domingo, 28 de octubre de 2012

Dark Sounds Ensemble: Gudea´s Dream (El sueño de Gudea) (2011)


Gudea's Dream from pedro azara on Vimeo.

El 21 de julio de 2011, Tocho incluyó un enlace a la filmación de este concierto, ya desactivado.

En Mesopotamia, los textos oficiales (reales y sacerdotales) proclamaban que los dioses eran quienes tomaban la decisión de fundar una ciudad -su ciudad-,  elegían el emplazamiento y trazaban los planos.
Estos datos eran comunicados en sueños a los reyes. Los dioses les ordenaban edificar una ciudad o un templo, les contaban cómo operar y qué materiales utilizar, y les mostraban el plano del cielo el día fasto en que las obras tenían que empezar, así como los planos de la construcción, todos trazados por divinidades.
Ya despiertos, los reyes, decían los textos, contaban con la ayuda efectiva divina para erigir lo ordenado.

Este relato fundacional se encuentra con variantes en muchas culturas.
En Israel, la divinidad, Yahvé, ordenaba construir, y entregaba planos y memorias, a reyes o profetas despiertos, a la luz del día: es así cómo Yahvé mandó de viva voz a Moisés construir el Arca de la Alianza gracias a las tablas que le entregó a continuación, o a David que le construyera un templo, el primer templo fijo: el templo de Jerusalén, obras llevadas a cabo, por un cambio de decisión divina, por el hijo del rey David, Salomón.
En Grecia, la comunicación entre el cielo y la tierra también se establecía de noche, en sueños, mas eran los humanos quienes acudían al santuario de Apolo en Delfos: debían de pasar la noche en él y, ya de día, contaban lo que la divinidad les había comunicado. En principio, era el ser humano quien decidía  fundar o construir, mas necesitaba la aprobación, las indicaciones del cielo para saber dónde y cómo operar.

En 2011, durante un congreso en Detroit sobre el rey neo-sumerio Gudea, cuya supuesta autobiografía -escrita, ciertamente, por él o bajo su mandato, a finales del tercer milenio- contiene una detallada descripción de un sueño fundacional, que constituye la primera memoria proyectual de la historia, el reputado sumerólogo, y músico de "free jazz" extremo, Piotr Michalowski, junto al Dark Sounds Ensemble, co-dirigió una cantata, improvisada, basada en un fragmento de la autobiografía de Gudea, en la que el rey describe un inesperado y turbador sueño que tuvo, durante el cual el dios Ningirsu, dios protector suyo y tutelar de la capital del reino, Girsu, le ordenó edificarLe un templo, a partir de los planos que el Cielo le mostró y de las indicaciones precisas sobre los materiales y los procedimientos técnicos que deberían emplearse y seguirse al pie de la letra, lo que Gudea, según cuenta,  llevó a cabo religiosamente.

La cantata actualiza el relato, mostrando que los textos sumerios pueden aún ser una fuente de inspiración.
Piotr Michalowki posee una compañía discográfica titulada Abzu (nombre de las aguas primordiales sumerias), que ha recibido numerosas distinciones en los Estados Unidos, donde actúa regularmente.
Todas las obras son enteramente improvisadas.

Créditos de la obra:


A performance by The Dark Sounds Ensemble, directed by James Cornish & Piotr Michalowski

Ensemble:

Abby Alwin--cello
James Cornish-baritone horn/trumpet
Christopher Skebo-double bass
Piotr Michalowski-alto, bass & contralto clarinets, baritone saxophone 
Marko Novachcoff-double bass, bassoon 
Deanna Relyea-mezzo-soprano

sábado, 27 de octubre de 2012

Roland Topor (1938-1997): Les escargots (los caracoles) (1965)



Brutal alegoría. Sin piedad ni esperanza.

Segundo de Chomón (1871-1929): La antigua Toledo (1912)

Sobre ruinas (o la formación del espíritu nacional): El nuevo Centro del Born en Barcelona

La necesidad de construir aparcamientos subterráneos para la Barcelona olímpica de 1992, llevó a la búsqueda de terrenos y apertura de verdaderas gargantas por toda la ciudad.
Una de las áreas con menos plazas de parking se hallaba en el barrio del Raval. La solución se halló frente al cerrado edificio metálico del antiguo Mercado del Borne decimonónico, en la calle Comercio. las obras se concluyeron rápidamente -no había tiempo que perder-: unas ruinas, apenas mencionadas y documentadas, no iban a frenar la operación: los Juegos peligraban.
Años más tarde, las reformas del barrio entero se iniciaron. El proyecto preveía la apertura en canal del tejido urbano, el trazado de amplias avenidas rectas que rajaban la densa y laberíntica trama medieval, el derribo inclemente de cualquier edificio sospechoso de estar en mal estado (su restauración hubiera sido lenta, laboriosa, más que costosa, pero la reforma tenía que llevarse a toda prisa: las elecciones despuntaban). Protestas vecinales lograron detener las obras y el replanteo del proyecto, a cargo del arquitecto Enric Miralles (contratado por vecinos arquitectos),exigiendo reformas más adecuadas a las características sociales, urbanísticas y constructivas del barrio. Se perdieron numerosos edificios de interés, sustituidos por bloques, levantados a toda prisa, que, a los dos años, parecían más ajados que los edificios centenarios. Un barrio, con una trama medieval bien conservada, quedó tocado (aunque se frenó su destrucción).

