sábado, 5 de diciembre de 2020

Universidad (Barcelona)

 

La universidad de barcelona se funda en 1450, sucediendo a unos estudios de medicina creados en 1401 por orden real.
La primera universidad del mundo tal como se entiende hoy data de finales del siglo XI y se funda en Bolonia, pero la primera universidad occidental se fundó en Constantinopla en el siglo IV aún con el Imperio Romano, y ésta a su vez se inspira o se asemeja a una institución hindu del siglo V aC. Por otra parte, el Imperio árabe tuvo centros de educación superior con varias materias desde el s. VIII, siendo la universidad de Fes, en verdad, la más antigua aún vigente.

La ciudad de Barcelona se oponía a la fundación de una institución controlada por la Corona de Aragon y finalmente en 1450 la universidad pasó bajo control municipal.
La creación de la universidad de barcelona contó con ls oposición de la primera universidad del Reino de Aragon, fundada en Lérida por Jaime II  en 1297, tras una bula pontificia -las universidades tenían que gozar de bula papal para que sus estudios fueron reconocidos en toda Europa. La universidad es la primera institución que forja una cierta identidad europea. La universidad de la corona de Aragon es la onceava más antigua del mundo occidental y la cuarta en la península, tras las de Salamanca, Valladolid y Murcia
Antes de la sede más antigua conservada, en la plaza de la universidad, la universidad de barcelona tuvo distintas sedes todas desaparecidas.
Durante ciento cuarenta años, la universidad de Barcelona fue desplazada a Cervera ya que esta ciudad apoyó a Felipe V.

Como hemos comentado, hubo en Barcelona un primer intento, rechazado por el consistorio, de lo que se convirtió, en 1450, en la primera universidad de barcelona: en 1398 el rey (Marti I) fundó el Estudio General de Medicina.
El bienestar, el cultivo de la mente, que aporta la universidad, se inició por el cuidado del cuerpo. Salud y cultura van unidos .
Salud viene del griego holos que significa total, completo, universal.
La palabra universidad viene del latín y significa comunidad: una comunidad bien avenida que piensa y actúa con una sola voz, un colectivo polifónico que armoniza las voces como si fuera una sola, única . Universitas viene de Unus.

Universidad significa comunidad.
Pero la comunidad perfecta no es humana sino divina.
El corazón de la universidad es el paraninfo. El de la universidad de barcelona es remarcable. Se trata del lugar donde tiene lugar el acto inaugural gracias al cual se anuncia el curso.
Paraninfo en griego significa vocero de las novias, de las ninfas (ninfa es novia, pero también divinidad de las aguas). Un ninfeo es un santuario urbano dedicado a las ninfas. En Roma, este santuario tenía la forma de una gran fuente pública. Sin el ninfeo, sin la presencia, el culto a las aguas, no había ciudad, comunidad.
El paraninfo es el corazón de la universidad, la imagen más cercana al cortejo (nombre nupcial), a la asamblea de los dioses. 
La universidad, simbolizada por el paraninfo, es una comunidad ideal.

jueves, 3 de diciembre de 2020

La última página

 





Fotos: Tocho, Barcelona ,noviembre de 2020


Hubo un tiempo en que los noctámbulos podían, de madrugada, comprar croasanes y ensaimadas, incluso rellenos, en la ventanilla de un antiguo horno en la calle Nou de Rambla (antes llamada, más sonoramente, Conde del Asalto), en el Raval (conocido otrora como el Barrio Chino) y adquirir, al alba, de regreso a casa,  la prensa recién distribuida en los grandes quioscos en la parte alta y central de las Ramblas de Barcelona, abiertos las veinticuatro horas del día, durante todo el año.

Antes....


Hoy, la ocasional venta de un periódico ya no permite mantener abiertos los quioscos, salvo unas pocas horas.

martes, 1 de diciembre de 2020

En clase

Una clase no es un recitado, o la lectura de un bando o de un informe. El profesor no recita una lección. Aunque se la sepa de memoria, no la comunica mecánica, maquinalmente.

Una clase no se construye fuera de la clase. El profesor trae, sin duda, notas, apuntes, referencias bibliográficas o de imágenes, que consulta o no durante la clase. Trae también, ocasionalmente, algún libro, una revista o algunas fotocopias, algún párrafo de los que quizá lea de viva voz. 

Pero un profesor no es un portavoz ni un locutor. Tiene el esquema de la lección en mente, pero, cuando empieza a hablar, tras unas primeras frases laboriosas, que se atienen a lo previsto, las palabras empiezan  a "pensar" por sí mismas, a vivir, a organizarse por sí misma. No son frases que el profesor tuviera en mente ni se dispusiera a pronunciar. Las enuncia casi por sorpresa. No es que no quisiera comunicarlas sino que no sabía que las tenía y que éstas salieran de su boca. Las frases se organizan, las palabras juegan entre sí, se llaman o se contradicen; se enfrentan o dialogan y el profesor asiste sorprendido, pero sin resistencia, a estos enunciados que no ha previsto. Solo cuando parece que las palabras han terminado de construir argumentos, imágenes y escenas, el profesor puede retomar las riendas de la clase, antes de volver a soltar lastre, dejando que nuevas frases se independicen de él.

