jueves, 9 de noviembre de 2023

Urbanismo “táctico” en Nueva York (2020-2023)









 

Fotos: Tocho, Broadway, y el distrito Meatpacking, noviembre 2023


Sin proclamas altisonantes ni querer dar lecciones a nadie, desde hace unos años, Nueva York, la ciudad en la que el cuidado por el espacio público ha brillado (es un decir) durante años por su ausencia, ha emprendido la conversión de calles que son casi autopistas -pero con un tráfico que avanza a paso de tortuga-, como Broadway, en áreas peatonales, sencillas -grandes maceteros, bancos, mesas y sillas, y algún monumento que no impone-, cuidadas  por la municipalidad y por los usuarios, con un suelo de adoquines en ocasiones, y vegetación resistente, libres de grafitis (sorprendentemente ), en las que los viandantes se sientan para tomar el sol, leer, descansar y ver la ciudad desfilar, o trabajar -se dispone de wifi público gratuito-, y en las que, por unos momentos, la metrópoli de Nueva York deviene casi una pequeña ciudad apartada o retirada del gigantismo circundante, sin darle la espalda sin embargo, conviviendo pacíficamente con aquél.

El sol de noviembre y el aire seco iluminan estas áreas cada vez más extendidas y extensas. 





martes, 7 de noviembre de 2023

Through the Lens: Latif al Ani’s Visions of Ancient Iraq (ISAW, Nueva York. 2023-2024)




























 








Fotos: Tocho, Institute for the Study of Ancient World, Nueva York


La exposición Though the Lens: Latif al Ani’s Visions of Ancient Iraq, que se inaugura mañana martes 7 de noviembre en Nueva York,  es una variante de la exposición itinerante sobre dicho gran fotógrafo iraquí, de los años 50 y 60 del siglo pasado, acallado por el régimen del presidente iraquí Saddam Hussein, y con la mayoría de su obra devastada y perdida por la segunda Guerra del golfo y la invasión de Iraq en 2003, que se presentó en Barcelona, Madrid y Córdoba, con el título de Latif al Ani: Bagdad “un lugar moderno”, 1958-1978, entre 2021 y a principios de este año.

Sin embargo, así como las muestras en España se centraron en las fotografías de Latif al Ani que reflejaban la modernización de Iraq tras su independencia  a raíz del final de la Segunda Guerra Mundial, la exposición en Nueva York muestra, por el contrario, qué imagen Latif al Ani ofreció de ciertos yacimientos arqueológicos y de su conversión en atracciones turísticas para viajeros extranjeros pudientes que no dudaban en disfrazarse de beduinos, divertidamente, ante las ruinas, a las que no prestaban excesiva atención. 

Esta visión se completa con un apartado dedicado al descubrimiento de los yacimientos mesopotámicos por parte de misiones extranjeras ya en la primera mitad del siglo XIX, presentado siempre como un logro de arqueólogos británicos y franceses, cuando fueron los propios otomanos, provenientes de lo que hoy es Iraq, que realizaron los descubrimientos, y finaliza con la obra de artistas contemporáneos iraquíes, todos exiliados, para quienes el pasado arqueológico de Iraq constituye una fuente de orgullo, nostalgia y denuncia ante el expolio que aún sufre el país,  causado precisamente por una riqueza ávidamente apropiada y coleccionada por museos internacionales. 

La actual situación política en el Próximo Oriente y la guerra entre los gobiernos de Gaza y de Israel, y el violento dominio colonial que el gobierno de este país ejerce sobre el primero, desde hace más de setenta años, con decenas de miles de muertos, en estos momentos, repercute en universidades y centros culturales norteamericanos, tradicionalmente proclives hacia el gobierno de Israel, y hoy profunda, violentamente divididos, lo que lleva a que cualquier indicio de apoyo al pueblo palestino sea denunciado como un apoyo a Hamás y una manifestación de antisemitismo.

Se teme, por tanto, que una exposición sobre arte iraquí puede ser interpretada como un velado apoyo a Palestina y, por tanto, un ataque al gobierno de Israel, o a Israel en general.

Los artistas iraquíes expuestos, salvos dos, nacionalizados en otros países, no han sido autorizados s viajar a Nueva York para asistir a la inauguración.

