Textos, a veces vehementes, a favor o en contra de la revista satírica Charlie-Hebdo, invitan quizá a tratar de saber de qué hablamos cuando nos referimos al mundo árabe.
Este breve comentario recoge impresiones directas en algunos países norteafricanos y del Medio oriente, visitados por motivos de trabajo más que turísticos, y comentarios de amigos de algunos de estos países.
Hablamos de países francófonos -es decir, de lengua francesa: Francia, una parte de Bélgica, un cantón suizo, Luxemburgo, Andorra (además del catalán y el castellano), Quebec, así como de antiguas colonias en los que el francés aun se habla o se lee en parte, al menos oficialmente, como Siria, entre gente mayor, por ejemplo-, no de países franceses. Pero nos referimos a países árabes. El árabe es una lengua, no una raza ni una religión. Pertenece al grupo lingüístico semita, al igual que el hebreo, por ejemplo -y lenguas muertas como el asirio.
Las personas que hablan árabe y viven en países de mayoría musulmana -siendo el islam una religión- pueden tener una de las cuatro grandes religiones monoteístas: islam, cristianismo, judaísmo, zoroastrismo (al menos en Irán). No pueden ser ateos, están obligados a declarar una religión monoteísta, y religiones politeístas como el hinduismo, o monoteístas sin libro sagrado como el budismo (si es que es una religión y no una filosofía) están proscritos; son inconcebibles. La religión a la que uno está adscrito está señalada en el carnet de identidad.
Ciñéndonos solo al Medio Oriente, son de religión islámica personas que hablan turco -que no es de raíz semita-, persa o farsi -una lengua indoeuropea-, hebreo -una lengua semita-, kurdo -un grupo lingüístico propio, creo-, etc.
El islam se practica en países que no pertenecen al Próximo Oriente, ni hablan árabe. por ejemplo, en China, la India y en Bosnia-Herzegovina, amén de cualquier país con ciudadanos, que hablan árabe o no, "autóctonos" -terrible noción que evoca la sangre de la tierra- o emigrantes.
El arte no es musulmán, sino islámico, y engloba tanto arte religioso -aunque no sacro, ya que las mezquitas no son espacios sagrados sino profanos- cuanto profano (arte de corte otomano y persa, por ejemplo, si nos limitamos a artes del pasado).
En Irán, se trata con cierto desprecio a la minoría que habla árabe; en Baghdad (que para nosotros en una ciudad "árabe"), se mira con condescendencia a los "árabes", es decir, a los beduinos del sur de Iraq. Es decir, en estos casos, un "árabe" no es una persona que habla árabe ni una persona de religión musulmana, sino un nómada (juzgado habitualmente de manera crítica). El término árabe ya se utilizaba en la corte neo-asiria del primer milenio aC para designar a poblaciones nómadas de la península arábiga.
El islam incluye numerosas ramas: conocemos al sunismo y al chiismo, pero existen más: es decir, cada una de estas ramas se divide en nuevas ramas. Así, por ejemplo, el ismailismo y el alauismo son ramas del chiísmo. Las diferencias entre las sub-ramas de una misma rama son más destacables o importantes que las diferencias entre el sunismo y el chiismo. Por otra parte, existen religiones del o en el Medio Oriente (o el Próximo Oriente) que aúnan características cristianas, musulmanas y/o zoroástricas.
El Próximo Oriente -es cuestionable ubicar países de lengua árabe y/o religión musulmana únicamente en el Próximo Oriente- comprende países "laicos" como Siria o Iraq, y teocracias. Sin embargo, incluso en los países laicos, se recomienda a personas que no desean atender a los ritos, las costumbres o los requerimientos de períodos de marcado carácter religioso como el Ramadán (equivalente a la Pascua cristiana), o a personas que no son de religión musulmana, que se abstengan de manifestar públicamente su desinterés comiendo antes de la puesta del sol a la vista del público, por ejemplo. Escasos son los restaurantes o comedores abiertos durante este periodo. En este caso, estas personas almuerzan en sus despachos o en sus casas, de manera discreta. En las teocracias, este desinterés, al menos oficialmente, está prohibido.
En algunas ciudades europeas (París, Londres, Berlín, etc.) se mira, trata o habla mal de barrios, periféricos o no (La Goutte d´Or, en París), de mayoría musulmana -más que árabe-, aunque dicha mayoría está constituida por personas musulmanas que hablan árabe.
Pero barrios como Belgrave en Londres, o Neuilly, en Paris, cuentan con una notable presencia de personas musulmanas, que hablan árabe, y visten como beduinos (una "chilaba" blanca, habitualmente, que en Bagdad se desprecia, como un traje de personas del campo o nómadas). Nadie habla mal de estos residentes. Son multimillonarios. Entre estas personas destacan los dueños de instituciones tan británicas como los almacenes Harrod´s, o el Club de Fútbol de Barcelona, emblema de la capital catalana. Durante años, el Patronato de Turismo de Barcelona ha viajado año tras año para atraer turismo de Arabia Saudí -que hacía cola para curarse los ojos en la clínica Barraquer, y vivían en lo alto de la ciudad, sin ue nadie hablara mal-, y de los Emiratos Árabes.
Cabe preguntarse, pues si lo que suscitan rechazo son personas que hablan árabe y/o son de religión musulmana -y mantienes costumbres propias de países o climas del Medio Oriente- o personas pobres. Es cierto que olores, sonidos, gestos no habituales, pueden incomodar o molestar. Posiblemente como pueden molestar las cualidades sensibles de barrios pobres. Queda preguntarse, quizá, si, antes que una "lucha" de religiones", "culturas" o "civilizaciones", no estamos ante una lucha de "clases".
Me excuso de las faltas y generalidades.