domingo, 27 de enero de 2013
sábado, 26 de enero de 2013
Joaquín Sanmartín: Acerca de los "sumerios"" (2011). Conferencia en Caixaforum, Barcelona, 29 de enero de 2013
Documental Sanmartin 1 from pedro azara on Vimeo.
Documental Sanmartin 2 from pedro azara on Vimeo.
España apenas ha tenido misiones arqueológicas en el Próximo Oriente, y ninguna en el periodo entreguerras cuando toda la zona pertenecía a los poderes coloniales franceses y británicos. hoy, existen misiones en Siria (hasta hace poco) y el Líbano. Ninguna, que yo sepa, en Irán ni en Iraq. La restauración de la ciudadela omeya de Amann sí corría a cargo del Ministerio de Cultura español (cuando éste tenía dinero).
Sin embargo, aunque la máxima autoridad sobre la cultura en sumerio vive habitualmente en Chicago, pero es español: el catalán Miquel Civil (de la Universidad de Barcelona). Todos los asiriólogos se inclinan justamente ante él.
Del mismo modo, ¿quién no reverencia a Joaquín Sanmartín (también del Institut del Pròxim Antic, de la Universidad de Barcelona: IPOA-UB), estudioso del acadio?
Sus agudos comentarios acerca de la creación del pueblo sumerio, distinto del acadio (el acadio era una lengua semita), a quien se le atribuía todas los fundamentos de la cultura (occidental, esto es, aria), por parte de estudiosos y arqueólogos antisemitas o directamente nazis, en la Alemania de los años 20 y 30, también ayudaron mucho a configurar el esquema de la exposición Antes del diluvio. Mesopotamia 3500-2100 aC, en Caixaforum (Barcelona & Madrid, 2012-2013), a tener una nueva mirada a este período y las culturas mesopotámicas arcaicas, y a entender mejor la historia que subyace al descubrimiento y la interpretación del obrar del sur de Mesopotamia en los cuarto y tercer milenios.
Joaquín Sanmartín (Profesor Emérito de la UB) imparte una conferencia sobre el Poema de Gilgamesh -su traducción comentada en castellano ha marcado un hito-, Martes 29 de enero, en el auditorio de Caixaforum, Barcelona, a las 19.30.
La conferencia se repetirá en Caixaforum de Madrid, cuando la muestra se traslade allí, jueves 16 de mayo, a las 19.30.
viernes, 25 de enero de 2013
Vida en el Edén
"Paradeisoo ergadzesthai" (Gn 2, 15) , "ergadzesthai ten gen" (Gn 3, 23): tales son dos de las órdenes que Elohim da al adán cuando la creación del universo: "trabaja".
Podemos suponer que aquéllas fueron dictadas tras la expulsión del Paraíso. En el imaginario cristiano, el Paraíso era el lugar de las delicias, de cuya tierra, que no era necesario labrar, manaba leche y miel en abundancia, y en la que toda clase de bienes estaban al alcance de la mano. El ser humano era inmortal y no necesitaba "trabajar". Este lugar y esta situación contrastaban con el y la que fueron impuestos tras la "caída" -el "pecado original": ganarás el pan con el sudor en la frente; te pondrás a trabajar la tierra, a la que retornarás: barro eres y al barro volverás".
Sin embargo, si echamos una segunda mirada a ambas órdenes, descubrimos que la primera es una orden para trabajar en el Paraíso, y la segunda para trabajar la tierra (gea). ¿Trabajar en el Paraíso?
En efecto, la concepción del Génesis -y de los tiempos primigenios- que se ha ido imponiendo tras la versión latina del Antiguo Testamento, en el siglo IV dC, no siempre refleja lo que el texto original afirma. Incluso la versión de la Biblia de los Setenta, en griego, antes citada, presenta notables diferencias con respecto a la posterior versión latina.
Elohim moldeó al adán -es decir, a los seres humanos- para que cuidaran del Paraíso: tenían que trabajar en él, y trabajarlo. La vida de molicie que las miniaturas medievales y la pintura renacentista impusieron nada tenía que ver con lo que el Génesis originario describe. El ser humano no era inmortal -y no perdió la inmortalidad tras la caída. Por el contrario, era un ser mortal, sometido al ciclo de los tiempos, y tenía que trabajar la tierra. La única diferencia entre el trabajo paradisíaco y el trabajo fuera de este recinto residía en la dureza del trabajo, es decir en la existencia de zarzas o malas hierbas fuera del Edén que entorpecían o alargaban la labor diaria.
