domingo, 24 de mayo de 2009

Consuelo para el profesor que corrige exámenes y decubre cuántos han sido copiados literalmente de internet.




http://www.elplagio.com/Plagio/3.3.Plagiarios_ilustres.html#montalban


Algunos casos, como el de Ana Rosa Quintana, han sido ampliamente divulgados, y han dado lugar a chistes y chanzas); otros, como el de Manuel Vázquez Montalbán, rápidamente sepultados (pese a la multa, hoy olvidada).



Si los maestros practican la "intertextualidad"...




sábado, 23 de mayo de 2009

El Arquitecto y el Rey (o Happy Birthday, Mister President)



Lo que hay que hacer...

Espero que la Zarzuela se haya librado de algún buñuelo de nata, o de hueso blanquecino o recubierto de azulejos de baño

El arquitecto y el emperador de Asiria (Bofill en Bagdad)



Nota: El concurso de la gran mezquita de Bagdad lo ganó, con gran disgusto de Saddam Hussein, por el arquitecto palestino Rasem Badram, a quien se le hizo la vida tan imposible que abandonó.

¡Ah, la modestia!

La casa encendida (2)

"Porque todo es igual y tú lo sabes,
has llegado a tu casa, y has cerrado la puerta
con ese mismo gesto con que se tira un día,
con que se quita la hoja atrasada al calendario
cuando todo es igual y tú lo sabes.
Has llegado a tu casa,
y, al entrar,
has sentido la extrañeza de tus pasos
que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,
y encendiste la luz para volver a comprobar
que todas las cosas están colocadas como estarán dentro de un año;
y después,
te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida,
y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas,
y te has sentido solo,
humanamente solo,
definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes.

Has llegado a tu casa,
y ahora querrías saber para qué sirve estar sentado,
para qué sirve estar sentado igual que un náufrago
entre tus pobres cosas cotidianas (...)".

(Luis Rosales: "Ciego por voluntad y por destino", La Casa Encendida, I)

viernes, 22 de mayo de 2009

Ciudades de paso

"Habitaron las madrugadas
de esta ciudad sin sueño.

Venían desde las sombras
de estaciones ocultas
en nombres de provincias
y cubiertas de escarcha
por el frío estupor de los inviernos.
Un viento enrojecido
les quemaba las sienes,
y la lluvia calaba muy despacio
el corazón del páramo
y la ruina que acecha en los relojes.

Eran hombres altivos,
callados y rotundos,
arrastrando sus pasos
de aquella a esta pensión.
Nadie hablaba con ellos. Nadie
los recordaba hasta que aparecían
troquelados en medio de la noche,
fantasmas cotidianos
sin sábana ni herrumbre,
pero con una misma sensación
de condena perpetua en la mirada.

Siempre supimos que guardaban algo,
como la urraca esconde su tesoro
en el hueco del roble
y vuelve luego a recobrar la perla
o el papel de colores,
con qué indiscriminada jerarquía.

Eran tiempos difíciles,
tiempos para los jóvenes,
nos decían entonces,
porque nunca los tiempos
les fueron tan contrarios.

No volvimos a verlos
en las mesas de la cafetería,
arañando la luz de las ventanas,
hundidos en el fondo
de algún abrigo demasiado grande.

Ni siquiera teníamos
el peso de los años
o la curiosidad imprescindible
para hacer de sus vidas un misterio,
un enigma que nunca resolvimos."

(Luis Bagué: "Ciudades de paso", El rencor de la luz, Colección Melibea, Talavera de la Reina, 2006, Premio Joaquín Benito de Lucas, 2005, ps. 25-26)

Agradezco al autor el envío de este libro.

El trabajo de Apolo


El vocabulario que designa las acciones constructivas de Apolo, tanto en el Himno Homérico a Apolo con el el Himno a Apolo de Calímaco, revela qué imagen se hacían los griegos del obrar y de las obras de arquitectura, del espacio habilitado.

Los verbos no son los mismos en ambos himnos. Calímaco utiliza más verbos -y verbos distintos- que Homero, muy técnicos. Detalla más las labores edilicias. Nombra incluso más obras emprendidas por Apolo. Los verbos a los que Calímaco recurre se refieren a las distintas fases de las acciones de Apolo. Los comentaremos próximamente.

Homero es más parco. Los verbos son más generales y se aplican a diversos trabajos artesanos. Pero también denotan qué concepción tenía de la acción de construir, o qué modelo defendía.
Tres son los verbos utilizados por Apolo: teuchoo (vv. 76, 245, 287), tithemi ( vv. 52, 136, 255, 294) y demoo (271).
Comentemos hoy el primero: teuchoo. El verbo parece emparentado con technaoo, que significa fabricar; también practicar. Y finalmente maquinar. Se trata de un verbo que designa toda clase de acciones, que no dudan en obrar arteramente, con mano izquierda, si hace falta, para logar sus fines. ¿Cúales son esos?