Fue entonces cuando el gobierno central concedió fondos substanciosos para la construcción de una gran biblioteca central pública.
El antiguo mercado del Borne, restaurado pero vacío y, por tanto, a merced de la intemperie y el vandalismo -un edificio inútil, en suma, que solo servía para ser fotografiado-, fue escogido como la sede de la nueva gran biblioteca. Se trataba, por tanto, de llevar un proyecto de restauración y adaptación de una estructura existente a una nueva función.
Una vez el proyecto concluido, se procedió a las catas arqueológicas de rigor. Los restos, bien conservados, de un barrio dieciochesco, que sus habitantes fueron obligados a abandonar y derribar tras la toma de Barcelona durante la guerra de Sucesión europea en 1714, para liberar espacio entre una ciudadela y la ciudad amurallada, fueron descubiertos, lo que no sorprendió a nadie: eran ruinas similares a las que, años antes, se habían barrido sin contemplaciones; ruinas idénticas a las plantas de un barrio barrido en los últimos años.

La situación política había cambiado, sin embargo. El partido socialista ya no gobernaba en solitario en el ayuntamiento de Barcelona, sino en coalición con el partido Esquerra Republicana, pese a los escasos concejales que este partido, en decadencia, poseía. Tan poco contaba, que el alcalde le había confiado el área de cultura (que, habitualmente,. es entregado a mujeres, por la paridad). Este partido no podía dejar pasar semejante ocasión bajo los focos. Exigió parar las obras. Las ruinas del barrio, que testimoniaban la derrota de Barcelona, favorable al príncipe austríaco, en detrimento del francés (Europa se batía para instalar en la corte española un príncipe favorable al Reino Unido, Francia o Austria), eran una herida que tenía que ser mantenída, cuidada, exaltada.
El reputado historiador de Barcelona, Albert García Espuche, recibió el encargo de documentar los restos. Su estudio, como siempre, fue serio, brillante.
La biblioteca ya no podía ocupar este espacio.  Hubiera escondido o minusvalorado las ruinas, cubiertas, realzadas, por el amplio vuelo metálico de la cubierta del mercado de abastos (el Borne).
Dos jóvenes arquitectos -los mejores arquitectos de exposiciones de toda España, Carlos Guri y Carolina Casajuana-, recibieron el difícil (o envenenado) encargo de adecentar, organizar y "musealizar" las ruinas para que pudieran ser contempladas y recorridas sin peligro. Su proyecto estaba a la altura de sus mejores obras. Dimitieron (o fueron obligados a dimitir), sin embargo, por las presiones políticas. Su proyecto no magnificaba, no falseaba las ruinas: las atendía. No utilizaron el cartón piedra, ni pretendieron ningún parque temático de la derrota.
Otros brillantes arquitectos jóvenes, más cercanos al poder, con la ayuda de un gran arquitecto escenógrafo, les sustituyeron. Han llegado a buen puerto. Renunciando a los postulados iniciales.
Un director, semejante a un Comisario político, ha sido entonces nombrado.
El hasta entonces responsable del estudio, Albert García Espuche, ha dimitido.

Hace pocos días, el Ayuntamiento publicó los presupuestos de Cultura: migajas aquí y acullá. Teatros, compañías de danza, teatro sin subvenciones; centros a punto de cerrar -tras inversiones iniciales importantes-; museos con presupuestos irrisorios; imposibilidad de mantener programaciones de calidad e internacionales.
Todos los actores, los artistas que pueden, parten: Londres, Nueva York, Los Ángeles
Teatros, salas, centros, museos, apagan velas, echan el candado.
¿Todos?
No, un centro resiste y crece: tras una inversión de ochenta y cuatro millones, recibe dieciséis millones de euros para su apertura . El Ayuntamiento  reconoce que se trata de una operación ideológica, no cultural: el centro afortunado deberá ensalzar los "valores identitarios"
¿Cuál es ese centro?

Hoy, se anuncia que ninguna compañía internacional podrá ser contratada por teatros públicos de Barcelona por falta de fondos.

Nunca la arqueología había acaparado tantos focos.
Construimos el pasado para que nos construya.
O destruya.

