martes, 3 de noviembre de 2020
DANZA Y ARQUITECTURA - PAM TANOWITZ (1969) & RUSSELL JANZEN (1992): SOLO FOR RUSSELL 1-5 (2020)
Aviso a los profesores
En estos tiempos confusos, cuidemos a los estudiantes.
Véase, sino, lo que le ocurrió a un maestro arisco y adusto italiano, de Imola, excesivamente exigente y severo con sus estudiantes que trabajaban con un "puntero" y una "tabletas", un día:
"Casiano era un maestro de escuela, y se sentaba, como profesor de gramática, rodeado de espesa cuadrilla. Diestro en saber condensar todas las palabras en reducidas abreviaturas y en apresar rápidamente en veloces siglas todo cuanto se hablaba, muchas veces los duros preceptos y el severo rostro habían agitado con ira y con miedo a sus alumnos..
Ya es sabido que el maestro es siempre intolerable para el joven escolar y que las asignaturas son siempre insoportables para los niños (...)
Gusta sobremanera a los niños que el mismo severo maestro sea el escarnio de los discípulos a quienes contuvo con dura disciplina. Le atan las manos a la espalda y le despojan de su ropa; se apiñan a él como un enjambre con los agudos estiletes. Cuanto odio le había inspirado a cada uno su ira reconcentrada, tanto más furioso se manifestó dejando ya libre su hiel. Le arrojan unos y rompen sus tabillas en la cabeza del maestro, y la madera se aparta dejándole herida la frente. Golpean las tablillas enceradas lanzadas contra las sangrantes mejillas y la pequeña página se humedece en sangre con el golpe.. Otros blanden luego sus punzones o sus estilos metálicos por la parte que se traza en la cera los signos arados (...)
Por una partes es taladrado (...) por otras es desgarrado; unos hincan hasta lo recóndido de las entrañas, otros se entretienen en desgarrar la piel. Todos los miembros incluso las manos, recibieron mil pinchazos, y mil gotas de sangre fluyen al momento de cada miembro. Más cruel era el verduguito que se entretenía en surcar a flor de carne que el que hincaba hasta el fondo de las entrañas. Y cuanto más profundamente llega éste a tocar las vísceras vitales, proporciona mayor descanso, porque aplica más cerca ya la muerte. (...) pero aun los más tiernecitos se animan y los débiles se esfuerzan (...)
"¿Por qué lloras -le pregunta uno-: tú mismo, maestro, nos diste estos instrumentos y nos armaste las manos. Mira, no hemos hecho más que devolver los miles de letras que recibimos de pie y llorando en la escuela. No tienes razón para airarte porque escribamos en tu cuerpo; tú mismo lo mandabas: ¡qué nunca esté inactivo el estilete en tu mano!. Ya no te pedimos, maestrillo tacaño, las vacaciones que siempre nos negabas. Ahora nos gusta puntear con el estilo y trazar paralelos unos surcos a otros y trenzar en cadenita las rayas truncadas. Ya puedes enmendar los versos acoplados en larag tiramira, si en algo erró la mano infiel. Ejerce ahora tu autoridad; tienes derecho a castigar la culpa si alguno de tus alumnos ha sido remiso en trazar sus rasgos en tu cuerpo.
Así jugaban los niños por los miembros del maestro...."
Tras horas de agónicas torturas, lacera y desmembrado, el profesor falleció.
Se llamaba Casiano de Imola, y vivió a finales del siglo II dC en el Imperio romano.
Narra la venganza infantil el poeta hispano Prudencio, de Calahorra, en su libro Peristephanon, IX, dedicado a mártires, de finales del siglo III dC.
Casiano no fue el único profesor torturado.
lunes, 2 de noviembre de 2020
¿Meet (Encuentro)?
Estoy sentado ante un ordenador en un despacho. Detrás mío, y a u n lado, una biblioteca. Sobre la mesa, dos pilas de libros en equilibrio inestable, una pila de papeles y carpetas varios, fotografías, correspondencia por contestar, el móvil, altavoces, un micrófono, una impresora, una lámpara encendida bajo la cual, agenda abierta con anotaciones para impartir la clase. Puedo desplazar la silla y moverme.
Van a dar las tres de la tarde. Enciendo el ordenador y activo el programa (GoogleMeet) que la Universidad nos proporciona para impartir clases virtuales. Las clases presenciales están prohibidas.
Poco a poco sobre la pantalla, o quizá detrás, se imprimen o se incrustan pequeños rectángulos que enmarcan los rostros de aquellos estudiantes que tienen la cámara encendida. A medida que se suman a la clase, el tamaño de lo rectángulos disminuye hasta componer una densa trama, en la que los últimos adscritos no pueden sumarse. Son invisibles.
Mi vista observa desde lo alto la pantalla del ordenador inclinada. Tengo una vista panorámica de una treintena de rostros (de un total de unos cincuenta). Los estudiantes apenas se mueven; aunque lo hicieran el programa sólo capta amplios movimientos. Sus rostros filmados se asemejan a fotografías. No miran -no miramos- a la cámara sino a la pantalla o al teclado. Todos tenemos la vista gacha. El cruce de miradas, incluso a través de una pantalla, no es posible.
