viernes, 9 de diciembre de 2022

Apolo, Atenea y Atenas








Ofrendas y ex-votos en honor de Asklespios (Museo del Acrópolis)



Ofrendas a Apolo Hypoakraios (Museo del Akropolis)




Santuario de Themis 



Santuario de Atenea Hygiea 





Santuario de Asclespios









 Cueva del córega Trasilos


Fotos: Tocho,  diciembre de 2022



No cabe duda: los mitos no engañaban, desde los orígenes, Atenas estaba bajo la protección de la diosa Atenea, y los templos principales del acrópolis le estaban dedicados.
Sin embargo, en Atenas se rendía culto a otros dioses, desde Zeus protector del estado a la celeste Afrodita Urania y a urbana, terrenal Afrodita Pandemo, hasta las ninfas y el dios Pan.

Tras campañas de restauración en 2002 y 2016, que prosiguen hoy, a los pies de la ladera sur del acrópolis se pueden descubrir hoy unos santuarios que guardan una relación entre ellos y que revelan que en Atenas, junto a Atenea, el dios Apolo tuvo un papel preponderante.
Un mito cuenta que una humana, Niobe, tuvo la desgraciada ocurrencia de burlarse de la diosa Leto debido a su escasa descendencia, sobre todo comparándola con los doce hijos que Niobe tuvo. Apenas hubo pronunciado estas insultantes palabras, Apolo y su hermana gemela, la diosa Ártemis, ambos armados de arcos y flechas, vengaron el honor de su madre, la diosa Leto, disparando y matando a sangre fría, sin piedad, a cada uno de los hijos de Niobe, dejándola desesperada para el resto de su vida.
Este violento acontecimiento ocurrió en una inmensa y sombría cueva en la ladera sur del acrópolis, o, al menos, este mito estaba representado por un grupo escultórico, una hermosa y profunda cueva dedicada, a la caída del politeísmo, en un santuario dedicado a María de las Cuevas.
No lejos de esta cueva sagrada, cuya fachada de mármol fue encargada por el director del coro del teatro de Dionisios (una divinidad que compartía con Apolo el templo de Delfos), el corega Trasilos, en el siglo IV aC, se halla aún hoy el santuario del dios de la medicina, el dios Asklespios, hijo de Apolo. El dios sanaba a los enfermos que pasaban una noche en la stoa (un pórtico alargado) del recinto, apareciéndoles en sueños. Las numerosas ofrendas y los ex-votos encontrados en el santuario son un testimonio de la eficacia y generosidad de Asklespios, cuyo santuario ateniense estaba en contacto con el santuario central de Epidauro.
Cerca del templo de Asklespios, completando esta cena cenefa de santuarios que bordean la base sur del acrópolis, y enlaza con el santuario de Apolo Hypoakraios (Bajo la vertical de las rocas) en el inicio del flanco noroeste, se encuentra un pequeño templo dedicado a una diosa mayor: la diosa de la justicia Themis, quien fue la nodriza de Apolo y lo nutrió con los decretos justos, dotándolo de la capacidad de echar luz sobre los oscuros asuntos humanos. Apolo y su hijo Asklespios velaban sobre la vida física y moral, las bases sobre las que se asentaba el poder de Atenea. 

La relación entre Atenea y Apolo era particularmente estrecha en Atenas. Apenas se cruzaban los Propileos, en lo alto del acrópolis, que daban acceso a los santuarios de Atenea, se topaba con un templete dedicado a Atenea Hygiea, a Atenea asumiendo las funciones de la diosa Hygiea, la diosa de la salud, hija, no podía ser de otro modo, de Asklespios, y nieta de Apolo. Este templete poseía un altar circular, hoy adosado a una columna de los Propileos, consagrado para dar gracias por la salvación de un obrero malherido durante las obras de construcción de los Propileos.

