Los detectives salvajes (Roberto Bolaño), La vida. Instrucciones al uso (Georges Perec), Rayuela (Julio Cortázar), El túnel (Ernesto Sábato), La metamorfosis (Kafka), Esperando a Godot (Samuel Beckett), Un mundo feliz (Aldous Huxley), Arrancad las semillas, fusilad a los niños (Kenzaburo Oé), Així parlà Zaratrusta (Friedrich Nietzsche), Contes (Txèkhov o Chejov), Otelo (Shakespeare), Macbeth (Shakespeare), Siddhartha (Hermann Hesse), Candide (Voltaire), L´avare (Molière), Las ciudades invisibles (Ítalo Calvino), El otro, el mismo (J.-L. Borges), Nuevos Poemas I (Rainer María Rilke), Las flores del mal (Baudelaire), Homenaje a Cataluña (Georges Orwell), Yonqui /(William Burroughs), Fedón (Platón), Crimen y castigo (F. Dostoievski), El guardián de centeno (J. D. Salinger), Cumbres borrascosas (Emily Brontë), Dr. Jeckyll and Mr. Hyde (Robert L. Stevenson), El gran Gatsby (Scott Fitgerald), Las ilusiones perdidas (H. de Balzac), El príncep (Maquiavelo), L´anticrist (F. Nietzsche), Escritos musicales (Theodor Adorno), 1984 (George Orwell), etc....
¿Qué es esa lista? ¿El programa de lecturas del curso de tercer ciclo de Estudios Literarios, o de Humanidades, de la Universidad de Barcelona, o de la Universidad Pompeu Fabre, de Barcelona? Podría o debería serlo.
No: se trata la lista de libros favoritos de estudiantes de tercer curso de la Escuela de Arquitectura de Barcelona.
Ciertamente, La sombra del viento (Ruiz Zafón), Los pilares de la tierra (K. Follett), y Lacatedral del Mar (I. Falcones) han obtenido la mayor puntuación,. Cuatro votos cada uno. Sobre un total de unos cien alumnos. El cuatro por ciento de los estudiantes las ha votado.
Ocurre que cada alumno ha escogido textos distintos, tres como máximo. Casi ningún título o autor se repite; salvo Platón y Nietzsche. Cada estudiante parece tener un mundo propio, gustos personales; ser un mundo aparte. Los libros están en castellano, catalán, inglés, francés. Quizá la presencia de estudiantes extranjeros con una beca Erasmus explique la presencia de algunos títulos (sobre todo en francés), pero no da razón de la calidad de la lista. Novelas, poesía, algunos ensayos, incluso textos filosóficos: casi todos posteriores al siglo XIX. En algún caso, relatos literarios que se suelen asociar preferentemente, con acierto o no, a lectores adolescentes o de veinte años. En otros, textos difíciles.
En un momento en que el nivel de preparación -y de la enseñanza- universitarios desciende, la lectura baja (en favor de los medios visuales), el interés por las artes del pasado o del presente está por los suelos, estudiantes de arquitectura componen una lista que habría sido imposible en los años setenta y ochenta cuando, supuestamente, el nivel universitario se situaba en la estratosfera.
¿Han sido sinceros los estudiantes? Sin duda. Los profesores repetimos que el nivel de conocimiento ha bajado sin verificarlo cada año. No lo sé, o ya no lo sé. Nos creemos mejor preparados que los alumnos de hoy. Tampoco estoy seguro: los recuerdos a menudo se deforman, y exaltan el pasado. Mas, ¿qué no habrían dado nuestros propios profesores, hace años, por tener una lista que revelara semejantes gustos y una amplitud de miras parecida?
Es posible que no todo esté perdido. O que quienes andamos perdidos, a menudo, seamos los enseñantes.
Desde luego, una lista que descoloca. Afortunadamente. Y que obliga a vigilar el nivel de la enseñanza.
domingo, 13 de febrero de 2011
Hector´s House, o La maison de Toutou (1967)
La Maison De Toutou
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Mítica serie de animación televisiva inglesa, basada en la serie francesa, también celebérrima, La maison de Toutou. Se proyectó de 1967 a principios de los años setenta.
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viernes, 11 de febrero de 2011
jueves, 10 de febrero de 2011
Chantal Akerman: Saute ma ville (Haz explotar mi ciudad) (1968)
"Mítico" primer cortometraje de la cineasta belga Chantal Akerman, cuya obra vuelve una y otra vez sobre la difícil relación entre el movimiento incesante de la vida urbana y la quietud, el encerramiento, casi siempre femenino del o en el hogar (salvo el de la prostituta que trabaja en la calle, o en un piso "abierto" al exterior).
¿Cómo se percibe tras un baño de Lomana?
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miércoles, 9 de febrero de 2011
martes, 8 de febrero de 2011
El camino de Damasco (la mejor arquitectura de Barcelona en 2010)
Premio Ciudad de Barcelona a la mejor arquitectura contemporánea en 2010
Según un inteligente y agudísimo fallo del jurado del Premio Ciudad de Barcelona, la mejor obra de arquitectura del 2010 ha sido el templo expiatorio de la Sagrada Familia, de numerosos autores, siendo finalista el edificio Mediatic. Valiente decisión.
