Borrador de la última parte de la conferencia Entre Ur e Erbil: las misiones arqueológicas en Iraq, ayer y hoy, impartida por Pedro Azara y Marc Marín, ayer noche en Casa Árabe, Madrid (a cuyos responsables -Nuria Medina en particular)- agradecemos la invitación así como al Excmo. Sr. Embajador de Iraq en España.
El presente texto, de Marc Marín, describe el trabajo de los arquitectos y estudiantes de arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) de Barcelona, en las misiones arqueológicas - dirigidas por los profesores Olivier Rouault y Maria-Grazia Masetti, de la Univerisidad de La Sorbona de París-, que han excavado o excavan en los yacimientos neo-asirios de Tell Massaïkh (Siria, 2007-2010), y de Qasr Shamamok (Iraq, 2011-).
La misión en Siria fue suspendida en 2011 -el yacimiento, cerca de la frontera iraquí, al parecer, no habría sufrido-, y la misión en Iraq se ha cancelado este otoño. El yacimiento ha sido temporalmente ocupado por el ISIL.
TEXTO
Un ejemplo actual de colaboración
entre equipos de arqueólogos europeos e iraquíes lo encontramos en la
misión arqueológica francesa de Qasr Shemamok, en pleno Kurdistán de Iraq, al
norte del país. La misión está dirigida por los profesores Olivier Rouault, de
la Universidad Lyon2, y Maria-Grazia Masetti, de la Universidad de
Paris-Sorbonne. Su trabajo en este yacimiento comenzó hace cuatro años, al
tener que abandonar en 2011 su anterior misión en Siria debido al estallido del
la guerra civil.
El yacimiento de Qasr Shemamok se encuentra a 25 km de la
actual ciudad de Erbil, y a aproximadamente la misma distancia del río Tigris,
y de la antigua capital Asiria de Nimrud. Se emplaza en el valle del río
Shiwazor, entre los pueblos de Tarjan, al norte, y Sa'adawa, al sur, y se accede
a él a través de una carretera que transcurre paralela al río Gwer y conecta
con Erbil.
El yacimiento, que cubre alrededor de 70 hectáreas, se
identificó ya en las primeras misiones en el norte de Mesopotamia, a finales
del siglo XIX, y fue excavado por primera vez
por el equipo de los arqueólogos Layard y Fourlani, hasta los años 30 del siglo
pasado. En esta primera misión fue crucial el hallazgo de ladrillos con
inscripciones en cuneiforme, que celebraban "la construcción de un doble
sistema de murallas por el rey Sennacherib" -por tanto a finales del siglo
VIII aC-, en una ciudad denominada "Kakzu", que actualmente se lee
"Kilizú", ya que permitió conocer el nombre que tuvo el lugar en su
periodo de máximo esplendor, durante el
Imperio Neoasirio.