viernes, 23 de abril de 2010
Yuriy Norshteyn (1941-): Buho en la niebla (1975)
Una de las mejores películas de animación de la historia; escogida mejor película de 1975.
Véase la entrada del 10 de marzo de 2010 en la que se incluye la mejor película de este director (y votada la mejor película de todos los tiempos), Un cuento de cuentos (1979)
Dmitri Shostakovich (música), Alexander Vvedensky, V. Cekhanovskye: Cuento de un sacerdote y de su trabajador Balda (1933)
Basado en un cuento de Aleksandr Puskhin.
Película de animación soviética nunca terminada (o perdida).
La obra de Dmitri SHOSTAKOVICH, The Tale about a Priest and his Labourer Balda (opus 36), se compuso para este olvidado e incompleto dibujo animado soviético.
Resumen del cuento:
Tale of the Priest and his Labourer Balda
Once a greedy priest decided to find a hard working labourer. But he did not want to pay a good salary. In the market the priest met Balda. Balda agreed to be his labourer for very small salary: three flicks on the priest's forehead. The priest okayed and Balda started to work in priest's house.
He was very good labourer and everybody praised him except the priest who was afraid of Balda's flicks. Then he decided to give Balda business beyond his strength and sent him to the devils who owed some money to the priest. But smart Balda managed to fool the devils and brought the bag of collected money back to the priest. Balda gave three flicks to the greedy priest, knocked him down, and said: "Do not run after cheapness!"
Narrative and translation: Copyright 2001. Tatyana Stonebarger. Editor: Donna Richardson.
Véase: http://www.tradestonegallery.com/index.php?content=fairytales
miércoles, 21 de abril de 2010
George Dunning: (We´re all living in a) Yellow Submarine (1968)
La mejor película de la historia, obviamente.
Robert Zemeckis (con ¿Tom Hanks?) pretende rehacer Yellow Submarine en 3-D. ¿No hay piedad para con los clásicos?
¿Ha sido escogido porque filmó Naúfragos?
Ferenc Cako (guión y animación) László Sáry (música): Kövek (Piedras) (2000).
Seleccionado para el Oscar 2001. Premiado en el Festival de Cannes
Radka Bachvarova (1918-1986): La playa (1973)
Producido por el Sofia Animation Studio.
Dedicado a Gregorio Luri (El Café de Ocata)
La idea v. dios: la noción de idea y de modelo en Mesopotamia
Ideas (o esencias) y dioses moraban en lo alto. Las primeras preexistían, y estaban situadas fuera y por encima de las divinidades. Éstas, subidas en un carro de fuego tirado por caballos alados, y ascendían, en un movimiento en espiral, hacia las ideas en lo más alto, formando una procesión enloquecida que, a medida que subía hacia la luz de las ideas, iba perdiendo las almas, que caían en la tierra, cuyos vehículos eran incapaces de seguir la ascención sin fin.
La misma ambigua relación se halla en el Antiguo Testamento, en el que la Sabiduría se presenta a un tiempo como la voz y la voluntad divinad que informan al mundo, y en otros momentos como una divinidad distinta de Yavhé con la que Éste dialoga.
El cielo, en Mesopotamia, también estaba poblado de entidades ideales y divinas. Pero, en este caso, la ambigüedad antes citada, no existía. Sin embargo, la estructura ideal (u "ontológica") del mundo puede no sernos tan extraña.
Sag3 es un término sumerio que suele significar corazón. Forma parte de una expresión tal como sag3...ak que significa "en el interior de". Por tanto, sag3 también se traduce por interior. Desde luego, designa una entidad, real o "conceptual" escondida, situada dentro de una entidad mayor.
Por eso mismo, si consideramos que una obra de arte es la suma de una forma sensible y un contenido (una idea) que se expresa a través de aquella forma, sag3 es lo que se halla dentro de la forma creada y puede traducirse por idea.
Es lo más cercano al concepto griego (platónico o neoplatónico) de idea -si es que tal comparación puede hacerse; pero, sin duda, los sumerios tenían imágenes mentales y debían de ser conscientes, ellos que tantas obras (estatuillas, textos impresos) producían a partir de moldes o prototipos, de la existencia (preexistencia y ¿superioridad?) de una entidad no material a partir de la cual la obra artesanal, o la imagen, se producía.