Desee hace unos años, la arquitectura y el urbanismo de Barcelona no levantan cabeza. Desde los casos de corrupción urbanística y amenazas de muerte a quien las denunicia, que afectan sobre todo el casco antiguo (proyectos ilegales de hoteles, etc.), urbanizaciones privadas según modelos dubaitis (Diagonal Mar), construcciones de incierta legalidad (hotel W, frente al mar), proyectos de remodelación urbana con fines nebulosos (el replanteo de la avenida Diagonal), iniciativas sorprendentes (construcción y destrucción, con un coste púdicamente en la sombra, de casetas en las Ramblas, apertura de oficinas en China por parte del Colegio de Arquitectos para facilitar la construcción desaforada de arquitectos catalanes en Extremo oriente), la quiebra de dicha institución después de años de gastos imperiales de algunos directivos, hasta la caída en picado del modelo de enseñanza en la otrora apreciada Escuela de Arquitectura, todo parece confabularse para enturbiar la imagen de postal de la arquitectura contemporánea de la ciudad. Los mejores arquitectos de nueva hornada emigran, y la Barcelona del 92 se diluye en el olvido.
Ante esta situación que se prolonga desde hace ocho años al menos, ¿hubiera tenido sentido premiar una obra excelente, dando la impresión que nada acontece, y que el nivel de excelencia se mantiene? Es lógico que no. Premiar lo peor, y lo más dudoso, era la única decisión acertada. Por un lado, un premio a un arquitecto muerto desde hace ochenta años, con un proyecto que en nada se parece al proyecto original (dado que se perdieron los planos y casi todos los bocetos), levantado sin permiso de obras, aún no concluido, y que amenaza a varias manzanas de viviendas. Un monumento al kitsch más desaforado. Es cierto que se valora la amplitud del espacio interior, el juego de luces, pero su realización aún manifiesta más lo que se hubiera ganado si se hubiera quedado en un sueño. La ideología que vehicula no tiene que ser tenida en cuenta, ciertamente -la arquitectura del pasado que ha sobrevivido esconde, sin duda, oscuras historias-, pero no se entiende entonces que se defienda la reconstrucción de las cuatro columnas-barras de Montjuich: no parece que haya sido por sus valores arquitectónico-escultóricos (aunque, sin duda, dado el precedente, serán, sin duda, premiadas el año que viene). Mas, aún atendiendo a una valoración exclusivamente formalista, el templo expiatorio de la Sagrada Familia es un monumental error estético, sin la gracia, en una segunda lectura, del local de alterne Bailén 22 (que también hubiera podido ser premiado), o cualquier casino o parque temático.
Ciertamente, pésimas obras no escaseaban: desde el hotel W hasta la remodelación (aún no concluida) de la plaza de toros de la Plaza España, o la comisaria en esa misma desdichada plaza, el florilegio, aún en tiempos de crisis, era notable y variado.
Es cierto, también, que se hubiera podido optar por una solución opuesta: premiar una buena iniciativa, que tampoco faltaban ejemplos: la inteligente reflexión visual sobre las relaciones humanas en ámbito urbano de David Bestué y Marc Vives, la edición del hermoso texto de Cacciari sobre la ciudad, la novela gráfica Asterios Polyp, de David Mazzucchelli (sobre un arquitecto con dudas morales sobre su hacer), las novedosas visiones urbanas de Felipe de Ferrari, la conferencia de Giuliana Bruno sobre cine y arquitectura (considerada un hito en la ciudad), el ciclo de música y arquitectura en CajaMadrid, los trrabajos de las agencias de cooperación en temas de arquitectura de la UPC y de la UIC, la presentación del Pabellón catalán en la Bienal de Arquitectura de Venecia, dedicada a la reflexión sobre intervenciones urbanas en Barcelona, la remodelación del barrio de la Mina (desde el punto de vista urbanístico y arquitectónico), la restauración de la Fundación Tàpies, etc., ejemplos que ampliaban el horizonte físico y mental no faltaban; ejemplos de creación y reflexión arquitectónicas, sobre el acto de construir y el hecho de habitar, es decir, sobre las bondades o razones de seguir haciendo arquitectura.
Mas, ¿tenía sentido esta opción? ¿No iba a crear falsas ilusiones en la bondad de la arquitectura que se lleva a cabo en Barcelona hoy? ¿No hubiera prestado a engaño? Por eso, la elección del finalista es también todo un acierto: escoger a una obra, cuyo autor, en contra de las bases, se puso reiteradamente en contacto con el jurado, también simbolizaba el nivel moral de parte de las actuaciones arquitectónicas en la ciudad.
Un aplauso, por tanto, por tan valiente decisión.
Porque no cabe pensar que parte del jurado (con intelectuales que defienden la vivienda social y abominan de la arquitectura espectacular, y reputados arquitectos) hubiera escogido de buena fe -nunca mejor dicho- semejantes obras como ejemplos de buen hacer.
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