miércoles, 12 de febrero de 2014

HIDEYUKI KATSUMATA: SIMONE WHITE (1970), IN THEWATER WHERE THE CITY ENDS (EN EL AGUA DONDE LA CIUDAD MUERE, 2012)



Video clip del tema de Simone White

NANCY JEAN TUCKER: IXCHEL (2013)


Ix Chel from Freewaves on Vimeo.

Una joven perdida en la ciudad. De una laguna o un estanque, en medio de un parque, se alza una giganta desnuda. Es la diosa maya Ixchel, diosa de los partos y de la medicina, que aporta cuidados y reconforta. Sus emblemas son la serpiente, que la conecta con el mundo de los muertos -rige el ciclo de la vida- y el conejo, evocación de fecundidad. Las aguas son sus dominios, que rompe cuando da a luz. Tiene una faz y unas fauces de fiera, y garras a veces, puesto que los niños que alumbra le han sido sacrificados anteriormente. Devuelve lo que le ha sido ofrendado, devuelve la vida que ha sido anulada, precisamente para que la vida siga.
Ixchel devuelve a la joven a su hogar. Renace de algún modo.
Luego, Ixchel vuelve a hundirse en las aguas.
Las luces, los focos que la despertaron, alertándola de traer luz a la ciudad, desaparecen.

Unos de los cortos de animación más intrigantes, recientemente premiado en el Festival de Toronto.

Marcar la página web de esta artista norteamericana afincada en la ciudad de Los Ángeles (EEUU).

martes, 11 de febrero de 2014

DANIEL SOUSA: MINOTAUR (1998)


Minotaur from Daniel Sousa on Vimeo.

Véase la página web de este animador. Véase también este enlace

Maquetas arquitectónicas sardas de principios del primer milenio aC (Museo Nazionale Etrusco di Villa Giulia, Roma)













 

Fotos: Tocho, Museo Nacional de la Villa Giulia, Roma, febrero de 2014


El Museo Nacional de la Villa Giulia, en Roma, acoge una pequeña muestra, por desgracia de diseño poco afortunado, dedicada a las inexplicables estructuras arquitectónicas, del segundo milenio y principios del primero, en forma de torres y fuertes de planta circular, edificadas según un eje central que atraviesa la isla de Cerdeña. Entre las piezas más atractivas se encuentras pequeñas -y fascinantes- maquetas arquitectónicas de bronce o de piedra, provenientes de museos locales, la mayoría poco conocidas, que revelan, quizá un imaginario arquitectónico, amén de ofrecer datos sobre las parcialmente derribadas fortalezas de la Edad de bronce.
Los llamados "nuraghi" comprenden una torre rodeada habitualmente de cuatro habitáculos también de planta circular dispuestos como lóbulos alrededor de la torre central. La imagen de un pilar cósmico que sustenta las cuatro regiones del mundo es irresistible aunque indemostrable. Algunas maquetas, no obstante,. realzan la verticalidad y la esbeltez del elementos central y convierten los espacios laterales en torres o incluso columnas más bajas, lo que contribuye a ver en estas maquetas una imagen del mundo.
Un pequeño modelo de un recinto muestra un cuerpo semejante al descrito anteriormente flanqueado por un templete coronado por pájaros. El edificio simboliza o sugiere a la perfección las virtudes del nido que el edificio posee; los pájaros posados confiadamente en la techumbre podrían provenir de lo alto, acentuado la imagen celestial que la maqueta evoca. Mas esta imagen no se aleja de los valores del hogar. El templo es, también, una casa, o un nido. No se trata de una construcción descomunal sino un modesto recinto en el que la vida anida: un refugio a la vera de la estructura del mundo, que simboliza que el espacio, bien sustentado, es perfectamente habitable, como la confiada imagen de dos aves, quizá dos almas o espíritus, denota.
Esta delicada maqueta quizá sea una de las más hermosas expresiones del habitar.

lunes, 10 de febrero de 2014

CHRISTIAN KJELLVANDER (1976): CHOSE THE CITY (ESCOGE LA CIUDAD; 2005)

LLOBET & PONS (JASMINA LLOBET, 1978 & LUIS PONS, 1979): UN MONUMENTO EN GDANSK -POLONIA-, 2013-2014)







