viernes, 31 de diciembre de 2021

MARCEL PROUST Y MAN RAY


 

Una de las fotos más importantes y conmovedoras del siglo XX, tomada por amistad:

Man Ray: Marcel Proust en su lecho de muerte, 20 de noviembre de 1922.

Hubo un 20-N verdaderamente trágico 

SABINE WEISS (1924-2021): CIUDADES, LA CALLE





































 Si una ciudad solo existe en la mirada y la obra de un artista, Paris no habría existido sin un estrecho círculo de creadores. Éste incluía a la fotógrafa Sabine Weiss.

Quizá supo captar la ciudad (Paris, principalmente, pero también Moscú, Londres o Nueva York)  porque era foránea. Weiss era Suiza, formada en Ginebra y trasladada a Paris apenas la Segunda Guerra Mundial acabada.
El título de una publicación -y una exposición- suyas (Les villes, la rue, l’autre) anuncia que la ciudad es su tema, o mejor dicho, las ciudades. Dos otras palabras precisan hacia dónde se dirigía su mirada, qué le interesaba, qué era la ciudad: la calle - los edificios apenas aparecen desdibujados en el trasfondo; ls ciudad son arterias, canales, y no monumentos- m, la calle, en singular, como si todas las ciudades fueran una sola calle, el único camino de la vida,  por donde circula el otro, su semejante, cuya radical diferencia exploraba porque sabía que el otro era un espejo en el que mirarse. El otro, convertido a menudo en una sombra avanzando, visto de espaldas, hacia las sombras que lo envuelven, de noche. Ciudad brumosa, y sin embargo brillante como un cuenco de plata pulido por la lluvia sobre los adoquines, iluminada por la sonrisa y el desparpajo de niños para quienes ls ciudad es un mundo duro y encantado, donde jugar y que explorar.
Sabine Weiss falleció el día  de los inocentes.




jueves, 30 de diciembre de 2021

LISA LIM (1966): STREET OF CROCODILES (1995) & CITY OF FALLING ANGELS (2007)

 




Sobre este compositora australiana, véase su pàgina web

Lo que cuesta ponerse al dia. Grandioso

 Tocho era un ladrillo y un muermo. Sea el primero o el octavo. Para muestra un botón. 

Ya no:


 Tocho:  si piensa que equivale a mamotreto, probablemente es que nació antes de los 2000. Tocho ya no es aquel libro, grueso como un ladrillo, que debía leerse de un día para otro, en los tiempos sin internet, para luego cumplimentar una ficha de lectura absurda. Ahora tocho es algo grandioso, un (caduco) guai a escala superlativa.”


De: https://www.epe.es/es/cultura/20211226/plan-crush-putoflipa-tete-diccionario-13029124


Agradecimientos a Montse Dominguez por tratar de mantenernos a flote 

WAYNE THIEBAUD (1920-2021): SAN FRANCISCO














 
























Toda ciudad, grande o pequeña, tiene a quien le cante: un poeta, un pintor, un cineasta. Nueva York tuvo a dos Passos, Soria a Machado; Paris sin Proust no sería lo que es en la memoria de los visitantes, y nadie viajaría a Roma con anhelo y fervor si Fellini no la hubiera retratado. Obras que no son el reflejo de la ciudad, como un pasivo, inane e insensible espejo, sino que son el lugar donde la ciudad se construye, vive o revive. Ls ciudad en la que penetramos, en ls que gozosamente nos perdemos, donde querríamos que no nos encontraran nunca, se halla entre las páginas, las láminas, las telas y las viñetas de un poema, un cuadro o una película.

San Francisco es una ciudad porque hasta el pasado día de navidad se alzó en los cuadros de Wayne Thiebaud. Empezó haciendo dibujos animados, anuncios y carteles, antes de fijarse en cosas menudas, vagamente despreciadas: modestos escaparates de pasteles demasiado azucarados, y pequeños útiles de papelería, unos lápices, una diminuta caja para guardar lo imprescindible para escribir, siempre disperso en un pupitre; una manera de fijarse en lo que no merece atención más propia de Morandi, cuyos cuadros coleccionaría, que de Warhol, con quien se le asociaría. 

Por fin, la ciudad de San Francisco se fue construyendo en sus cuadros y sus grabados, jugando al gato y al ratón con la cuadrícula urbana y la perspectiva. Calles que se alzan, cansadas de arrastrarse, o se pliegan y se quiebran, hartas de la tiranía de la regla y el cartabón; fachadas que se metamorfosean en vertiginosos acantilados, y barrios que parecen hallarse en la frontera con otro mundo, transitados por los lazos caprichosos de las autopistas que no conducen sino a si mismas: San Francisco se convirtió así en esa ciudad fantástica cortada por calles tan empinadas que solo es posible descender sin freno, dejándose ir, abandonándose, que Thiebaud, junto con el cineasta Hitchcock, creó y conjuró. Las ciudades verdaderas se recorren con la imaginación.