lunes, 30 de junio de 2025

MRVDV ARQUITECTOS: DÉPÔT (ALMACÉN DEL MUSEO BOIJMANS VAN BEUNINGEN, ROTTERDAM, 2025)





































Fotos: Tocho, junio de 2025

Las reservas, almacenes o depósitos de los museos suelen ser espacios inaccesibles al público. Con condiciones ambientales y de seguridad exigentes contienen obras propiedad del museo que no forman parte de la colección permanentemente expuesta -ya sea porque tienen un interés menor o porque no casan con las obras expuestas o con lo que el museo quiere mostrar y contar. Las reservas: un mundo “otro”: durante años, hasta los años ochenta, en las reservas del museo nacional de arte catalán de Barcelona, se exigía llevar un casco, necesario, para recorrer los desvanes del museo atestados de obras apiladas como en una hoguera por entre las cuales volaban las palomas.  Las reservas han sólido ser los cementerios de donaciones sin gran interés -aunque hoy los museos ya no están obligados a aceptar todo lo que se les ofrece. Cierta picaresca de artista ha consistido durante años en afirmar que se forma parte de la colección de un museo prestigioso solo porque se ha donado una obra que el museo nunca hubiera adquirido.

Desde que en los años ochenta el museo de artes decorativas de Viena dispuso sus obras en estanterías inaccesibles de manera que pudieran ser contempladas a través de rejas o de cristales, componiendo una gran torre de Babel, la conversión de los almacenes en un gran teatro atestado de obras, como en un columbario, un gran depósito de ofrendas, en espacios sombríos y controlados, que se suelen recorrer en silencio, se ha convertido en un hecho más o menos habitual y ofrece una “experiencia” o encuentro con obras desestimadas, relegadas, similar a la visita, siempre sobrecogedora, de un cementerio: un careo con condenados o figuras de otro mundo. El museo etnológico de Barcelona ofrece la posibilidad de un encuentro  parecido: una experiencia hermosa y vagamente inquietante que casi siempre tiene lugar en una cripta.

El museo Boijman de Rotterdam acaba de dar un paso más e invertir los criterios. Las obras ya no se guardan en sótanos sino en las alturas. Las reservas ya no son la cara oculta y algo vergonzosa del museo -el retiro de las obras muertas, entre la residencia de ancianos, la cárcel y el velatorio-, la exhibición de las miserias, sino la cara mas visible y apreciada. La colección permanente deja de ser el único objeto de deseo. De hecho, el museo puede cerrar sin que las visitas se resientan. El almacén suple y reemplaza al museo cerrado (por reformas).

Es así como el almacén del museo holandés se alza como un ovni deslumbrante en el centro de la ciudad de Rotterdam: un edificio brillante, cerrado sobre sí mismo pero que atrae las miradas, que no encaja con el entorno sino que lo somete, y que, en su interior, se presenta como una traducción plástica del universo dantesco: un recorrido ascendente o descendente a través de pasarelas de vidrio, escaleras vertiginosa y ascensores transparentes que convierten el depósito en un gran teatro del mundo tan fascinante como inútil en el que se juega a adivinar qué encierran ciertas estancias que se descubren a través de los cristales, las reservas de las reservas, los últimos espacios vetados, los sancta santorum sumidos en la oscuridad: obras de todas las culturas y las épocas -Holanda fue una potencia colonial-, cuadros, tallas, arte decorativo (vidrio, cerámica, metales….), mágico, sagrado…. Hasta las caras más ocultas poseen una trastienda.



domingo, 29 de junio de 2025

GERRIT ADRIAENSZ BERCKHEYDE (1638-1698): LA IMAGEN DE LA CIUDAD







 Fotos: Tocho, junio de 2025

¿Hooper?

Los cuadros muestran vistas urbanas -más vacías, serenas y silenciosas, que desoladas-, ciertamente, pero datan del siglo XVII

Se pueden considerar como algunas de las primeras imágenes fidedignas de una ciudad -Ámsterdam, en este caso-, que complican la interpretación del arte occidental moderno. Éste se liga a la ciudad -construcciones y ciudadanos- industrial, pero las imágenes aquí mostradas no datan de la segunda mitad del siglo XIX, sino dos siglos antes, y son propias del arte holandés; un arte aferrado a la realidad -sin dejar de aureolarla con una luz declinante, no exenta de posibles connotaciones morales. Más que exaltar a la ciudad del futuro, el pintor holandés Gerrit Berckheyde, uno de los pintores barrocos más importantes en Europa, retrata la ciudad como debería ser: una formación de de volúmenes y planos pautados por la luz, de cuerpos que delimitan -y componen, al retirarse - el espacio bien conformado de la calle y las amplias plazas. Berckheyde suprime detalles, como los árboles que bordean el muelle, que emborronan el estricto engarce de los volúmenes,  -como hacen los arquitectos cuando las imágenes de sus obras se acercan demasiado a la realidad siempre imperfecta- para resaltar la presencia del espacio público que es lo que configura y determina lo que la ciudad es.

