martes, 25 de abril de 2023

PUBLIO ELIO ADRIANO (76-138): VILLA ADRIANA (TIVOLI, c. 120-130)























 

Fotos: Tocho, abril de 2023


¡Qué distinto es un parque temático moderno, en el que se juntan sin ton ni son, ni necesidad alguna, replicas grotescas de monumentos antiguos, exageradamente maquillados, de la extensa Villa imperial que Adriano proyectó y mandó construir no lejos de Roma, que reúne, es cierto, copias del edificios pertenecientes a otros lugares y a culturas distintas de la Romana, en un mismo terreno, pero que responden a los sueños y gustos del emperador. Edificios que no son decorados o parodias, sino que son lo que los originales son, cumpliendo la misma función, obedeciendo a la misma razón, edificios liberados de la compañía de otros que los oscurecen o que disgustaban al emperador, libres de construcciones innecesarias, hasta configurar un complejo conjunto donde cada edificio ocupa el lugar que le corresponde y brilla con luz propia. La Villa Adriana no es una versión bastarda de otros edificios, sino una construcción ideal, construcciones que más que copias parecen los originales que se hubieran desplazado y encontrado en estos parajes para dialogar y construir una ciudad perfecta -e imposible-, para dar cuerpo a un sueño que, aún en gran parte derrumbado, mantiene su capacidad de ensoñación. Cada parte de relaciona con el paisaje y con el resto de los elementos (cielo, agua, el templo de las hojas, los bosques tupidos, las colinas y los precipicios)  que se realzan mutuamente. Pasearse por la Villa Adriana, detenerse y sentarse es lo más parecido a estar en camino de la Ciudad Esmeralda en medio del País del Mago de Oz.






lunes, 24 de abril de 2023

Sepulcro megalítico de Ca na Costa (Formentera, III milenio aC)



Fotos: Google Images





Fotos: Tocho, abril de 2023

La isla balear de Formentera no es conocida por sus yacimientos arqueológicos. Seguramente pocos visitantes acuden por éstos.
Y, sin embargo, la isla posee un santuario de la edad del bronce único. Un túmulo circular, de finales del tercer milenio aC, de unos quince metros de diámetro, ubicado en un paraje solitario de la isla, en un alto mirando al mar, compuesto por un recinto circular, originariamente cubierto, al que se adosan lápidas de piedra como las marcas de las horas de un reloj. Un paso estrecho, bien delimitado, recto, conduce al interior del habitáculo en el que, entre ajuares funerarios que comprendían cerámicas y ornamentos de hueso, se depositaron seis cuerpos, de hombres y de mujeres, entre los que destacan los restos de un gigante. El conjunto estuvo cuidado durante medio milenio. Fue desenterrado hace cincuenta años, y protegido ya en este siglo.
El conjunto funerario, bien conservado, está orientado a poniente.
 La arquitectura no tiene parangón, aunque es un hermoso e insólito ejemplo de construcción megalítica que tanto abunda en las islas del Mediterráneo occidental, desde Menorca hasta Malta pasando por Cerdeña. Todas son construcciones mudas, cuyas funciones se nos escapan.
Solo por su contemplación y su rodeo, merece tomar un barco desde Ibiza que conduce, en media hora, a la isla de Formentera, sobre todo al sol poniente, en este lugar tan distante de las concurridas playas.
 



sábado, 22 de abril de 2023

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ LAPEÑA (1941) & ELÍAS TORRES (1944): CAPILLA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA (1973)


 























Fotos: Tocho, abril 2023


La palabra templo procede directamente del latín templum, que a su vez deriva del griego témenos.

Pese a la directa relación un templum no era una necesariamente una construcción, sino un espacio mágicamente acotado por un sacerdote. Este espacio era sagrado. Sacer, en latín, designaba todo que lo escapaba al control y la posesión humanos. Estaba prohibido acceder a un espacio sacer. La vida humana corría peligro. El templum era una propiedad divina, señalada por la propia divinidad. 

Algunos grandes santuarios, como Dódona, perteneciente a Zeus, tan importante como Delfos, carecía de cualquier construcción. En otros casos, la construcción podía no estar techada. De este modo, el acceso de la divinidad a su morada terrenal era directo.

El santuario de la Asunción, en Ibiza, proyectado hace exactamente cincuenta años por los arquitectos José Antonio Martinez Lapeña y  Elías Torres (uno de sus primeros proyectos), está más cerca de un recinto sagrado pagano que cristiano. Un muro discontinuo recto o curvo en un tramo, delinea un espacio descubierto dotado de los mínimos elementos necesarios para el culto (un altar, unos bancos, un atril). Un hito vertical triangular sobresale apenas como una alusión a un campanario o a la Trinidad. La presencia divina se manifiesta, como el Dódona (Zeus era el temblor de las hojas de un roble), por los juegos de luces y sombras siempre cambiantes, por la luz filtrándose a tres de las copas de los pinos entre los que se inmiscuye este santuario recoleto, apartado del bullicio de la isla, y que constituye unos de los más hermosos, serenos e iluminadores espacios sagrados españoles del siglo XX. 


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