Y, de pronto, los estudiantes se convierten en cabezas decapitadas, en trofeos de guerra, encerrados en cajas con una cara de cristal. Miran desde detrás de una cárcel de vidrio. Parecen presos, entregados al profesor. No se mueven porque no tienen espacio para moverse. Su rostro está casi pegado al cristal. Se asemejan a víctimas propiciatorias. No hablan y tienen los ojos bien abiertos, casi desorbitados, que mira muy por debajo de la cámara de sus ordenadores. Rostros lívidos, empalidecidos por la lívida luz del ordenador, que parecen contener la respiración, con leves movimientos espasmódicos o robóticos. La imagen es casi patética. Hablo a prisioneros que no pueden escapar.
Y, cuando llega la hora, y la clase termina, mi dedo mueve el cursos hacia la pequeña imagen de un teléfono y, de un golpe, hago desaparecer, a voluntad, a los estudiantes, que se pierden al momento, abducidos hacia el interior del ordenador.
Nunca un profesor ha tenido tanto poder, y un poder tan inútil; un poder de vida o muere, haciendo aparecer y desaparecer rostros pálidos y enclaustrados, en espacios que no les dejan casi respirar. Casi no da tiempo de despedirse; hasta la clase siguiente o hasta siempre.
JÖRG WIDMANN (1973): BAYLON SUITE (2014)
viernes, 30 de octubre de 2020
PALLADAS (ó PÁLADAS DE ALEJANDRÍA, s. IV dC): EPÍGRAMAS (ANTOLOGÍA GRIEGA, S. IV dC)
FIN DEL MUNDO
Los dioses ya no están.
Todo se hunde
Cada día un poco más.
Hay en las bocas
Rumores mentirosos y verdaderos
De feroces mañanas.
Sin embargo, lo peor
HISTORIA DE LA HUMANIDAD
Del Caos salimos para hacernos polvo.
LA FARSA TRÁGICA
El mundo es teatro, nuestra vida farsa.
No la tomes en serio: aprende a actuar.
O si no paga el precio.
EL RASTRO
La Tierra es un inmenso matadero.
Allí aguarda la muerte a su rebaño
lamentable: nosotros.
LA OLA
Duermas, comas, te alegres, te entristezcas,
atrás de ti la ola se prepara
a hundirte para siempre.
ESPECTROS
¿En la profunda noche estamos muertos
O en el sepulcro nos soñamos vivos?
Somos quizá los últimos vivientes
Pues ya todo
en el abismo se hunde,
muerte es la vida y ya está muerto el mundo. ~
NUEVO DÍA
En cada amanecer nuevamente nacemos.
Nuestra existencia toda ya se ha ido.
Lo que hicimos ayer está muy lejos.
El resto de la vida empieza hoy.
Con todo, no me duelo por mis años.
Los que se fueron ya no son mis años. ~
Páladas, un poeta alejandrino, del que poco se sabe y poco se conserva, que vivió la caída del mundo pagano, zaherido por el cristianismo, y lo contó en versos desencantados.
Bibliografía:
https://www.letraslibres.com/mexico-espana/historia-la-humanidad
Jamás se anuncia.
jueves, 29 de octubre de 2020
Breves indicaciones sobre cómo examinarse en tiempos de pandemia
.....en resumidas cuentas:
"Les aules estaran obertes 10 minuts abans de començar l’examen. Els
estudiants hauran
d’esperar fora de l’edifici fins 10 min abans de l’examen.
Es demana puntualitat.
No es permetrà l’entrada a l’aula un cop l’examen
hagi començat.
Us demanem que tant a
l’entrada i a la sortida eviteu les aglomeracions
d’estudiants.
Un cop els estudiants
estiguin al Campus i sobretot dins de l’edifici hauran
de mantenir silenci
per respectar els altres exàmens que s’estiguin fent a
altres aules.
Per entrar a l’aula,
els estudiants faran una filera respectant 1.5 m de
distància amb els
estudiants que estiguin davant i darrera seu a la
filera. L’ordre de la
filera serà per ordre d’arribada.
A l’entrar a l’aula,
els estudiants s’hauran de desinfectar les mans amb gel
hidroalcohòlic.
Si el professor ho
indica haurà de recollir l’examen (sinó li repartirà
després un cop
asseguts tots els estudiants). Els estudiants seuran
començant per la
darrera filera i el lloc més proper a la finestra. Des d’allà
aniran completant les
fileres sempre començant a seure des del lloc més
proper a la finestra,
respectant els llocs on no es pot seure per protocol
Covid-19.
Si el nombre
d’estudiants és menor a l’ocupació de l’aula, el professor us
indicarà si podeu
deixar una filera lliure.
Durant tot l’examen
les aules tindran les finestres obertes i en cap moment
l’estudiant es pot
treure la mascareta, ni es pot aixecar del seu lloc sense
el permís del
professor.