La caída tampoco trajo el mal ni una condena absoluta. Elohim siguió considerando que lo que había creado estaba bien. La imagen divina plasmada en el ser humano no se había desdibujado. Antes bien, mejoró, ya que el adán había probado el fruto del árbol del conocimiento -aunque no de la vida, lo que le habría otorgado la inmortalidad-, por lo que, como bien se dice Elohim a sí mismo, el adán se ha vuelto más semejante a Él de lo que era. Lo que el adán buscaba -o lo que la serpiente le ofrecía era el discernimiento, asociado a la inmortalidad. Por tanto, el adán no adquirió una mortal condición. Ya la poseía desde la creación. por eso tenía que trabajar.
La condena, tras la desobediencia, no implicaba la aparición del trabajo sino tan solo un endurecimiento del trabajo, un empeoramiento -soportable- de las condiciones laborables. Pero el adán nunca fue un ser inmortal -por lo que la muerte de Cristo no tuvo sentido, o no tuvo el sentido que Pablo afirma tuvo, ya que no pudo rescatar a la humanidad de la muerte, ya que ésta era consustancial con ella.
Podemos suponer que aquéllas fueron dictadas tras la expulsión del Paraíso. En el imaginario cristiano, el Paraíso era el lugar de las delicias, de cuya tierra, que no era necesario labrar, manaba leche y miel en abundancia, y en la que toda clase de bienes estaban al alcance de la mano. El ser humano era inmortal y no necesitaba "trabajar". Este lugar y esta situación contrastaban con el y la que fueron impuestos tras la "caída" -el "pecado original": ganarás el pan con el sudor en la frente; te pondrás a trabajar la tierra, a la que retornarás: barro eres y al barro volverás".
Sin embargo, si echamos una segunda mirada a ambas órdenes, descubrimos que la primera es una orden para trabajar en el Paraíso, y la segunda para trabajar la tierra (gea). ¿Trabajar en el Paraíso?
En efecto, la concepción del Génesis -y de los tiempos primigenios- que se ha ido imponiendo tras la versión latina del Antiguo Testamento, en el siglo IV dC, no siempre refleja lo que el texto original afirma. Incluso la versión de la Biblia de los Setenta, en griego, antes citada, presenta notables diferencias con respecto a la posterior versión latina.
Elohim moldeó al adán -es decir, a los seres humanos- para que cuidaran del Paraíso: tenían que trabajar en él, y trabajarlo. La vida de molicie que las miniaturas medievales y la pintura renacentista impusieron nada tenía que ver con lo que el Génesis originario describe. El ser humano no era inmortal -y no perdió la inmortalidad tras la caída. Por el contrario, era un ser mortal, sometido al ciclo de los tiempos, y tenía que trabajar la tierra. La única diferencia entre el trabajo paradisíaco y el trabajo fuera de este recinto residía en la dureza del trabajo, es decir en la existencia de zarzas o malas hierbas fuera del Edén que entorpecían o alargaban la labor diaria.
La caída tampoco trajo el mal ni una condena absoluta. Elohim siguió considerando que lo que había creado estaba bien. La imagen divina plasmada en el ser humano no se había desdibujado. Antes bien, mejoró, ya que el adán había probado el fruto del árbol del conocimiento -aunque no de la vida, lo que le habría otorgado la inmortalidad-, por lo que, como bien se dice Elohim a sí mismo, el adán se ha vuelto más semejante a Él de lo que era. Lo que el adán buscaba -o lo que la serpiente le ofrecía era el discernimiento, asociado a la inmortalidad. Por tanto, el adán no adquirió una mortal condición. Ya la poseía desde la creación. por eso tenía que trabajar.
