jueves, 15 de diciembre de 2022

Apolo y Atenas




Apolo y Atenea dominan la ciudad de Atenas desde las alturas.

Fotos: Tocho, diciembre de 2022


 El primer rey de Atenas tenía la parte inferior del cuerpo en forma de serpiente. Era lógico: había nacido en la entrañas de la tierra, y emergió como amanecen los monstruos. Tan solo era humano de cintura para arriba.

Mas, su hija Creúsa ya era enteramente humana.

Es quizá por este motivo que, apenas llegó a la edad adulta, Apolo la violo en una cueva que se abre en la ladera noroeste del acrópolis. De la forzada unión nació Ion. La fama le llegaría gracias a sus descendientes. Los jonios, que fundaron las ciudades griegas en las costas del Mediterráneo oriental.

Creúsa no podía aceptar a su hijo. Ordenó que se le encerrara en un moisés y se le diera muerte. 

La trágica historia de los héroes fundadores greco -latinos se repetía, desde el nacimiento indeseado, hasta la reclusión y el abandono por la ya habían pasado Edipo y Télefo, hijo de Heracles.

Pero Apolo suplicó a su hermano el dios Hermes, de alado calzado, rápido como el rayo,  que descendiera a la tierra, rescatara al recién nacido Ion, y lo llevara al templo que Apolo tenía en el santuario de Delfos. Es allí donde Ion fue educado. Acabó siendo el tesorero del templo con el respeto de todos los que moraban en Delfos.

 Creúsa recuperó el honor esposándose con el príncipe Juto. Pero no lograban tener hijos. 

Las parejas estériles solían acudir al Delfos para suplicar descendencia o para saber si algún día los dioses les concederían un heredero. Apolo, en sueños, comunicó a Creúsa, apenas ella entró en el santuario e interrogó a la sacerdotisa del templo, que debía adoptar al primer niño que se cruzara en su camino. Apolo en secreto hizo entrar a Ion en el templo. 

El drama no había concluido. Mientras que Juto aceptó adoptar al niño , Creúsa lo despreció. Y lo hubiera matado si no fuera porque descubrió el moisés, que aún se guardaba en el templo, y le contaron cómo había llegado allí. Creúsa cayó de bruces: reconoció al momento a su hijo Ion.

Es gracias a Ion que Atenas pudo exigir a las ciudades jónicas, que Ion el ateniense había fundado (su padre, Apolo, era el dios-arquitecto que construyó el primer santuario, convertido en el centro del mundo) que se le sometieran, una gracia que Apolo había concedido.

Atenea fue la diosa fundadora h protectora de Atenas, pero el poder de dominación de la ciudad le fue concedido por Apolo.

Por esto, Apolo estaba íntimamente unido al origen mismo del prestigio y la influencia de Atenas, y es por esta razón que Apolo podría tantos santuarios en el Acrópolis y en la polis, como comentamos en una entrada anterior. Fue Apolo quien animó a Atenas a dominar el mundo, como contaba Euripides en la tragedia Ion. Aún hoy, la grandeza herida de Atenas se percibe. 



miércoles, 14 de diciembre de 2022

Los leones del acrópolis de Atenas




Fotos: Google Images



 Fotos: Tocho, diciembre de 2022


Suele pasar desapercibida. Los visitantes solemos acceder al acrópolis de Atenas a través de la escalera Romana que lleva a los Propileos, y abandonamos el recinto por el mismo lugar.
Sin embargo, a pocos metros de este acceso, a un lado, ya en la ladera norte, se encuentra una puerta fortificada construida durante el Bajo Imperio, ya sea en previsión de un seguro ataque bárbaro, ya sea después del saqueo de Atenas en la segunda mitad del siglo III dC, saqueo del que Atenas ya no se recuperará.
 Dicha puerta fortificada, construida con restos griegos clásicos de edificios ya en ruinas, fue integrada en un bastión de defensa otomano, durante las guerras que sostuvieron con tropas cristianas. Entre éstas destacaron las huestes venecianas que tomaron la ciudad durante unos meses en el siglo XVII, bombardearon el Partenón -que saltó por los aires a causa de la pólvora almacenada por los turcos, que habían reutilizado el templo como polvorín-, trataron de llevarse relieves del Partenón desmontándolos del edificio y que acabaron rotos , y tomaron como botín un león, el león hoy llamado de Venecia, que aún vela el Arsenal de la Serenísima. Pero dejaron tres otros leones marmóreos , seguramente romanos, que dispusieron como defensa de la puerta fortificada, hoy llamada Puerta Beulé, tras  haber sido sido liberada de las construcciones otomanas que la sepultaron por el arqueólogo francés Ernest Beule, a mitad del siglo XIX. 
Hoy el silencio preside este discreto acceso, bien guardado por tres leones en alerta del Bajo Imperio Romano: mas, vana guardia; ya nos hemos olvidado de esta puerta que sin embargo lleva directamente al deslumbramiento que el acrópolis causa.