Atenea, la diosa guerrera Atenea, defendía a sangre y fuego a la ciudad de Atenas, mas eran necesarios los consejos y los cuidados, la moderación y la atención que impartían Themis, Apolo, Asklespios e Hygiea, para el cuidado de la vida, para que ésta no fuera un permanente infierno.

Agradezco a la arquitecta, filósofa y helenista Mònica Sambade el haber puesto el acento, en un viaje cultural reciente, en los santuarios  menores que salpican el perímetro del acrópolis, a menudo eclipsados por el deslumbramiento del Partenón, y hasta a veces de difícil o imposible acceso, tales son los desvelos y las energías dedicadas a la restauración y hoy peligrosa reconstrucción del Partenón. Sin embargo, el poder de Atenea no habría sido sopórtenle sin la mediación de Apolo y su atenta, casi humana, descendencia, twn cercana a los hombres. 










 


ANASTASIOS ORLANDOS (1887-1979): RESTAURACIÓN DE LA CAVEA DEL ODEÓN DE HERODES ÁTICO 161-174), ATENAS (1960-1964)

 



Fotos: Tocho, diciembre de 2022

La reciente noticia del necesario y urgente desmantelamiento de las gradas de hormigón  del anfiteatro Romano de Tarragona, construidas en los años setenta, desmejoradas y peligrosas, contrasta con el impecable y hermoso estado de las gradas del odeón que Herodes Ático mandó construir a los pies del acrópolis de Atenas en la segunda mitad del siglo II, y que el arquitecto e historiador del arte griego Atanasio Orlando restauró entre 1960 y 1964 utilizando el mismo mármol con el que fueron levantadas mil quinientos años antes. 
Las gradas se perciben como una reconstrucción moderna y, sin embargo, se integran perfectamente en la estructura del edificio (que fue quemado un siglo más tarde de su construcción y abandonado, utilizado como refuerzo de la muralla que rodeaba el acrópolis ya en época medieval). 
La diferencia entre la obra original y la restauración es perceptible, pero no daña la comprensión del espacio, y esta reconstrucción, que ha envejecido dignamente, y que ya presenta una pátina que la integra en la estructura romana, devuelve la vida al edificio, sin querer desmarcarse ni hacerse notar. Se diría que el odeón se hubiere recuperado por si mismo.
Quizá debiéramos aprender de la inteligencia y sensibilidad del arquitecto griego.






jueves, 8 de diciembre de 2022

(In)maculada Concepción

 8 de diciembre: día de la Inmaculada Concepción para los creyentes católicos.

El tema de la Inmaculada Concepción constituye un problema físico y metafísico, un acicate intelectual.
Desde los padres de la Iglesia se ha debatido el estatuto de María. Es una humana. Por tanto, pecadora. Solo la divinidad está libre de mancha.
Más, María es su madre.
Una figura ambigua: humana, pero madre de una divinidad -lo que la acerca a heroínas griegas madres de dioses, como Semele, fecundada por Zeus, madre de Dionisios- o, mejor dicho, madre de un humano en el que se encarnó una divinidad, lo que dio nacimiento a un ser al tiempo mortal e inmortal, humano, plenamente humano, y divino, sin que ls divinidad se viera menguada por la humanidad que la divinidad asumió.
¿Cómo conjugar la marcha y la pureza, buscar el origen de la pureza en la mancha? Solo a mitad del siglo XIX, como se sabe,  se enunció que María nació Inmaculada, un edicto o dogma (los dogmas son edictos inspirados y por tanto, incuestionables, que deben de ser asumidos sin cuestionarlos, dogmas de fe en los que se basa la confianza en la existencia y efectividad de la divinidad) no aceptado por todos los Cristianos. Hasta entonces se sostenía -y aún se sostiene- que si María no estaba maculada, en el momento de ascender a los cielos, era porque las máculas con las que había nacido, como toda humana, habían sido lavadas tras la Resurrección de su hijo. Nació maculada y murió inmaculada, sin perder su condición humana ni alcanzar la divina (aunque la mariología es ambigua), una  teoría teológica muy distinta de la que Impera en el catolicismo desde hace siglo y medio.
La purificación -que no la pureza congénita- de María ya se enunció en el Corán, un texto cercano a los escritos de los Padres de la Iglesia, en una célebre Sura sobre los primeros profetas, anteriores a Mahoma:

“Y cuando dijeron los ángeles: ¡Maryam! Allah te ha elegido, te ha purificado y te ha escogido entre todas las mujeres de la creación.”