Hoy se conocen pocos cuadros de Gerrit Berckheyde, pese a que este pintor fue un discípulo directo o indirecto (a través de su hermano, también pintor) de Franz Hals.

Pero sus obras, anteriores al siglo XVIII, ya destilan la melancolía que la ciudad siempre suscita, el sueño de una ciudad del pasado perfecta -que nunca fue- o el anhelo imposible de lo que nunca podrá -ni deberá- ser. Una ciudad en la que los reflejos -en el espejo de los canales, en el siglo XVII, en las lunas de las torres, hoy- empiezan a ganarle la partida a la dura ciudad material.

 







sábado, 28 de junio de 2025

JAN JANSZ MOSTAERT (1475-1552): PAISAJE CIN UNA ESCENA DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA (1535)



 Foto: Tocho, Rijksmuseum, Ámsterdam, junio de 2025


Paisaje con una escena de la conquista de América, o Paisaje de las Indias Occidentales, del pintor flamenco Jan Jansz Mostaert, es uno de los cuadros renacentistas más importantes y una obra clave del arte occidental.

Se trata de la primera imagen gráfica europea de la conquista de América, pintada unos cuarenta años más tarde de la llegada de Cristóbal Colón al Caribe.

La representación no se basa en ningún hecho histórico. El paisaje es inventado, imaginario. Además, los nativos no iban desnudos en la realidad, un dato ya conocido.

La inclusión de desnudos solo acontecía en la pintura mitológica y en escenas religiosas, especialmente en imágenes de Adán y Eva.

La composición muestra el terror de los nativos desnudos, armados de arcos y flechas ante el desembarco de soldados vestidos con corazas y con armas de fuego cargadas. El contraste  entre la desnudez y el cuerpo acorazado, y entre el avance inmisericorde y la huida desesperada de madres -una escena que remite a la matanza de los inocentes- es sobrecogedor.

La matanza no ha empezado. Pero se intuye.

El enfrentamiento se percibe entre oponentes de muy desigual situación. 

La desnudez podía ser percibida como signo de barbarie, o de inocencia. Mostaert opta por la pureza -y el desvalimiento.

Cincuenta años antes que los Ensayos de Míchel de Montaigne, Mostaert, en una composición perturbadora, representa a los conquistadores europeos como máquinas de guerra y a los pobladores nativos como “buenos salvajes”, hombres, mujeres y niños edénicos que nada tienen que esconder, tratados como víctimas sacrificadas.

 El ideal del hombre renacentista como centro y medida del mundo se derrumba, no solo como un preludio de las devastadoras guerras de religión que asolarán Europa en la segunda mitad del siglo XVI y gran parte del siglo XVII, sino como la evidencia de la segunda destrucción del Edén que Colón creyó hallar en las islas caribeñas.




Lo que hay que ver




Fotos: Tocho, junio de 2025

Amsterdam,  Rijksmuseum, planta 2, sala central dedicada a los artistas Rembrandt y Vermeer

viernes, 27 de junio de 2025

JAN JANSZ MOSTAERT (1474-1552): RETRATO DE UN AFRICANO, QUIZÁ CHRISTÓBAL EL MORO, 1525.



 
Si la representación de árabes y de turcos, siquiera a través de la figuración de los Reyes Magos, no era insólita en el arte pictórico y escultórico medieval y renacentista, el retrato de Cristóbal, conocido como el Moro, un guardaespaldas, diestro en el manejo del arco, del emperador Carlos V, a cargo del pintor flamenco Jan Jansz Mostaert (responsable del gremio de pintores de Haarlem), en la primera mitad del siglo XVI,  posiblemente sea la primera efigie naturalista de un personaje negro en el arte occidental -que haya llegado a nosotros. Hasta entonces, solo la representación del rey Baltazar, en las escenas de la Adoración de los Magos, había requerido la figura de un hombre negro inconcreto.

El suntuoso vestuario de Cristóbal enguantado, armado con una espada afiligranada, denotan a un caballero, un personaje de clase elevada en la corte de Carlos V o de su tía, Margarita de Austria, gobernadora de los Países Bajos. Junto a sus capacidades con el arma, debía ser un estudioso o letrado proveniente del norte de África -lo que no era inusual-, instalado en la península.

Ámsterdam, Rijksmuseum 

jueves, 26 de junio de 2025

La aventura de una arquitecta, Lea Massari (1933-2025)



Falleció la recordada actriz italiana Lea Massari.

