lunes, 13 de marzo de 2017

Babel






El MuCEM de Marsella -un delirante edificio envuelto en una celosía inútil, construido hace un par de años en medio del puerto- presenta una exposición turbadora sobre el mito bíblico de la Torre de Babel. Además de algunas poderosas imágenes como un conocido grabado del siglo de las luces francés, del arquitecto Boullée, que muestra una torre troncocónica infinita por cuya rampa en espiral ascienden personas cogidas de la mano que parecen abrazar el monumento, la exposición plantea una serie de preguntas, siendo la principal: ¿fue la multiplicación de las lenguas con la que Dios castigó a la humanidad que levantaba la Torre para alcanzar el cielo un mal, ya que los hombres incapaces de comunicarse dejaron de apilar ladrillos?
La exposición plantea que la multiplicidad de lenguas obligó, por el contrario, a reconocer al otro y a esforzarse en reconocerlo y a entenderlo. El verdadero diálogo no se daría entre personas que hablan un mismo idioma sino entre quienes buscan aquellas palabras acompañadas de gestos y expresiones adecuados que mejor "traduzcan" lo que se quiere comunicar, que mejor se adapten a la comprensión del otro. La diversidad de lenguas obliga a un esfuerzo que no da nada por hecho y a una cierta contención por miedo a herir al otro o a ser incomprendido. Atendemos con cuidado a su cara para ver si nos entiende y qué entiende. 
La lengua es un medio para reconocer que somos distintos pero iguales, es decir que tenemos una individualidad pero que aceptamos compartir ideas, creencias y sentimientos buscando maneras de ponerlos al alcance del otro. No pensamos en nosotros mismos, no nos hacemos fuertes en nuestras creencias, sino que tratamos de ponernos en el lugar del otro, buscando qué y cómo podemos compartir. Una legua común facilita en apariencia la comunicación pero da por supuesto demasiados puntos de vista por lo que uno acaba callando, sin compartir nada. Una lengua común puede dar lugar a una comunicación silenciosa, pero ¿por qué esforzarse en traducir, comentar, lo que uno siente si sabe que el otro siente lo mismo o expresaría lo mismo -solo podemos juzgar y compartir lo que verbalizamos con signos, con gestos, sonoros o visuales?.
El mito de la Torre de Babel funda a la humanidad, establece comunidades humanas que deberán esforzarse en conunicarse, en poner en común lo que saben y lo que sienten, en comparar e intercambiar su visión del mundo, buscando puntos, espacios de encuentro, y aceptando que no podremos llegar a comprender enteramente otros puntos de vista, lo que infunde cierto respeto, obligándonos a respetar silencios o expresiones que no entendemos pero que aceptamos, aceptando que cada uno tiene derechos, asumiendo la diferencia, la diversidad. 
Las palabras traducidas son al mismo tiempo una pérdida y una ganancia. Se pierden matices pero aparecen otros que enriquecen la visión del mundo. Nadie podrá poseer todos los matices. Nadie puede conocer todas las lenguas, vivirlas como propias. Es decir nada puede imponerse considerándose por encima de los demás pues sabe que otros poseen conocimientos intraducibles que infunden respeto, y admiración. Se sabe que podemos aprender del otro, que el intercambio es necesario y posible con sumo cuidado.
Una hermosa, compleja y a veces confusa -babélica- exposición sobre la aceptación de la humana condición.

sábado, 11 de marzo de 2017

El origen del arte: ¿qué significa "arte"?

Arte viene del latín ars, traducción a su vez del griego tejné que, originariamente significaba no solo crear sino sobre todo procrear, un verbo adecuado para definir un acto que tenía como fin producir (alumbrar) un objeto de uso mágico, capaz de influir en la vida humana tan solo con su presencia.

