lunes, 18 de noviembre de 2024

THOMAS SHÜTTE (1954): SCHUTZRAUM (SHELTER, ABRIGO, 1986),

















 Fotos: Tocho, noviembre 2024


Thomas Schütte no sería considerado un arquitecto en España, al no tener el título que le habilitaría para edificar.

Mas, no lo necesita. Piensa y construye como algunos arquitectos lo hacen. Realiza maquetas de abrigos; sin promesas de espacios protectores y acogedores, refugios desde los que intentar imaginar una vida nueva, o lugares en los que uno puede quedar encerrado en si mismo, sin poder salir de uno mismo, preso de angustia, sin vislumbrar una salida.

La puerta de algunas construcciones está siempre cerrada; es imposible abrirla. Otros refugios tienen una obertura excesiva, demasiado abierta para no recordar unas fauces. Los abrigos pueden ser trampas, sobre todo cuando se doran de una imagen coloreada, excesivamente pintadas para no sé un señuelo.  

Las maquetas expresan una visión del mundo: una mirada que desvela lo que la realidad esconde a veces. Entre la casa y el búnker, la maqueta denota cómo nos ubicamos y cómo sentimos en el mundo, protegidos o desprotegidos, qué relación mantenemos con él, , un mundo que nos acoge, nos atrapa o nos encierra. La maqueta advierte de las bondades y de los peligros que nos esperan.

Abrigos para refugiarnos y meditar o para no ver lo que acontece. 

Una gran exposición antológica, dedicada a Thomas Schütte, en el Museo de Arte Moderno (MoMA), de Nueva York, muy bien montada, revela los claroscuros de los colores demasiado luminosos para ser siempre verdaderos.

https://www.moma.org/calendar/exhibitions/5681

PAUL RUDOLOH (1918-1997): EDIFICIO MODULIGHTOR (1989)








Fotos: Tocho, noviembre de 2024


El estrecho edificio Modulightor, de cuatro plantas, fue proyectado y construido por el arquitecto norteamericano Paul Rudolph en la isla de Manhattan (Nueva York) para acoger la empresa de lámparas, aún activa, que fundó hace treinta y cinco años. 

El edificio se presenta casi una una lámpara balada de luz. Acoge igualmente la fundación dedicada a la obra de Rudolph. 
Es una de las pocas obras del arquitecto contruidas y preservadas sin alteraciones, aunque el estado de conservación es deficiente. 
El proyecto dibujado revela los cambios que sufrió el proyecto al construirse. La composición de la fachada perdió claridad.
Pero seguramente el dibujo nunca se concibió como una imagen al servicio de la realidad, sino como una creación independiente que no necesitaba de la construcción y de sus servidumbres  para ser apreciada. Los proyectos se desdibujan cuando abandonan el plano del papel. Y cobran otra vida, seguramente más gris y resignada..

domingo, 17 de noviembre de 2024

PAUL RUDOLPH (1918-1997) O ZIGURATS EN EEUU











































 Fotos: Tocho, noviembre de 2024


Los  norteamericanos tuvieron la suerte que el arquitecto norteamericano Paul Rudolph fuera un gran dibujante y tuviera un estudio con excelentes dibujantes, y que apenas lograra construir -lo poco que construyó, se ha derribado debido a la deficiente construcción prefabricada de hormigón, de muy difícil mantenimiento, y solo un par de obras que merezcan ser preservadas se mantienen en pie. 
Proyectos mastodónticos con volúmenes siempre inspirados por los zigurats mesopotámicos hubieran atravesado la trama urbana de manera inmisericorde,  abriendo brechas colmadas por cadenas montañosas artificiales donde bloques y vías rápidos hubieran zigzagueado por las ciudades hasta el horizonte.
Mas, estas pesadillas urbanísticas y arquitectónicas constituyen, en cambio, dibujos fascinantes, en los que destacan las representaciones de seres vivientes, humanos y animales, que contrastan con la grandiosidad y la dureza de los volúmenes. Son figuras convertidas en espectros, que nacen del súbito temblor de las delicadas líneas rectilíneas que componen la matizada iluminación, los claros oscuros de estancias y volúmenes. De pronto, unas pocas líneas se enroscan, se retuercen, se alzan y descienden como un animal serpenteante, antes de regresar a su forma recta y tersa. Estás circunvalaciones configuran figuras espectrales, particularmente adecuadas, pues en las fantasías futuristas de Paul Rudolph solo cabían seres descarnados, sin rostro ni presencia, sombras o vibraciones de figuras casi invisibles, como si los volúmenes alucinados fueran, en verdad, tumbas o cenotafios.

Una deslumbrante exposición en el museo metropolitano de arte de Nueva York (MET),  recuerda a esta arquitecto visionario que deja un reguero de imágenes de lo que podo ser y, por suerte, no fue, que solo se disfrutan en el papel.