(Sura 3, 45)

La elección exigió la eliminación del pecado original que manchada a Maryam, lo que permitió que ésta adquiriera una una condición cercana a la de Eva, la primera humana.

Cariátides










Fotos: Tocho, diciembre de 2022



No lejos de Esparta se hallaba la ciudad de Carias. Un bosque de robles o de nogales (karua; karuon es nuez, en griego) la rodeaba. La ciudad era conocida por albergar el santuario de la diosa Cariatis, una virgen equiparada con ls diosa Ártemis. Las muchachas de Carias rendían culto a la diosa danzando alrededor de su estatua de culto tallada en madera de nogal. Entre las jóvenes destacaba la hija del rey de la región (la región de Laconia), llamada Caria, perseguida por el dios Dionisios, quien la metamorfoseó en un nogal para tenerla siempre cerca.

El peligro rondaba a las mujeres de Carias. Tal era su entrega a Dionisios que, enloquecidas, fuera de sí, se suicidaron colgando del de las ramas de los robles cercanos.

Mas, esta tortura no fue nada comparada con la que sufrieron cuando la ciudad de Carias cambió de bando durante la guerra entre Grecia y Persia, y se puso del lado de los Persas. La venganza griega, tras la derrota persa, fue terrible. Tras degollar a los hombres y arrasar la ciudad, las mujeres de Carias fueron esclavizadas, y un peso insoportable recayó sobre sus cabezas. Quedaron fijas, tiesas, petrificadas. Desde entonces, cuando admíremos a las hermosas y silenciosas Cariátides, que velan la tumba del rey fundador de Atenas, Erecteo, en el Erecteion en lo alto del acrópolis de Atenas, no dejemos de pensar en el sufrimiento de las mujeres de Carias, que pagaron con su cuerpo momificado en vida y sometido al atroz aguante de una losa la traición de sus esposos. Las cariátides son efigies de prisioneras, cargando el peso de la falta de sus esposos, obligadas a contemplar para siempre al fundador y protector de la ciudad, Atenas, victoriosa de los Persas, a la que sus esposos traicionaron. Las cariátides son una obra política.

Que los censores de las estatuas no lo descubran. 


A menos que esté familiarizado con la Historia, {el arquitecto} será incapaz de justificar el uso de aquellos ornamentos que tenga ocasión de introducir. Si, por ejemplo, en vez de columnas se colocan estatuas de mármol de mujeres vestidas con estola — que se llaman cariátides— y si superpone modillones y cornisas, deberá saber dar explicaciones a quienes pregunten; veamos: Caria, ciudad del Peloponeso, conspiró contra los griegos con ayuda de los persas, enemigos de los griegos. Posteriormente estos, como respuesta a su traición, y al verse libres de los persas tras una gloriosa victoria, de común acuerdo declararon la guerra a los habitantes de Caria. Una vez conquistada la ciudad y pasados a cuchillo sus habitantes, se llevaron como esclavas a sus matronas. Para que estas circunstancias fuesen mejor recordadas, y la naturaleza de su triunfo perpetuada, los vencedores las representaron con sus túnicas, aparentemente sufriendo por el peso de la carga asignada, como expiación del crimen de su ciudad natal. Así, en sus edificios, los arquitectos antiguos, mediante el uso de estatuas, legaron a la posteridad un memorial del crimen de los carios.” (Vitruvio: Acerca de la arquitectura, I, 7)




miércoles, 7 de diciembre de 2022

“Hater”