Quan el professor ho
indiqui, haurà finalitzat l’examen, i no es podrà
escriure més.
L’entrega de l’examen es farà tal i com indiqui el professor.
Si un estudiant acaba
abans del termini previst haurà d’esperar les
indicacions del
professor per a entregar l’examen.
La sortida de l’aula
al finalitzar l’examen serà de forma ordenada. Es
començarà la sortida
que es farà de forma esglaonada, començant per la
primera filera des del
lloc més allunyat de la finestra i avançant cap a les
darreres fileres.
Us demanem als estudiants
que no us quedeu ni a l’edifici, ni al Campus
a comentar l’examen, i
marxeu, si us plau, cap al vostre domicili de
seguida que acabeu
l’examen."
Quizá sea más fácil tomar un avión para hacer un examen.
Departamento
La renovación en la próxima dirección de algunos departamentos universitarios, considerados a menudo como unos reinos de taifas, nos puede llevar a pensar brevemente sobre lo qué es un departamento.
Aunque la palabra departamento sea un préstamo del francés département, que se utiliza para designar una unidad política, una pieza del puzzle, bien encajada, con el que se organiza un territorio, lo cierto es que, en última instancia, departamento deriva del latín pars y de una familia de términos asociados a este sustantivo.
Pars es parte o porción. Implica, necesariamente, el ejercicio de una división, que debe lograr partes iguales. En francés, hacer partes se dice partager (y no diviser, aunque el partage conlleva una division). Partager significa distribuir partes iguales, de manera que ningún receptor se sienta ninguneado o desfavorecido. En latín el verbo partior significa tanto dividir cuanto repartir, dos momentos de una misma acción, que implica que se tenga en cuenta a todos, que nadie se queda con el todo, que existe la preocupación para que todos puedan disfrutar de un mismo bien, evitando envidias. El reparto se hace a la vista de todos, a plena luz. La mano no esconde nada.
La partición permite ordenar y repartir. Introduce una división que pauta espacio y tareas, asignando a cada uno el lugar pertinente. Una partitura facilita la transmisión del conocimiento de una música. Son signos que fijan y pautan el adecuado trascurso de aquélla.
Pero partager, compartir, también implica que varias personas posean y utilicen una misma parte, que pasa así de mano en mano, sin pertenecer a nadie. La noción de partage aúna la división, la compartimentación, la distribución equitativa, y la co-pertenencia. Todos nos sentimos partícipes del uso de una parte. Tal es la igualdad de las porciones, que se requiere el verbo départager -que significa romper el empate, negar o anular el acto del justo compartir- para poner fin a la posesión o al uso colectivos.
La partición lleva a la existencia de al menos dos entes o seres, dos bandos; pero la partición conduce a la "participación" que, literalmente, significa dirección o gestión de unas mismas partes. La participación invita a tomar parte (literalmente) en la organización de un conjunto de partes, sin que nadie pueda arrogarse el derecho de mandar o de apoderarse de más partes que le corresponden. Participare, en latín, significa invitar o animar a formar parte, lo que denota el desvelo para que nadie quede rezagado ni nadie se sienta excluido. Se intenta ampliar el espacio donde todos tengan cabida y se sientan a gusto. De hecho, ninguna parte corresponde a nadie, sino que todas están al alcance, un uso al que sucede un intercambio, un gesto que posibilita el establecimiento de relaciones que, a su vez, facilitan el compartir bienes o ideas.
Un departamento no es solo el lugar donde se comparte espacios y proyectos; es también donde se departe. El acto de departir requiere la previa existencia de dos seres, separados pero no divididos, frente a frente pero no enfrentados, que acuerdan dialogar. La "departición" es el intercambio de impresiones o ideas distintas , es el manejo de puntos de vista diversos sobre los que, sin embargo, nos hemos puesto de acuerdo, evitando que rompamos.
Es cierto que "partir", ya tardíamente, en la Alta Edad Media, ha acabado por significar romper, no para distribuir sino para dar la espalda, quedándose con una parte, o con todo. La partición, en este caso, es sinónimo de ruptura, de voladura de puentes. Un bando, al menos, ya nada quiere saber del otro. Pero esta situación de violencia no puede producirse en un departamento que es un territorio acordado en el que solo se puede estar si se ponen sobre la mesa unas maneras de operar y de relacionarse.
Un departamento es el lugar de la palabra. Todo se acuerda de palabra. La palabra es sagrada. Nadie le puede faltar a la palabra dada, que implicaría faltar al respeto. Sin el debido respeto, el reconocimiento mutuo, el cuidado con el reparto de derechos y deberes, un departamento se convierte en un campo de minas, o en una tierra baldía.
Departamento, un medio y un vehículo de formación personal y de las personas, compañeros y estudiantes, con quienes nos relacionamos. Un departamento no es una cátedra: nada se da por sentado. Las relaciones, las transmisiones, los intercambios, las cesiones y las comunicaciones, en cambio, fundan lo que es o debería ser un departamento.