La condena, tras la desobediencia, no implicaba la aparición del trabajo sino tan solo un endurecimiento del trabajo, un empeoramiento -soportable- de las condiciones laborables. Pero el adán nunca fue un ser inmortal -por lo que la muerte de Cristo no tuvo sentido, o no tuvo el sentido que Pablo afirma tuvo, ya que no pudo rescatar a la humanidad de la muerte, ya que ésta era consustancial con ella.
jueves, 24 de enero de 2013
miércoles, 23 de enero de 2013
El mito de Sumeria
Pedro Azara
“El mite de Sumèria va ser una construcció de l’antisemitisme alemany”
Sònia Casas Dimecres, 23 de gener de 2013
Pedro Azara
Enrique Marco
Aquest professor d’arquitectura ha documentat l’estat dels jaciments sumeris a l’Iraq. També ha comissariat l'exposició 'Abans del diluvi. Mesopotàmia, 3500-2100 aC' que es pot visitar al Caixafòrum de Barcelona fins el 24 de febrer.
Un equip de recerca de la Universitat Politècnica de Catalunya (Pedro Azara, Marcel Borràs, Albert Imperial i Marc Marín) ha estat dels primers a visitar alguns dels jaciments sumeris més importants que hi ha a l’Iraq. Gràcies a una beca de la fundació alemanya Gerda Herkel, els tres arquitectes han documentat l’estat dels recintes arqueològics després de la guerra.
Com els heu trobat?
Millor del que crèiem perquè sabíem que a Eridu, per exemple, no hi havia anat cap arqueòleg en els últims trenta anys. Vam visitar sis jaciments, els corresponents a les ciutats sumèries d’Ur, Kish, Uruk, Eridu i Telloh. Dalt del ziggurat de Kish, els soldats hi han fet un forat per amagar-se i és impossible de restaurar-lo. El ziggurat d’Ur, en canvi, el que Saddam Hussein va restaurar, està intacte. Les tombes d’Ur s’han salvat i d’Uruk es veuen bé les traces del barri del temple. Però tots tenen impactes de bala i estan minats.
Quines mesures de seguretat vau prendre per a la vostra expedició?
Contractar seguretat privada estava fora de les nostres possibilitats. Ens demanaven sis mil euros diaris per quinze dies de viatge. Quan vam arribar a Bagdad, la Direcció General d’Antiguitats iraquiana es va preocupar pel fet que anéssim sense escorta i ens la van facilitar ells. Ens van obrir els monuments i muntaven guàrdia mentre els visitàvem. També van organitzar la seqüència dels combois per traslladar-nos, perquè a cada província cal canviar de vehicles.
Arqueològicament parlant, quines són les preocupacions del Govern iraquià?
L’elevat cost de conservació dels jaciments, que tenen com a principal problema l’erosió. Quan l’arquitectura de fang s’excava, es comença a desfer. A més, el nivell freàtic de la zona fa que tot quedi recobert per una crosta de sal molt corrosiva.
Es refereix a les famoses maresmes del Tigris i l’Eufrates?
Les maresmes són el màxim exponent d’aquest nivell freàtic i són les que van fer possible que s’assentessin justament aquí les primeres ciutats de la història. Hussein les va assecar i gasejar perquè s’hi refugiaven els seus opositors, i això va provocar un desastre ecològic. Ara ja s’han recuperat un 65% de les maresmes.
L’espoli és l’altre gran problema?
Sí, perquè els jaciments són descomunals i difícils de controlar. El Museu de Bagdad va ser devastat, tot i que el gruix de peces es van poder traslladar a temps. Ara bé, en els jaciments que vam visitar, el terra era ple d’objectes escampats: estatuetes, totxanes…
Les mateixes que els museus occidentals tracten amb cotó fluix?
Les mateixes! Tot i que no tots aquests museus compleixen els criteris de conservació internacionalment establerts. Aquests criteris són els que fan que sigui tan car muntar una exposició com la que hem preparat al Caixafòrum, sobretot si duus peces d’una trentena de museus diferents, com ha estat el cas.
Quins serien aquests criteris?
Cada peça viatja com a mínim amb una persona, anomenada correu, que és el representant del museu prestador i l’únic que pot manipular-la o donar permís per fer-ho. També certifica que hi ha les condicions d’humitat, temperatura i seguretat que pertoquen.
Com està plantejada l’exposició?
A partir d’una idea central, l’organització del territori, s’expliquen les innovacions que va fer la cultura sumèria entre el quart i el tercer mil·lenni aC. Però també exposem documents inèdits sobre les missions arqueològiques que es van fer a la zona a l’inici del segle XX.