Este dejar el paso a las palabras no es una renuncia sino un acto mágico. El profesor puede llegar a no saber lo que dice, a no haber nunca "pensado" lo que dice, no porque lo que explique sea incoherente, sino porque la coherencia de sus explicaciones es el fruto de un acuerdo de las palabras que se ponen de acuerdo para ir más lejos de lo que el profesor, antes de abordar la clase, tenía previsto.

Este pensar hablando, este hablar que piensa, solo se da en el aula, ante estudiantes, cuyos gestos y miradas actúan de señales, de advertencia o de paso, de veto o de aceptación. El escritor barroco francés Boileau anotó que lo que se piensa claramente se enuncia claramente. Posiblemente habría que darle la vuelta a la afirmación y aventurar que lo que se enuncia claramente se piensa con igual claridad. Las palabras iluminan las ideas, o les dan nacimiento. La forma alumbra el contenido.

En un aula sin estudiantes, como ocurre en algunas ocasiones, o ante un ordenador en casa o en un despacho, cuando el profesor habla a su imagen, las palabras no actúan en libertad. Si la clase se construye mediante vídeos grabados -más cómoda de seguir por el estudiante-, el profesor, que no habla, ya no tiene ocasión de pensar. Porque se piensa hablando o escribiendo, nunca se piensa pensando, pensando que se piensa. El pensamiento se construye a medida que se comunica, cuando las palabras, habladas o escritas, toman el mando, y exploran y se adentran por territorios en los que el profesor o el escritor nunca hubiera "pensado".

Es todo esto lo que perdemos hoy, con las inevitables clases virtuales. Clases a las que solo les queda la repetición. Sin pensar. Mecánicas y reiterativas.

lunes, 30 de noviembre de 2020

ROBERTO GERHARD (1896-1970): SOIRÉES DE BARCELONE, SUITE, OP. 1 (VELADAS DE BARCELONA, 1937-1938, 1972)


Sobre este gran compositor español exiliado a la Gran Bretaña tras la Guerra Civil, véanse, por ejemplo, estos enlaces 
Se celebra, estos meses, el cincuentenario de su muerte.

Recortables de teatro (Museo Marés, Barcelona)














Imágenes: Tocho, Museo Marés, Barcelona, noviembre de 2020


La recientemente reabierta tercera planta del museo Marés en Barcelona, que contiene la segunda parte del sorprendente, delirante y fascinante Gabinete de Curiosidades establecido por el escultor Frederic Marés antes y después de la Guerra Civil, contiene teatrillos de papel pintado, que representan escenografías teatrales y operísticas, minuciosamente representadas. El detalle de los telones y las figuras exige una observación detallada. Dichos teatrillos tenían diversas medidas; algunos eran diminutos: cabían en la palma de la mano.
Estos papeles o cartulinas recortados -telones, figuras, complementos- se vendían en cajas, y servían de entretenimiento familiar, como juegos de mesa: se recortaban, se montaban, se fijaban y se iluminaban -con velas. Pese al éxito que tuvieron, en los siglos XVIII y XIX, pocos han llegado hasta nosotros.
La colección del Museo Marés, muy bien instalada e iluminada, es única. Y deslumbrante 

domingo, 29 de noviembre de 2020

Casa de muñecas

 



















Fotos: Tocho, Museo Marés, Barcelona, noviembre de 2020


Hace dos días, abrió de nuevo, tras años de cierre por restauración, la última planta del Museo Marés, dedicada, al igual que la planta inferior, a un descomunal Gabinete de curiosidades, con obras de arte decorativo, entre los siglos XIII y XIX, coleccionada febrilmente por el escultor español Frederic Marés (1893-1991).

De cada tipo de objeto, Marés adquiría, tras búsquedas por toda España, decenas o centenares de ejemplares casi idénticos, tipos de objetos a punto de desaparecer, a menudo desechados, a los que nadie concedía valor alguno.

Hoy, las vitrinas, semejantes a las de un museo de ciencias naturales victoriano, llenas de objetos perfectamente ordenados y clasificados, componiendo archivos alucinados, fascinan por el carácter absurdo, inútil y obsesivo del incesante coleccionismo que revelan.

Entre las obras más singulares, que se descubren después de tanto tiempo, una colección de muñecas de porcelana, del siglo XIX, que miran con ojos de cristal bien abiertos y que, en la débil luz de la sala, saturada de vitrinas cargadas de obras, parecen aguardar al visitante, atentas y sin moverse, como pequeños fantasmas al acecho, poblando un universo digno de A través del espejo que Lewis Carroll escribiera.  

2020

 


Foto: Tocho, Feria de Santa Lucía (Navidad), Barcelona, noviembre-diciembre de 2020