Fotos: Tocho, 2019
Rehabilitación de una sede obrera de finales de los año 20 -un palacete vagamente neo-barroco-, en el barrio de Sants de Barcelona, y transformación en un centro cívico.
Trabajo quizá manierista -que pone al descubierto, de manera elegante pero insistente, las capas que lo componen, mostradas ostentosamente como heridas- pero hermoso y seguramente funcional, en el que los elementos estructurales añadidos, de hierro y madera, parecen andamios que sujetan lo que una vez fue, como si quisieran preservar o apuntalar un sueño desvanecido.
Esta obra obtuvo merecidamente el Premio Ciudad de Barcelona de Arquitectura de 2018
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