viernes, 21 de diciembre de 2018
BRIAN FERNEYHOUGH (1943): CARCERI D´INVENZIONI (1982-1987)
Serie de composiciones, en la que motivos agudos y discernibles se adentran en una masa sonora hasta desaparecer, del difícil compositor británico Ferneyhough, inspiradas en los grabados de espacios carcelarios imaginarios del dieciochesco grabador italiano Piranesi.
domingo, 16 de diciembre de 2018
BRUNO UHLMER (1959): MONUMENTS SACRÉS. MOSQUÉES. ART ET ESPACE (MONUMENTOS SAGRADOS. MEZQUITAS. ARTE Y ESPACIO, 2018)
Excelente documental sobre cinco mezquitas, escogidas por sus cualidades arquitectónicas y no por su importancia sagrada. Ninguna mezquita de la Meca aparece destacada
jueves, 13 de diciembre de 2018
GEORGES LACOMBE (1902-1990): LA ZONE (1928)
http://www.mheu.org/fr/chiffonniers/zone.htm
(cortometraje completo: visión legal)
(Fragmentos del cortometraje)
Una de los mejores documentales urbanos del siglo XX, sobre la periferia de París, en los años veinte, donde vivían los traperos de la capital y artistas de music-hall venidas a menos como la célebre La Goulue, retratada, treinta años antes, por Toulouse Lautrec, y, en aquellos años terminales, viviendo en un carromato de feriante.
El director, mediocre a lo largo de su carrera, y hoy olvidado, empezó como ayudante del director René Clair, y con este cortometraje, una obra maestra, sin embargo.
(cortometraje completo: visión legal)
(Fragmentos del cortometraje)
Una de los mejores documentales urbanos del siglo XX, sobre la periferia de París, en los años veinte, donde vivían los traperos de la capital y artistas de music-hall venidas a menos como la célebre La Goulue, retratada, treinta años antes, por Toulouse Lautrec, y, en aquellos años terminales, viviendo en un carromato de feriante.
El director, mediocre a lo largo de su carrera, y hoy olvidado, empezó como ayudante del director René Clair, y con este cortometraje, una obra maestra, sin embargo.
Cadena Ser: Exposición "Habitar el Mediterráneo" (IVAM, Valencia, diciembre de 2018-abril de 2019)
http://play.cadenaser.com/audio/004RD010000000351440/
Descripción por parte de un miembro del equipo organizador de la exposición
Exposición "Habitar en Mediterráneo" (IVAM, Valencia, diciembre de 2018-abril de 2019. Reportaje)
Breve reportaje, producido por el museo, sobre la exposición inaugurada a mediados de noviembre.
(Diseño del montaje: Tiziano Schürch & Tocho)
lunes, 10 de diciembre de 2018
El imaginario de las aguas en Mesopotamia
No se puede edificar sobre las aguas profundas sino contra
ellas: ganándoles la partida, ganando tierras a éstas, como en los Países bajos
o en Dubai. Y, sin embargo, una cultura fue capaz de llevar a cabo esa tarea
imposible: Mesopotamia, la tierra entre dos aguas –dos ríos-, construyó un
mundo asentado en lo más hondo del mar; edificó incluso dentro de las propias
aguas. Al menos, eso es lo que los mitos narran.
La mayoría de las ciudades más antiguas –París, Barcelona,
Roma- se construyeron en marismas: tierras rodeadas e implantadas en el agua,
que ofrecían protección y alimentos. Las primeras ciudades de la historia, en
Mesopotamia, también se edificaron en áreas marismeñas, el delta de los ríos
Tigris y Eúfrates. Pero, para los mesopotámicos, no solo las ciudades nacieron
de las aguas, sino el universo entero. Pese a la importancia del dios del cielo
y de los dioses superiores, las aguas eran la diosa madre por excelencia, la
primera divinidad de donde todo nació.
Algunas culturas, como la egipcia –y la hebraica-, cuentan
que el universo nació de las aguas. Tal era también la concepción sobre el
origen del universo en Mesopotamia. Las aguas, empero, tuvieron aún más
importancia que en el Egipto faraónico. Quizá porque, al contrario de lo que
ocurría con el Nilo, su curso era imprevisible: errático, escaso o devastador.
Las aguas, en efecto, fueron la madre, pero también la tumba del mundo. En el
Antiguo Testamento (un texto del próximo oriente antiguo), las aguas, sobre las
que se deslizó el hálito divino y de las que emergieron, en siete pautados
días, todos los seres que poblaron el mundo, no volvieron, salvo en contadas y
destructivas ocasiones, bajo la forma de olas o de lluvias devastadoras, a
tener protagonismo alguno. Las aguas eran, en la Biblia, el espacio de los
monstruos como Leviatán, alzándose del ponto entre remolinos, definitivamente
derrotado por Yahvé tras un combate cósmico.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)