sábado, 4 de septiembre de 2021

GIÓ PONTI (1891-1979): PALACIO BO (PADUA, S.XVI, 1940-1942)

























 






Fotos: Tocho, Padua, Septiembre de 2021


La universidad de Padua, cuya sede central es un palacio renacentista, el palacio Bo, es poseedora de varias primicias: una de las primeras universidades medievales -las primeras del mundo- creadas, no por poderes reales, imperiales, ducales o papales, por la propia universidad: por estudiantes y docentes de la universidad de Bolonia, la primera del mundo, descontentos por la falta de libertad, desplazados a Padua donde en poder de Venecia autorizó la instauración a principios del siglo XIII; la universidad en la que Nicolas de acuda y sobre todo Galileo enseñaron; el primer estudio donde se practicaba la vivisección humana en un teatro anatómico en el siglo XVII; y la primera universidad en otorgar una licenciatura a una mujer, también en el siglo XVII.

El edificio fue restaurado, ampliado y amueblado por el arquitecto Gió Ponti durante la Segunda Guerra Mundial (marquetería, pintura decorativa, sillas, bancos, mesas, lámparas y manecillas de bronce dorado), autor también de los frescos que envuelven una escalera, proyectada por el arquitecto, que rinden un homenaje al pintor Massimo Campigli, quien no había podido acometer este trabajo debido a su trabajo de fresquista en otro edificio universitario, proyectado por el propio Ponti: el palacio Liviano; un fresco que ilustra sobre los beneficios de las artes para humanizar al ser humano desde sus inicios inmersos en el Caos, que se descubre a medida que se asciende -por una escalinata, una perfecta metáfora -y una metonimia- de lo que es la universidad.


viernes, 3 de septiembre de 2021

El sueño de Venecia














 Fotos: Tocho, septiembre de 2021


Comercios, tavernas, comedores  que siempre estuvieron abiertos, cerrados definitivamente.

Canales, callejones y plazas, desiertos.

Casas desconchadas que ya no se restauran. De noche, las fachadas sumidas en la oscuridad son agujeros negros. 

Hasta los turistas han huido.

La ropa tendida sobre las plazoletas es la única señal que aún hay vida en Venecia, junto con los niños que nunca salían y que hoy juegan  ante las fachadas enmudecidas de las iglesias.

Venecia se ha dormido…quizá sea mejor que no despierte 



jueves, 2 de septiembre de 2021

Gadget Biennale (Venecia, 2021)










 









Fotos (con móvil): Tocho, Venecia, Bienal de Arquitectura, septiembre de 2021.

En la era antes de la pandemia, la visita de la bienal de Venecia requería un billete de transporte, un alojamiento y una entrada, costosa. Y cierto paciencia.
En 2021, solo hace falta un móvil.
Un código QR se descarga y permite visitar los pabellones.
En el recinto, éstos están cerrados, envueltos en telas verdes sobre las que se proyectan imágenes de lo que habría en el interior si estuviera abierto, y que se tienen que contemplar en Instagram, o vacíos, tan sólo poblados de nuevos códigos estampados en las paredes.
Nadie mira -no hay nada que ver-, salvo la pantalla del móvil, que puede mirar más cómodamente de casa, y el dedo que teclea.
Algunos pabellones sí contienen imágenes: imágenes electrónicas que solo se pueden contemplar si se activan con un móvil, imágenes que se proyectan en páginas webs. Juegos de reconocimiento fácil, y algún vídeo juego. 
La Bienal de arquitectura de Venecia trata de los problemas ambientales creados por la tecnología

MASSIMO CAMPIGLI (1895-1971): LOS CONSTRUCTORES & LOS ARQUEÓLOGOS (1934, 1940)


Massimo Campigli: la familia de Gio Ponti (1934)





Gio Ponti y Massimo Campigli: escalera del Palacio Bo (Padua, 1938)








 Los arqueólogos (Palacio Liviano, 1940)




Los Constructores: cuadro (1928), fresco (1934)


Massimo Campigli fue también un pintor de grandes frescos. Su primera obra, titulada Los Constructores, de 1934, quizá influida por obras de un tema similar de Ferdinand Léger, se basaba en un óleo suyo de 1928, y se despliega en el edificio de la Sociedad de las Naciones en Ginebra.

Poco tiempo después, empezó a colaborar con el arquitecto Gio Ponti (cuya familia retrató). Dos grandes frescos, unos de los más importantes realizados en la Italia del siglo XX, se hallan en dos edificios en Padua: el manierista Palacio Bo, rehabilitado por Ponti en 1938, cuya gran escalera está envuelta por un fresco de Campigli, y el nuevo palacio Liviano, de Ponti, sede del rectorado de la universidad de Padua, cuya sala central expone el fresco sobre la arqueología, de Campigli, que une, en un movimiento ascendente continuo, la arquitectura del presente y del pasado que el arqueólogo saca a la luz, a los constructores romanos y del siglo XX (incluido a Ponti):

“Preferí tratar la arqueología como una fuente de conocimiento del pensamiento histórico, artístico y político. De hecho, el fresco representa una idealización del subsuelo de Italia, hecho de elementos antiguos, obras de arte, monumentos e incluso, de combatientes apilados en desorden” (el fresco se ejecutó en plena Segunda Guerra Mundial)