sábado, 1 de junio de 2013

Barbara (1930-1997) / Carla Bruni (1967): Göttingen (1964, 2007) - Barbara: Nantes (1964)



¡Ay! Carla Bruni trae la canción Göttingen a su estilo, y no trata de competir con Barbara -aunque revela la influencia de Barbara en sus composiciones-, pero supongo que su versión empalidece ante la interpretación de Barbara -autora, por otra parte, del tema.



La Sagrada Familia en llamas






¡Librados a fin!
La Sagrada Familia en llamas. Las torres se derrumban. Se acabó la pesadilla. Viva los zombies -éstos, no los que nos mandan.
Espero que, por una vez, la realidad se digne a imitar la ficción, y se cumpla este sueño;
... y que a Brad, que es arquitecto, o así,  no se le ocurra venir a rescatarla; aunque si a cambio, trae a Angelina...

PIERRE KAST (1920-1984): LE CORBUSIER, L´ARCHITECTE DU BONHEUR (LE CORBUSIER, EL ARQUITECTO DE LA FELICIDAD, 1957)


Le Corbusier, l'architecte du bonheur 1957... por fonds-ancien

... o dejad que los niños vengan a mí (Le Corbusier).
Ya no se realizan documentales sobre arquitectura como éste.

Lo mejor es la presentadora, sacada de una película de Hitchcock.
¡Qué desagradable, altivo, estirado o condescendiente -no se sabe bien- parece ser Le Corbusier!

PAUL GRIMAULT (1905-1994): LE VOLEUR DE PARATONNERRES (EL LADRÓN DE PARARRAYOS, 1944)


Le Voleur de paratonnerre (Paul Grimault - 1944) por montreuilparadise

viernes, 31 de mayo de 2013

RUDY BURCKHARDT (1914-1999) & EDWIN DENBY (1903-1983): THE CLIMATE OF NEW YORK (1935)



Véase la página web siguiente con un gran documental sobre Central Park en Nueva York, de 1985:
http://writing.upenn.edu/pennsound/x/Burckhardt-Rudy.php

Fiore deRosa & Jen Senko: Vanishing City (La ciudad que desaparece, 2010) ("trailer")





La formación del estudiante de arquitectura

El arquitecto, en España, tiene una responsabilidad mayor que en otros países. Cualquier problema que afecte una construcción, ya sea la estructura, las instalaciones, la obra, etc., recae en su persona. En ocasiones, la cárcel le espera. De ahí los elevados seguros que tiene que contratar -que recargan la factura de los honorarios-. Ésta es así una de las razones que se arguye para defender la exigente formación técnica del estudiante de arquitectura. Se le piden ejercicios que simulen proyectos "reales", y se proscriben ejercicios teóricos o fantásticos. Su suerte, así como la de la obra y de los ocupantes, depende de su apego a la realidad. La gravedad se impone. La reflexión solo provoca visiones, como si hubiera perdido el mundo de vista.
La mayoría de los edificios parecen sólidos en España. Demasiado, en ocasiones; el deseado derribo es difícil o imposible. Los bloques que enladrillan montes, valles y acantilados aguantan aguaceros e improperios.
Pese a la perfecta técnica constructiva seguida, ¿son acaso mejores obras de arquitectura? En España abundan las construcciones: un recorrido por las costas y el interior del territorio no deja lugar a dudas; el hormigón, los bloques-toro, y los ladrillos industriales no se encogen; ¿ocurre lo mismo con la arquitectura?

La arquitectura es el fruto de una reflexión sobre la posibilidad y las condiciones de habitar; define o constituye un lugar que es una morada.
Este lugar no tiene porque tener lugar en la tierra; pude haber sido proyectado mentalmente. Un lugar soñado o anhelado, es decir deseado, es más deseable que un espacio que no da pie a la imaginación, que no invita o permite imaginar una vida plena en aquel lugar. La arquitectura no requiere necesariamente conocimientos técnicos, sino la capacidad de transformar, de habilitar, sobre todo ideal o mentalmente un espacio en un lugar  capaz de suscitar imágenes acogedoras o inquietantes; capaz de mantenernos en vida, por tanto, de soñar, de aspirar a otra vida.

Quizá no sea sorprendente que algunos de los mejores artistas plásticos actuales sean arquitectos o hayan tenido una formación de arquitecto. Las obras que producen ofrecen una mirada crítica sobre nuestros modos de habitar, sobre el habitar que la construcción ofrece: espacios en los que no cabe (imaginar) vida alguna, habitualmente.

Los estudiantes de arquitectura deberían estudiar arquitectura, es decir, imaginar espacios para la vida con sentido, a través del estudio o la contemplación de obras de arte: novelas, poemas, obras de teatro, películas, documentales, videoarte, instalaciones, pinturas, dibujos, fotografías, cómics, composiciones musicales, danza, artes performativas, etc.; obras en las que la vida, que solo existe si tiene un lugar donde manifestarse, se manifiesta con plenitud.

Tiempo tendrán, cuando acaben los estudios -ojalá no necesiten acabar nunca-, de encerrarse entre paredes y cerrar el grifo de la imaginación.  
Pues mientras calculan, apilan, cuentan, no sueñan ni imaginan. No pueden; les puede el apego a lo que se piensa es lo real. Es decir, no "hacen" o estudian arquitectura. Solo cárceles para la mente. Van muriendo lentamente. Y así, cuando ya no tengan nada en que proyectar una visión del mundo, cuando ya no vean nada, levantarán muros ciegos en las que creemos vivir. Cavarán su tumba.