viernes, 15 de marzo de 2019

HARQUITECTES: CENTRO CÍVICO LEALTAD SANTSECA 1214 (2012-2018)






















Fotos: Tocho, 2019

Rehabilitación de una sede obrera de finales de los año 20 -un palacete vagamente neo-barroco-, en el barrio de Sants de Barcelona, y transformación en un centro cívico.
Trabajo quizá manierista -que pone al descubierto, de manera elegante pero insistente, las capas que lo componen, mostradas ostentosamente como heridas- pero hermoso y seguramente funcional, en el que los elementos estructurales añadidos, de hierro y madera, parecen andamios que sujetan lo que una vez fue, como si quisieran preservar o apuntalar un sueño desvanecido.
Esta obra obtuvo merecidamente el Premio Ciudad de Barcelona de Arquitectura de 2018

jueves, 14 de marzo de 2019

JOAN BORRELL (1990): HIMNO A NIKKAL (2019)



Nueva interpretación del Himno a Nikkal, hallado en Ugarit (Siria), la canción más antigua conocida (s. XIV aC), a cargo del arquitecto, músico y barítono Joan Borrell, en la librería Documenta de Barcelona, el 7 de marzo de 2019, con motivo de la presentación pública de la nueva colección de revistas académicas Barcino Monographica Orientalia, del Institut del Pròxim Orient Antic (IPOA) de la Universidad de Barcelona (UB).

Joan Borrell ya ha interpretado este tema, con o sin acompañamiento musical, en Caixaforum (Barcelona y Madrid), Fundación Joan Miró (Barcelona), Museo Guggenheim de Nueva York y el Institute for the Study of Ancient World, de Nueva York.

Otra interpretación suya, considerada entonces la mejor de las que se han grabado, formó parte de la exposición sobre música antigua Musiques! Échos de l´Antiquité, en el Museo del Louvre de Lens y en Caixaforum de Barcelona y Madrid en 2018.

miércoles, 13 de marzo de 2019

La libertad del arte

La concepción de creación humana como un medio educativo o mágico, para conformar mentes y transmitir ideas y creencias, para condicionar la vida o para incidir directamente en personas y comunidades, favoreciéndolas o dañándolas a través de efigies y encantamientos, llegó -temporalmente a su fin- gracias al filósofo Emanuel Kant, a mediados del siglo XVIII. Una concepción que se remontaba al neolítico, quizá, dejó de ser de recibo.
A partir de entonces, la obra de arte ya no fue un instrumento servil, dotado de una función claramente enunciada: un instrumento de poder a través de imágenes y de rituales.
Ya no se pudo saber porqué las obras existían, ni a qué respondían. Tenían sentido, sin duda; no eran el fruto de una decisión y una acción caprichosas; no eran entes decorativos o gratuitos. Respondían a una necesidad o una motivación, mas ésta ya no se sabía. Atendían a un fin que no estaba indicado, que no se sabía ni se podía saber. La obra de arte tenía entidad y entereza. Contenía un mensaje, traducido plásticamente, pero no se alzaba para comunicarlo. Su razón de ser iba más allá de la mera educación o el condicionamiento. La obra era, en parte, enigmática. Se intuía que podía ilustrarnos, aunque no se sabía sobre qué ni cómo. Por otra parte, nadie estaba obligado a atender a los mensajes y las formas de la obra de arte. Su escucha o lectura ya no era de obligado cumplimiento. La obra no nos ordena nada.
La relación entre la obra y el espectador es educada. Ambos se mantienen a distancia, sin ser distantes; dialogan, pero no imponen. El silencio se respeta. La obra no está obligada a revelarnos un mandato, que ya no debemos atender. El espectador cuida las formas, tiene buenas maneras. La obra no educa, sino que parte del presupuesto que obra y espectador son educados y se respetan. La obra invita a la contemplación. La vida activa se detiene, aunque solo sea por un momento.
En verdad, la obra abre un espacio de libertad. Obra y espectador entran en contacto, pero nadie se impone, ni impone su punto de vista. Se puede pasar de largo o prestar atención, siendo atento, atendiendo a lo que la obra tiene a bien expresar. No se espera nada de ella, ninguna revelación. Se admira su presencia, su porte, su entereza, sin que se deba cantarla o repudiarla. La libertad es siempre cuestión de dos. Ser libre implica respetar la libertad de los demás seres y entes. Dicho ejercicio se práctica sobre todo cuando se puede escuchar, si se quiere- sin tener que decir nada. La contemplación estética permite atender a nuestras impresiones, a reflexionar sobre lo que tenemos delante y sobre nosotros. La reflexión conlleva una pausa. El tiempo se detiene. Los condicionantes cesan. Solo entonces, abriéndonos a la obra, nos descubrimos, y nos conocemos. Antes de olvidarnos de este momento de introspección en que atendemos a la obra. Tan solo su presencia, la vida se vuelve, por un momento, más grata o más compleja. La obra es una vida que nos llena sin que tenga la misión de hacerlo. Se trata de un acto de generosidad, como generosos somos si no pasamos de largo -aunque nada nos obligue a detenernos.         