Ars, a su vez deriva de dos radicales indoeuropeos relacionados.
El primero RT deriva de un radical anterior R que significaría crecer, alzarse. Designaría la acción cuyo fin es el desarrollo y la elevación -física, quizá moral- de un ente o un ser a partir de un núcleo recogido sobre sí mismo.
RT (o RTA) se traduce por orden regla, verdad. y la acción que persigue la aplicación de dicho valor o dicha norma podría equivaldría a ordenar o unir elementos dispersos, recogidos y dispuestos en el lugar que les corresponde, de modo que el conjunto aparezca ordenado.
El segundo radical, en el origen la palabra Ars, es AR: significa tanto emplazar cuanto ajustar. evoca una acción que busca colocar cada cosa en su sitio, sin que nada o nadie invada un lugar que no le pertenece. De este modo, se consigue un todo ARmónico. En efecto, armonía es un término compuesto a partir de esta raíz.
La acción de situar, ordenar y ajustar elementos dispares se realiza siguiendo un plan establecido. obedece a reglas. Se trata, en suma, de una acción RiTual. Sabemos que entre arte y rito existen afinidades o parecidos. Son acciones (y resultados) que tienen como fin la realización de un ente (un objeto, un espectáculo, un ritual) que media entre dos mundos (real e ideal, real y ficticio) de modo que entren el contacto y se de una relación armónica que les permita conocerse e influirse. Este gesto o este resultado debe ser actualizado, repetido a intervalos regulares, siguiendo una pautas RíTmicas. El ritmo es consustancial con el rito y con el arte. Busca sosegar u ordenar, ofreciendo una imagen ideal o mejorada del mundo, permitiendo entrar en contacto con espacios vetados.
El radical AR, por cierto, se halla en el origen de palabras como ARma o ARmario. Un arma es un instrumento que, manejado por un "gendARme" (un policía o un guardia, en francés) vela por el orden público, mantiene a raya cualquier desajuste o disidencia, mientras que un armario es un excelente lugar donde guardar objetos que hasta entonces yacían desordenadamente. el armario protege las cosas y nos protege de ellas. Separa el mundo de las cosas del de las personas, pero permite, debido precisamente al orden que establece, su pronta relación.
El velar por el orden personal, terrenal y cósmico está a cargo, en el mundo hindú, de la diosa RiTa: la diosa del destino. Determina la ubicación y el camino que cada ser y cada ente debe seguir, y vela por el debido cumplimiento de dicha decisión. Rita traza y cubre el camino. No permite ninguna salida de tono que desafinaría, desordenaría el mundo trabajosamente calibrado. En Persia, antiguamente, existía una diosa -se trata siempre de divinidades femeninas pues el orden que aplican y cubren permite una vida plena, vida que han alumbrado. Son diosas madre que cuidan de sus creaciones y criaturas-. llamada ARTa, personificada mediante un ser alado, que simbolizaba la justicia cósmica, la Ley, que cualquier elemento debía cumplir.
Estas dioses eran las responsables del RTA u orden cósmico. El universo era digno y bueno porque cada ente ocupaba un lugar propio y adecuado, y mantenía "buenas" relaciones tanto con entes vecinos como con la totalidad. Todos los entes se subordinaban al universo. Éste, por tanto, se mostraba como una imagen de un todo recto.
RTA se proyectaba en la tierra. Trazaba un camino recto que unía lugares que hasta entonces no habían podido conectarse. Esta senda, que era la senda de la vida, del nacimiento a la muerte, del origen, esplendor y decaimiento, según un o una orden estipulado o estipulada por Rita (o Arta), era el dhARma. Gracias a su presencia, nada en la tierra quedaba abandonado, dejado de la mano de dios, como si no tuviera sentido, como si fuera prescindible. Por el contrario, cada elemento era necesario para la armonía del mundo.
Bajo la tutela del Orden, el ser humano podía quedarse encerrado egoístamente, o podía abrirse al mundo. En este caso, el dharma se le ofrecía como un modelo a seguir, y su seguimiento constituía el kARma: la acción emprendida en pos del orden: una acción ritual o artística que tenía como fin recrear el mundo. El artista hacía o rehacía el mundo que Arta había determinado. Su acción se denominaba kwer, que se traduce por hacer (en griego poieoo: de ahí la poesía, o pueda en solfa o en verso del mundo exterior o interior), obrar, crear. De algún modo, disipar las tinieblas del desorden -que todo lo oculta, que impide ver la creación en todo su esplendor-, alumbrar el mundo.

viernes, 10 de marzo de 2017

MOHAMMED FAIROUZ (1985): IN THE SHADOW OF NO TOWERS (A LA SOMBRA DE LAS TORRES QUE YA NO ESTÁN, 2012)



Esta sinfonía del compositor árabe norteamericano Fairouz pone música a un álbum de cómic, creado a partir del atentado del 11 de septiembre de 2001 que derribó las torres gemelas de Nueva York, del artista alemán Art Spiegelman.
Véase la página web siguiente

HOWARD HODGKIN (1932-2017): ARQUITECTURA Y VENECIA

Arquitectura (Architecture)



Habitación Verde (Green Room)


Hogar (Home)









Venecia


Paris


El pintor inglés Howard Hodgkin, fallecido ayer, pintaba cuadros que parecían haber sido improvisados con unas pocas gruesas pinceladas y algunos puntos depositados al zar, pero tardaba años en concluir las obras que debían no solo reproducir la impresión de un lugar sino sustituir a éste, de modo que el recuerdo del motivo se desvaneciera o palideciera ante el cuadro.
Cuadros pintados sobre pequeñas tablas de madera, dedicados, por ejemplo a Venecia, transfigurada en una extensión de destellos sobre una superficies ondulantes, rojas, en ocasiones, como la laguna incendiada del atardecer. A su vez, París se reduce a su centro, que lo representa: apenas el discurrir paralelo de un tramo del río, y las construcciones que lo bordean, o lo siguen: Agua y tierra se miran, sin mezclarse. Se respetan. Mantienen las distancia, y sin embargo son elementos cercanos, que no se desatienden mútuamente. Los elementos que configuran el mundo mantienen su individualidad en los cuadros de Hodgkin, pero no se dispersan.

Su cuadro Home (Hogar) es significativo. Como casi todas sus obras, un marco pintado delimita un cuadrado en el centro como si el cuadro no fuera una ventana sino una mirilla, de modo que la sensación  de estar observando a través de un artefacto fuera evidente. Las líneas que enmarcan la obra atraviesan este rectángulo de luz y cambian de color; se iluminan. El hogar aparece como un espacio delimitado, envolvente, pero conectado con el exterior, capaz, sin embargo, de metamorfosear, como en una reacción química, fuerzas, quizá dañinas, en elementos domesticados que alumbran o iluminan y dan sentido a lo que el hogar guarda. Hodgkin admiraba a Matisse. El homenaje constante no se manifiesta solo por el color sino por la representación de espacios acogedores, domésticos, abiertos sin embargo al exterior a través de filtros -los conocidos porticones  de los interiores, sobre todo de Niza, de Matisse por donde la luz, y la vida de la calle, llegan filtradas, ordenadas, capaces de animar sin cegar el interior.

jueves, 9 de marzo de 2017

JORDI BUSQUETS (¿1984?)): ABANDONNED BERLIN (2016)

Abandoned Berlin | Documentary from Jordi Busquets on Vimeo.

Sobre este publicista y documentalista, véase esta página web

LAURA MARLING (1990): LONDON TOWN (2007)




Sobre esta joven cantante y compositora, cuyo último disco acaba de ser publicado -una buena ocasión para escuchar una de sus primeras canciones-, véase su página web.

REVOLVER: BABILONIA (2015)