Què en sabem, d’aquestes missions?
Que estaven íntimament relacionades amb els processos colonials. Es demanava a les tropes europees instal·lades a la zona que excavessin els jaciments per tal de trobar peces per omplir els museus que s’acabaven d’inaugurar. Van fer grans destrosses, perquè no sabien que les construccions estaven fetes amb fang i no amb pedra, i els costava distingir la terra de la terra compactada. I també van donar peu a una gran manipulació.
Quina?
L’associació ètnia, llengua, religió i pàtria és una construcció del segle XIX, coincidint amb l’auge dels nacionalismes. Els sumeris no existien com a poble, eren un grup de tribus locals que parlaven la mateixa llengua: el sumeri. Però des que es va saber que els accadis, un altre grup mespotàmic, eren semites, les elits culturals alemanyes van construir el mite que els sumeris eren una ètnia diferent de la qual derivaven tots els progressos de la humanitat.
Sumèria té alguna cosa a veure amb l’antisemitisme modern, no?
I tant! L’any 1877 es va descobrir que el text del diluvi universal de l’Antic Testament era una versió d’un relat sumeri anterior. Allò va posar en dubte que la Bíblia fos un llibre revelat. A tot el centre d'Europa hi havia la percepció que els jueus havien enganyat el món fent creure que la Bíblia era paraula de Déu. Aquest va ser un dels orígens de l’antisemitisme modern.
Com havia anat a parar el relat del diluvi universal sumeri a l’Antic Testament?
Quan el rei Nabucodonosor II va prendre Jerusalem es va endur els sacerdots jueus a Babilònia. Només quan el persa Cir el Gran va derrotar-lo, aquests van poder tornar a Israel. Temps després, en començar la redacció de l’Antic Testament aquests sacerdots van incorporar la llegenda del diluvi que havien sentit a Mesopotàmia.
Aquest article es va publicar en el número 125 de SÀPIENS (gener 2012):
http://www.sapiens.cat/ca/notices/2013/01/pedro-azara-3185.php
Un equip de recerca de la Universitat Politècnica de Catalunya (Pedro Azara, Marcel Borràs, Albert Imperial i Marc Marín) ha estat dels primers a visitar alguns dels jaciments sumeris més importants que hi ha a l’Iraq. Gràcies a una beca de la fundació alemanya Gerda Herkel, els tres arquitectes han documentat l’estat dels recintes arqueològics després de la guerra.
Com els heu trobat?
Millor del que crèiem perquè sabíem que a Eridu, per exemple, no hi havia anat cap arqueòleg en els últims trenta anys. Vam visitar sis jaciments, els corresponents a les ciutats sumèries d’Ur, Kish, Uruk, Eridu i Telloh. Dalt del ziggurat de Kish, els soldats hi han fet un forat per amagar-se i és impossible de restaurar-lo. El ziggurat d’Ur, en canvi, el que Saddam Hussein va restaurar, està intacte. Les tombes d’Ur s’han salvat i d’Uruk es veuen bé les traces del barri del temple. Però tots tenen impactes de bala i estan minats.
Quines mesures de seguretat vau prendre per a la vostra expedició?
Contractar seguretat privada estava fora de les nostres possibilitats. Ens demanaven sis mil euros diaris per quinze dies de viatge. Quan vam arribar a Bagdad, la Direcció General d’Antiguitats iraquiana es va preocupar pel fet que anéssim sense escorta i ens la van facilitar ells. Ens van obrir els monuments i muntaven guàrdia mentre els visitàvem. També van organitzar la seqüència dels combois per traslladar-nos, perquè a cada província cal canviar de vehicles.
Arqueològicament parlant, quines són les preocupacions del Govern iraquià?
L’elevat cost de conservació dels jaciments, que tenen com a principal problema l’erosió. Quan l’arquitectura de fang s’excava, es comença a desfer. A més, el nivell freàtic de la zona fa que tot quedi recobert per una crosta de sal molt corrosiva.
Es refereix a les famoses maresmes del Tigris i l’Eufrates?
Les maresmes són el màxim exponent d’aquest nivell freàtic i són les que van fer possible que s’assentessin justament aquí les primeres ciutats de la història. Hussein les va assecar i gasejar perquè s’hi refugiaven els seus opositors, i això va provocar un desastre ecològic. Ara ja s’han recuperat un 65% de les maresmes.