 

lunes, 6 de noviembre de 2023

Golem

 Llegó el día en que un banquero judío, que vivía confinado en el gueto de Praga, por el siglo XVII, decidió dejar de prestar dinero a un noble manirroto cristiano que se gastaba fortunas en juegos de azar y no devolvía nunca los préstamos.

Tras quejarse ante el rey del trato recibido, éste mandó apresar y ajusticiar al banquero.

El gueto se levantó en armas. El rey amenazó con incendiar todo el barrio. 

Fue entonces cuando un rabino imploró a un ángel que le iluminara, Desde lo alto, el ángel le aconsejó que descendiera al río, recogiera barro y moldeara una figura idéntica a Adán, creado, en los inicios de los tiempos, de modo similar.

La estatua de arcilla, sin embargo, poca ayuda podía brindar. Pero la obra no estaba concluida. Faltaba su animación. El ángel aconsejó al rabino que escribiera la palabra Emeth en el rostro de la figura, las letras de cuya palabra, que significa vida, se dispusieron en el lugar de los ojos, la nariz y ls boca. 

Apenas la última letra trazada, la figura de arcilla, llamada Golem, escapó para enfrentarse a los soldados del Rey que trataban de tomar el barrio. La batalla era desigual. El Golem era un arma mortífera. Daba vida al barrio, muerte a los soldados.

 De regreso a la morada del rabino, éste, sin darse cuenta, pasó la mano por el rostro del Golem y borró inadvertidamente una letra, la letra E, la inicial de la palabra. El Golem se resquebrajó. El rabino lo observó con inquietud. 

Y de pronto se dio cuenta que en la faz del Golem ya solo estaban inscritas las letras m, e, t, y h: juntas componían la palabra Meth. Significa muerte. Muerte que el Golem acabo trayendo al gueto, porque, tras su quiebro, el Golem dejó de defenderlo, finalmente  tomado a sangre y fuego por los soldados del Rey. El arma de destrucción masiva, que era el Golem, acabó hundiendo a la comunidad que lo había creado y al que éste defendía.

sábado, 4 de noviembre de 2023

HAYA ZAATRY (1991): BORDERS AND PROMISES (2022)


 Agradecimientos a Oscar Poggi por la recomendación

No hace falta añadir la trágica actualidad de la canción 

Haya Zaatry es una arquitecta y cantautora palestina.

Véase por ejemplo este enlace: https://www.casaarabe.es/eventos-arabes/show/concierto-de-haya-zaatry

viernes, 3 de noviembre de 2023

CEVDET EREK (1974): BERGAMA STEREO (2020)


 


Hoy que las personas mayores de sesenta años quizá ya no puedan ver más en directo el célebre altar helenístico del Pérgamo, después que el museo Pérgamo de Berlín haya cerrado sus puertas por una importante restauración hasta finales de la década siguiente, quizá podrán imaginarse este monumento a través de la recreación sonora que el artista turco Erek ha constituido y que se expone en diversos festivales de arte contemporáneo.
 Altavoces dispuestos como las partes del altar emiten sonidos y notas que sugieren el rugido, el bramido, los resoplidos, o el abatimiento de dioses y gigantes enfrentados en una lucha sin cuartel, descrita en el gran friso, la Gigantomaquia, que se desarrolla en la base o predela  del altar sacrificial, destinado a ejecutar hecatombes -o sacrificios de cien animales. 

Agradecimientos a la artista jordana Ala Younis por este comunicación 

 Sobre este artista turco, véase su página web

MAN RAY (1890-1976): ESTATUILLA PRECOLOMBINA (1932)



Estatuillas precolombina y azteca 1935, 1948








 
La relación entre fotografía y arqueología data de los años veinte del siglo pasado, y ha cambiado la historia del arte.
 Fotos de piezas arqueológicas, fuera de contexto, aisladas, sobre un fondo liso, negro; fotos que destacan partes de las figuras, rostros sobre todo, observados desde distintos ángulos, impidiendo descubrir sus verdaderas dimensiones, creando la ilusión que piezas diminutas parezcan o sean obras monumentales; fotos que enfocan obras arqueológicas, necesariamente unidas a entornos que se han perdido, o de las que se las ha extraído, como si fueran obras modernas o contemporáneas, piezas que han perdido su función mágica o sagrada y se han convertido en obras cuya única razón de ser consiste en despertar sensaciones, en causar impresiones, en dar qué pensar sobre su posible significado; fotos que han agrandado el número de obras de arte con la metamorfosis de la arqueología en arte; fotos, en suma, de obras antiguas de grandes fotógrafos como Horacio Coppola , el gran retratista del arte mesopotámico, o Man Ray, quien convirtió la imaginería africana o las estatuillas sagradas mesoamericanas en obras capaces de sumarse al arte cubista, expresionista o  surrealista, pese a que las preocupaciones de quienes las ejecutaron sin duda nada tenían que ver con las de los artistas modernos, interesados más en sorprender al espectador que al ponerle en contacto con las fuerzas encarnadas en las efigies.