martes, 12 de marzo de 2019

CATHY CLARET (1963) CON RAIMUNDO AMADOR (1959): RAYO (2019)



Este videoclip fue rodado en el barrio de la Mina de Barcelona en diciembre de 2018. Más concretamente, la estatua de Nacho Falgueras, dedicada a Camarón de la Isla, centra la filmación del tema de la cantante de flamenco del sur de Francia, Cathy Claret, con la colaboración del músico y cantante gitano Raimundo Amador..
El presidente del Centro Cultural Gitana de la Mina, D. Rafael Perona, realiza un acto muy habitual en el video: una ofrenda floral a la estatua, que no es sino una versión más contenida de lo que suele acontecer alrededor de esta obra, objeto de una intensa devoción, cuando "fieles" venidos de todas partes del mundo, rezan, de rodillas, a la estatua o, como puede comprobar, dan vueltas alrededor suyo, en Harley Davidson, por ejemplo, mientras la música de Camarón suena a todo volumen, una estatua que se ha convertido en un referente de la comunidad -a menudo abandonada por los poderes públicos.

lunes, 11 de marzo de 2019

Catalonia in Venice, Biennale: To Lose Your Head (Idols)


Cartel del próximo pabellón de Cataluña en la Bienal de Arte de Venecia, que se inaugura el 8 de mayo, obra de los diseñadores gráficos Quim Pintó y Montse Fabregat (pfp disseny).
A partir del 9 de abril, Tocho informará con más detalle de la exposición.

domingo, 10 de marzo de 2019

LUCIANO DE SAMOSATA (120-180 ó 92): EL MENTIROSO


Leamos y recordemos cada día los escritos del mejor escritor de la antigüedad -junto con Sófocles y Platón- y, sin duda, de todos los tiempos, el escéptico, incrédulo, cínico, satírico romano (que escribía en griego) Luciano de Samosata, cuya obra El mentiroso, sobre la mentira y la credulidad, sobre el engaño político, deberíamos guardarla como una biblia: 


Tiquiades.- ¿Puedes decirme, Filocles, cuál es la causa que induce a muchos al deseo de mentir, hasta el punto que gozan contando falsedades y prestando especial atención a quienes narran cosas de este tipo?

        Filocles.- Muchas son las causas, oh Tiquiades, que, por razones de interés, inducen a algunas personas a mentir.

        Tiquiades.- "Eso nada tiene que ver con el asunto" -como dice el refrán-; yo no te pregunto por aquellos que mienten interesantemente, ya que esos individuos merecen cierta disculpa, y algunos, incluso, son dignos de elogio, como los que burlan al enemigo y aquellos que, para salvarse en un trance apurado, utilizan esta clase de medios. Así obró muchas veces Ulises "para proteger su vida y conseguir el retorno de sus compañeros". No, mi pregunta se refiere, excelente amigo, a aquellos que, sin necesidad alguna, aman la mentira por si misma y se complacen en emplearla sin que nada lo justifique. Es respecto a esos individuos, pues, que quisiera saber qué pretenden ganar con su conducta.

        Filocles.- ¿Has conocido a muchas personas que tienen como una afición innata por la mentiras?

        Tiquiades.- Sí, existen muchos de ésos.

JIRI KOVANDA (1953): CASA DE AZÚCAR (1989)





(Foto: Tocho, marzo de 2019)


Quizá la obra más sugerente y poética de la gran exposición 1989, dirigida por Sergio Rubira, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM, Valencia) sea esta pequeña y frágil escultura del artista checo Kovanda, presentada sin vitrina, compuesta por terrones de azúcar dispuestos como si fueran ladrillos o sillares de una casa: un abrigo amable y deseable, sin duda, blanco incontaminado aún, con un perfil que se asocia a la imagen de una casa particular, con un tejado a dos aguas y, seguramente, con tan solo un piso, pero frágil, tan frágil que unas pocas gotas de lluvia la disuelven irremediablemente. Una hermosa y sugerente metáfora de las férreas convicciones modernas, y de la seguridad que buscamos.
Recordemos, también, que la casa en la que se refugian los niños Hansel y Gretel, en medio del bosque, de noche, es una casita de azúcar -habitada por una ogresa que la utiliza como cebo.