L’espoli és l’altre gran problema?
Sí, perquè els jaciments són descomunals i difícils de controlar. El Museu de Bagdad va ser devastat, tot i que el gruix de peces es van poder traslladar a temps. Ara bé, en els jaciments que vam visitar, el terra era ple d’objectes escampats: estatuetes, totxanes…
Les mateixes que els museus occidentals tracten amb cotó fluix?
Les mateixes! Tot i que no tots aquests museus compleixen els criteris de conservació internacionalment establerts. Aquests criteris són els que fan que sigui tan car muntar una exposició com la que hem preparat al Caixafòrum, sobretot si duus peces d’una trentena de museus diferents, com ha estat el cas.
Quins serien aquests criteris?
Cada peça viatja com a mínim amb una persona, anomenada correu, que és el representant del museu prestador i l’únic que pot manipular-la o donar permís per fer-ho. També certifica que hi ha les condicions d’humitat, temperatura i seguretat que pertoquen.
Com està plantejada l’exposició?
A partir d’una idea central, l’organització del territori, s’expliquen les innovacions que va fer la cultura sumèria entre el quart i el tercer mil·lenni aC. Però també exposem documents inèdits sobre les missions arqueològiques que es van fer a la zona a l’inici del segle XX.
Què en sabem, d’aquestes missions?
Que estaven íntimament relacionades amb els processos colonials. Es demanava a les tropes europees instal·lades a la zona que excavessin els jaciments per tal de trobar peces per omplir els museus que s’acabaven d’inaugurar. Van fer grans destrosses, perquè no sabien que les construccions estaven fetes amb fang i no amb pedra, i els costava distingir la terra de la terra compactada. I també van donar peu a una gran manipulació.
Quina?
L’associació ètnia, llengua, religió i pàtria és una construcció del segle XIX, coincidint amb l’auge dels nacionalismes. Els sumeris no existien com a poble, eren un grup de tribus locals que parlaven la mateixa llengua: el sumeri. Però des que es va saber que els accadis, un altre grup mespotàmic, eren semites, les elits culturals alemanyes van construir el mite que els sumeris eren una ètnia diferent de la qual derivaven tots els progressos de la humanitat.
Sumèria té alguna cosa a veure amb l’antisemitisme modern, no?
I tant! L’any 1877 es va descobrir que el text del diluvi universal de l’Antic Testament era una versió d’un relat sumeri anterior. Allò va posar en dubte que la Bíblia fos un llibre revelat. A tot el centre d'Europa hi havia la percepció que els jueus havien enganyat el món fent creure que la Bíblia era paraula de Déu. Aquest va ser un dels orígens de l’antisemitisme modern.
Com havia anat a parar el relat del diluvi universal sumeri a l’Antic Testament?
Quan el rei Nabucodonosor II va prendre Jerusalem es va endur els sacerdots jueus a Babilònia. Només quan el persa Cir el Gran va derrotar-lo, aquests van poder tornar a Israel. Temps després, en començar la redacció de l’Antic Testament aquests sacerdots van incorporar la llegenda del diluvi que havien sentit a Mesopotàmia.
Aquest article es va publicar en el número 125 de SÀPIENS (gener 2012):
http://www.sapiens.cat/ca/notices/2013/01/pedro-azara-3185.php
Carreteras y canales en el sur de Mesopotamia
Hubieran o no los habitantes del sur de Mesopotamia inventado la rueda -las únicas trazas de ruedas reales halladas, más allá de las ruedas de terracota de maquetas de carros funerarias, pertenecen a carros enterrados en las tumbas reales de Ur, hacia el 2600 aC-, lo cierto es que las ruedas eran de madera maciza. La madera era escasa, sin embargo; el tráfico, por otro, constante. ¿Cómo se podía circular, entonces?
El Himno que el rey Shulgi se dedicó, hacia finales del tercer milenio aC, insiste en que el monarca mandó trazar una extensa red de comunicaciones: vías rápidas -dotadas de albergues "de carretera" o caravanserais-, y canales.