Algunas hermosas pequeñas fotografías en blanco y negro  dedicadas a una figurilla Mesoamericana de Man Ray se pueden contemplar en una exposición en Madrid, en la que destacan cómo las obras más atractivas -en medio de un exceso de obras de menor interés.






lunes, 30 de octubre de 2023

Manila, Madrid


Agradecimientos a Encarna Ramos y a Marc-Aureli Santos, por su memoria 


Se iba a Madrid, a principios de 1970, desde Barcelona, no para respirar aire fresco -el siniestro juicio de Burgos ocurriría meses más tarde- sino, como hoy, para ver exposiciones que no estaban en Barcelona (en la que el único museo que organizaba muestras era el museo de arte moderno que ocupaba una parte del edificio del Parlamento en el parque de la ciudadela). 

Eran los años del despertar de la fundación March con exposiciones sobre Picasso o sobre Klee, y del Museo de Arte Contemporáneo, en la Ciudad Universitaria, un feo edificio moderno, un rascacielos con un cuerpo bajo extenso que ofrecía un único gran espacio para exposiciones, como una primera de Cezanne. Faltaba un decenio para las primeras exposiciones modernas y contemporáneas en los locales de La Caixa en la calle Serrano.

Ir a Madrid en coche estaba descartado. Se tardaba un día. En autocar, una noche. Quizá hubiera vuelos, a precios solo al alcance de la clase pudiente. Pero el medio más eficaz era el tren: un tren coche cama, que partía hacia las 9 de la noche desde la estación del Paseo de Gracia, se detenía hacia las dos de la madrugada en una estación solitaria en medio de la nada, quizá Alcázar de San Juan, durante un par de horas, para evitar llegar a Madrid a las cinco de la mañana. Al despertar mis padres y mi hermano de once años, en el compartimento de cuatro literas, con sábanas, aunque sin baño (como en primera clase), no se desayunaba en el vagón restaurante, pese a la tentación, porque se aguardaban el chocolate con churros -porras, años más tarde, unos churros tan gruesos que costaba morder sin embadurnarse la boca de aceite y azúcar-  en cualquier cafetería ya en la ciudad. Eran imperiosos. Era lo único que servían, por otra parte.

La estación de Chamartin era el destino final. Fascinaba por su amplitud y sus interminables bóvedas de cañón modernas. El hotel, que aún existe y mantiene buena figura,  se hallaba relativamente cerca,  uno de los pocos hoteles modernos de Madrid a precio asumible: el hotel Cuzco, un edificio muy alto y austero cerca del final, en aquellos años, de la Castellana. 

Y, ya de regreso, antes de volver a tomar el tren coche cama, los niños (pero los padres, sin duda, también), esperábamos en candeletas la  cena rápida en lo más moderno de Madrid, lo que no existía en Barcelona: las cafeterías de la Gran Vía, muy iluminadas, con espesadles vidriamos, curvos a veces, como en un cuadro de Hooper, con una larga barra de aluminio en la entrada, en concreto una con un logotipo de neon que representaba unas palmeras -nombre, que unos amigos han recordado: la cafetería Manila, en la esquina semicircular de la plaza de Callao- y que servían un plato inédito: un plato ancho, casi una bandeja circular: un plato combinado, con huevo frito, salchichas, patatas fritas y ensalada. Todo en un mismo plato. Quizá el Drugstore de Paseo de Gracia en Barcelona los tuviera. Pero en ningún otro sitio….

Y ya pronto por la mañana gris, el tren se abría paso, lenta y renqueante, entre las misérrimas chabolas de la Perona, pegadas a la vía. Barcelona, de nuevo.