Universidad pública española: cierren puertas





Pese a -o a causa de- inversiones millonarias en campus deslumbrantes (la Universidad Politécnica de Cataluña, que ya posee dos campus en Barcelona, construye dos más, en Barcelona y alrededores, uno de los cuáles dedicado básicamente a unos cursos de Ingeniería de la Alimentación, con un edificio previsto de unos cuatro cientos metros de largo, saltando por autopistas y autovías), las universidades públicas, a las que les llegan cada vez menos fondos del estado y las autonomías, se aprietan el cinturón.

El número de aquéllas es sorprendente: no hay ciudad o pueblo llano que no acoja unas cuántas facultades, por lo que el sueño de los planes europeos se está realizando. las aulas acogen a muy pocos estudiantes; no tanto por una política decidida en favor de grupos pequeños, gracias a un bien dotado cuerpo de profesores, sino, de manera más simple, porque hay casi más facultades que alumnos. En Cataluña, en pleno estallido de la burbuja económica, cuando los arquitectos llevan unos tres años sin encontrar trabajo, existen cuatro escuelas públicas -y tres privadas, en las que, pagando fortunas, con un cinco pelado de promedio, se accede, amén de escuelas técnicas.

Los recortes están a la hora del día. Algunos son el chocolate del loro: los despachos de los profesores y la administración ya no disponen de teléfonos para llamar al extranjero (aunque se defienden los intercambios con China, es un decir); los ordenadores ya no se renuevan, no se reparan, y dejan de funcionar; la limpieza escasea; se elimina el papel higiénico, hasta el Elefante, en los lavabos; apenas existe mantenimiento de los edificios; las facultades se cierran a cal y canto durante las vacaciones (este año, absolutamente nadie podrá acceder a las facultades a partir del 22 de diciembre), cortando la luz, y restringiendo la seguridad.

Otros recortes son más vistosos: supresión de plazas de profesores asociados, aumento de la carga docente de aquellos enseñantes cuya investigación no se considera relevante (investigación que los profesores, hoy, tienen que financiarse), supresión de becas para estudiantes, reducción de sueldo del personal no académico o anulación de plazas; recortes que, junto con el aumento del precio de las matrículas (por lo que numerosos estudiantes ya no pueden pagar un curso completo) -aumento tan drástico que los cursos de tercer ciclo, cuya impartición, en tiempos de bonanza económica, hubiera sido dificultosa por la escasez de enseñantes,  ya no pueden impartirse efectivamente por falta, esta vez, de alumnos-, permiten que los sueldos de los cargos directivos, cuyo número ha aumentado, puedan crecer, como es natural.

Todas estas medidas son, sin embargo, insuficientes.

La Universidad Autónoma de Barcelona ha encontrado la llave de oro: suprimir días de clase. De este modo, se ahorra en luz, limpieza y mantenimiento, amén de la reducción de sueldo de los empleados con contratos anuales.

Esta medida es luminosa; pero tímida, de vuelo raso. Una vez puesta en práctica, debería desplegar todo su potencial. por ejemplo, suprimir todas las clases, todos los días, cerrar bibliotecas, y, por que no, centros. La llave a la alcantarilla.  De este modo, el problema de la falta de financiación se solucionaría de golpe: por escasa que aquélla fuera, siempre sobraría ante el nulo coste de unos edificios cerrados, abandonados, en ruinas.

¿Cómo es que nadie ha pensado en una solución tan simple y efectiva? Debe de ocurrir que quienes gobiernan no han puesto un pie en la universidad; pública.

viernes, 26 de octubre de 2012

Marcel Borràs (actor) & Ignacio Tatay (dirección, filmación, montaje): En la ciudad de los tiempos remotos (2011)


En la ciudad de los tiempos remotos from pedro azara on Vimeo.

Dirección: Ignacio Tatay / Lectura y vestuario: Marcel Borràs / Idea: Victoria Garriga / Texto: Pedro Azara Filmación: Estanque ante el centro cultural Caixaforum, Barcelona
Agradecimientos a Caixaforum por el permiso concedido.

 Este cortometraje fue rodado en 2011, como parte del material complementario para la exposición sobre cultura sumeria que Caixaforum (Barcelona y luego Madrid) prepara para finales del mes de noviembre.

Es posible que este cortometraje, que narra la creación mítica de Mesopotamia, a partir de numerosos mitos, leyendas e himnos sumerios, se pueda descargar en el espacio educativo de Caixaforum durante la exposición Antes del diluvio. Mesopotamia, 3500-2100 aC.

  El montaje aún provisional.

Segundo de Chomón (1871-1929): Barcelona, un parque en el crepúsculo (1904) / El parque de Barcelona (1911)



http://archive.org/details/BarceloneParcAuCrpuscule

Dos de los numerosos documentales sobre ciudades españolas, en este caso, sobre Barcelona -un aspecto o parte de la ciudad- que Segundo de Chomón rodó por encargo de la productora francesa de los hermanos Pathé.