El verbo technaoo se centra en las consecuencias del acto hacedor, en la conclusión de la práctica artística o artesana: la producción de un ente. El radical tech significa crear o engendrar. Por lo cual, la acción del técnico se asemeja a la de una parturienta, o a la de los dioses sumo creadores. La creación de objetos y la Creación de vida o vidas no se distinguen, como puso de manifiesto Heidegger. Se valora más el resultado, no la práctica seguida (como en toda empresa o todo taller). La práctica se ve abocada a la creación de un ente.
Sin embargo, el verbo que Homero utiliza no es technaoo sino teuchoo. Éste deriva de un radical distinto: tuch, en vez de tech. Tuch significa perseguir una meta. Y teuchoo se traduce literalmente, no por construir (u obrar, en general), sino por preparar. Designa una acción orientada hacia una meta necesariamente lejana. El verbo se centra más en la acción que en el objetivo, en el proceso intelectual que en el resultado artesano. Éste no es el fruto, inevitable y directo de la acción, sino que debe ser perseguido sin que se sepa si se alcanzará. El camino, el viático, entonces, se destaca: la senda que deberá seguirse si se pretende llegar a la meta, lograr el objetivo propuesto. El proceso, sin duda laborioso, más que el objeto, es lo que se valora. Puede ocurrir incluso que no se llegue a nada. Esto no es óbice, empero, para que se menosprecie la acción.
Apolo, por tanto no persigue tanto construir cuanto preparar el terreno. Teuchos significa instrumento, pero sobre arma. Y el verbo teucheoo se traduce por armar. Apolo arma, urde una trama. Avanza armas en mano. Explora, por tanto, el mundo. Persigue unos objetivos quizá inalcanzables. Pero valora la aventura, la propia acción creadora, ya que gracias a ésta sienta las bases del espacio habitable.
Apolo no es un hacedor. No actúa como un artesano. El fin que le mueve no es la producción material de objetos (casa, templos, altares), sino la preparación de espacio en el que posteriormente se podrá, ya con toda seguridad, construir. Es significativo que Homero distinguiera cuidadosamente las labores apolíneas en Delfos, donde Apolo sienta las bases del santuario, de la de los humanos que le ayudaron posteriormente, los cuáles, como buenos artesanos, apilan piedras, levantan muros y cubren el templo. Dicho trabajo es necesario, sin duda. Pero no hubiera podido llevarse a cabo sin la primera, y decisiva, actuación de Apolo, que despeja el camino.
Hoy, quizá nos sorprenda que los grandes arquitectos no proyecten, sino que se apoyen en ayudantes para llevar a cabo sus planes, para realizar los planos. Pero la labor del arquitecto no es la de un constructor, sino la de un creador de las condiciones para que la creación sea posible. No hace. Deja que los demás hagan, cuyo hacer no sería posible sin la liberalidad, la preparación del terreno que el arquitecto prosigue, las acotaciones que establece. El arquitecto marca por dónde obrarán los demás. Establece "la biblia", la armazón de la obra, que completarán, rellenarán los artesanos siguiendo las directrices previamente definidas.

jueves, 21 de mayo de 2009

De sastres



Veamos.

Interpretación de la imagen:

Marta ya está en Europa, y mira, nos mira de frente. Actúa como una maestra, de cara ante los estudiantes. Conoce el tema, y lo va a explicar. El auditorio no sabe nada. Pone cara de circunstancia, sonrisa forzada, labios prietos, cortantes. Las gafas achinadas de negro perfil cubista, el pelo de perfil afilado, como un casco acerado, planchado, lacado, perfectamente simétrico, denotan que no tolerará la menor discusión. Un efecto luminoso se destaca: una franja curva, más clara, recorre la garganta, justo debajo de la barbilla, uniendo las puntas de la lacia cabellera, como si un lazo anudado mantuviera el casquete del pelo. La cadenita de la que cuelga -como única frivolidad- lo que parece una medalla de la primera comunión aumenta el aire de señorita envarada, vara en mano.

Alejo nos da la espalda. Aún no está a Europa. Pero conoce el Camino. Nos invita a seguirle. Encabeza la procesión. Nos guía. No nos perderemos. La tonsura acrecienta el aura profética. Como si la luz brotara de su testa despejada. La espalda, ligeramente cargada, expresa la asunción de una dura misión, plenamente asumida.

¿Ésa es la lectura que se pretende?
¿Así se va, y se ve, a Europa?

Consejos profanos:

Cambiar de estilista: New look. Peluquería, óptica, joyería, maquillaje y sastrería (en Valencia, regalan trajes).
Cambiar de grafista. O no.

¿No podría seguirse la reciente tendencia italiana a incorporar "estarlettes" en las listas electorales? Claro que, aquí, se impondrían las Mari Pau a las Elsas (o las Carlas). Así, que mejor no tocar nada (más).