 “Hater” es una palabra inglesa que nombra a quien odia, una persona definida o caracterizada por su permanente sentimiento de odio hacia las personas ajenas. “Hater” es también un anglicismo,  utilizado sobre todo para designar a un tipo de usuario de las llamadas redes sociales. Los “haters” están especialmente  asociados a éstas. Son quienes vierten insultos y amenazas contra figuras públicas cuyas acciones e imágenes reprueban, desprecian y condenan (a menudo sin justificación, ni sin que medie reto alguno).

Mas, así como el inglés posee dicha palabra, no existe un equivalente en las lenguas latinas. Odiador no es correcto; solo se puede utilizar la expresión verbal “el o la que odia”.  Existe lo odioso pero no el odiador. El odio emana del ser o el ente rechazado, no del que rechaza.

Esta diferencia revela una distinta concepción de las cualidades humanas en el protestantismo y el catolicismo. El odio es un pecado. Va en contra de la caridad. No se puede odiar. Quien odia es odioso. El odio acarrea el oprobio. Se tiene que amar al prójimo.

El odio, por el contrario, es una virtud en el protestantismo. Expresa el rechazo del mal. Manifiesta la superioridad moral. Odiar es un bien pues aparta de la tentación. Es un deber para “purificar” el mundo.  El odio excluye a quien causa un daño. 

Los justicieros son figuras propias del protestantismo. Rechazan, neutralizan y eliminan.. Los conquistadores ( en todos los sentidos de la palabra), en cambio, son católicos. Se acercan, rompen barreras, poseen y fusionan. Kurtz frente a Don Juan. El primero mata físicamente, el segundo produce placer. La humillación no está causada por el conquistador, sino por la “moral casquivana” de la seducida, de quien se entrega, de quien, en todo caso, ha suscitado la pasión violenta. Y si las víctimas sienten odio por sus conquistadores, el mal recae en ellas no en sus poseedores.

Las religiones aún marcan el paso.


martes, 6 de diciembre de 2022

HANAA MALALLAH (1958): DRONE HITS THE ZIGGURAT OF UR (UN DRON CHOCA CON EL ZIGURAT DE UR, IRAQ, 2018)

 

 Hanaa Malallah es una artista iraquí, formada en Iraq, exiliada en Londres. Su trabajo refleja un mundo de ruinas. 
Bajo un ensordecedor zumbido -que recuerda el de los helicópteros que sobrevuelan el yacimiento de Ur, cerca del cual se ubica una base militar norteamericana-, un dron, un símbolo casi invisible de modernidad, que parece dominar el paisaje desde las alturas, acaba estrellándose contra el grueso muro de adobe del zigurat mesopotámico de Ur, en el sur de Iraq, de finales del tercer milenio.

domingo, 4 de diciembre de 2022

La filosofía y la buena vida

 “Que nadie, mientras sea joven, se muestre remiso en filosofar ( en griego: philosophein), ni, al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es demasiado viejo ni demasiado joven.

Quien afirma que aún no le ha llegado la hora o que ya le pasó la edad, es como si dijera que para la felicidad no le ha llegado aún el momento, o que ya lo dejó atrás. Así pues, practiquen la filosofía tanto el joven como el viejo; uno, para que aún envejeciendo, pueda mantenerse joven en su felicidad gracias a los recuerdos del pasado; el otro, para que pueda ser joven y viejo a la vez mostrando su serenidad frente al porvenir. Debemos meditar, por tanto, sobre las cosas que nos reportan felicidad, porque, si disfrutamos de ella, lo poseemos todo y, si nos falta, hacemos todo lo posible para obtenerla.”

(Epicúreo: Carta a Meneceo, s. IV aC)

Nota: Epicuro utiliza los términos filosofía y teoría (theooria) en la carta de la que aquí se ofrece solo el inicio