martes, 13 de diciembre de 2022

ANGELO BADALAMENTI (1937-2022): NINA SIMONE, HE AIN’T COMING HOME NO MORE (1967)


 Mucho antes de la célebre música de la serie televisiva Twin Peaks (1990), Angelo Badalamenti compuso para Nina Simone.

In memoriam…

CHANTAL AKERMAN (1950-2015): CHAMBRE 1 (HABITACIÓN 1, 1972)

Lamento la publicidad involuntaria y no deseada que aparece antes de la película, sin que se pueda hacer nada para eliminarla (al menos,     no sé cómo desactivarla).
Esta publicidad no es del blog sino del portal al que pertenece al vídeo.

CHANTAL AKERMAN (1950-2015): SAUTE MA VILLE (HAZ SALTAR MI CIUDAD, 1968)

 

 Ahora que la película Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles, de la cineasta belga Chantal Akerman, ha sido recientemente nombrada la mejor película de la historia -las clasificaciones varían con las décadas; en verdad, Sed de mal, de Orson Welles, y Monsieur Verdoux, de Charlie Chaplin, son las mejores películas, más allá de las décadas-, quizá sea conveniente recordar su primera película, un cortometraje del año especial (en Francia), 1968.

Sobre esta cineasta véase, por ejemplo, la página web de su fundación.

Los museos de Barcelona y la pandemia (documental, 2021-2022)



Guion y filmación: Proyecto de investigación Barcelona Ciutat Fràgil, propuesto y encabezado por Marta Serra (Departament de Teoría e Historia de la Arquitectura THATC, UPC-ETSAB)
Financiación: AGAUR, Generalitat de Catalunya
Montaje, filmación adicional y sonido: Gerard Ribera
Filmación adicional: Felipe de Ferrari

Agradecimientos a los responsables de los museos entrevistados.

lunes, 12 de diciembre de 2022

El ágora y los dioses en Atenas


Tholos y Metroon


Templo de Hefesto







Templos de Apolo Patroos y de Zeus Phratrios



 

Fotos: Tocho, diciembre de 2022

Mientras que la polis griega estaba formada por los mortales, el acrópolis pertenecía a los dioses tutelares, por lo que las comunidades humanas dirimían sus asuntos sin la interferencia de los dioses.
Esta división de poderes y funciones en la Grecia antigua, tan distinta de lo que acontecía en Mesopotamia, donde los dioses eran los reyes de todo lo que concernía a los mortales,  presentaba matices, sin embargo. Es cierto que el acrópolis era siempre la parte alta de la ciudad en la que moraban los dioses, mientras que los negocios, los intercambios y la dirección de la ciudad acontecían en el ágora, principalmente. Pero la existencia de un espacio propiamente humano no impedía que los dioses también estuvieren presentes para dar fe de las decisiones allí tomadas. Es así como junto con el senado (el bouleterion, donde se reunía la boule o asamblea que estudiaba las de iones tomadas por la asamblea ejecutiva o ekklesia, que se reunía, en Atenas, en la colina del Pnyx, cercana al acrópolis, pero de menor altura, y bien conectada con el ágora vecina), el Consejo de Guardia que velaba las veinticuatros horas del día en el tholos -por si ocurría un incidente que necesitará una rápida toma de decisiones, a cargo de un número reducido de miembros del Senado-, y los archivos estatales, el ágora comprendía pequeños santuarios dedicados a divinidades protectoras de los clanes (divinidades en su función de protectoras de clanes originarios, como Apolo Patroos, y Zeus Phratrios, así como la antigua diosa Rhea, una diosa madre, al que estaba consagrada el Metroon -en el que el primitivo Senado se reunía, cuyas decisiones quedaban avaladas por la diosa, posteriormente convertido en Archivo estatal que guardaba los documentos que concernían la vida de la ciudad.
El ágora acogía por tanto templos y santuarios que certificaban la legalidad de todas las transacciones y decisiones tomadas y efectuadas en un espacio en principio civil, pero que requería el beneplácito divino.
La división entre religión y política es un hecho ya moderno, aunque se inició, con mucha prudencia, en parte, en Atenas, sobre todo.