La ubicación de sag3 -idea- no causaba mayores prtoblemas. Se hallaba dentro de lugal, es decir de la divinidad. Sag3 era tanto su voluntad -que mandaba que las cosas se hicieran (el verbo tenía suma importancia en Sumer, y los dioses creadores operaban por la voz, no por la mano: mandaban, ordenaban que las cosas se hicieran o aparecieran)-, cuanto su corazón (entendido como su órgano pero también como su deseo, su volición creativa) y, finalmente, algo así como una idea o forma ideal gracias a la cual las cosas se materializaban (Cilindro A de Gudea, IX, 1).
La creación, a partir de sag3 -voluntad, deseo, imagen "mental"- se producía en dos fases: una primera, aún en lo alto, y una segunda ya en la tierra. Sag3 se proyectaba fuera de la divinidad. Daba lugar a un modelo celestial; hoy diríamos que a un prototipo o una maqueta (es decir, una parte de un proyecto), pero el término maqueta nos evoca una obra en miniatura, un boceto, mientras que nada permite pensar que los modelos ideales no estuvieran en perfecta correlación, incluso en cuanto a tamaño, con su plasmación material o plástica.
Nirgirsu, el dios protector de la ciudad de Lagash, y del rey Gudea, ordenó, un día -o una noche, en sueños- al monarca que le edificara un templo siguiendo las indicaciones gráficas y escritas que le comunicó y le mostró. Las órdenes eran tan precisas que un modelo ideal fue creado, antes de la puesta en obra material. Este modelo fue "fundado" -la expresión verbal ki...gar es la misma que se emplea para nombrar a actos creativos en la tierra, lo que demuestra que la creación celestial se realiza de un modo tal que se puede posteriormente seguir perfectamente en el mundo visible- an-né. ¿Qué significa? Quizá debido al aún insuficiente conocimiento del sumerio, a limitaciones de esta lengua o a una calculada ambigüedad -siendo las cosas que acontecen en el cielo siempre inseguras o conjeturales-, an-né se puede traducir por "por el padre de los dioses An", o por "en el cielo".
El modelo es una creación del dios padre (para la divinidad Ningirsu) o es una creación celestial. Nada permite saber a fe cierta cual es el sentido verdadero del texto. Quizá éste no existiera o, mejor dicho, ambos sentidos eran verdaderos pues el modelo era al mismo tiempo una creación divina y una creación celestial, ya que An era (u ocupababa) todo el cielo.
Desde luego, esta creación "ideal" partía de sag3: una voluntad -o una idea- divina. Si esta divinidad hubiera sido An, si el deseo de crear hubiera sido suyo, idea (interna) y modelo (externo) hubieran coincidido, pues An era toda la bóveda celestial y, por tanto, sus ideas y sus modelos estaban necesariamente dentro de él. De algún modo, la suprema divinidad An no necesitaba de la mediación (o fase intermedia) del modelo ideal. Su voluntad -y su idea- (sag3) se plasmaban directamente en la tierra, descendían y se encarnaban en la materia. Su voluntad era una orden y bajo sus órdenes la cosas se hacían.
Sag3 no era una entidad solo divina. También los humanos (Cil. A, I, 27) poseían sag3 -o poseían el don de hallar el sag3 de las cosas: el sentido, el contenido, del mensaje de las obras. Por tanto, sag3 -la idea- estaba tanto en el ser humano como en la cosa creada por él. Este sag3 era, sin duda, un reflejo del sag3 divino. El sag3 que el hombre buscaba en las "obras de arte" era un sag3 (una idea) divina, puesta o encerrada por la divinidad en la obra, y descubierta gracias al o la sag3 (idea o juicio) del hombre.
Sag3 era por tanto una entidad multiforme: se hallaba en los dioses, y en el cielo; era una entidad celestial preexistente o creada; se hallaba también en los hombres y en las cosas creadas en la tierra (de acuerdo con un modelo ideal).
Por tanto, toda la complejidad del acto creativo, cuyo análisis ha recorrido toda la teoría del arte desde Grecia hasta hoy, estaba ya enunciada en Sumer. Al igual que nosotros, se planteaban -a veces de manera más justa- acerca de las relaciones entre lo que hacemos y lo que soñamos o ideamos; y entre nuestros impulsos (movidos por los dioses) y nuestras limitaciones.