Nunca se consideró una verdadera actriz. Era arquitecta, y trabajaba con un célebre escenógrafo y diseñador de vestuario cinematográfico italiano, Piero Gherardi, que también era un arquitecto, 

Lea Massari protagonizó una de las mejores películas de la posguerra y posiblemente de la historia del cine : La aventura (1960), del director italiano Michelangelo Antonioni, una historia que solo podía acontecer en una ciudad moderna, un retrato de un pueblo y una ciudad modernos, de un paisaje tan arisco como una ciudad moderna.

miércoles, 25 de junio de 2025

ANTONI VARÉS (1909-1966): EL CASTILLO MALDITO (1949) & EL DESPERTADOR (1963)

 

   


 El cineasta amateur y cartelista gerundense Antoni Varés, diseñadr de carteles de cine en Paris, tuvo un estudio de cine antes de la Guerra Civil española, y actuó para el cineasta profesional francés René Clair, podría ser el padre espiritual del cineasta actual Albert Serra....

Sobre este creador inclasificable, véase, por ejemplo, el siguiente enlace: 

martes, 24 de junio de 2025

Verbena


Verbena tiene dos significados relacionados: una planta olorosa y una fiesta.

En Roma, cuando el solsticio, los sacerdotes de cultos mistéricos o nocturnos  se fustigaban con vergas de verbena para que la sangre brotase y bañados por ella a través de las heridas que se provocaban, expulsaran tumores y malos espíritus y se renovaran, se revitalizaran, durante une verbena o fiesta de regeneración. 

Con la planta de la verbena, en Roma, se fabricaban verbenas o coronas -que podrían ser también de tomillo o de laurel-, que portaban los Feciales.

Dicha palabra proviene del latín foedus que significa tratado de alianza, también regla, norma, ley (de convivencia) y que se relaciona con foedero: de ahí, federar, unir, limando asperezas, y logrando un encaje armonioso hasta constituir un todo en el que cada parte se sienta libre, acompañada y apoyada.

Los Feciales, en efecto, eran agentes fundamentales de la política romana. 


Éstos componían un colegio (en el sentido gremial) de veinte sacerdotes dedicados a velar por la aplicación del derecho internacional, por las relaciones entre Roma y otros pueblos, y entre Roma y los dioses (valedores de la paz), por las buenas relaciones, porque la pax se preservara. En caso de conflicto, estudiaban quienes, si los romanos o los enemigos, habían declarado la guerra. Si eran los romanos, éstos eran condenados. Cuando la firma de los tratados de paz éstos se firmaban ante los Faciales, que actuaron hasta el final del imperio occidental. Los tratados se firmaban en Roma o en la capital del reino contrario. En este caso los Feciales se desplazaban.

La guerra solo se podía declarar si la diplomacia fallaba. En caso de conflicto, cuatro sacerdotes del colegio de los faciales recogían verbena sagrada que crecía en los alto del monte capitolino , comoonian una corona y se dirigían a la frontera entre los contendientes y debían debatir durante un mes para llegar a un acuerdo que evitara la guerra.

Los romanos fueron belicosos, pero la guerra, la declaración, su ejecución y los tratados de paz, obedecían a rituales que fueron atendidos hasta el fin del imperio, si bien tales eran la complicación del ritual y las trabas para evitar los enfrentamientos que sobre todo en el bajo imperio, se simplificaron los procedimientos pero nunca se saltaron. 

El respeto escrupuloso a la ley,  a las ceremonias a cargo de los Faciales pare regular las relaciones de buena vecindad estuvo especialmente aplicado por Augusto y por Marco Aurelio, las dos eras con menos guerras del imperio romano.

Ayer, hasta la medianoche, en todos, los pueblos, villas y ciudades de la península, las verbenas rememoraron y actualizaron este ritual en los de la paz.

Quizá fueran efectivas -durante cuatro horas.


PS: en catalán, se utiliza indistintamente verbena (que viene de la planta berbena) y revetlla, del latín vigilo: vigilar, estar atento, despierto, vivo, mantener el ánimo.

Necesario hoy, también 



domingo, 22 de junio de 2025

CARLOS BUNGA (1976): SALTIMBANQUI (LA CIUDAD DE LOS MUCHACHOS, 2025)





 












Fotos: Tocho, junio de 2025


Artista angoleño, exiliado de pequeño, perdidos sus hermanos.
La ciudad de los muchachos fue una polémica institución religiosa que durante unos treinta años, a partir de los años 50, creo una escuela de circo, sin animales  para acoger y educar huérfanos abandonados, otorgándoles una familia y una formación.
Los equilibrios que tenían que afrontar, sobre la cuerda floja, parecían metáforas de sus vidas.
El artista portugués afincado en Barcelona, Carlos Bunga (1976), ha creado una instalación, - inspirada en esta escuela, y en el circo que, emulando las frágiles y delicadas figuras circenses de alambre que Calder compuso en los inicios de su carrera-, en la que castillos de naipes, copas apiladas , y figuras suspendidas, como marionetas, de un delgado entramado de listones, hilos y cables, sobre los que se disponen muebles en posición inestable, como si fueran saltimbanquis, recorren por los aires las dos plantas de salas de exposición, abiertas a un jardín posterior: una instalación casi invisible, que evoca un mundo vulnerable que trata de mantenerse en pie.

La obra forma parte de las exposiciones de la bienal de arte de Pontevedra recién inaugurada.