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sábado, 7 de noviembre de 2020

ROSA AMORÓS (1945): PATHOSFORMEL (2020)

 













Fotos: Tocho, noviembre de 2020 

La actual exposición de la artista (pintora, dibujante, escultora, ceramista) y coleccionista de arte "primitivo" -de algunas culturas africanas, del sudeste asiático, de la américa precolombina, y del Tibet, Rosa Amorós, presenta, de un mismo modo y juntas, relacionándolas entre si, en una única estantería metálica, con las piezas al alcance de la mano, obras suyas y de su colección, hasta el mes de febrero, en una galería de Barcelona.

El título de la muestra se basa en un concepto ( un tanto confuso) del historiador del arte alemán Aby Warburg (1866-1929): Pathosformel o Formas de expresión, y que se refiere a plasmaciones formalmente parecidas de unos mismos sentimientos, de dolor, alegría, rechazo o simpatía, ante el mundo, en culturas y épocas diversas, expresiones que se manifiestan a través de la figura humano, sus gestos, sus caras, su manera de estar en el mundo. 

Un concepto con el que Warburg trataba de interpretar toda la creación humana, obviando, en parte, que la forma de expresarse varía con las culturas y épocas, y que un mismo gesto adquiere significados muy distintos, aunque esté causado por una reacción ante el mundo, comunicada a través de dicha expresión; un título, sin embargo, particularmente adecuado para manifestar las relaciones entre las hermosas obras de cerámica de la artista, que conviven, responden , se relacionan con obras de otras culturas y otras épocas, obras a menudo antropomórficas, talladas, modeladas o moldeadas, de madera ennegrecida, piedra, terracota o bronce, estatuas, máscaras y amuletos, y que permiten discernir rasgos humanos en las obras, a veces, abstractas, o informes de la artista, viendo en ellas reacciones pasionales ante lo que nos ocurre.

Pocas veces, obras tan distintas, en apariencia, han podido compartir un mismo espacio con tanto fundamento. Las relaciones no son obvias ni superficiales; mientras uno da vueltas alrededor del expositor, alzando y bajando la vista, se da cuenta que obras que nunca habrían podido encontrarse, comunican o sugieren una misma impresión que Rosa Amorós apunta pero no impone.   

Una exposición para visitar lentamente y en silencio