüedad no denota un gusto, unas costumbres o una mirada distintos, sino que buscan suscitar preguntas acerca de lo que se manifiesta, preguntas que solo se plantean si la obra es enigmática- que es difícil, a menudo, hoy, saber si se refieren a Apolo o a Afrodita. Es, sin duda, lo que también perseguían los pintores renacentistas y manieristas, como Tiziano y Bellini, cuando pintaban a María, y a Magdalena. Pero también a Cristo -cuya figuración se basaba en la de Apolo, Hermes y Hércules. La seducción turbia de las imágenes ya fue notada en el barroco por lo algunos teólogos discutían acerca de la manera de representar a Jesucristo, por medio de un símbolo no humano, de una figura humana afeada o por el contrario efébica.
Estas consideraciones revelan el carácter sagrado de estas imágenes, incluidas las del Profeta. Buscan manifestar su grandeza, su carácter sobrenatural, que produce deslumbramiento, como si de una aparición se tratara -deslumbramiento, a través de la extrañeza, que también buscaría, a través de otras "formas", Malevitch cuando pintara modernos iconos como Cuadrado blanco sobre fondo blanco. El deslumbramiento, en esta caso, era casi excesivo: no se veían nada, pese a que se sabía que una forma se manifestaba en todo su "resplandor".

Nota: El Antiguo Testamento prohibe la realización de imágenes de divinidades paganas y su culto, pero no ordena su destrucción. En cuanto a imágenes no paganas, la tolerancia era de recibo: el templo de Salomón, según la descripción bíblica de este mítico templo -que nunca existió, en verdad-,  se decoraba con estatuas de seres alados, sin duda inspirados en figuras neo-asirias. 
Platón condenó -al destierro o a muerte- a quienes realizaban imágenes miméticas, pintadas o escenificadas, pero no exigió la destrucción de aquéllas que, por otra parte, le fascinaban. Su contemplación estaba prohibida salvo para los filósofos -gobernantes de la ciudad.
La destrucción de imágenes es propia de religiones monoteistas -y de religiones politeístas amenazadas como ocurría en el mundo greco-latino ante ciertos cultos mistéricos nocturnos (a Attis, por ejemplo).
Dado que el judaismo y el cristianismo (que, de todos modos, han sufrido una evolución) han sido y son más bien religiones enoteístas que verdaderamente monoteístas -aceptan la existencia de otros dioses considerados menores, si bien la importancia de Baal era reconocida en el Antiguo Testamento, y el estatuto de María, en el catolicismo es ambiguo, siendo una humana pero con rasgos divinos-, al igual que, al menos en parte, el chiismo, solo ciertos cultos del islam y del cristianismo -sunismo, calvinismo- rechazan las imágenes porque son incapaces de "figurar" la omnipotencia divina. En estos casos, a la prohibición se suma la destrucción de las imágenes, lo que, en principio no acontece en religiones politeístas y enoteístas. Platón condenaba la lectura de los poemas de Homero más que éstos.

Véase: http://etudesphotographiques.revues.org/747?lang=en