Una ciudad portuaria polaca en decadencia: Gdnask; un barrio marinero cuyos días de prosperidad hace siglos que pasaron: Nowy Port.
Ante bloques soviéticos, un solar de pequeñas dimensiones, descuidado, que debería ser un jardín -tiene un banco y algún árbol, pero es utilizado como una zona de aparcamiento ilegal. La escasez de vehículos, en este barrio pobre, no lo ha destrozado completamente.
Invitados a residir en la ciudad por un tiempo a cambio de la realización de una obra de arte cedida a la comunidad, Llobet & Pons han concebido un monumento. Éste no se yergue, ni se contempla desde lejos, sino que se puede pisar; es la única manera de descubrirlo.
El monumento se inspira en las ruinas clásicas: en Pompeya exactamente: su destrucción, su petrificación ha preservado la ciudad romana, fosilizando seres y enseres.
Llobet y Pons pidieron a los habitantes del barrio que se sacrificaran. Tenían, si querían, que ofrendar un objeto valioso: no una pieza cara sino uno con la que se identificaran, que les trajera recuerdos y les animara; un objeto apreciado (y no preciado), cuyo precio solo los dueños conocen; un objeto portador de recuerdos.
Estos modestos enseres fueron depositados en el suelo; una lechada de cemento los ha cubierto casi enteramente. Permanecen visibles, sin embargo, apresados por el hormigón.
El jardín degradado en un aparcamiento aparece renovada. Se trataba de una zona rechazada, con la que nadie se identificada; posiblemente un solar que nadie tenía en mente. Hoy, cada miembro de la comunidad ha establecido lazos con este espacio, milagrosamente cuidado. Ha entrado a formar parte de sus vidas. Cuenta una historia, como la lava de Pompeya cuenta los últimos días de la ciudad sepultada.
Los objetos enterrados en Gdansk no serán nunca excavados. No tienen "valor". Pero cuentan la historia de un barrio; narran cómo se vive -o se vivía a principios del siglo XXI si, un día, un arqueólogo lo ataca con un pico y una pala-. Pero este monumento no está pensado para ser descubierto en el futuro. No se trata de activar la arqueología del futuro. Se trata "tan solo" de que cada miembro de una comunidad que haya querido desprenderse de un fetiche (un peluche, una cajita, un instrumento musical de plástico) pueda reconocerse en este monumento y sentirme parte de una comunidad que ha transforma, junta, un solar abandonado en un espejo, espejo de la generosidad, la gratuidad del gesto, el deseo de compartir, de estar juntos presente en un sitio. El monumento es el sitio donde esta comunidad se encuentra. Cada persona ha salido de las paredes que lo encierran (o lo protegen) y se ha abierto a los otros, desvelando una parte de sus secretos, ofrendándolos a los demás. El monumento se convierte en un suelo común, en el que una comunidad desestructurada puede empezar a recomponerse.
Llobet y Pons son unos de los artistas más inteligentes y discretos o formales, que saben hallar la forma de expresar ideas que revelan aspectos desconocidos del mundo, convirtiendo gestos y objetos menudos en símbolos de un lugar y una época, sin estridencias ni pretensiones, de "manera" clara y sugerente; obras casi invisibles, por otra parte; obras que se pisan y se desgatan, pero constituyen un zócalo donde la vida se erige.  Obras que son, literalmente, fundamentales, la base de unas vidas.
  

domingo, 9 de febrero de 2014

FÁTIMA MIRANDA (¿1960?): ARQUITECTURAS SONORAS (PER-VERSIONES, 2013-2014)


perVERSIONES (18 Fragments) 52' 30" from Fátima Miranda on Vimeo.

Cantos Robados 26' 04" from Fátima Miranda on Vimeo.


Después que el Colegio de Arquitectos de León hubiera publicado dos libros de Fátima Miranda a mediados de los años ochenta, uno sobre el desarrollo urbanístico de la posguerra en Salamanca, esta historiadora de la arquitectura, tras estudios de bel canto y diversas técnicas de canto orientales (hindú, mongol, etc.) empezó a componer espectáculos -entre el concierto y el teatro-, sutilmente irónicos, en los que lo sagrado se exalta y se rebaja alternativamente -sin que el espectador y oyente sepa bien qué pensar-, semejantes a conciertos de músicas sacras orientales, en los que la voz modula sonidos que van del grito al susurro, entre agudos operísticos y voces de ventrílocuo, mientras Miranda se desplaza lentamente, organizando espacios que la voz y los pocos instrumentos que maneja, sobre un fondo de sonidos electrónicos, invade o define, ayudados por la luz de la que emerge Miranda antes de regresar a la oscuridad, en la que, en ocasiones canta, como si fuera el propio espacio que cantara.
Sin duda, espectáculos singulares que ayer, gracias a Helena Tatay y Lali Canosa, se pudieron disfrutar en el sombrío mausoleo del Born en Barcelona. Uno de los mejores conciertos de música contemporánea en años en Barcelona