Dado que las primeras ciudades, en el sur de Mesopotamia, estaban unidas entre sí, y dado que se hallaban en medio de las marismas, era inevitable que las vías terrestres tuvieran que sortear innumerables canales naturales y artificiales. Un gran número de puentes deberían haber sido levantados. Babilonia causaba admiración por un gran puente permanente; pero eso aconteció a mitad del primer milenio. Los puentes, en el sur de Mesopotamia tenían que haber construidos en madera. ¿Había madera suficiente? ¿De dónde hubiera procedido? Los troncos de palmera son excesivamente flexibles y aguantan mal las tensiones. Puentes hechos de juncos no hubieran soportado el paso de los pesados carros. Es muy dudoso, pues, que se hubieran podido levantar puentes. Es curioso, pero, en sumerio, no existe la palabra puente (gishrum, y titurrum, que significan puente -o intérvalo-, son términos neo-babilónicos, es decir, muy tardíos), lo que, muy probablemente, denota que los puentes no se conocían o no eran un objeto habitual en los inicios de la cultura mesopotámica.
En este caso, el transporte de mercancias se habría llevado a cabo no por vía terrestre, sino fluvial. Parece cada vez más claro que el sur de Mesopotanmia estaba recorrido por una extensa red de canales, apoyada en oacasiones por vías terrestres, y que la propia estructura de las ciudades se apoyaba más sobre canales que sobre calles.
El imaginario sumerio otorgaba un papel principal a las aguas. La materia primera, el espacio primordial, la diosa-madre originaria, eran las aguas de las marismas. Esta concepción no era gratuita sino que descansaba sobre una realidad: la cultura del sur de Mesopotamia, entre los cuarto y tercer milenio, fue una cultura lacustre. Lo que, muy posiblemente, causó su pérdida para siempre, cuando, debido a cambios del nivel de las aguas, éstas se desplazaron más al sur, dejando el territorio habitado -acostumbrado hasta entonces a un medio acuoso-, en medio del desierto.
(Resumen de una conversación entre Piotr Michalowski y Marc Marín, 22 de enero de 2013)
El Himno que el rey Shulgi se dedicó, hacia finales del tercer milenio aC, insiste en que el monarca mandó trazar una extensa red de comunicaciones: vías rápidas -dotadas de albergues "de carretera" o caravanserais-, y canales.
Dado que las primeras ciudades, en el sur de Mesopotamia, estaban unidas entre sí, y dado que se hallaban en medio de las marismas, era inevitable que las vías terrestres tuvieran que sortear innumerables canales naturales y artificiales. Un gran número de puentes deberían haber sido levantados. Babilonia causaba admiración por un gran puente permanente; pero eso aconteció a mitad del primer milenio. Los puentes, en el sur de Mesopotamia tenían que haber construidos en madera. ¿Había madera suficiente? ¿De dónde hubiera procedido? Los troncos de palmera son excesivamente flexibles y aguantan mal las tensiones. Puentes hechos de juncos no hubieran soportado el paso de los pesados carros. Es muy dudoso, pues, que se hubieran podido levantar puentes. Es curioso, pero, en sumerio, no existe la palabra puente (gishrum, y titurrum, que significan puente -o intérvalo-, son términos neo-babilónicos, es decir, muy tardíos), lo que, muy probablemente, denota que los puentes no se conocían o no eran un objeto habitual en los inicios de la cultura mesopotámica.
En este caso, el transporte de mercancias se habría llevado a cabo no por vía terrestre, sino fluvial. Parece cada vez más claro que el sur de Mesopotanmia estaba recorrido por una extensa red de canales, apoyada en oacasiones por vías terrestres, y que la propia estructura de las ciudades se apoyaba más sobre canales que sobre calles.
El imaginario sumerio otorgaba un papel principal a las aguas. La materia primera, el espacio primordial, la diosa-madre originaria, eran las aguas de las marismas. Esta concepción no era gratuita sino que descansaba sobre una realidad: la cultura del sur de Mesopotamia, entre los cuarto y tercer milenio, fue una cultura lacustre. Lo que, muy posiblemente, causó su pérdida para siempre, cuando, debido a cambios del nivel de las aguas, éstas se desplazaron más al sur, dejando el territorio habitado -acostumbrado hasta entonces a un medio acuoso-, en medio del desierto.
(Resumen de una conversación entre Piotr Michalowski y Marc Marín, 22 de enero de 2013)
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